1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
una macetilla con planta junto a la ventana delantera. Sólo puedo levantar cosas pequeñas, y se elevan en el aire de forma vacilante. Cuando lo intento con algo más pesado (una silla, una mesa), no ocurre nada. Las tres pelotas de tenis que Henri y yo utilizamos en los entrenamientos están metidas en una cesta, en un extremo del salón. Atraigo una de ellas hacia mí y, al pasar por delante de su campo de visión, Bernie Kosar se pone alerta. Entonces, la lanzo lejos sin tocarla y el perro sale corriendo tras ella, pero antes de que pueda alcanzarla, la aparto; o bien, si
consigue atraparla, se la quito de la boca, todo ello sin levantarme de la silla. De este modo consigo apartar mis pensamientos de Henri, del daño que pueda haber sufrido, y de la culpabilidad que siento por todas las mentiras que tendré que contar a Sam. Mi amigo tarda veinticinco minutos en pedalear los seis kilómetros que le separan de mi casa. Le oigo acercándose por el camino de entrada. Entonces se baja de un salto y la bici cae al suelo mientras él entra corriendo por la puerta principal, sin llamar. Tiene la respiración entrecortada, y la cara empapada de
- Page 526 and 527: matutino. Me quito la mochila, abro
- Page 528 and 529: pistola y le apunto con ellos. —
- Page 530 and 531: —Qué bien —dice ella, sonriend
- Page 532 and 533: quedo mirándolo—. Vale, vale. He
- Page 534 and 535: sonríe. —Sí —dice, y hace una
- Page 536 and 537: CAPÍTULO DIECIOCHO DESPUÉS DE PAS
- Page 538 and 539: esta palabra. —Eres consciente de
- Page 540 and 541: ni una pizca que viaje a Athens mie
- Page 542 and 543: Es un día largo. Uno de esos en lo
- Page 544 and 545: fallaría en algo así. Me meto en
- Page 546 and 547: Al ver toda su ropa, me siento más
- Page 548 and 549: me pongo en marcha. Corro bordeando
- Page 550 and 551: eso muy largo. Respiro profundament
- Page 552 and 553: esarte después —le susurro. Ella
- Page 554 and 555: Verlos me hace desear que Henri y y
- Page 556 and 557: —Le acabo de llamar. Dice que…
- Page 558 and 559: tiempo. Me preguntan sobre mi pasad
- Page 560 and 561: autobús, pero tardaría demasiado.
- Page 562 and 563: con expresión perpleja. Está boqu
- Page 564 and 565: delicadeza. Espero que no sea por
- Page 566 and 567: ella. Vuelvo a entrar. Miro fijamen
- Page 568 and 569: desencadenan los legados. Seguro qu
- Page 570 and 571: Dejo caer la esquirla y salgo pitan
- Page 572 and 573: ella, trazando un arco con la mano
- Page 574 and 575: necesito ayuda. Otro silencio, y en
- Page 578 and 579: sudor. Echa un vistazo en derredor
- Page 580 and 581: —Anda ya —dice. Niego con la ca
- Page 582 and 583: —¿Era el artículo sobre los mog
- Page 584 and 585: —¿Y por qué no llamas a la poli
- Page 586 and 587: Yo respondo negando con la cabeza.
- Page 588 and 589: —Ocho años. ¿Y por qué no debe
- Page 590 and 591: qué esperar cuando lleguemos. Y, s
- Page 592 and 593: de metros por detrás y finjo estar
- Page 594 and 595: hierba cortada hace mucho. Sam enci
- Page 596 and 597: años. Está exactamente igual. —
- Page 598 and 599: poquito a poco. Luego, cierro la pu
- Page 600 and 601: —Y… allá… vamos —anuncia,
- Page 602 and 603: —Y yo. —¿Tienes algún plan pa
- Page 604 and 605: otado de entre los árboles. A la m
- Page 606 and 607: —Un kilómetro o así. —¿Quier
- Page 608 and 609: espondo, y miro a Bernie Kosar—.
- Page 610 and 611: para venir aquí. De hecho, ya le h
- Page 612 and 613: las 11.12 de la noche. Llamo a Henr
- Page 614 and 615: tulipanes en la mano, como si se lo
- Page 616 and 617: Sam se gira y mira al hombre, que y
- Page 618 and 619: profunda inspiración, cierro los o
- Page 620 and 621: lado de la puerta, una escalera asc
- Page 622 and 623: —Estoy buscando a un amigo. Ha ve
- Page 624 and 625: hombre baja otro escalón. Sólo no
consigue atraparla, se la quito de la<br />
boca, todo <strong>el</strong>lo sin levantarme de la<br />
silla. De este modo consigo apartar<br />
mis pensamientos de Henri, d<strong>el</strong> daño<br />
que pueda haber sufrido, y de la<br />
culpabilidad que siento por todas las<br />
mentiras que tendré que contar a Sam.<br />
Mi amigo tarda veinticinco<br />
minutos en pedalear los seis<br />
kilómetros que le separan de mi casa.<br />
Le oigo acercándose por <strong>el</strong> camino de<br />
entrada. Entonces se baja de un salto<br />
y la bici cae al su<strong>el</strong>o mientras él entra<br />
corriendo por la puerta principal, sin<br />
llamar. Tiene la respiración<br />
entrecortada, y la cara empapada de