1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
—Te juro que te parto la espalda si no me dices la verdad. —Está esperando a que los demás os lleven a los dos a Shepherd Falls. Allí es adonde se ha llevado a Sarah. Quería que viera cómo te dábamos la paliza de tu vida, y entonces pensaba dejarte ir. —Guíame hasta allí —le ordeno. Empieza a caminar con esfuerzo, y yo apago la luz. Sam se agarra a mi camisa y nos sigue. Más adelante, cuando atravesamos un pequeño claro iluminado por la luna, veo que está mirándome las manos. —Son guantes —le digo—. Se los
he quitado a Kevin Miller. Son algún tipo de accesorio de Halloween. Aunque asiente, me doy cuenta de que está asustado. Seguimos andando casi un minuto hasta que oímos el sonido de una corriente de agua justo al frente. —Dame tus gafas —ordeno al que nos está guiando. Él vacila, y le retuerzo el brazo. Encogido por el dolor, se arranca rápidamente las gafas de la cara. —Cógelas, cógelas —chilla. Cuando me las pongo, el mundo se tiñe de verde. Doy un fuerte empujón al futbolista, que se cae al
- Page 372 and 373: el otro día en el instituto y no s
- Page 374 and 375: —Lo dudo mucho. Mark se retira ha
- Page 376 and 377: CAPÍTULO TRECE LOS NIÑOS CORREN,
- Page 378 and 379: a su lado, y yo me siento en él.
- Page 380 and 381: cada vez más tenue del crepúsculo
- Page 382 and 383: entonces. —Buena suerte con los b
- Page 384 and 385: —Un poco. Pero sigo sin tener ni
- Page 386 and 387: Él mira al grupo y asiente, y ento
- Page 388 and 389: y la de Sarah una sonrisa de perple
- Page 390 and 391: de diez minutos. Según el folleto,
- Page 392 and 393: —¡Qué bien! Dentro de unos cinc
- Page 394 and 395: insistir: —No va a pasar nada.
- Page 396 and 397: demasiado —bromea, señalándome
- Page 398 and 399: —Venga —le dice Sarah, haciénd
- Page 400 and 401: comento. —Será porque está loqu
- Page 402 and 403: oscuridad de forma intermitente dur
- Page 404 and 405: Cuando se ha bajado el último de l
- Page 406 and 407: y también Sam. Yo tropiezo, caigo
- Page 408 and 409: hojas. Me quedo ahí parado unos se
- Page 410 and 411: llegar a caer. Lanzo un puñetazo a
- Page 412 and 413: CAPÍTULO CATORCE KEVIN SALE DE ENT
- Page 414 and 415: que pueda ponerse en pie. Cuando ca
- Page 416 and 417: pero me desprendo de él y le levan
- Page 418 and 419: encender mis luces, y sólo entonce
- Page 420 and 421: temperatura es de sólo siete u och
- Page 424 and 425: suelo. —Vamos —digo a Sam, y de
- Page 426 and 427: sombras. —Vaya, vaya, vaya —dic
- Page 428 and 429: de sus amigos, más corpulentos que
- Page 430 and 431: que su codo me golpea la cara y me
- Page 432 and 433: Sam está sentado en la roca a su l
- Page 434 and 435: comparado con lo que te va a pasar.
- Page 436 and 437: nada. Apenas hemos dado cinco pasos
- Page 438 and 439: silencio, y rezo por que pesen más
- Page 440 and 441: toda prisa. Se le ve muy impactado.
- Page 442 and 443: siento capaz de tenerme en pie. —
- Page 444 and 445: CAPÍTULO QUINCE LA PRIMERA NEVADA
- Page 446 and 447: punto en el que estamos ahora, marc
- Page 448 and 449: empeñado en sacar este poder de la
- Page 450 and 451: —Sigamos intentándolo. Acto segu
- Page 452 and 453: preocupado por mis avances o si es
- Page 454 and 455: levanta la vista de su plato except
- Page 456 and 457: contemplar las estrellas. —Algo v
- Page 458 and 459: —Y eso no es todo —añade Henri
- Page 460 and 461: Henri señala las estrellas. —Ah
- Page 462 and 463: cosas si te acordaras. —Pero no m
- Page 464 and 465: —Ya estoy enamorado. Y lo seguir
- Page 466 and 467: Después de ver la peli, Henri y yo
- Page 468 and 469: un motivo que trasciende la mera su
- Page 470 and 471: legado para poder activarlo. Despu
he quitado a Kevin Miller. Son algún<br />
tipo de accesorio de Halloween.<br />
Aunque asiente, me doy cuenta de<br />
que está asustado. Seguimos andando<br />
casi un minuto hasta que oímos <strong>el</strong><br />
sonido de una corriente de agua justo<br />
al frente.<br />
—Dame tus gafas —ordeno al que<br />
nos está guiando.<br />
Él vacila, y le retuerzo <strong>el</strong> brazo.<br />
Encogido por <strong>el</strong> dolor, se arranca<br />
rápidamente las gafas de la cara.<br />
—Cóg<strong>el</strong>as, cóg<strong>el</strong>as —chilla.<br />
Cuando me las pongo, <strong>el</strong> mundo<br />
se tiñe de verde. Doy un fuerte<br />
empujón al futbolista, que se cae al