1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
Nuestras naves no utilizaban la combustión para el despegue; no necesitaban gasolina ni carburantes. Emitían una pequeña estela de humo azul procedente de los cristales que las propulsaban, pero nunca fuego como esta segunda nave. Es lenta y torpe comparada con la primera, pero aun así sigue adelante, alzándose por el aire, acelerando. Henri nunca me ha hablado de una segunda nave. ¿Quién la ocupa? ¿Adónde va? Los mogadorianos gritan y señalan hacia ella. Una vez más, muestran desasosiego, y por un breve instante, los lóricos sacan nuevas fuerzas.
—Tenía los ojos más verdes que hubiera visto jamás, resplandecientes como esmeraldas, y un corazón tan grande como el mismo planeta. Siempre estaba ayudando a los demás, recogiendo animales y adoptándolos como mascotas. Nunca sabré qué es lo que vio en mí. Ha vuelto la enorme bestia, la de ojos rojos y cuernos gigantescos. Hilos de babas mezcladas con sangre caen de sus dientes afilados como navajas, tan grandes que no caben en su boca. El hombre de plata y azul se planta frente a ella. Intenta alzarla con sus poderes y consigue separarla un par
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Nuestras naves no utilizaban la<br />
combustión para <strong>el</strong> despegue; no<br />
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Emitían una pequeña est<strong>el</strong>a de humo<br />
azul procedente de los cristales que<br />
las propulsaban, pero nunca fuego<br />
como esta segunda nave. Es lenta y<br />
torpe comparada con la primera, pero<br />
aun así sigue ad<strong>el</strong>ante, alzándose por<br />
<strong>el</strong> aire, ac<strong>el</strong>erando. Henri nunca me<br />
ha hablado de una segunda nave.<br />
¿Quién la ocupa? ¿Adónde va? Los<br />
mogadorianos gritan y señalan hacia<br />
<strong>el</strong>la. Una vez más, muestran<br />
desasosiego, y por un breve instante,<br />
los lóricos sacan nuevas fuerzas.