1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
del sol sobre la cara, llegado de no se sabe dónde, y un viento mucho más cálido que el que sopla fuera de las paredes de la casa. Cuando abro los ojos, ya no estoy en Ohio. Estoy encima de una gran extensión de árboles, una jungla espesa hasta donde abarca la vista. Un cielo azul, un sol que lo abarca todo, siendo casi el doble de grande que el de la Tierra. Una brisa cálida y suave me acaricia el pelo. Más abajo, las corrientes de agua forman unas profundas simas que atraviesan la masa forestal. Floto sobre una de ellas. Animales de todos los tamaños y
formas (algunos alargados y esbeltos, otros con patas cortas y cuerpos recios, algunos con pelo y otros con una piel oscura que parece rugosa al tacto) beben de las frescas aguas, a la orilla del río. Muy a lo lejos, se ve la curvada línea del horizonte, y me doy cuenta de que estoy en Lorien. Es un planeta diez veces más pequeño que la Tierra, y es posible ver la curva de su superficie al mirar desde grandes distancias. De algún modo, soy capaz de volar. Subo disparado hacia arriba y giro en el aire, y luego desciendo en picado y recorro a toda velocidad la
- Page 172 and 173: escasez de alimentos… Llegó un m
- Page 174 and 175: terminen todas. La primera mitad de
- Page 176 and 177: de la cabeza. El proyectil le ha ll
- Page 178 and 179: constitución de un futbolista de l
- Page 180 and 181: Kevin, señor Johnson —le dice Ma
- Page 182 and 183: del director. El señor Harris est
- Page 184 and 185: —Esa lengua —le riñe el señor
- Page 186 and 187: distraído limpiándose. Pero me im
- Page 188 and 189: hace mucha ilusión. —Muy bien. V
- Page 190 and 191: —No quiero volver a veros por aqu
- Page 192 and 193: corazón desbocado. Por favor, que
- Page 194 and 195: me quita un trozo seco del pelo.
- Page 196 and 197: Intento romper el primer huevo pero
- Page 198 and 199: Yo me río, y le contesto: —Sufro
- Page 200 and 201: Caminamos en silencio algunos pasos
- Page 202 and 203: empieza a recorrerme el cuerpo. Mis
- Page 204 and 205: para ayudarme: apenas me conoce. Pe
- Page 206 and 207: CAPÍTULO OCHO ENCUENTRO A HENRI AP
- Page 208 and 209: carretera—. He tenido que conduci
- Page 210 and 211: compromiso que en cualquier otra co
- Page 212 and 213: —Creo que estoy más impaciente p
- Page 214 and 215: —El candado sólo se abre si esta
- Page 216 and 217: —Todavía no. Dentro hay cosas qu
- Page 218 and 219: que algunas veces deseaba que no lo
- Page 220 and 221: silencio, a excepción de alguna qu
- Page 224 and 225: superficie del río. Los animales l
- Page 226 and 227: persiguiéndola. Asciendo más alto
- Page 228 and 229: aeronaves diferentes, todas ellas s
- Page 230 and 231: Henri, pero no le veo por ningún l
- Page 232 and 233: en que sabían que seríamos más v
- Page 234 and 235: desaparece. Tiene algo que me resul
- Page 236 and 237: Pasa a través de mí, pero se llev
- Page 238 and 239: transcurrido casi una hora. Estoy s
- Page 240 and 241: encendidos, y visiones difusas de L
- Page 242 and 243: instante, hace una profunda inspira
- Page 244 and 245: de mi corazón en el pecho. Mis ded
- Page 246 and 247: he tenido. Todavía oigo los gritos
- Page 248 and 249: —Bernie Kosar —leo, y el perro
- Page 250 and 251: comprendido lo que significaba hast
- Page 252 and 253: emprender acciones drásticas. Henr
- Page 254 and 255: ojos. —¿Sabes cuál es el segund
- Page 256 and 257: —Pero no creo que estén interesa
- Page 258 and 259: —Diría que tenemos una nueva mas
- Page 260 and 261: para asegurarme de que Mark James n
- Page 262 and 263: CAPÍTULO DIEZ CUANDO ME DESPIERTO,
- Page 264 and 265: nosotros, y entonces se para y se s
- Page 266 and 267: —Sí. —¿Móvil? —Sí. —¿C
- Page 268 and 269: muy distinto a como me lo imaginaba
- Page 270 and 271: puerta y entro sin esperar su respu
formas (algunos alargados y esb<strong>el</strong>tos,<br />
otros con patas cortas y cuerpos<br />
recios, algunos con p<strong>el</strong>o y otros con<br />
una pi<strong>el</strong> oscura que parece rugosa al<br />
tacto) beben de las frescas aguas, a la<br />
orilla d<strong>el</strong> río. Muy a lo lejos, se ve la<br />
curvada línea d<strong>el</strong> horizonte, y me doy<br />
cuenta de que estoy en Lorien. Es un<br />
planeta diez veces más pequeño que la<br />
Tierra, y es posible ver la curva de su<br />
superficie al mirar desde grandes<br />
distancias.<br />
De algún modo, soy capaz de<br />
volar. Subo disparado hacia arriba y<br />
giro en <strong>el</strong> aire, y luego desciendo en<br />
picado y recorro a toda v<strong>el</strong>ocidad la