1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
Por la forma en que se le arruga el entrecejo veo que he acertado. —Bueno, ¿y qué pasa si he sido yo? ¿Qué vas a hacer? Ahora debe de haber como treinta personas a nuestro alrededor. No tengo ninguna duda de que, antes de que hayan pasado diez minutos desde el comienzo de la primera clase, todo el instituto sabrá lo que ha ocurrido. —Date por avisado. Tienes de tiempo hasta el final de las clases —le digo, y entonces me doy la vuelta y me alejo. —Y si no, ¿qué? —grita detrás de mí, pero hago como que no le he
oído. Que él mismo se conteste. Tengo los puños apretados, y comprendo que he confundido los nervios con la adrenalina. ¿Por qué estaba tan nervioso? ¿La incertidumbre? ¿El hecho de que sea la primera vez que le planto cara a alguien? ¿La posibilidad de que mis manos empiecen a brillar? Seguramente, las tres cosas a la vez. Voy al servicio, me meto en un compartimento vacío y paso el pestillo de la puerta. Abro las manos. Un ligero fulgor en la derecha. Cierro los ojos, suspiro e intento respirar despacio. Un minuto después, el fulgor
- Page 112 and 113: dedos. Entonces, la puerta empieza
- Page 114 and 115: el exterior de la casa. Estoy tan c
- Page 116 and 117: —¿Señor Smith? ¿Va todo bien?
- Page 118 and 119: el pasillo. —Tienes que caminar l
- Page 120 and 121: cuarto oscuro para que se le haya p
- Page 122 and 123: oja de lo que creía, y los ojos un
- Page 124 and 125: —Una espera larga de la mierda. P
- Page 126 and 127: —¡Ya era hora! —digo. El cofre
- Page 128 and 129: media allí. ¿Cómo has podido ten
- Page 130 and 131: No sé ni cómo se mantiene en pie
- Page 132 and 133: —Nunca te he visto tan cansado. D
- Page 134 and 135: Bajo el brazo y me toco las tres ci
- Page 136 and 137: estamos haciéndonos más fuertes,
- Page 138 and 139: elevado por encima de las copas de
- Page 140 and 141: marca las 11.36. Llevamos en Ohio p
- Page 142 and 143: los veinticinco y los treinta y cin
- Page 144 and 145: noto distinto de antes. —¿Te ha
- Page 146 and 147: —Sí, seguramente después de un
- Page 148 and 149: de inclinar la balanza a mi favor.
- Page 150 and 151: CAPÍTULO SIETE ME DESPIERTO ANTES
- Page 152 and 153: naturales, como piedras preciosas y
- Page 154 and 155: opa un día de estos. Él asiente y
- Page 156 and 157: Él suspira y menea la cabeza. —N
- Page 158 and 159: —Gracias. Vuelvo al pasillo, pero
- Page 160 and 161: se pone de pie y se acerca al grupo
- Page 164 and 165: sigue allí. Meneo la cabeza, contr
- Page 166 and 167: Cuando entro, todos dirigen la mira
- Page 168 and 169: —¿Qué te cuentas, corredor? He
- Page 170 and 171: de cómo son los marcianos. Cuerpos
- Page 172 and 173: escasez de alimentos… Llegó un m
- Page 174 and 175: terminen todas. La primera mitad de
- Page 176 and 177: de la cabeza. El proyectil le ha ll
- Page 178 and 179: constitución de un futbolista de l
- Page 180 and 181: Kevin, señor Johnson —le dice Ma
- Page 182 and 183: del director. El señor Harris est
- Page 184 and 185: —Esa lengua —le riñe el señor
- Page 186 and 187: distraído limpiándose. Pero me im
- Page 188 and 189: hace mucha ilusión. —Muy bien. V
- Page 190 and 191: —No quiero volver a veros por aqu
- Page 192 and 193: corazón desbocado. Por favor, que
- Page 194 and 195: me quita un trozo seco del pelo.
- Page 196 and 197: Intento romper el primer huevo pero
- Page 198 and 199: Yo me río, y le contesto: —Sufro
- Page 200 and 201: Caminamos en silencio algunos pasos
- Page 202 and 203: empieza a recorrerme el cuerpo. Mis
- Page 204 and 205: para ayudarme: apenas me conoce. Pe
- Page 206 and 207: CAPÍTULO OCHO ENCUENTRO A HENRI AP
- Page 208 and 209: carretera—. He tenido que conduci
- Page 210 and 211: compromiso que en cualquier otra co
Por la forma en que se le arruga <strong>el</strong><br />
entrecejo veo que he acertado.<br />
—Bueno, ¿y qué pasa si he sido<br />
yo? ¿Qué vas a hacer?<br />
Ahora debe de haber como treinta<br />
personas a nuestro alrededor. No<br />
tengo ninguna duda de que, antes de<br />
que hayan pasado diez minutos desde<br />
<strong>el</strong> comienzo de la primera clase, todo<br />
<strong>el</strong> instituto sabrá lo que ha ocurrido.<br />
—Date por avisado. Tienes de<br />
tiempo hasta <strong>el</strong> final de las clases —le<br />
digo, y entonces me doy la vu<strong>el</strong>ta y<br />
me alejo.<br />
—Y si no, ¿qué? —grita detrás de<br />
mí, pero hago como que no le he