1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
—Sí, seguramente después de un sueño reparador, cuando tu mente se olvide de que están encendidas — responde—. Pero durante un tiempo tendrás que tener cuidado de no alterarte. Un desequilibrio emocional puede hacer que se te enciendan otra vez, si estás demasiado nervioso, o enfadado, o triste. —¿Hasta cuándo? —Hasta que aprendas a controlarlas. —Henri cierra los ojos y se frota la cara con las manos—. En fin, yo voy a intentar dormir otra vez. Hablaremos de tu entrenamiento dentro de unas horas.
Me quedo en la mesa de la cocina después de que se haya ido. Abro y cierro las manos, hago profundas respiraciones e intento calmarme completamente por dentro para que las luces se apaguen. Por supuesto, no tengo éxito. Toda la casa sigue patas arriba, a excepción de las cuatro cosas que ha hecho Henri mientras yo estaba fuera. Sé que preferiría que nos marcháramos otra vez, pero no hasta el punto de que no pueda convencerle de que nos quedemos. A lo mejor, si se despierta y se encuentra con la casa limpia y ordenada, eso acabará
- Page 96 and 97: luego, y las palabras de Henri resu
- Page 98 and 99: —Ya decía yo —le digo, y sigo
- Page 100 and 101: mayor. Mark James, que está sentad
- Page 102 and 103: los demás. Pero ¿qué puede haber
- Page 104 and 105: Cuarenta, treinta y nueve. Ahora si
- Page 106 and 107: atrás y me doy la vuelta. Mark est
- Page 108 and 109: pensarán que soy un cobarde por ir
- Page 110 and 111: todavía refulge, de forma intermit
- Page 112 and 113: dedos. Entonces, la puerta empieza
- Page 114 and 115: el exterior de la casa. Estoy tan c
- Page 116 and 117: —¿Señor Smith? ¿Va todo bien?
- Page 118 and 119: el pasillo. —Tienes que caminar l
- Page 120 and 121: cuarto oscuro para que se le haya p
- Page 122 and 123: oja de lo que creía, y los ojos un
- Page 124 and 125: —Una espera larga de la mierda. P
- Page 126 and 127: —¡Ya era hora! —digo. El cofre
- Page 128 and 129: media allí. ¿Cómo has podido ten
- Page 130 and 131: No sé ni cómo se mantiene en pie
- Page 132 and 133: —Nunca te he visto tan cansado. D
- Page 134 and 135: Bajo el brazo y me toco las tres ci
- Page 136 and 137: estamos haciéndonos más fuertes,
- Page 138 and 139: elevado por encima de las copas de
- Page 140 and 141: marca las 11.36. Llevamos en Ohio p
- Page 142 and 143: los veinticinco y los treinta y cin
- Page 144 and 145: noto distinto de antes. —¿Te ha
- Page 148 and 149: de inclinar la balanza a mi favor.
- Page 150 and 151: CAPÍTULO SIETE ME DESPIERTO ANTES
- Page 152 and 153: naturales, como piedras preciosas y
- Page 154 and 155: opa un día de estos. Él asiente y
- Page 156 and 157: Él suspira y menea la cabeza. —N
- Page 158 and 159: —Gracias. Vuelvo al pasillo, pero
- Page 160 and 161: se pone de pie y se acerca al grupo
- Page 162 and 163: Por la forma en que se le arruga el
- Page 164 and 165: sigue allí. Meneo la cabeza, contr
- Page 166 and 167: Cuando entro, todos dirigen la mira
- Page 168 and 169: —¿Qué te cuentas, corredor? He
- Page 170 and 171: de cómo son los marcianos. Cuerpos
- Page 172 and 173: escasez de alimentos… Llegó un m
- Page 174 and 175: terminen todas. La primera mitad de
- Page 176 and 177: de la cabeza. El proyectil le ha ll
- Page 178 and 179: constitución de un futbolista de l
- Page 180 and 181: Kevin, señor Johnson —le dice Ma
- Page 182 and 183: del director. El señor Harris est
- Page 184 and 185: —Esa lengua —le riñe el señor
- Page 186 and 187: distraído limpiándose. Pero me im
- Page 188 and 189: hace mucha ilusión. —Muy bien. V
- Page 190 and 191: —No quiero volver a veros por aqu
- Page 192 and 193: corazón desbocado. Por favor, que
- Page 194 and 195: me quita un trozo seco del pelo.
—Sí, seguramente después de un<br />
sueño reparador, cuando tu mente se<br />
olvide de que están encendidas —<br />
responde—. Pero durante un tiempo<br />
tendrás que tener cuidado de no<br />
alterarte. Un desequilibrio emocional<br />
puede hacer que se te enciendan otra<br />
vez, si estás demasiado nervioso, o<br />
enfadado, o triste.<br />
—¿Hasta cuándo?<br />
—Hasta que aprendas a<br />
controlarlas. —Henri cierra los ojos y<br />
se frota la cara con las manos—. En<br />
fin, yo voy a intentar dormir otra vez.<br />
Hablaremos de tu entrenamiento<br />
dentro de unas horas.