1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
media allí. ¿Cómo has podido tener ya una riña? Te creía más sensato. —Es un instituto. Soy el nuevo. Es fácil. Henri saca su teléfono del bolsillo y marca mi número. Acto seguido, lo cierra. —Está apagado —dice. —Claro que está apagado. Henri me mira fijamente. —¿Qué ha pasado? —me pregunta en un tono de voz que reconozco. Es el que usa cuando está pensando en otro traslado. —Nada. Sólo una discusión de nada. Seguro que se me ha caído al
suelo cuando lo metía en la mochila —digo, aunque sé que no ha sido así —. No estaba muy fino en ese momento. Lo más seguro es que esté esperándome en objetos perdidos. Él escudriña la casa con la mirada y deja escapar un suspiro. —¿Te ha visto alguien las manos? Le miro a los ojos. Los tiene inyectados en sangre, más rojos que cuando me llevó al instituto. Su pelo está revuelto, y tiene un aire abatido que da la impresión de que vaya a desplomarse de cansancio en cualquier momento. La última vez que durmió fue en Florida, hace dos días.
- Page 78 and 79: llamar mi atención. A la chica le
- Page 80 and 81: caliente, como si tuvieras fiebre o
- Page 82 and 83: sheriff del pueblo, y él es la est
- Page 84 and 85: ayuda a impedir que me sigan la pis
- Page 86 and 87: terminar el proyecto en el que est
- Page 88 and 89: me parecen horas mientras repasa ca
- Page 90 and 91: acogerte en ella. —Gracias. El se
- Page 92 and 93: una cadena que lleva alrededor del
- Page 94 and 95: equilibrio, me mantengo de pie. Una
- Page 96 and 97: luego, y las palabras de Henri resu
- Page 98 and 99: —Ya decía yo —le digo, y sigo
- Page 100 and 101: mayor. Mark James, que está sentad
- Page 102 and 103: los demás. Pero ¿qué puede haber
- Page 104 and 105: Cuarenta, treinta y nueve. Ahora si
- Page 106 and 107: atrás y me doy la vuelta. Mark est
- Page 108 and 109: pensarán que soy un cobarde por ir
- Page 110 and 111: todavía refulge, de forma intermit
- Page 112 and 113: dedos. Entonces, la puerta empieza
- Page 114 and 115: el exterior de la casa. Estoy tan c
- Page 116 and 117: —¿Señor Smith? ¿Va todo bien?
- Page 118 and 119: el pasillo. —Tienes que caminar l
- Page 120 and 121: cuarto oscuro para que se le haya p
- Page 122 and 123: oja de lo que creía, y los ojos un
- Page 124 and 125: —Una espera larga de la mierda. P
- Page 126 and 127: —¡Ya era hora! —digo. El cofre
- Page 130 and 131: No sé ni cómo se mantiene en pie
- Page 132 and 133: —Nunca te he visto tan cansado. D
- Page 134 and 135: Bajo el brazo y me toco las tres ci
- Page 136 and 137: estamos haciéndonos más fuertes,
- Page 138 and 139: elevado por encima de las copas de
- Page 140 and 141: marca las 11.36. Llevamos en Ohio p
- Page 142 and 143: los veinticinco y los treinta y cin
- Page 144 and 145: noto distinto de antes. —¿Te ha
- Page 146 and 147: —Sí, seguramente después de un
- Page 148 and 149: de inclinar la balanza a mi favor.
- Page 150 and 151: CAPÍTULO SIETE ME DESPIERTO ANTES
- Page 152 and 153: naturales, como piedras preciosas y
- Page 154 and 155: opa un día de estos. Él asiente y
- Page 156 and 157: Él suspira y menea la cabeza. —N
- Page 158 and 159: —Gracias. Vuelvo al pasillo, pero
- Page 160 and 161: se pone de pie y se acerca al grupo
- Page 162 and 163: Por la forma en que se le arruga el
- Page 164 and 165: sigue allí. Meneo la cabeza, contr
- Page 166 and 167: Cuando entro, todos dirigen la mira
- Page 168 and 169: —¿Qué te cuentas, corredor? He
- Page 170 and 171: de cómo son los marcianos. Cuerpos
- Page 172 and 173: escasez de alimentos… Llegó un m
- Page 174 and 175: terminen todas. La primera mitad de
- Page 176 and 177: de la cabeza. El proyectil le ha ll
media allí. ¿Cómo has podido tener ya<br />
una riña? Te creía más sensato.<br />
—Es un instituto. <strong>Soy</strong> <strong>el</strong> nuevo. Es<br />
fácil.<br />
Henri saca su t<strong>el</strong>éfono d<strong>el</strong> bolsillo<br />
y marca mi número. Acto seguido, lo<br />
cierra.<br />
—Está apagado —dice.<br />
—Claro que está apagado.<br />
Henri me mira fijamente.<br />
—¿Qué ha pasado? —me<br />
pregunta en un tono de voz que<br />
reconozco. Es <strong>el</strong> que usa cuando está<br />
pensando en otro traslado.<br />
—Nada. Sólo una discusión de<br />
nada. Seguro que se me ha caído al