1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
tumbado el cadáver de Henri, encima de una tabla de madera. Está envuelto en una manta gris sacada de su cama. Me acerco a él. Sarah me sigue, y apoya una mano en mi hombro. Los demás se quedan de pie, detrás de mí. Aparto la manta para verle. Tiene los ojos cerrados, la cara de un gris ceniciento, y los labios azules por el frío. Le doy un beso en la frente. —¿Qué quieres hacer, John? —me pregunta Seis—. Podemos enterrarle, si quieres. También podemos incinerarle. —¿Cómo podemos incinerarle? —Puedo crear una hoguera.
—Pensaba que sólo controlabas el tiempo. —El tiempo, no. Los elementos. Alzo la vista y observo su delicado rostro, que denota un sentimiento de simpatía pero también de apremio por tener que irnos antes de que lleguen refuerzos de los soldados. No le contesto. Aparto la vista y abrazo a Henri una última vez, con mi cara pegada a la suya, y me abandono al sentimiento de pérdida. —Lo siento mucho, Henri —le susurro al oído, y cierro los ojos—. Te quiero mucho. Yo tampoco cambiaría ni un segundo. Por nada del mundo.
- Page 1128 and 1129: más fuerte. «Así que este es el
- Page 1130 and 1131: aterra. Pero Henri está conmigo, y
- Page 1132 and 1133: siento en ella la rabia ni la malic
- Page 1134 and 1135: estia a actuar, pero esta vacila fr
- Page 1136 and 1137: mujeres y niños. Los mogadorianos.
- Page 1138 and 1139: Caigo de bruces sobre el césped. A
- Page 1140 and 1141: ligeramente abiertos; cada respirac
- Page 1142 and 1143: oca. —Venir aquí, a Paradise, no
- Page 1144 and 1145: cañones, y sus sonidos y luces tra
- Page 1146 and 1147: propio ser empezara a desvanecerse.
- Page 1148 and 1149: ojos, está Sarah. Deja caer el cuc
- Page 1150 and 1151: los casos, trae una negrura impenet
- Page 1152 and 1153: prolonga con el alocado abandono de
- Page 1154 and 1155: digo. Unos ojos luminosos y amables
- Page 1156 and 1157: cae rodando por un lado de la cara.
- Page 1158 and 1159: —¿Dónde estamos? —pregunto.
- Page 1160 and 1161: de la cama y después me agacho par
- Page 1162 and 1163: fue difícil. Sólo teníamos como
- Page 1164 and 1165: la mano suavemente sobre su cabeza.
- Page 1166 and 1167: lo llevas? Ella asiente y contesta:
- Page 1168 and 1169: —Y el mío te pertenece a ti. Atr
- Page 1170 and 1171: pudiéramos; después, vinimos aqu
- Page 1172 and 1173: —¿Cómo te sientes? —me pregun
- Page 1174 and 1175: hubieran pegado ojo. Mark está det
- Page 1176 and 1177: darme una paliza sin esfuerzo, te h
- Page 1180 and 1181: Pienso llevarte de vuelta. De algú
- Page 1182 and 1183: econforta saber que Henri todavía
- Page 1184 and 1185: Asiento, y Seis cierra la puerta. S
- Page 1186 and 1187: acerco a Mark y le estrecho tambié
- Page 1188 and 1189: se para y pone la primera. Mark y S
—Pensaba que sólo controlabas <strong>el</strong><br />
tiempo.<br />
—El tiempo, no. Los <strong>el</strong>ementos.<br />
Alzo la vista y observo su d<strong>el</strong>icado<br />
rostro, que denota un sentimiento de<br />
simpatía pero también de apremio por<br />
tener que irnos antes de que lleguen<br />
refuerzos de los soldados. No le<br />
contesto. Aparto la vista y abrazo a<br />
Henri una última vez, con mi cara<br />
pegada a la suya, y me abandono al<br />
sentimiento de pérdida.<br />
—Lo siento mucho, Henri —le<br />
susurro al oído, y cierro los ojos—. Te<br />
quiero mucho. Yo tampoco cambiaría<br />
ni un segundo. Por nada d<strong>el</strong> mundo.