1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
cañones, y sus sonidos y luces traspasan las gradas del estadio, pero a cada minuto que pasa hay cada vez menos hasta que queda sólo uno. Bajo a Henri al suelo, sin soltarlo de mis brazos. Cuando apoyo la mano en un lado de su cara, abre los ojos y me mira por lo que sé que será la última vez. Hace una débil inspiración y, poco a poco, cierra los ojos. —No cambiaría ni un segundo de lo que hemos pasado, hijo. Ni por todo Lorien. Ni por todo el mundo — dice, y cuando la última palabra sale de sus labios, sé que se ha ido. Le aprieto en mis brazos,
temblando, llorando, presa por la desesperación. Una mano suya cae inerte sobre el césped. Acuno su cabeza en mi mano, me la acerco al pecho y la mezo adelante y atrás, llorando como nunca en mi vida. El colgante que llevo en el cuello resplandece con un tono azul, parece más pesado por una fracción de segundo, y después recupera su estado normal. Sentado sobre el césped, sigo abrazando a Henri hasta que calla el último de los cañones. El dolor abandona mi propio cuerpo, y con el frío de la noche siento como si mi
- Page 1094 and 1095: CAPÍTULO TREINTA Y DOS DESPUÉS DE
- Page 1096 and 1097: desayunaba. ¿Cuánto tiempo debe d
- Page 1098 and 1099: afilados, cuernos enroscados como l
- Page 1100 and 1101: patas traseras, y Bernie Kosar tien
- Page 1102 and 1103: hacer nada para impedirlo. Y yo no
- Page 1104 and 1105: como ha llegado. En este momento, s
- Page 1106 and 1107: invadido por algún tipo de dolor.
- Page 1108 and 1109: manos son demasiado grandes y la ho
- Page 1110 and 1111: partes trozos de cerebro, carne y c
- Page 1112 and 1113: CAPÍTULO TREINTA Y TRES LA IMAGEN
- Page 1114 and 1115: que le he visto coger del cofre ló
- Page 1116 and 1117: —¿Están todos bien? —pregunto
- Page 1118 and 1119: —Estaba en la nave con nosotros.
- Page 1120 and 1121: decía que nos quedaba poco tiempo.
- Page 1122 and 1123: Unas ramitas chasquean detrás de n
- Page 1124 and 1125: magullados, y sin más armas que nu
- Page 1126 and 1127: delante de nosotros, y allí es don
- Page 1128 and 1129: más fuerte. «Así que este es el
- Page 1130 and 1131: aterra. Pero Henri está conmigo, y
- Page 1132 and 1133: siento en ella la rabia ni la malic
- Page 1134 and 1135: estia a actuar, pero esta vacila fr
- Page 1136 and 1137: mujeres y niños. Los mogadorianos.
- Page 1138 and 1139: Caigo de bruces sobre el césped. A
- Page 1140 and 1141: ligeramente abiertos; cada respirac
- Page 1142 and 1143: oca. —Venir aquí, a Paradise, no
- Page 1146 and 1147: propio ser empezara a desvanecerse.
- Page 1148 and 1149: ojos, está Sarah. Deja caer el cuc
- Page 1150 and 1151: los casos, trae una negrura impenet
- Page 1152 and 1153: prolonga con el alocado abandono de
- Page 1154 and 1155: digo. Unos ojos luminosos y amables
- Page 1156 and 1157: cae rodando por un lado de la cara.
- Page 1158 and 1159: —¿Dónde estamos? —pregunto.
- Page 1160 and 1161: de la cama y después me agacho par
- Page 1162 and 1163: fue difícil. Sólo teníamos como
- Page 1164 and 1165: la mano suavemente sobre su cabeza.
- Page 1166 and 1167: lo llevas? Ella asiente y contesta:
- Page 1168 and 1169: —Y el mío te pertenece a ti. Atr
- Page 1170 and 1171: pudiéramos; después, vinimos aqu
- Page 1172 and 1173: —¿Cómo te sientes? —me pregun
- Page 1174 and 1175: hubieran pegado ojo. Mark está det
- Page 1176 and 1177: darme una paliza sin esfuerzo, te h
- Page 1178 and 1179: tumbado el cadáver de Henri, encim
- Page 1180 and 1181: Pienso llevarte de vuelta. De algú
- Page 1182 and 1183: econforta saber que Henri todavía
- Page 1184 and 1185: Asiento, y Seis cierra la puerta. S
- Page 1186 and 1187: acerco a Mark y le estrecho tambié
- Page 1188 and 1189: se para y pone la primera. Mark y S
cañones, y sus sonidos y luces<br />
traspasan las gradas d<strong>el</strong> estadio, pero<br />
a cada minuto que pasa hay cada vez<br />
menos hasta que queda sólo uno. Bajo<br />
a Henri al su<strong>el</strong>o, sin soltarlo de mis<br />
brazos. Cuando apoyo la mano en un<br />
lado de su cara, abre los ojos y me<br />
mira por lo que sé que será la última<br />
vez. Hace una débil inspiración y,<br />
poco a poco, cierra los ojos.<br />
—No cambiaría ni un segundo de<br />
lo que hemos pasado, hijo. Ni por<br />
todo Lorien. Ni por todo <strong>el</strong> mundo —<br />
dice, y cuando la última palabra sale<br />
de sus labios, sé que se ha ido.<br />
Le aprieto en mis brazos,