1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
muerte blanca viene certera hacia mí. Ambos se cruzan en el aire sin tocarse. Justo cuando creo que me alcanzará el segundo disparo, trayendo consigo la muerte, ocurre otra cosa en su lugar. El puñal llega antes. El mundo se desvanece. Las sombras se diluyen, y el frío y la oscuridad regresan como si nunca se hubiesen ido. Es una transición vertiginosa. Doy un paso atrás y me desplomo. Cuando mis ojos se ajustan a la escasez de luz, los dirijo hacia la negra figura del soldado que se alza sobre mí. El disparo del cañón no ha
viajado con nosotros desde el mundo alternativo, pero sí el brillante puñal, con la hoja clavada profundamente en su corazón, la empuñadura parpadeando con un resplandor naranja bajo la luz de la luna. El soldado se tambalea, y entonces el cuchillo penetra más hondo y desaparece. El mogadoriano gruñe mientras brotan chorros de sangre negra de su herida abierta. Los ojos se le ponen en blanco antes de desaparecer en su cabeza, y entonces cae inmóvil al suelo y explota en una nube de cenizas que me salpica los zapatos. Un soldado. He matado al
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muerte blanca viene certera hacia mí.<br />
Ambos se cruzan en <strong>el</strong> aire sin<br />
tocarse. Justo cuando creo que me<br />
alcanzará <strong>el</strong> segundo disparo,<br />
trayendo consigo la muerte, ocurre<br />
otra cosa en su lugar.<br />
El puñal llega antes.<br />
El mundo se desvanece. Las<br />
sombras se diluyen, y <strong>el</strong> frío y la<br />
oscuridad regresan como si nunca se<br />
hubiesen ido. Es una transición<br />
vertiginosa. Doy un paso atrás y me<br />
desplomo. Cuando mis ojos se ajustan<br />
a la escasez de luz, los dirijo hacia la<br />
negra figura d<strong>el</strong> soldado que se alza<br />
sobre mí. El disparo d<strong>el</strong> cañón no ha