1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
distancia que nos separaba con un parpadeo. Me levanta con una sola mano, respirando con la boca abierta, de modo que puedo oler el hedor agrio de su respiración, el olor a podredumbre. Me revuelvo, intento arrancar sus dedos de mi garganta, pero parecen de hierro. Y entonces me lanza por los aires. Aterrizo sobre mi espalda, una docena de metros más allá. Me levanto y se lanza hacia mí, blandiendo su espada sobre mi cabeza. Me agacho y rechazo al soldado empujándolo con todas mis fuerzas. Da un traspiés, pero sigue en
pie. Intento levantarlo con telequinesia, pero no ocurre nada. En este mundo alternativo, mis poderes están menguados, son casi inefectivos. El mogadoriano juega con ventaja aquí. Sonríe ante mi impotencia y levanta la espada con ambas manos. La hoja cobra vida, pasando del plata reluciente al azul helado. Unas llamas azules lamen su superficie. La espada resplandece de poder, como había dicho Seis. El soldado la blande hacia mí, y otro puñal sale disparado de su punta, volando a mi encuentro. «Puedo con esto», pienso. He pasado
- Page 1002 and 1003: Lo levanta en el aire para volver a
- Page 1004 and 1005: prenda de ropa interior sucia. Mark
- Page 1006 and 1007: indicándome que no lo sabe. —Vay
- Page 1008 and 1009: como puedo. Las paredes y el suelo
- Page 1010 and 1011: a un lado y luego al otro para cerc
- Page 1012 and 1013: a un rastreador al que no hemos vis
- Page 1014 and 1015: fuerza en la garganta, con los ojos
- Page 1016 and 1017: al rastreador más cercano hasta qu
- Page 1018 and 1019: —Tienes que llevar a Sarah al ins
- Page 1020 and 1021: vida. —Yo también te quiero —s
- Page 1022 and 1023: se han retirado y un tercero está
- Page 1024 and 1025: nosotros. —¿Qué es? —le pregu
- Page 1026 and 1027: así cómo viajan, con semirremolqu
- Page 1028 and 1029: haya sentido antes. Suelto quejidos
- Page 1030 and 1031: suspira con un gesto casi desespera
- Page 1032 and 1033: CAPÍTULO TREINTA Y UNO OTRO RUGIDO
- Page 1034 and 1035: escapar si permanecemos invisibles.
- Page 1036 and 1037: unos gemidos leves pero agudos, com
- Page 1038 and 1039: se separan y dan un salto desde uno
- Page 1040 and 1041: pueda llegar a hacerle. —¡Seis,
- Page 1042 and 1043: aplastarle, Henri desaparece. El pu
- Page 1044 and 1045: mecen por el efecto de una suave br
- Page 1046 and 1047: doy la vuelta y no veo nada al prin
- Page 1048 and 1049: pequeño puñal. Veo el proyectil t
- Page 1050 and 1051: más brillante en este nuevo mundo.
- Page 1054 and 1055: horas entrenando en el patio con He
- Page 1056 and 1057: desafiante, se lleva una mano detr
- Page 1058 and 1059: árboles. Ya lo comprendo: es el ar
- Page 1060 and 1061: como si me hubiera caído un rayo e
- Page 1062 and 1063: medida que se acerca. Intento desvi
- Page 1064 and 1065: muerte blanca viene certera hacia m
- Page 1066 and 1067: primero. Espero que no sea el últi
- Page 1068 and 1069: esperando que el cañón me parta e
- Page 1070 and 1071: los que ya estaban aquí. Así que
- Page 1072 and 1073: No damos ni cinco pasos antes de qu
- Page 1074 and 1075: nuevo contra el suelo. El rostro. A
- Page 1076 and 1077: luna solitaria. Ni un solo soplo de
- Page 1078 and 1079: otra? No necesito saberlo. Echo a c
- Page 1080 and 1081: Entro en el estadio, atravieso a la
- Page 1082 and 1083: todavía siento su presencia, y me
- Page 1084 and 1085: los ojos se me abren de par en par
- Page 1086 and 1087: hacia delante hasta que ya no puedo
- Page 1088 and 1089: terminados en garras de rapaz, capa
- Page 1090 and 1091: al principio, pero enseguida me doy
- Page 1092 and 1093: siquiera, o eso también me lo esto
- Page 1094 and 1095: CAPÍTULO TREINTA Y DOS DESPUÉS DE
- Page 1096 and 1097: desayunaba. ¿Cuánto tiempo debe d
- Page 1098 and 1099: afilados, cuernos enroscados como l
- Page 1100 and 1101: patas traseras, y Bernie Kosar tien
distancia que nos separaba con un<br />
parpadeo. Me levanta con una sola<br />
mano, respirando con la boca abierta,<br />
de modo que puedo oler <strong>el</strong> hedor<br />
agrio de su respiración, <strong>el</strong> olor a<br />
podredumbre. Me revu<strong>el</strong>vo, intento<br />
arrancar sus dedos de mi garganta,<br />
pero parecen de hierro.<br />
Y entonces me lanza por los aires.<br />
Aterrizo sobre mi espalda, una<br />
docena de metros más allá. Me<br />
levanto y se lanza hacia mí,<br />
blandiendo su espada sobre mi<br />
cabeza. Me agacho y rechazo al<br />
soldado empujándolo con todas mis<br />
fuerzas. Da un traspiés, pero sigue en