1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
aplastarle, Henri desaparece. El puño atraviesa el suelo del gimnasio, haciendo añicos la madera, y el impacto me lanza contra las gradas, cinco metros más allá. La bestia se vuelve hacia mí, tapándome el lugar donde Henri estaba hace un momento. —¡Henri! —grito, pero el siguiente rugido ahoga cualquier respuesta posible. La bestia avanza un paso hacia mí. Al bosque, ha dicho Seis. Ve al bosque. Me pongo en pie y corro tan rápido como puedo hacia el fondo del gimnasio, por donde ha irrumpido la bestia. Me giro para ver si me sigue.
No es así. Tal vez Seis haya hecho algo para desviar su atención. Sólo sé que ahora estoy solo, sin nadie que pueda ayudarme. Salto sobre la pila de escombros y, tras salir del instituto a toda velocidad, echo a correr tan rápido como puedo hacia el bosque. Las sombras se arremolinan a mi alrededor y me siguen como espectros malignos. Sé que no puedo correr más deprisa que ellos. La bestia ruge y oigo otra pared desmoronándose. Cuando alcanzo los árboles, las sombras envolventes parecen haberse esfumado. Me detengo a escuchar. Los árboles se
- Page 992 and 993: aparcamiento y se alejan a toda vel
- Page 994 and 995: acertado; la trampilla del escenari
- Page 996 and 997: tirón al cargador, mirando a Sarah
- Page 998 and 999: pesada. —No nos queda más remedi
- Page 1000 and 1001: vacío. Bernie Kosar ya ha llegado
- Page 1002 and 1003: Lo levanta en el aire para volver a
- Page 1004 and 1005: prenda de ropa interior sucia. Mark
- Page 1006 and 1007: indicándome que no lo sabe. —Vay
- Page 1008 and 1009: como puedo. Las paredes y el suelo
- Page 1010 and 1011: a un lado y luego al otro para cerc
- Page 1012 and 1013: a un rastreador al que no hemos vis
- Page 1014 and 1015: fuerza en la garganta, con los ojos
- Page 1016 and 1017: al rastreador más cercano hasta qu
- Page 1018 and 1019: —Tienes que llevar a Sarah al ins
- Page 1020 and 1021: vida. —Yo también te quiero —s
- Page 1022 and 1023: se han retirado y un tercero está
- Page 1024 and 1025: nosotros. —¿Qué es? —le pregu
- Page 1026 and 1027: así cómo viajan, con semirremolqu
- Page 1028 and 1029: haya sentido antes. Suelto quejidos
- Page 1030 and 1031: suspira con un gesto casi desespera
- Page 1032 and 1033: CAPÍTULO TREINTA Y UNO OTRO RUGIDO
- Page 1034 and 1035: escapar si permanecemos invisibles.
- Page 1036 and 1037: unos gemidos leves pero agudos, com
- Page 1038 and 1039: se separan y dan un salto desde uno
- Page 1040 and 1041: pueda llegar a hacerle. —¡Seis,
- Page 1044 and 1045: mecen por el efecto de una suave br
- Page 1046 and 1047: doy la vuelta y no veo nada al prin
- Page 1048 and 1049: pequeño puñal. Veo el proyectil t
- Page 1050 and 1051: más brillante en este nuevo mundo.
- Page 1052 and 1053: distancia que nos separaba con un p
- Page 1054 and 1055: horas entrenando en el patio con He
- Page 1056 and 1057: desafiante, se lleva una mano detr
- Page 1058 and 1059: árboles. Ya lo comprendo: es el ar
- Page 1060 and 1061: como si me hubiera caído un rayo e
- Page 1062 and 1063: medida que se acerca. Intento desvi
- Page 1064 and 1065: muerte blanca viene certera hacia m
- Page 1066 and 1067: primero. Espero que no sea el últi
- Page 1068 and 1069: esperando que el cañón me parta e
- Page 1070 and 1071: los que ya estaban aquí. Así que
- Page 1072 and 1073: No damos ni cinco pasos antes de qu
- Page 1074 and 1075: nuevo contra el suelo. El rostro. A
- Page 1076 and 1077: luna solitaria. Ni un solo soplo de
- Page 1078 and 1079: otra? No necesito saberlo. Echo a c
- Page 1080 and 1081: Entro en el estadio, atravieso a la
- Page 1082 and 1083: todavía siento su presencia, y me
- Page 1084 and 1085: los ojos se me abren de par en par
- Page 1086 and 1087: hacia delante hasta que ya no puedo
- Page 1088 and 1089: terminados en garras de rapaz, capa
- Page 1090 and 1091: al principio, pero enseguida me doy
No es así. Tal vez Seis haya hecho<br />
algo para desviar su atención. Sólo sé<br />
que ahora estoy solo, sin nadie que<br />
pueda ayudarme.<br />
Salto sobre la pila de escombros y,<br />
tras salir d<strong>el</strong> instituto a toda v<strong>el</strong>ocidad,<br />
echo a correr tan rápido como puedo<br />
hacia <strong>el</strong> bosque. Las sombras se<br />
arremolinan a mi alrededor y me<br />
siguen como espectros malignos. Sé<br />
que no puedo correr más deprisa que<br />
<strong>el</strong>los. La bestia ruge y oigo otra pared<br />
desmoronándose. Cuando alcanzo los<br />
árboles, las sombras envolventes<br />
parecen haberse esfumado. Me<br />
detengo a escuchar. Los árboles se