1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
se separan y dan un salto desde unos cinco metros de distancia, una hacia Henri y la otra hacia mí. Henri revienta a una de ellas, que le cubre de sangre y entrañas; y justo cuando estoy a punto de partir en dos a la otra con telequinesia, la mano invisible de Seis la atrapa en el aire y la arroja al suelo como una pelota de fútbol, matándola al instante. Henri recarga la escopeta, diciendo: —Bueno, no ha sido tan grave. Sin embargo, antes de que pueda responderle, toda la pared de detrás del escenario se desploma bajo el
puño de una bestia. El puño se retira, y el siguiente golpe destroza el escenario en mil pedazos y deja al descubierto el cielo nocturno. El impacto nos hace retroceder a Henri y a mí. —¡Corre! —grita Henri, y acto seguido vacía toda la carga de la escopeta sobre la bestia, pero no causa ningún efecto en ella. La bestia se inclina hacia delante y suelta un rugido tan fuerte que noto mi ropa vibrar. Una mano me agarra y me hace invisible. La bestia se echa hacia delante, dirigiéndose directamente a Henri, y me asalta el terror de lo que
- Page 988 and 989: calma, conservando la sangre fría
- Page 990 and 991: —¿Qué pasa, si se puede saber?
- Page 992 and 993: aparcamiento y se alejan a toda vel
- Page 994 and 995: acertado; la trampilla del escenari
- Page 996 and 997: tirón al cargador, mirando a Sarah
- Page 998 and 999: pesada. —No nos queda más remedi
- Page 1000 and 1001: vacío. Bernie Kosar ya ha llegado
- Page 1002 and 1003: Lo levanta en el aire para volver a
- Page 1004 and 1005: prenda de ropa interior sucia. Mark
- Page 1006 and 1007: indicándome que no lo sabe. —Vay
- Page 1008 and 1009: como puedo. Las paredes y el suelo
- Page 1010 and 1011: a un lado y luego al otro para cerc
- Page 1012 and 1013: a un rastreador al que no hemos vis
- Page 1014 and 1015: fuerza en la garganta, con los ojos
- Page 1016 and 1017: al rastreador más cercano hasta qu
- Page 1018 and 1019: —Tienes que llevar a Sarah al ins
- Page 1020 and 1021: vida. —Yo también te quiero —s
- Page 1022 and 1023: se han retirado y un tercero está
- Page 1024 and 1025: nosotros. —¿Qué es? —le pregu
- Page 1026 and 1027: así cómo viajan, con semirremolqu
- Page 1028 and 1029: haya sentido antes. Suelto quejidos
- Page 1030 and 1031: suspira con un gesto casi desespera
- Page 1032 and 1033: CAPÍTULO TREINTA Y UNO OTRO RUGIDO
- Page 1034 and 1035: escapar si permanecemos invisibles.
- Page 1036 and 1037: unos gemidos leves pero agudos, com
- Page 1040 and 1041: pueda llegar a hacerle. —¡Seis,
- Page 1042 and 1043: aplastarle, Henri desaparece. El pu
- Page 1044 and 1045: mecen por el efecto de una suave br
- Page 1046 and 1047: doy la vuelta y no veo nada al prin
- Page 1048 and 1049: pequeño puñal. Veo el proyectil t
- Page 1050 and 1051: más brillante en este nuevo mundo.
- Page 1052 and 1053: distancia que nos separaba con un p
- Page 1054 and 1055: horas entrenando en el patio con He
- Page 1056 and 1057: desafiante, se lleva una mano detr
- Page 1058 and 1059: árboles. Ya lo comprendo: es el ar
- Page 1060 and 1061: como si me hubiera caído un rayo e
- Page 1062 and 1063: medida que se acerca. Intento desvi
- Page 1064 and 1065: muerte blanca viene certera hacia m
- Page 1066 and 1067: primero. Espero que no sea el últi
- Page 1068 and 1069: esperando que el cañón me parta e
- Page 1070 and 1071: los que ya estaban aquí. Así que
- Page 1072 and 1073: No damos ni cinco pasos antes de qu
- Page 1074 and 1075: nuevo contra el suelo. El rostro. A
- Page 1076 and 1077: luna solitaria. Ni un solo soplo de
- Page 1078 and 1079: otra? No necesito saberlo. Echo a c
- Page 1080 and 1081: Entro en el estadio, atravieso a la
- Page 1082 and 1083: todavía siento su presencia, y me
- Page 1084 and 1085: los ojos se me abren de par en par
- Page 1086 and 1087: hacia delante hasta que ya no puedo
puño de una bestia. El puño se retira,<br />
y <strong>el</strong> siguiente golpe destroza <strong>el</strong><br />
escenario en mil pedazos y deja al<br />
descubierto <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o nocturno. El<br />
impacto nos hace retroceder a Henri y<br />
a mí.<br />
—¡Corre! —grita Henri, y acto<br />
seguido vacía toda la carga de la<br />
escopeta sobre la bestia, pero no<br />
causa ningún efecto en <strong>el</strong>la.<br />
La bestia se inclina hacia d<strong>el</strong>ante y<br />
su<strong>el</strong>ta un rugido tan fuerte que noto mi<br />
ropa vibrar. Una mano me agarra y me<br />
hace invisible. La bestia se echa hacia<br />
d<strong>el</strong>ante, dirigiéndose directamente a<br />
Henri, y me asalta <strong>el</strong> terror de lo que