1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
mayor. Mark James, que está sentado tres mesas por delante de mí, se gira una vez y me mira, y después susurra algo al oído de Sarah. Ella se da la vuelta. Parece buena gente, pero el hecho de que haya salido con él y que ahora se siente a su lado me hace dudar. Me dirige una cálida sonrisa. Intento devolverle la sonrisa, pero estoy como petrificado. Mark hace ademán otra vez de susurrarle al oído, pero ella niega con la cabeza y le aparta de sí. Mi audición es muy superior a la humana si me concentro, pero su sonrisa me ha alterado tanto que no puedo hacerlo. Me gustaría
haber oído lo que se han dicho. Abro y cierro las manos. Tengo las palmas sudadas, y están empezando a quemarme. Otra bocanada de aire. Mi visión se emborrona. Pasan cinco minutos, luego diez. La señora Burton todavía está hablando, pero no oigo lo que dice. Cierro los puños con fuerza y vuelvo a abrirlos. Al hacerlo, se me corta la respiración en la garganta. Un leve fulgor surge de mi palma derecha. La miro extrañado, atónito. Al cabo de unos segundos más, el fulgor empieza a intensificarse. Cierro los puños. Mi primer temor es que algo le haya sucedido a uno de
- Page 50 and 51: tener una vida normal, si puede ser
- Page 52 and 53: eflejos, puedo dominar la mayoría
- Page 54 and 55: úsquedas por Internet para poner a
- Page 56 and 57: mayoría de ellas tienen adornos de
- Page 58 and 59: paso a lo largo del camino de entra
- Page 60 and 61: —Pues sí, es como un paraíso
- Page 62 and 63: devuelve el contrato y los tres ent
- Page 64 and 65: usque a su hija en el instituto, qu
- Page 66 and 67: mañana por la mañana. Pero si qui
- Page 68 and 69: localidad pequeña, un centro peque
- Page 70 and 71: —Y no hagas daño a nadie. Tú er
- Page 72 and 73: hijo. Le sonrío. Tiene cincuenta a
- Page 74 and 75: parte tapado por las nubes. Tambié
- Page 76 and 77: proteger la lente. Con mi cara, pod
- Page 78 and 79: llamar mi atención. A la chica le
- Page 80 and 81: caliente, como si tuvieras fiebre o
- Page 82 and 83: sheriff del pueblo, y él es la est
- Page 84 and 85: ayuda a impedir que me sigan la pis
- Page 86 and 87: terminar el proyecto en el que est
- Page 88 and 89: me parecen horas mientras repasa ca
- Page 90 and 91: acogerte en ella. —Gracias. El se
- Page 92 and 93: una cadena que lleva alrededor del
- Page 94 and 95: equilibrio, me mantengo de pie. Una
- Page 96 and 97: luego, y las palabras de Henri resu
- Page 98 and 99: —Ya decía yo —le digo, y sigo
- Page 102 and 103: los demás. Pero ¿qué puede haber
- Page 104 and 105: Cuarenta, treinta y nueve. Ahora si
- Page 106 and 107: atrás y me doy la vuelta. Mark est
- Page 108 and 109: pensarán que soy un cobarde por ir
- Page 110 and 111: todavía refulge, de forma intermit
- Page 112 and 113: dedos. Entonces, la puerta empieza
- Page 114 and 115: el exterior de la casa. Estoy tan c
- Page 116 and 117: —¿Señor Smith? ¿Va todo bien?
- Page 118 and 119: el pasillo. —Tienes que caminar l
- Page 120 and 121: cuarto oscuro para que se le haya p
- Page 122 and 123: oja de lo que creía, y los ojos un
- Page 124 and 125: —Una espera larga de la mierda. P
- Page 126 and 127: —¡Ya era hora! —digo. El cofre
- Page 128 and 129: media allí. ¿Cómo has podido ten
- Page 130 and 131: No sé ni cómo se mantiene en pie
- Page 132 and 133: —Nunca te he visto tan cansado. D
- Page 134 and 135: Bajo el brazo y me toco las tres ci
- Page 136 and 137: estamos haciéndonos más fuertes,
- Page 138 and 139: elevado por encima de las copas de
- Page 140 and 141: marca las 11.36. Llevamos en Ohio p
- Page 142 and 143: los veinticinco y los treinta y cin
- Page 144 and 145: noto distinto de antes. —¿Te ha
- Page 146 and 147: —Sí, seguramente después de un
- Page 148 and 149: de inclinar la balanza a mi favor.
haber oído lo que se han dicho.<br />
Abro y cierro las manos. Tengo las<br />
palmas sudadas, y están empezando a<br />
quemarme. Otra bocanada de aire. Mi<br />
visión se emborrona. Pasan cinco<br />
minutos, luego diez. La señora Burton<br />
todavía está hablando, pero no oigo lo<br />
que dice. Cierro los puños con fuerza<br />
y vu<strong>el</strong>vo a abrirlos. Al hacerlo, se me<br />
corta la respiración en la garganta. Un<br />
leve fulgor surge de mi palma derecha.<br />
La miro extrañado, atónito. Al cabo<br />
de unos segundos más, <strong>el</strong> fulgor<br />
empieza a intensificarse.<br />
Cierro los puños. Mi primer temor<br />
es que algo le haya sucedido a uno de