REVISTA CICPC

Es decir se podrá determinar a
través de la fluorescencia por la
incidencia de la luz forense el
origen biológico de la muestra ya
sea de sangre, sudor, saliva, fibras,
apéndices pilosos, entre otros.
Además se podrán reactivar
rastros dactilares sobre una
superficie ya que son producto de
la secreción del sudor quedando
allí debido a los aminoácidos.
En el pasado después de
cierto tiempo estas sustancias
eran susceptibles a la degradación
por la luz solar y rayos UV, aunado
al hecho que de manera dolosa
las personas tendían a limpiar la
escena del suceso. Anteriormente
era utilizada la técnica del luminol,
pero debido al alto costo de los
reactivos ya no es posible utilizarla.
“Luego de sentarnos a
pensar como podíamos resolver
la situación, nos encontramos que
teníamos dos equipos de luces
forenses, que se encontraban en la
institución producto del Proyecto
España. Al aplicar la incidencia
de luces forenses podemos
visualizar fácilmente sin ningún
tipo de polvo adherente los rastros
dactilares con la ventaja que una
vez localizados se fijan a través de
una fijación fotográfica y nos va a
quedar el rastro allí para futuras
comparaciones”.
Nos explica que esta
técnica es muy efectiva y fue
utilizada recientemente en un
caso del estado Mérida, sobre una
joven estudiante que se hallaba
desaparecida hace tres años. Las
investigaciones presumían que
pudo haber sido asesinada en la
residencia donde vivía. A través
del proceso de investigación se
logró la aprehensión de la dueña
de la residencia, que declaró que
la había dado muerte con un arma
blanca, pero no había más nada.
“Enviamos una comisión
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para que hiciera una evaluación
de los distintos sitios con la
sorpresa que logramos dar con el
sitio donde había sido asesinada la
muchacha y logramos reconstruir
el hecho en su totalidad. Las
muestras de sangres habían sido
lavadas hace tres años, se le aplicó
ácido clorhídrico, cloro, las paredes
fueron cubiertas con más de cinco
capas de pintura y la técnica fue
tan sensible que logramos ubicar
el sitio y la identificación de las
muestras de sangre”, explicó el
comisario jefe Edwin Rojas.
Señala que existen otros
equipos que requieren del
acondicionamiento del laboratorio
químico que funcionará en el piso
4 de la Torre de San Agustín.
Mi carrera policial ha sido un ir y
venir
Sobre su profesión nos
comenta que desde pequeño
sintió atracción por la carrera
policial, nos confiesa que ingresó
a la institución escondido de
su padre, el comisario general
Antonio Rojas, quien dedicó 32
años de servicio al Cicpc. Declara
que su carrera ha sido un ir y venir
y como buen funcionario se debe
adaptar a esta situación. “Cuando
a uno le gusta su trabajo se adapta
al área que le es asignada”.
Para el director de
Criminalística de Laboratorio el
recurso humano que se encuentra
bajo su supervisión es muy
importante, actualmente cuentan
con farmaceutas, químicos,
biólogos, antropólogos, y en este
despacho hacen el mayor esfuerzo
por dar respuesta a la cantidad
de solicitudes, pero obviamente
requieren de más personal, tanto
policial como profesional.
Cabe mencionar que de
este despacho dependen tres
áreas, el laboratorio biológico
encargado de manejar todo lo
relacionado con evidencias de
origen biológico, la división de
análisis físico- químico, donde se
llevan a cabo reconocimientos
legales, análisis de explosivos,
drogas, medicamentos y minerales,
esta última mediante la utilización
de una nueva técnica mediante
el microscopio electrónico y la
división de laboratorio fotográfico,
que permite la fijación fotográfica
con un nivel elevado de calidad.
Cangrejo de Plata
En otro ámbito de ideas,
tuvimos la oportunidad de
conocer detalles del Cangrejo de
Plata obtenido por el comisario
jefe Edwin Rojas en el caso “Vivir
y morir formando gracias a la
fotonoticia, demostrando la
verdad”, un suceso acaecido en
el año 2006, donde fue asesinado
un periodista que estaba tomando
graficas durante unos disturbios en
Plaza Venezuela. En ese momento
ejercía como jefe de la brigada de
investigaciones Contra Homicidio
de Simón Rodríguez. Este caso
tuvo la particularidad que el lugar
donde cayó abatido el periodista
está situado precisamente en el
límite de la jurisdicción de Simón
Rodríguez y la subdelegación de
Santa Mónica.
En consecuencia las
brigadas de homicidios de ambas
subdelegaciones querían trabajar
el caso por lo que el comisario
Castillo Jefe de Área Capital en
ese entonces decidió que fuera
trabajado por las dos brigadas.
En tiempo record de cinco días se
logró el esclarecimiento del caso,
identificando y aprehendiendo el
responsable del hecho.
El individuo resultó
ser un escolta que había sido
polichacao quien había sostenido
una discusión a causa de un