REVISTA CONSCIENCIA NO 34
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Revista ConSciencia<br />
de la Escuela de<br />
Psicología<br />
No.<br />
<strong>34</strong><br />
Jun./Ago.<br />
Año 15<br />
2018<br />
ISSN 2007-3984<br />
Ese lugar que<br />
habitamos tú y<br />
yo. Reflexión<br />
de un liderazgo<br />
educativo<br />
que no existe<br />
Ansiedad<br />
escénica en un<br />
grupo musical<br />
de Thrash metal<br />
en Cuernavaca<br />
Propuesta de intervención clínica<br />
en el tratamiento del trastorno<br />
límite de la personalidad desde el<br />
enfoque basado en la<br />
mentalización<br />
Hacia una<br />
recuperación del<br />
encuentro humano en<br />
la educación<br />
institucional
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Directorio<br />
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Presidente del Consejo de Gobierno<br />
Mtro. Ángel Elizondo López<br />
Rector Universidad La Salle Cuernavaca<br />
Ing. Oscar Macedo Torres (†)<br />
Vicerrector<br />
Lic. Cielo Gavito Gómez<br />
Directora de la Escuela de Psicología<br />
Mtro. Pablo Martínez Lacy<br />
Editor Responsable<br />
L.D.C.G. Paulina Campos Ruiz<br />
Diseño Editorial<br />
Lic. Dabi Xavier Hernández Kaiser<br />
Corrección de estilo<br />
Consejo editorial<br />
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Cielo Gavito Gómez<br />
Patricia Gómez Ramírez<br />
Ma. Elena Liñán Bandín<br />
Pablo Martínez Lacy<br />
José Antonio Rangel Faz<br />
Ofelia Rivera Jiménez<br />
Cecilia Sierra Heredia<br />
Carlos F. Soto Chico<br />
Representación estudiantil<br />
1ª Generación: Georgina González<br />
2ª Generación: Úrsula E. Rincón González, Claudia Tapia<br />
Guerrero<br />
3ª Generación: Francisco A. García Martínez, Laura Guillén<br />
Grajeda<br />
4ª Generación: Cristina Pintos Gómez, Elsa Trujillo Pereyra<br />
5ª Generación: María Fernanda González Fernández<br />
6ª Generación: Tanya P. Snyder Salgado<br />
7ª Generación: Violeta Córdova Islas<br />
8ª Generación: Leslie M. Bahena Olivares, Alejandra<br />
Quiroz Mireles<br />
9ª Generación: Sofía Álvarez Reza, Marie J. Fong Vargas<br />
10ª Generación: Alejandra Sánchez Villegas<br />
11ª Generación: César Manuel Trujillo Martínez<br />
12ª Generación: Laura Cecilia Benítez Osorio, José<br />
Fernando Nieto Leñero<br />
13ª Generación: Vanessa Hernández Menchaca,<br />
Ma. Efigenia Reyes Viñas<br />
14° Generación: Luis Gabriel del Río Arellano<br />
15° Generación: Ixchel Núñez Guerrero<br />
16° Generación: Estibaliz R. Linares Velázquez y Frida X.<br />
Paredes Ayala<br />
Representación de la Maestría en Psicoterapia<br />
Dinámica: Ingrid Torres Aguilar<br />
Consejo científico<br />
Francisco Alanís, ULSAC; Eliana Cárdenas, ULSAC;<br />
Gloria Chávez, UPN; Octavio de la Fuente, UAEM,<br />
ULSAC; Ma. Elena Liñán Bandín, ULSAC; Rosa Ma. López<br />
Villarreal, UNAM, UAEM, ULSAC; Oscar Macedo (†),<br />
ULSAC; Javier David Molina Alamilla, ULSAC, UPN;<br />
Rubén A. Pérez Menéndez, ULSAC, UAEM; Herminio<br />
Quaresma (†) ULSAC; Cecilia Sierra H., ULSAC; Carlos<br />
F. Soto Chico, ITESM, ULSAC; Luis Tamayo P., UNAM,<br />
CM; Ma. Lourdes Vázquez Flores, ULSAC, UNAM.<br />
<strong>REVISTA</strong> <strong>CONSCIENCIA</strong> DE LA ESCUELA DE PSICOLOGÍA, Año 15, No. <strong>34</strong>, junio-agosto 2018, es una publicación cuatrimestral editada por la Universidad<br />
La Salle Cuernavaca, a través de la Escuela de Psicología. Nueva Inglaterra S/N, Col. San Cristóbal, C.P. 62230, Cuernavaca, Morelos. Tel.: (777) 311 5525,<br />
Fax: (777) 311 3528, www.ulsac.edu.mx. Editor responsable: Pablo Martínez Lacy. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-052510230100-102,<br />
ISSN: 2007-3984 Impreso por Integrarte, Impresión, Publicidad. Carnero 25 “F” Col. Amatitlán, Cuernavaca, Morelos. Tel.: (777) 316 4620, 512 6701, 1 de<br />
junio de 2018, con un tiraje de 400 ejemplares. Fecha de última impresión 1 de mayo de 2018.<br />
ISSN 2007-3984.<br />
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.<br />
Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad La<br />
Salle Cuernavaca.
CONTENIDO<br />
3<br />
Editorial<br />
Mtro. Pablo Martínez Lacy<br />
3<br />
Para Oscar<br />
Mtra. Ofelia Rivera Jiménez<br />
5<br />
Ese lugar que habitamos tú y yo.<br />
Reflexión de un liderazgo educativo<br />
que no existe<br />
Claudett Beatriz Canché Rosas<br />
Hacia una recuperación del encuentro<br />
humano en la educación institucional<br />
Rodrigo Castillo Aguilar<br />
Propuesta de intervención clínica en<br />
el tratamiento del trastorno límite<br />
de la personalidad desde el enfoque<br />
basado en la mentalización<br />
Leticia Castañón Anaya y Carlos F. Soto Chico<br />
7<br />
15<br />
25<br />
5<br />
25<br />
Nacimiento del vínculo afectivo temprano<br />
y su relación en el establecimiento de<br />
relaciones objetales en la etapa adulta<br />
Tatiana Cruz Pérez<br />
35<br />
Ansiedad escénica en un grupo musical<br />
de Thrash metal en Cuernavaca<br />
Laila Espín, Camila Huicochea, Daniela<br />
Molinero y Ricardo Reséndiz<br />
43<br />
43
EDITORIAL<br />
Mtro. Pablo Martínez Lacy<br />
Fotografía: Pablo Martínez Lacy<br />
Este número <strong>34</strong> de la revista ConSciencia está dedicado<br />
a Oscar Macedo Torres (1964-2018), a quien<br />
queremos rendir un merecido y necesario homenaje<br />
con motivo de su lamentable fallecimiento en junio del<br />
presente año, intentando expresar el enorme sentimiento de<br />
pérdida que dejó entre su familia, amigos y en la comunidad<br />
de la Universidad La Salle Cuernavaca. Debemos reconocer<br />
su importante papel como vicerrector, pues invariablemente<br />
estuvo interesado y activo en la innovación tecnológica y<br />
académica. Se distinguió por su visión multi e interdisciplinaria,<br />
su tolerancia y apertura a toda clase de temas. Siempre<br />
apoyó e impulsó generosamente los proyectos de todas las<br />
disciplinas e índole, como lo fue su respaldo a este proyecto<br />
editorial; siempre le estaremos agradecidos y le guardaremos<br />
un grato y cariñoso recuerdo de su memoria. Por lo dicho, le<br />
solicitamos a Ofelia Rivera Jiménez que escribiera sobre Oscar<br />
Macedo, pues resultó natural que ella se ocupará de esta<br />
importante labor, ofreciéndonos así un texto que, además<br />
de abordar el legado académico de Oscar Macedo, habla del<br />
hombre y de la persona; con ello estamos seguros que está<br />
a la altura del reto.<br />
Los dos primeros trabajos de este número <strong>34</strong> de la revista<br />
plantean el tema de la educación, si bien desde dos perspectivas<br />
distintas –una visión psicoanalítica y otra sociológica–.<br />
Ambos autores hablan de la sumisión, enajenación o<br />
alineación de maestros y estudiantes. Claudett Beatriz Canché<br />
Rosas, en su ensayo “Ese lugar que habitamos tú y yo.<br />
Reflexión de un liderazgo educativo que no existe”, aborda<br />
el lugar del docente desde la perspectiva de los discursos que<br />
se generan en torno de la enseñanza y que, en cierta manera,<br />
se alinean entre los procesos inconscientes del profesor y la<br />
normalización de su rol que pugnan por el éxito y que a la<br />
autora le llenan de asombro, ya que para ella enuncian el va-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
3
Editorial<br />
cío del que quiere ocupar el lugar de la autoridad como líder.<br />
De esa manera, el argumento lo desarrolla sosteniendo que<br />
la educación no tiene que ver con fórmulas, sino con aquello<br />
que conmueve; es abrir un mundo para el otro. El siguiente<br />
ensayo sobre educación, “Hacia una recuperación del encuentro<br />
humano en la educación institucional”, de Rodrigo<br />
Castillo Aguilar, nos introduce en una serie de dilemas de la<br />
educación frente a una sociedad altamente tecnificada y comercializada,<br />
especialmente dirige su atención en los efectos<br />
negativos del sistema socioeconómico. Para Castillo Aguilar<br />
la educación actualmente ya no se dirige a la preservación y<br />
resguardo de los intereses de la mayoría de los habitantes<br />
que los conforman; al contrario, el sistema prioriza el individualismo<br />
por encima de cualquier organización colectiva<br />
y/o comunitaria. Por lo anterior, destaca la enajenación de<br />
la educación y de los educandos. Quizá las contradicciones<br />
que plantea el autor no son nuevas –la vinculación del sistema<br />
educativo con la economía–, sino la pérdida del aspecto<br />
humanista de la educación y la falta de consciencia de tales<br />
subordinaciones. En este sentido no se limita en hacer una<br />
crítica del sistema, es decir, resalta en su propuesta el de<br />
considerar la pluralidad de la enseñanza, el encuentro con<br />
el otro –maestros-alumnos, alumnos-alumnos–, y el papel<br />
e importancia de las emociones durante el proceso de la<br />
enseñanza-aprendizaje. Los dos ensayos convergen en conclusiones<br />
cercanas, aunque por distintos caminos. Sin duda,<br />
las problemáticas al respecto están definidas, sin embargo,<br />
la ruta de solución queda abierta, pues el reto es mejorar o<br />
cambiar sin caer precisamente en lo que tanto se critica.<br />
Leticia Castañón Anaya y Carlos F. Soto Chico nos introducen<br />
en su ensayo, “Propuesta de intervención clínica en el<br />
tratamiento del trastorno límite de la personalidad desde<br />
el enfoque basado en la mentalización”, en una interesante<br />
propuesta terapéutica. La mentalización definida como la<br />
capacidad de representación de nosotros mismos, la originalidad<br />
y aportación del estudio radica en ser una opción accesible<br />
y al parecer altamente existosa en el tratamiento del<br />
trastorno límite de personalidad, siendo éste un mal presente<br />
y al alza pero poco detectado por la sociedad. Los autores<br />
plantean que el trastorno límite de la personalidad es debido<br />
a rompimientos afectivos importantes en la infancia. En esta<br />
línea argumentativa respecto a las relaciones primarias, Tatiana<br />
Cruz Pérez, bajo la asesoría de Carlos F. Soto Chico,<br />
nos ofrece una temática afín en su trabajo: “Nacimiento del<br />
vínculo afectivo temprano y su relación en el establecimiento<br />
de relaciones objetales en la etapa adulta”, en donde nos<br />
plantea que el conocimiento psicodinámico del desarrollo<br />
del vínculo afectivo –objetal–, permite al terapeuta comprender<br />
y lograr, en sus pacientes adultos, mejoras en la calidad<br />
de sus relaciones objetales e incidiendo positivamente<br />
en sus interacciones y diversos entornos de su vida. Por lo<br />
anterior, sostenemos que el estudio de las relaciones objetales<br />
primarias es un recurso que ofrece muchas oportunidades<br />
para conocer, diagnosticar y tratar diversos padecimientos<br />
mentales.<br />
Laila Espín, Camila Huicochea, Daniela Molinero y Ricardo<br />
Reséndiz, estudiantes del quinto semestre de la carrera de<br />
Psicología de esta Universidad, nos presentan en su artículo<br />
“Ansiedad escénica en un grupo musical de Thrash metal en<br />
Cuernavaca”, un original estudio sobre el efecto del desempeño<br />
de los músicos. El trabajo deja entrever un dilema repecto<br />
a los estudios del desempeño de la ejecución musical,<br />
ya que los autores destacan la importancia de las emociones<br />
que expresan los músicos en un concierto, no por los errores<br />
que esta situación pudiera provocar, sino por el sentimiento<br />
puestos en la interpretación musical, como un factor que<br />
hace a la música en vivo sea lo que es: un espectáculo único,<br />
lleno de emociones compartidas. Adicionalmente, este<br />
trabajo refleja el papel de la ansiedad, no como un mal que<br />
necesariamente deba eliminarse de la ecuación del desempeño,<br />
sino el de un factor que debe considerarse importante<br />
y que bajo ciertas circunstancias puede ser favorable.<br />
4 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Para Oscar<br />
Mtra. Ofelia Rivera Jiménez<br />
"Lo sigo viendo en mi mente siempre alegre, compartido y generoso".<br />
Lo conocí en mayo de 1999, cuando impartí un curso sobre<br />
Teorías del Aprendizaje, dentro de la Especialidad en Enseñanza<br />
Superior, que por esa época se impartía en la Universidad<br />
La Salle Cuernavaca. El director de la Escuela de Ingeniería,<br />
en ese tiempo, el Ing. Miguel Pinet, había inscrito a todos<br />
los profesores de esa escuela, en la especialidad en Enseñanza<br />
Superior, buscando elevar la calidad de la docencia en sus<br />
aulas. Entre estos profesores de la Escuela de Ingeniería, estaba<br />
el ING. OSCAR MARIO MACEDO TORRES.<br />
Estudiante inquieto y crítico, interesado desde siempre en<br />
temas de Mecatrónica, buscaba en todo momento la forma<br />
de incluir propuestas tecnológicas innovadoras a la enseñan-<br />
za. Como estudiante, representó siempre un importante reto<br />
para mí, y debo reconocer que el resultado, al final, es que yo<br />
aprendí mucho más de él.<br />
En el año 2005, aceptó dar clases de Estadística en la Licenciatura<br />
en Psicología de La Salle y entonces me convertí en su<br />
jefa. Pero cuatro años más tarde fue nombrado Vicerrector<br />
en esta misma Universidad y el vuelco de roles de autoridad<br />
representó para mí una gran alegría: fue para mí un jefe respetuoso,<br />
firme y considerado.<br />
Desde el 2012 iniciamos una relación epistolar por la vía que<br />
más disfrutaba: Facebook.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
5
Para Oscar<br />
Casi a diario me enviaba fotos bellísimas de alguna planta<br />
extraña, una puesta de sol o unos patos verdes. La tecnología<br />
seguía fascinándolo y muchos de sus mensajes por<br />
Messenger contenían información sobre descubrimientos e<br />
inventos increíbles, que parecían revolucionar la existencia<br />
de los seres humanos. Compartíamos entonces el gusto por<br />
sorprendernos, cuestionar y hacer crítica.<br />
todas las relaciones que existen de lo conocido, lo desconocido<br />
y de lo incognoscible).<br />
Nuestra mente no es capaz de comprender el gran misterio<br />
del TODO, tenemos un gran desconocimiento de las interrelaciones<br />
complejas, sinérgicas, sistémicas, holísticas del<br />
universo en su totalidad.<br />
En uno de estos mensajes, en diciembre de 2017, me escribía:<br />
En cuanto a lo que estamos haciendo en lo “científico” en<br />
pro de cambiar todo lo que existe para mejorarlo, lo que logramos<br />
es el CAOS QUE TENEMOS EN EL CO<strong>NO</strong>CIMIEN-<br />
TO HUMA<strong>NO</strong> (que se hace muy reduccionista por tantas<br />
disciplinas de estudio y nunca alcanzamos a comprender<br />
Sinceramente creo que vamos directos a la extinción del<br />
hombre y de paso, de millones de especies en el camino.<br />
Sin embargo, hay que tener esperanza de que cambie la vorágine<br />
del conocimiento por el conocimiento. Tener Fe en<br />
que el humano se cuestione no quién es, sino por qué y<br />
para qué hace todo lo que hace, para colocar el planeta en<br />
el centro de la vida misma, de su mente, de su corazón y<br />
de su espíritu.<br />
Su brillante inteligencia, su sensibilidad y su profunda espiritualidad,<br />
le permitieron una lectura humilde y respetuosa<br />
de la VIDA; por lo tanto, una comprensión llena de sabiduría<br />
del alcance de la relación entre los grandes descubrimientos<br />
e innovaciones tecnológicas, producto de la mente humana<br />
y las maravillas de la naturaleza, productos del amor de Dios<br />
por los humanos.<br />
Sus enseñanzas estarán siempre vivas en mi memoria.<br />
Este es el recuerdo con que me quedé de mi querido Oscar:<br />
mi alumno, mi compañero de docencia, mi jefe, pero sobre<br />
todo mi AMIGO. Siempre le agradeceré a la vida haberlo<br />
puesto en mi camino.<br />
Con profundo respeto y fraternal cariño:<br />
Ofelia Rivera
Ese lugar que habitamos<br />
tú y yo.<br />
Reflexión de un liderazgo educativo<br />
que no existe<br />
Claudett Beatriz Canché Rosas 1<br />
Fotografía: Pixabay<br />
Por eso, la historia de nuestras vidas depende del conjunto de historias que ya hemos oído y, en relación a las cuales<br />
hemos aprendido a construir la nuestra. La narrativa no es el lugar de irrupción de la subjetividad, sino la modalidad<br />
discursiva que establece la posición del sujeto y las reglas de su construcción en la trama.<br />
(Larrosa, 2003, p. 617)<br />
1<br />
Licenciatura en Ciencias de la Educación, Universidad Montemorelos. Montemorelos, Nuevo León. Licenciatura en Psicología Clínica, Universidad Autónoma del Carmen.<br />
Maestría en Ciencias de la Familia, Universidad Anáhuac Mayan, en comodato con el Instituto Juan Pablo II. claudett_85@yahoo.com.mx<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
7
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
Resumen<br />
Hoy en día una visión pragmática de lo que debe ser el campo<br />
educativo ha permeado bajo el estandarte de lo empresarial<br />
con términos como eficiencia, innovación, certificación,<br />
evaluación, liderazgo, etcétera, arguyendo un envite seductor<br />
de éxito; no obstante, ¿es el campo educativo lugar para<br />
que la idea de lo empresarial fructifique? El texto es una reflexión<br />
acerca de ello, indicando que lo educativo es un lugar<br />
de construcción donde docente y alumno erigen una narrativa<br />
propia, que es única porque se da en ese andar juntos y<br />
también puede decirse que es genuina, ya que cada sujeto<br />
tiene su propia modalidad discursiva con sus propias reglas<br />
de construcción capaz de elaborar por sí misma una trama<br />
poética donde los discursos empresariales no tienen cabida.<br />
Palabras clave: liderazgo, andar juntos, construcción y habitar.<br />
Abstract<br />
Nowadays a pragmatic vision of what the educational field<br />
should be has permeated under the banner of business with<br />
terms such as efficiency, innovation, certification, evaluation,<br />
leadership, etc., arguing a seductive challenge of success;<br />
however, is it the educational field place for the idea of business<br />
to bear fruit? The text is a reflection about it, indicating that<br />
education is a place of construction where teacher and student<br />
erect a narrative of their own, which is unique because it occurs<br />
in that walk together, and can also be said to be genuine, since<br />
each subject it has its own discursive modality with its own rules<br />
of construction capable of elaborating by itself a poetic plot<br />
where business discourses have no place.<br />
Keywords: leadership, walking together, construction and<br />
living.<br />
La sociedad de hoy consume expertos de certezas, de frases ajenas a su contexto,<br />
que se convierten en soportes de juegos de relaciones sociales de producción;<br />
relaciones sostenidas en silogismos vacuos cuya genealogía<br />
no es cuestionada, pero es efectiva en el ejercicio del poder.<br />
(Ramírez, 2009, p. 107)<br />
Introducción<br />
Si bien es cierto que hoy en día el estandarte de la sociedad<br />
se caracteriza por su consumismo, uno llega a preguntarse<br />
¿cuál es la ansiedad por engullir historias de éxito mimetizadas<br />
de prestigio, de perfección, de filosofías de vida, por<br />
la experiencia de algún individuo afortunado? Y aclaro que<br />
digo ansiedad y no necesidad, debido a que la primera es un<br />
síntoma de nuestras sociedades a las que les invade un cosquilleo<br />
de apremio por tener esto o aquello, con el propósito<br />
de desechar el objeto y rápidamente obtener otro. Es como<br />
una paradoja donde se requiere “llenar un vacío, pero sin introducir<br />
absolutamente nada”, es decir, ocupar un lugar con<br />
el deseo de que algo o alguien llene pero obnubilando los<br />
ojos con la aspiración de identificar lo que no es; mientras<br />
que la necesidad queda obsoleta porque no conlleva al desecho,<br />
más bien de tomar el objeto como aquello que es benéfico<br />
para prolongar su utilización, debido a que requiere de<br />
8 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
la pericia del sujeto por conocer los alcances y límites de su<br />
objeto, puesto que se reconoce el vacío y ser parte de él, no<br />
para colmar sino para tomar en cuenta de que no podrá ser<br />
colmado en su totalidad y por lo tanto se requiere conocer<br />
todas sus posibilidades.<br />
Por eso son tan apabullantes estas historias de éxito, porque<br />
enuncian el vacío del que quiere ocupar un lugar de autoridad<br />
bajo el eslogan de “líder”, pues lo seduce un vacío que se<br />
llena sin introducir nada, tal y como se indica a continuación:<br />
La convocatoria de ocupar lugares de autoridad se engarza<br />
también con el deseo inconsciente, con el deseo de reconocimiento,<br />
con la búsqueda de la mirada y el amor de otros.<br />
Repetición de demandas, petición de lugares, retorno de la<br />
posición de niño amado (yo ideal), que el psicoanálisis ha<br />
identificado; realización de deseo en el nuevo lugar ocupado.<br />
(Ramírez, 2009, p. 101)<br />
Aquí encontramos una explicación psicológica del sujeto,<br />
donde esta lógica aspiracional se encuentra enfocada en una<br />
repetición de demanda amorosa que eclipsa, provocando<br />
una cierta condición de sufrimiento y algunos descalabros<br />
que “comúnmente los enfrenta a sus propias psicopatologías”<br />
(Ramírez, 2009, p. 101).<br />
Presentándome<br />
Pero… ¿qué sucedería si nuestra meta no es la aspiracional<br />
para un cargo? Pues bien, alejémonos por un momento de<br />
esa condición y ubiquémonos en el contexto que ocupamos,<br />
el lugar donde ya nos enfrentamos con ese otro que sin darnos<br />
cuenta da pie a una apertura de lo diferente sólo por<br />
el hecho de estar juntos, en el afectar y ser afectados. Por<br />
ello, a modo de presentación, comienzo dando al lector un<br />
cordial saludo sin ninguna formalidad que, diciendo que mi<br />
nombre es Claudett y soy docente, ésta es mi presentación<br />
sencilla, sin mencionar títulos o grados, ni edad, ni apellidos<br />
porque dentro del aula, cuando nos conocemos alumnos y<br />
docentes, empezamos un encuentro con cierta informalidad,<br />
debido a que lo interesante es que vamos a irnos conociendo<br />
poco a poco en el camino.<br />
Algunos podrán preguntarse por qué he iniciado así, bueno,<br />
lo que sucede es que en esa informalidad de conocernos<br />
unos a otros, donde lo único que se entrega al otro es nuestro<br />
nombre, empiezo a observar una irrupción a este encuentro,<br />
una irrupción en donde decido marcar una resistencia<br />
ante ella, así como mi confrontación, pero antes de empezar<br />
Fotografía: Freepik<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
9
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
ese enfrentamiento comienzo por mostrar el terreno que estamos<br />
pisando, recordando unas palabras reveladoras, como<br />
dijera Beatriz Ramírez Grajeda cuando comenta las palabras<br />
de Robert Lansing, quien fuera secretario de los Estados Unidos<br />
de 1914 a 1920 y que hablara en su momento de la siguiente<br />
manera:<br />
México es un país extraordinariamente fácil de dominar<br />
porque basta controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos<br />
que abandonar la idea de poner en la presidencia<br />
mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría<br />
otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo: debemos<br />
abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas<br />
de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos<br />
en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el<br />
respeto al liderazgo de Estados Unidos. México necesitará<br />
de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes<br />
llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente<br />
se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados<br />
Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que<br />
queramos y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros.<br />
(Declaración en 1924 de Robert Lansing, secretario del<br />
gobierno de Estados Unidos, de 1915 a 1920; en Ramírez,<br />
2009, p. 57)<br />
Las sombras<br />
Cuando leí este fragmento del discurso de Robert Lansing, el<br />
enemigo comenzaba a tener un rostro, pero no del secretario,<br />
sino un rostro con sombras anónimas que permean con<br />
vaticinios seductivos de triunfo, de eficiencia, etcétera, o en<br />
palabras de Ramírez (2009), anécdotas de éxito disfrazadas<br />
de excelencia, de calidad, de perfección, de equilibrio, de<br />
cultura organizacional, de nuevos modelos de organización,<br />
conminando a la ignorancia del contexto propio, pues son<br />
presentados como conocimientos científicos o como filosofías<br />
de vida.<br />
Estas sombras anónimas son los signos de un ataque que impregnan<br />
los discursos educativos, se internan en ellos, pero<br />
carecen de un cuerpo y si lo poseen es efímero, ya que no se<br />
sostiene y por lo tanto intentan edificarse en certificaciones<br />
y mecanismos evaluativos; no obstante, si buscas algo más<br />
que lo sustente no hay una voz propia, sino un lejano eco que<br />
se desvanece cuando preguntas de dónde salió. Y es precisamente<br />
mi desagrado ante algo que discurre entre los oídos<br />
cuyo nombre es liderazgo educativo: ¡qué pretensión eso de<br />
adoptar el mote de líder educativo! Me resisto y lucho contra<br />
ello. No me agrada porque es un intruso que se ha invitado a sí<br />
mismo, pero conmigo tiene una cruenta batalla; no sé si otros<br />
quieran unirse a ese mote. Lo que hizo que ese discurso no cobrara<br />
un aliado. Es que hay voces, hay cuerpos que llaman, que<br />
tienen rostros legítimos que no se esconden, que se presentan<br />
tal cual son, seres genuinos y bondadosos que llaman y dicen:<br />
profesor, maestro, mister, miss, profe, teacher, etcétera.<br />
La estética del nombrar<br />
Será muy raro escuchar de estos rostros un llamado impropio,<br />
chocante, aberrante, incluso usurpador que la del “líder educativo”,<br />
porque todavía sigo escuchando un “profe” por parte<br />
de los alumnos; también he de decir que de los filósofos, poetas<br />
o escritores tampoco he escuchado ese nombramiento,<br />
porque sería disonante leer en silencio o en voz alta tan perturbador<br />
sonido carente de armonía, de sensibilidad, de estética,<br />
sin ese encantamiento que tiene la lengua, la que seduce<br />
cuando se pronuncia el nombre de aquel a quien se llama.<br />
Un llamado donde ambos, pupilo y maestro, están destinados<br />
a nombrarse, a encontrarse como cuando se estaba a las<br />
puertas del calmécac:<br />
Te venimos a poner aquí en donde has de estar y donde eres<br />
hijo propio. Aquí, casa de llanto y de tristeza, serás labrado<br />
y agujereado como piedra preciosa florecerás. Mira, has de<br />
ser humilde y menospreciado y abatido. Sé templado, no<br />
10 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
te hartes de comida, endurece tu cuerpo con el frío y los<br />
sacrificios. Obedece a tus maestros y superiores. De aquí<br />
saldrás como piedra preciosa y pluma rica, sirviendo a nuestros<br />
Señores de los Juncos. (Martín del Campo, 2004, p. 10)<br />
Y lo que el sabio o tlamatini, ese maestro prehispánico que<br />
es una efigie que posee la instrucción para transmitirla a los<br />
demás:<br />
llamado en particular? Considero que se trata de una necesidad<br />
inherente en ambos, pupilo y maestro, de ser escuchados,<br />
esto es, como un reclamo de quien el mundo le sobreviene incomprensible<br />
y no por ignorancia, sino por ese otro que invita<br />
a la conversación, una conversación que sólo es propia entre<br />
ellos y no una generalización o banalización de un diálogo que<br />
debe llevarlos a una meta o fin trasmutado en la idea de lo<br />
“novedoso”, de lo “efectivo”, de lo “eficiente”, de lo “asertivo”.<br />
El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma.<br />
Un espejo horadado, un espejo agujerado por ambos lados.<br />
Suya es la tinta negra y roja; de él son los códices.<br />
Él mismo es escritura y sabiduría.<br />
Es camino, guía veraz para otros.<br />
Conduce a las personas y a las cosas…<br />
Suya es la sabiduría transmitida.<br />
Él es quien la enseña, sigue la verdad.<br />
Maestro de la verdad, no deja de amonestar.<br />
Hace sabios los rostros ajenos,<br />
hace a los otros tomar un rostro,<br />
los hace desarrollarlo.<br />
Les abre los oídos, los ilumina.<br />
Es maestro de guías, les da su camino…<br />
Pone un espejo delante de los otros,<br />
los hace cuerdos, cuidadosos;<br />
hace que en ellos aparezca un rostro…<br />
Gracias a él la gente humaniza su querer<br />
y recibe una estricta enseñanza.<br />
Conforta el corazón, conforta a la gente,<br />
ayuda, remedia,<br />
a todos cura.<br />
(Citado en Latapí, 2008, p. 292)<br />
Poética<br />
¡Qué hermoso, qué nombramiento tan distinto! Esto cuestiona<br />
acerca de ¿quién nos llama y para qué nos llama? El poema<br />
lo indica claramente, pero… ¿por qué responderíamos a ese<br />
Ese otro es diferente; no es el diálogo lo que busca sino a<br />
convidar en encuentros y, por qué no, también en desencuentros<br />
que nos confronta ante la apertura de un mundo en<br />
el que requerimos del acompañamiento; tanto el uno como<br />
el otro desea tomar de la mano a aquel cuya vida empieza,<br />
cuya vida espera recorridos desde una mano que ofrece determinación<br />
envuelta en el tacto sensible de quien que dice:<br />
confía, soy quien acompaña, soy el que no suelta dado que<br />
las manos se han entrelazado como las raíces de dos árboles<br />
distintos y que aun distantes el uno del otro surcan las<br />
entrañas de la tierra para encontrarse como si estuvieran<br />
destinadas a entrelazarse y nutrirse sin saber y sin esperar<br />
quién se nutrirá más, porque simplemente nos entrelazamos<br />
y confiamos que lo inesperado surja, dicho de otro modo,<br />
que en esos encuentros y desencuentros lo más sensible y<br />
humano que tenemos nos invite a abrir y recorrer un mundo,<br />
como dice Hannah Arendt:<br />
… si el educar no tendría que ver con una cierta forma de<br />
amar al mundo lo suficiente como para no dejar que se acabe<br />
y abrir, así, el paso a lo nuevo en tanto nacimiento; y si<br />
el educar no tendría que ver con una cierta forma de amar<br />
a los demás lo suficiente como para no librarlos a su propia<br />
suerte, a su propio destino en apariencia inconmovible e<br />
inmodificable. (Citado en Skliar, 2017, p. 16)<br />
El educar no tiene que ver con fórmulas, con certificaciones,<br />
evaluaciones o tipologías para llevar a cabo un objetivo. De-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
11
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
Fotografía: Pixabay<br />
jar esta jerga empresarial nos da oportunidad de ver nuevamente<br />
lo que ya estaba: se trata de algo que tiene que<br />
ver con aquello que conmueve; es abrir un mundo para el<br />
otro; es arroparse en éste; es posibilidad de donar y donarse<br />
a sí mismo ante un lugar que sin amor resultaría inhóspito,<br />
aspero o incluso devastador y ominoso si se recorre solo. Es<br />
como encontrarse en un laberinto que, en lugar de incentivar<br />
la imaginación para encontrar la salida, exacerba una impulsividad<br />
brusca no hacia las paredes del laberinto, sino a la<br />
persona que se encuentra ahí, como dice Zambrano:<br />
No tener maestro es no tener ante quien preguntar y, más<br />
hondamente todavía, no tener ante quien preguntarse.<br />
Quedar encerrado dentro del laberinto primario que es la<br />
mente de todo hombre originariamente; quedar encerrado<br />
como el Minotauro, desbordante de ímpetu sin salida. La<br />
presencia del maestro que no ha dimitido –ni contradimitido–<br />
señala un punto, el único hacia el cual la atención se<br />
dispara. El alumno se yergue. (Citado en Sánchez y Venegas,<br />
2014, p. 93)<br />
Ese Minotauro que sólo embiste y atemoriza, que no tiene<br />
un cauce y no puede escuchar una melodía que lo tranquilice<br />
como al Cancerbero, por lo tanto, simplemente escucha su<br />
bufar que lo altera y lo convierte en una figura mítica que<br />
causa terror y tampoco encuentra consuelo, algo que perdió<br />
su humanidad, al punto de devorar no sólo las almas de<br />
aquellos que se pierden dentro de ese mismo laberinto sin<br />
saber cómo llegaron ahí, sin conocer de qué forma pueden<br />
buscar la salida sumiéndose en la confusión y en recovecos<br />
que no se entienden para culminar en un desmembramiento<br />
de cuerpos, de la ingestión cruda y voraz de la monstruosidad<br />
que lacera lo que debería ser tratado con tacto, con<br />
delicadeza, dando unos estrepitosos ruidos, ya no de ayuda<br />
sino de una súplica que pide finalizar el dolor y la angustia de<br />
ser aniquilado en ipso facto, pero ante esa inhumanidad no<br />
encuentra consuelo de una escucha que albergue esa última<br />
voluntad. ¡Qué imaginación dirán! Pero tal laberinto no abre,<br />
ni muestra ese mundo amoroso que trae consigo el acompañamiento,<br />
saber que hay otro, sentirse conmovido por su<br />
presencia, por lo que trata de decirnos, el que aloja lo que se<br />
ha recorrido, ello es el acto más amoroso que se da; es como<br />
escuchar, aunque se esté en silencio.<br />
Estar juntos<br />
Estar en silencio sin enfocarse a un sonido en específico es<br />
estar atento, porque se está ahí sin más. A veces se escucha<br />
un canto, un silbido del aire, el crujir de la hoja seca, un grillar;<br />
en otras palabras, la noche y el día con sus sonidos tan<br />
particulares, todos ellos sirven para dar un cuerpo, una sen-<br />
12 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
sibilidad que se instaura para sentirse resguardado, y cuando<br />
esto ocurre otros sentidos se despiertan. De pronto nacen<br />
aromas que invitan a construir una silueta, esa fragancia que<br />
despide introduce al mundo de manera diferente, se inauguran<br />
rostros y ya no se permanece solo, porque te sabes<br />
acompañado; hay alguien que no permanece en las sombras<br />
y te sientes acompañado para contar la historia que te vas<br />
formando conforme reúnes palabras que en un principio te<br />
eran desconocidas y que no podías pronunciar, debido a<br />
que permanecían externas, incapaces todavía de nombrar<br />
lo que se empezaba a conocer. No se trataba de poner un<br />
orden a esas palabras que parecían no ser de nadie o que<br />
pueden ser tuyas, que pueden ser nuestras, que pueden ser<br />
de todos, pero al final las necesitamos para conformar relatos,<br />
narraciones que inviten a otros a estrechar más manos,<br />
para abrigar al que busca un abrazo, pues encuentra en él un<br />
refugio cerca del corazón porque ahí hay un sonido que todavía<br />
no traduces aunque sabes que algo te está llamando y<br />
defines un rostro, ¡sí, un rostro!, el cual llama de una manera<br />
totalmente diferente invitándote a estar juntos, a inventarse<br />
recorridos que pueden o no tener sendas específicas y, sin<br />
embargo, recorres pues sabes que la sola presencia del otro<br />
te aleja de la soledad de despertar en puertos desconocidos,<br />
para tener la oportunidad de crear ciudades extravagantes,<br />
abordar navíos que no naufragan con la intención de encontrar<br />
gemas preciosas y especias que vivifican los sentidos…<br />
Referencias<br />
Larrosa, J. (2003). La experiencia de la lectura. Estudios<br />
sobre literatura y formación. México: Fondo de Cultura<br />
Económica.<br />
Latapí, S. P. (2008). ¿Recuperar la esperanza? La investigación<br />
educativa entre pasado y futuro. Revista mexicana de<br />
investigación educativa, 283-297. Recuperado de https://<br />
www.redalyc.org/articulo.oa?id=14003612<br />
Martín del Campo, M. (2004). Cuauhtémoc. México:<br />
Editorial Planeta Mexicana.<br />
Ramírez, G. B. (2009). La servidumbre del amo. Paradojas del<br />
administrador, una lectura psicoanalítica. México: Universidad<br />
Autónoma Metropolitana.<br />
Sánchez, J. y Venegas, G. (2014). La educación en María Zambrano:<br />
su reflexión sobre la persona. Aurora. Papeles del Seminario<br />
María Zambrano, 90-99. Recuperado de https://www.<br />
raco.cat/index.php/Aurora/article/view/285977/374055<br />
Skliar, C. (2017). Pedagogías de las diferencias. Buenos Aires:<br />
noveduc.<br />
Ese lugar que habitamos tú y yo<br />
Ahora ya no me encuentro deshabitada porque tú me acompañas,<br />
ya que tú has escuchado de manera atenta mi historia,<br />
porque tú y yo con nuestras experiencias hemos asumido<br />
las pausas y tiempos prudentes para escribir en silencio<br />
nuestra narrativa; una dulce lectura que tenemos el uno para<br />
con el otro, lo inédito de una creación que únicamente realizaríamos<br />
estando… juntos, ese lugar que habitamos tú y yo.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
13
Fotografía: Pixabay
Hacia una<br />
recuperación del<br />
encuentro humano<br />
en la educación<br />
institucional<br />
Rodrigo Castillo Aguilar 1<br />
Resumen<br />
El presente ensayo propone revisar algunas de las principales<br />
consecuencias del sistema político y económico imperante<br />
(caracterizado por la acumulación del capital) en la educación<br />
institucional. A partir de una mirada somera de la historia<br />
de la institución escolar y su papel a lo largo de ésta,<br />
se observa la figura actual de la teoría de las competencias<br />
y el vínculo estrecho con una cultura de enajenación, y una<br />
de sus consecuencias más visibles es la imposibilidad de los<br />
estudiantes y docentes para relacionarse desde una perspectiva<br />
humanista. Por último, se apuesta en recuperar nuestros<br />
saberes como alternativa para repensar la educación desde<br />
otro sitio menos productivista.<br />
Abstract<br />
This essay proposes to review some of the main consecuences<br />
of prevailing political and economic system (characterized by<br />
the accumulation of capital) in institutional education. From<br />
a brief glance of the history of the school institution and its<br />
role along it, one can observe the current figure of the theory<br />
of competences and the close link with a culture of alienation;<br />
one of its most visible consequences is the impossibility of<br />
students and teachers to relate from a humanist perspective.<br />
Finally, we are committed to recovering our knowledge as an<br />
alternative to rethink education from a less productive site.<br />
.<br />
Keywords: School education, Competencies, Neoliberalism.<br />
Palabras clave: Educación escolar, Competencias, Neoliberalismo.<br />
1<br />
Licenciado en Antropología Social, maestro en Pedagogía y candidato a doctor en Pedagogía por la UNAM. Ha sido docente en diversos niveles educativos. Se especializa<br />
en formación docente, desde una mirada crítica y humanista a la luz de los planteamientos teóricos de la Pedagogía Gestalt. Es miembro fundador del Equipo<br />
Interdisciplinario de Investigación y Prácticas Educativas para la Transformación Social: Elepantli, con el cual ha participado en el diseño e impartición de diversos cursos<br />
y proyectos de intervención en comunidades educativas, así como en congresos académicos en México, Latinoamérica y Europa.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
15
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
El presente ensayo toma como punto de partida una idea<br />
detonadora: la educación escolar, antes que ser una herramienta<br />
que permite alcanzar determinados fines (la transformación<br />
del entorno, el aprendizaje y conocimiento de la<br />
realidad, la obtención de un trabajo medianamente digno,<br />
entre otros), es en sí misma un proceso que implica el encuentro<br />
humano y precisamente esta perspectiva hace una<br />
notable diferencia.<br />
Primero habrá que dejar claro a qué me refiero cuando hablo<br />
de educación escolar. Durante el proceso educativo existe<br />
una confluencia, no sólo de estudiantes, profesores y autoridades<br />
en un espacio determinado (en este caso la escuela),<br />
sino también de los diversos símbolos, signos y estructuras<br />
sociales que cada uno de ellos porta, además de las distintas<br />
inscripciones que se albergan en las interacciones construidas<br />
y vividas a lo largo de sus historias de vida. Es así como<br />
al momento del encuentro, los diferentes actores del hecho<br />
educativo institucional depositan en las relaciones establecidas,<br />
el conjunto de significaciones sociales que han ido encarnando<br />
de forma inconsciente como propias. Las diversas<br />
nociones heredadas a lo largo de cada una de sus trayectorias<br />
habrán de interpelarlos como elementos aparentemente<br />
ajenos al encuentro pero inmersos en cada una de sus enunciaciones<br />
y formas de mirarse entre sí.<br />
Veamos esto a mayor profundidad. El proceso educativo implica<br />
un conjunto de relaciones entre educandos-educandos,<br />
educandos-educadores y educadores-educadores, 2 mismas<br />
que estarán permeadas e influidas por los signos y símbolos<br />
que han heredado en sus distintos grupos sociales de adscripción,<br />
los cuales a su vez pertenecen a un conjunto social<br />
más grande, que se articula con base en ciertos preceptos<br />
económicos, políticos y sociales que responden a un sistema<br />
determinado. Es así como los distintos encuentros que se<br />
juegan y viven dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
no están ajenos a las lógicas que se construyen y estipulan<br />
en los ámbitos socioeconómicos del “sistema-mundo” (Wallerstein,<br />
1979). 3 Es por ello que debemos repensar no sólo<br />
el papel de la educación escolar en la sociedad actual, sino<br />
también los acontecimientos que cotidianamente suceden<br />
en ella. Si hablamos del proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
pensando en las relaciones que ahí confluyen como ajenas de<br />
un entorno más grande, contribuimos a la reproducción de<br />
un discurso que anula la agencia y co-participación de quienes<br />
intervienen en éste. Asimismo, descontextualizamos a<br />
los diversos actores del hecho educativo, anulando las particularidades<br />
y características que emanan de su adscripción<br />
social y cultural al dibujarlos sólo como entes espontáneos y<br />
coyunturales.<br />
Tampoco resulta pertinente pretender que únicamente<br />
son los factores globales del sistema político y económico<br />
actual, los que influyen y determinan el proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
porque de hacerlo así, incurrimos en el<br />
mismo error de anular a las personas como constructores y<br />
transformadores de su propia realidad, convirtiéndolos únicamente<br />
en sujetos del sistema.<br />
A partir de esta reflexión, propongo repensar al proceso educativo<br />
escolar desde tres aristas: 1. Reconocer las implicaciones<br />
y factores que suceden e intervienen en las diversas relaciones<br />
que existen dentro de las aulas y en los espacios de<br />
confluencia entre educandos y educadores, como elementos<br />
2<br />
Sería irresponsable afirmar que éstos son los únicos actores del proceso educativo. No debemos dejar de reconocer que madres y padres de familia, autoridades y<br />
comunidades aledañas también juegan un papel medular en este proceso; sin embargo, por fines de análisis, en esta ocasión me focalizaré únicamente en la figura de<br />
los docentes y estudiantes.<br />
3<br />
No olvidemos que para Wallerstein las relaciones económicas globales se encuentran estructuradas bajo un sistema de desigualdad en el que las naciones desarrolladas<br />
explotan y se aprovechan de los recursos y mano de obra barata de las naciones en vías de desarrollo. A esta lógica sistémica mundial, él le llama “sistema-mundo”.<br />
16 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
medulares del hecho educativo cotidiano; 2. asumir que<br />
asistimos a un momento histórico en el que hay un crecimiento<br />
desmesurado de una visión utilitaria y sincrónica del<br />
conocimiento que pretende convertir al proceso de enseñanza-aprendizaje<br />
en una herramienta de transmisión de ciertas<br />
habilidades y capacidades que son necesarias únicamente<br />
para el proceso de producción capitalista, y 3. no olvidar<br />
que las dos aristas previamente mencionadas se encuentran<br />
intrínsecamente relacionadas, lo que nos permite pensar en<br />
la realidad y los procesos que en ella se suceden como un<br />
entramado donde los distintos hechos y fenómenos están<br />
imbricados entre sí, articulándose unos con los otros.<br />
A lo largo de la historia, la educación ha servido para ciertos<br />
fines concretos y ha beneficiado principalmente a los sectores<br />
privilegiados, por ejemplo: se tiene suficiente registro de<br />
que en el antiguo Egipto se daba prioridad a la educación de<br />
las clases dominantes, principalmente en aspectos que consideraban<br />
relevantes para su formación política (oratoria,<br />
preceptos y convenciones sociales, escritura, entre otros);<br />
contrario a ello existen muy pocos acervos que permitan<br />
conocer a profundidad la educación dada al resto de la población,<br />
se piensa que pudieron haber dos tipos de escuelas:<br />
“una dedicada a los sacerdotes quienes enseñarían conocimientos<br />
astronómicos y matemáticos, y otra escuela para el<br />
aprendizaje artesanal, en la que se enseñarían oficios menores<br />
como la agricultura o las artes militares” (Alonso, 2012,<br />
p. 28). Sin embargo, no hay certeza que fueran públicas ni de<br />
acceso general.<br />
En la Grecia antigua había una diferenciación en el tipo de<br />
educación recibida según la clase social a la que se pertenecía<br />
(sin tomar en cuenta a todos aquellos que ni siquiera<br />
eran considerados ciudadanos), siendo un privilegio al que<br />
accedían únicamente las élites; incluso en algunas regiones<br />
como Creta y Esparta “el Estado vigilaba la educación griega<br />
que era administrada por un magistrado, que organizaba los<br />
recursos necesarios para la manutención de escuadrones y<br />
coros, que eran los nombres dados a las escuelas” (Alonso,<br />
2012, p. 40).<br />
Si pensamos en la época de la Edad Media, miramos cómo<br />
los seminarios y monasterios (espacios educativos eclesiásticos)<br />
cumplían –entre otras funciones– un papel medular en<br />
las discusiones teológicas que darían paso a la construcción<br />
del discurso hegemónico que habría de ser enunciado por la<br />
iglesia católica; por lo que podemos afirmar que el conocimiento<br />
estaba en manos de unos cuantos (en este caso los<br />
altos mandos de la institución religiosa). Las labores de catequesis<br />
acompañaban esta instauración explicativa de la realidad<br />
como única válida para la población en general, espacios<br />
educativos a través de los cuales se “rescató los elementos<br />
culturales de la época clásica como herramientas propedéuticas<br />
de entendimiento de la fe cristiana al servicio de la<br />
conversión del pueblo bárbaro” (Lázaro, 2018, p. 3). Cuando<br />
nacieron las primeras universidades no existían como espacios<br />
públicos y de confluencia de diversas posturas, sino únicamente<br />
como lugares en que se transmitían ciertos aprendizajes<br />
y conocimientos que respondían principalmente a las<br />
necesidades de la institución religiosa imperante.<br />
Con la llegada de los Estados-Nación, la institución educativa<br />
va a jugar un papel medular en el proceso de conformación<br />
y consolidación de los mismos, puesto que será la<br />
encargada de transmitir y legitimar en la población un conjunto<br />
de saberes y discursos en torno a la historia común,<br />
que serán la base de la creación de un identidad colectiva.<br />
No olvidemos que<br />
La Ilustración francesa venía pugnando desde mediados<br />
de siglo por una educación estatal. Filósofos como Diderot<br />
o Rousseau [...] defendían la idea de una educación que<br />
formara a la infancia y a la juventud en el molde nacional,<br />
todos querían una educación uniforme. (De Puelles, 1993)<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
17
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
El problema de esta homogenización es que anula la diversidad,<br />
al encontrarse edificada en un conjunto de narrativas<br />
donde nuevamente los actores principales del discurso identitario<br />
son las clases privilegiadas.<br />
Es precisamente este control educativo por parte del Estado,<br />
uno de los elementos que habrá de ser cuestionado y que<br />
posteriormente servirá como bastión medular en la argumentación<br />
construida por los distintos intelectuales del neoliberalismo,<br />
quienes argumentan la necesidad de desarticular<br />
la educación como un bien social y a cargo del Estado, para<br />
dejarla en manos del mercado y los diversos grupos sociales<br />
que conforman a la sociedad actual (López y Flores, 2006; De<br />
Puelles, 1993).<br />
Al respecto, veamos lo que plantea Adriana Puiggrós (1997)<br />
sobre el papel de algunos organismos económicos internacionales<br />
en las discusiones y tomas de decisión referente a la<br />
educación de sus países afiliados:<br />
El Banco Mundial dice dar prioridad a la educación básica,<br />
en el marco de una política que empobrece y elimina la<br />
responsabilidad educadora correspondiente tanto al Estado<br />
como a los sectores privados sin fines de lucro y empresarios.<br />
La mentada equidad, entonces, se interpreta en<br />
la práctica del ajuste estructural a favor de los más ricos.<br />
(Puiggrós, 1997, p. 99)<br />
En la actualidad la educación pública, como otras instituciones<br />
sociales (la familia, las iglesias, los gremios, etc.), se encuentra<br />
constantemente intervenida por los discursos y referentes<br />
del sistema político y económico, el cual se basa en la<br />
lógica de la acumulación del capital y en la obtención de la<br />
ganancia por la ganancia. Dicha estructura de pensamiento<br />
ha venido acompañada de una perspectiva del mundo que<br />
nos ha llevado a pensar que todo a nuestro alrededor puede<br />
ser convertido en una mercancía, incluyendo a nosotros mismos.<br />
De ahí que nos resulte fácil creer que podemos sustituir<br />
muchas de las relaciones de lo cotidiano, por mercancías y<br />
productos existentes en el mercado. 4<br />
El conocimiento y los saberes sociales no son la excepción,<br />
puesto que se les ve como productos intercambiables por<br />
dinero, amén de que funjan como utensilios en el proceso<br />
productivo y de explotación y enajenación social. Es así como<br />
el neoliberalismo construye un conjunto de argumentos que<br />
tienden a la desacreditación del proyecto educativo nacional<br />
como un bien social que deba estar en manos del Estado,<br />
basándose en los defectos o errores que arrastra y algunos<br />
de los problemas que en la actualidad presenta. 5<br />
Lo que no toman en cuenta dichos argumentos es que precisamente<br />
varios de esos problemas surgen a raíz de la puesta<br />
en práctica de un conjunto de políticas económicas en los<br />
países mencionados, y ha sido el detonante de la desarticulación<br />
social, desintegración familiar, pauperización del nivel<br />
de vida docente, incremento de la violencia y drogadicción,<br />
etcétera, factores que transgreden y tienen consecuencias<br />
precisamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje y el<br />
proyecto educativo en que éste se da, puesto que intervienen<br />
4<br />
Al respecto sólo basta voltear nuestra mirada a cualquier reunión y podremos ver cómo la conversación de frente y los encuentros humanos son –cada vez más– sustituidos<br />
por los intercambios y pláticas virtuales en redes sociales y celular. Incluso, entre los temas de conversación cotidiana, se encuentra cada vez más presente lo<br />
dicho, escrito o compartido en Facebook, Instagram, Twitter y demás redes virtuales.<br />
5<br />
Uno de los ejemplos más significativos es el Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe, en el que: “Sus dos programas institucionales<br />
son ‘Empresa y educación’, diseñado para vincular la educación con los procesos productivos y para que el sector empresarial ejerza el liderazgo en el mejoramiento<br />
de la calidad educativa, y el programa de ‘Pasantías para docentes en América Latina y el Caribe’” (López y Flores, 2006). Dicho proyecto surgió con la intención de<br />
impulsar reformas educativas en países en desarrollo y fue patrocinado por instituciones como “United States Agency for International Development (USAID), Banco<br />
Interamericano de Desarrollo (BID), AVINA Foundation, The Tinker Foundation, GE Found, Global Development Net Work y otros” (López y Flores, 2006).<br />
18 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
Fotografía: Pixabay<br />
en las interacciones cotidianas entre educandos y educadores,<br />
afectando al proceso mismo. Por ello decimos que:<br />
…la argumentación neoliberal produce relaciones de causa-efecto<br />
lineales y busca efectos referidos a metas claramente<br />
previsibles y determinadas. De ese modo construye<br />
una ruta abstracta e incorrecta de la eficacia, al desconocer<br />
la multiplicidad de resultados del proceso educativo y la variación<br />
de los espacios y tiempos en los cuales un proceso<br />
educacional deja huellas. (Puiggrós, 1997, p. 96)<br />
Evidentemente dicha argumentación emana de una construcción<br />
discursiva que pretende significar y estructurar<br />
como válido y coherente el proceso neoliberal de mercantilización<br />
del entorno y los productos sociales y naturales que<br />
se crean en la interrelación del ser humano con éste.<br />
Habrá que dejar en claro un aspecto importante, para la lógica<br />
imperante del sistema capitalista actual la existencia<br />
de los Estados-Nación ya no resulta tan rentable para sus<br />
intereses; éstos se erigen como constructos que tienden a<br />
la preservación de ciertos acervos culturales propios de los<br />
grupos sociales que los conforman; por otro lado, su génesis<br />
como producto de la cohesión social, la preservación y resguardo<br />
de los intereses de la mayoría de los habitantes que<br />
los conforman entorpecen los objetivos de un sistema que<br />
prioriza a todas luces el individualismo por encima de cualquier<br />
organización colectiva y/o comunitaria.<br />
La fase en que se encuentra el capitalismo está caracterizada<br />
por un creciente poder de las grandes empresas trasnacionales,<br />
las cuales dejan de lado cualquier adscripción por algún<br />
país, al priorizar los intereses de sus inversores para quienes<br />
la ganancia resulta lo más importante. La existencia de ciertos<br />
lineamientos o estructuras jurídicas y económicas que<br />
defiendan los intereses de grupos locales o mayorías nacionales,<br />
se convierte así en un estorbo. De ahí su interés por<br />
intervenir en la desarticulación de las diversas instituciones<br />
que históricamente han servido como cohesionadoras de los<br />
diversos derechos sociales y colectivos. 6 La apuesta del neo-<br />
6<br />
Basta mirar las distintas recomendaciones que los organismos económicos internacionales hacen a los diferentes gobiernos en el mundo, relativas al debilitamiento del<br />
papel del Estado como eje rector en la economía, educación, seguridad social, relaciones laborales, etcétera. Al respecto se puede revisar: http://www.imf.org/external/<br />
pubs/ft/sdn/2012/sdn1207.pdf, específicamente las páginas 20 a la 26 donde el FMI hace sus recomendaciones para la UE, en las que posteriormente incluirá a América<br />
Latina.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
19
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
liberalismo en la actualidad es la disgregación de lo social,<br />
pensando en esto último como un elemento medular de la<br />
construcción de las resistencias y rebeldías contra el primero.<br />
Veamos esto a detalle, si bien una de las características del<br />
sistema capitalista ha sido el proceso de enajenación, podemos<br />
decir que en la actualidad resulta cada vez más evidente,<br />
pues ha servido como elemento coadyuvante en la<br />
desarticulación de lo social, al permitir la disgregación y disolución<br />
de las diversas relaciones colectivas. Hoy, las distintas<br />
interacciones sociales son permeadas por un deseo que<br />
no es propio, pues surge como consecuencia de una necesidad<br />
creada por el mismo sistema. Asistimos a un paisaje en<br />
que los diferentes cuerpos se encuentran sujetos a improntas<br />
construidas como imprescindibles para su vida (veamos<br />
cómo el uso del celular, las redes sociales, la computadora, lo<br />
último en tecnología se ha vuelto un elemento casi fundante<br />
de lo cotidiano). 7<br />
La enajenación aparece tanto en el hecho de que mi medio<br />
de vida es de otro, que mi deseo es la posesión inaccesible<br />
de otro, como en el hecho de que cada cosa es otra que ella<br />
misma, que mi actividad es otra cosa, que, por último (y esto<br />
es válido también para el capitalista), domina en general el<br />
poder humano (Marx, en Puiggrós, 1997, p. 158).<br />
La enajenación como factor que interviene en las relaciones<br />
cotidianas, influye directamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
y contribuye a generar una percepción del conocimiento<br />
como mercancia ajena a las acciones y reflexiones<br />
entre educando y educadores. El profesor deja de ser un<br />
acompañante en el camino del descubrir, comprender y reconfigurar<br />
las diversas formas de enunciar el mundo, y pasa<br />
a convertirse en una especie de despachador de conceptos<br />
y categorías memorizables que habrán de ser reproducidas<br />
y puestas en práctica por los estudiantes, con el objetivo de<br />
satisfacer las necesidades del mercado laboral. Recordemos<br />
solamente algunos de los argumentos vertidos por los defensores<br />
de uno de los nuevos paradigmas hegemónicos en<br />
la educación institucional: la enseñanza por competencias.<br />
…se sustenta en los cuatro pilares para la educación de este<br />
milenio que propone Delors (UNESCO, 1997): aprender a<br />
conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender<br />
a ser. Enfatiza en el desarrollo constructivo de habilidades,<br />
conocimientos y actitudes que permitan a los estudiantes<br />
insertarse adecuadamente en la estructura laboral y adaptarse<br />
a los cambios y reclamos sociales. Ofrece mejores condiciones<br />
de trabajo, posibilita la vinculación constante con el<br />
entorno socioeconómico. Logra que los recursos financieros<br />
y humanos alcancen niveles óptimos. (Parra, 2006, pp. 4-8)<br />
Es en este contexto que se encuentra inmersa la educación<br />
actual, de ahí que no resulten extraños muchos de los problemas<br />
que se viven al interior de las instituciones escolares<br />
actualmente: el incremento de las distintas formas de<br />
violencia entre estudiantes, padres de familia y profesores;<br />
los problemas para establecer formas de trabajo colectivo;<br />
el abandono familiar, producto de una excesiva carga laboral<br />
y su implicación en el desempeño de los estudiantes; el<br />
conflicto con el uso de las redes sociales y su impacto para la<br />
atención en el aula, entre otros.<br />
Ahora bien, el aprendizaje y la construcción de conocimiento<br />
implican un cuestionamiento constante de la realidad, así<br />
como la persistente reconstrucción de ciertas certezas que<br />
hemos heredado y adquirido a lo largo del tiempo, con lo<br />
cual ponemos en juego muchos factores que nos constitu-<br />
7<br />
Se puede revisar: http://ep00.epimg.net/descargables/2015/06/26/243aca4f6bc82f81def7ef28ebc9845e.pdf.<br />
20 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
yen como personas: desde las formas lingüísticas adoptadas<br />
en nuestros núcleos sociales, la manera como nombramos<br />
y enunciamos nuestra realidad; hasta nuestra capacidad de<br />
relación con otros, sin obviar las diversas emociones y sentimientos<br />
que ello involucra. Es así como, ante la amenaza<br />
que implica el proceso de enseñanza-aprendizaje (la pérdida<br />
de certezas), quienes participan de éste se ven inmersos en<br />
una serie de disyuntivas que los obligan a establecer cambios<br />
y modificaciones en su relación con el entorno social y ambiental<br />
(las emociones), como una respuesta ante aquellos<br />
factores nuevos (externos-internos) que se les presentan.<br />
De ahí que resulte atinado pensar que: “La educación es la<br />
negación de la estabilidad del presente porque es imposible”<br />
(Puiggrós, 1997, p. 144); pues, en sí misma, conlleva al cuestionamiento<br />
de lo existente a partir de mostrar nuevas formas<br />
de enunciar y pensar la realidad.<br />
La evaluación e interpretación que tanto profesores como<br />
estudiantes hacen del proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
influye en su actuar. Es por eso que las diversas representaciones<br />
sociales que se construyen y adquieren durante el encuentro,<br />
van a la par de las significaciones y simbolizaciones<br />
existentes sobre y del proceso mismo.<br />
Al mismo tiempo, dichas representaciones se encuentran influenciadas<br />
por los imaginarios sociales, instituidos desde el<br />
discurso del sistema capitalista, los cuales serán partícipes<br />
en la generación de las diversas expectativas sobre el papel<br />
que deben desempeñar tanto educadores como educandos.<br />
Asimismo, habrán de sentar las bases sobre las actitudes, capacidades<br />
y destrezas que ambos esperan que el otro cumpla<br />
al momento de la relación, generando un ambiente de mutua<br />
exigencia sobre aquel que no soy, fundada en un deber<br />
ser internalizado como necesario en la construcción del otro.<br />
El proceso de enseñanza-aprendizaje se desdibuja como un<br />
encuentro humano, al convertirse en una relación cuasi comercial<br />
donde cada uno de los actores tiene un rol determinado<br />
que cumplir y un conjunto de exigencias sobre lo que<br />
debe hacer. La enajenación del sí mismo cobra entonces más<br />
fuerza que nunca.<br />
Dichas expectativas generadas desde la hegemonía ideológica<br />
imperante, no toman en cuenta las características singulares<br />
de las personas, así como las especificidades del entorno<br />
en que se encuentran; tampoco recuperan el contexto actual<br />
en que el proceso de enseñanza-aprendizaje está inmerso. De<br />
tal manera que a partir de estos imaginarios se construye la<br />
idea de que, por un lado, el docente debe ser paciente, tolerante,<br />
exigente, preparado, responsable único del aprendizaje<br />
del alumno, mentor, guía, y otras más exigencias, y por el<br />
otro, el educando debe ser comprometido, tranquilo, callado,<br />
quieto, responsable, mesurado, etcétera, sin tomar en cuenta<br />
que tanto uno como otro se encuentran inmersos en un<br />
contexto político, económico y social que les es cada vez más<br />
adverso; que por otra parte obliga al docente a tener que laborar<br />
en dos o tres instituciones escolares, debido al escueto<br />
salario que percibe, lo cual le reduce el tiempo para trabajar<br />
extraescolarmente (el que regularmente usa para preparar<br />
Fotografía: Pixabay<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
21
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
clases), así como para esparcirse y tener un mundo de vida<br />
que no sólo incluya su trabajo, y además tiene sumergido a<br />
muchos de los educandos en un proceso de desintegración<br />
familiar o desarticulación de dicho núcleo, al obligar a ambos<br />
tutores a trabajar para conseguir un sustento, o bien lograr<br />
un modo de vida que les ha sido vendido e insertado por el<br />
sistema y que de principio le apuesta al consumo por encima<br />
de la relación y cohesión social.<br />
Tanto educandos como educadores se relacionan e interpelan<br />
insertos en un conjunto de estructuras simbólicas y significativas<br />
que reproducen a la realidad como un constructo<br />
de lo ajeno no modificable (realidad enajenada), donde<br />
ellos aparecen como entes no constructores de la realidad,<br />
y mucho menos, transformadores de la misma. Es por ello<br />
que: “La radicalización neoliberal en el absoluto presentismo<br />
agota la producción pedagógica y la reduce a recursos estrechamente<br />
utilitarios” (Puiggrós, 1997, p. 143).<br />
No olvidemos que:<br />
…el proyecto del neoliberalismo no es sólo un proyecto<br />
económico sino que implica un marco filosófico y la configuración<br />
de un modelo social consecuente, el cual presupone<br />
la instancia de un cierto tipo de relaciones sociales<br />
que se constituyen como resultado de las interacciones de<br />
individuos motivados a partir de una determinada escala<br />
de valores. El proyecto social neoliberal simplemente pone<br />
el acento en la dimensión económica del ideario capitalista<br />
como organizador de las relaciones sociales imperantes.<br />
(Zaccagnini, s/f, p. 4)<br />
Ante este escenario resulta apremiante replantear la educación<br />
actual y recuperarla como un proceso de enseñanza-aprendizaje,<br />
donde lo medular no sean los conceptos que<br />
se transmiten a partir de una enunciación discursiva ya estructurada<br />
desde el poder, sino lo que se aprende y se enseña<br />
en dicho proceso. Recuperar muchos de los saberes que<br />
cada uno de los actores porta y que son constructos de su<br />
propia mismisidad, al tiempo que emanan de una historia<br />
común que lo confluye e interpela. Esto permitiría no sólo<br />
recuperar un conjunto de aprendizajes valiosísimos sobre la<br />
realidad, sino que también abriría paso a: entender, por un<br />
lado, la diversidad existente en la mismisidad intrínseca del<br />
ser, dando posibilidad a la construcción de otras formas de<br />
relación social que preponderen el respeto mutuo, al tiempo<br />
que confluyen múltiples resistencias a cualquier hecho o<br />
sistema que pretenda anularlas (en este caso el capitalismo);<br />
y permitir, por el otro lado, que tanto estudiantes como profesores<br />
recuperen su identidad y adscripción colectiva a partir<br />
del sentirse portadores de un bien social de disfrute colectivo,<br />
lo que generaría la resignificación de una existencia<br />
del ser, que dejará de basarse en la posesión de materiales<br />
ajenos a su historia personal y que emanan de necesidades<br />
ajenas al sí mismo, recuperando lo intrínseco diverso de sí.<br />
Es aquí precisamente donde la educación puede tener un papel<br />
transformador de la realidad, puesto que: “Educar y educarse<br />
es una de las maneras de sostener el tiempo, pero sostenerlo<br />
requiere seleccionar, desordenar el orden heredado,<br />
des-saturar el lenguaje” (Puiggrós, 2005, p. 86).<br />
Replantear la educación implica, de principio, exponer de<br />
nuevo las relaciones e interacciones que suceden dentro del<br />
proceso de enseñanza-aprendizaje, por ello la apuesta es incursionar<br />
en nuevas formas de encuentro entre educando y<br />
educadores, mismas que partan de reconocer al otro en su<br />
mismisidad, lo que implica reconocerse a uno a partir de lo<br />
que no es y poder experimentarse desde distintos lugares.<br />
Establecer puentes de diálogo intergeneracional que le permitan<br />
a unos y otros mirarse a partir de las experiencias y vivencias<br />
del otro que no es él; poder reconocerse en aquello que le<br />
es ajeno, ya sea lo subjetivo extrañando, o bien lo que se está<br />
22 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Hacia una recuperación del encuentro humano...<br />
por extrañar. Recordemos que “…experimentar significa necesariamente<br />
volver a acceder a la infancia como patria trascendental<br />
de la historia” (Agamben, en Puiggrós, 2005, p. 96).<br />
Es necesario no perder de vista el papel de las emociones en<br />
el proceso de enseñanza-aprendizaje, puesto que juegan al<br />
momento que sucede la relación y encuentro, interviniendo<br />
en el replanteamiento que de su entorno y realidad hacen<br />
tanto educandos como educadores, pues como lo menciona<br />
Marcela Gómez Sollano, especialista en el tema: “La afectividad<br />
permite reconocer en la interacción que algo de lo diferente<br />
confluye al conjunto” (Comunicación personal, 17 de<br />
abril de 2007).<br />
Finalmente debemos apostarle a que “La educación debe revincular<br />
la consciencia a la vida real” (Puiggrós, 1994, p. 44).<br />
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line]. Recuperado de http://www.rieoei.org/deloslectores/<br />
338Zaccagnini.pdf<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
23
El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes,<br />
de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad<br />
si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra.<br />
Arturo Graf (1848-1913)<br />
24 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Propuesta de<br />
intervención clínica<br />
en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad<br />
desde el enfoque basado en la mentalización<br />
Leticia Castañón Anaya 1 y Carlos F. Soto Chico 2<br />
Resumen<br />
El trastorno límite de la personalidad es definido, por la Guía<br />
de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5 (2013),<br />
como: “Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones<br />
interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad<br />
intensa.”<br />
Los afectados con tal trastorno se caracterizan por tener relaciones<br />
personales inestables, y lo mismo sucede en cuanto a<br />
su comportamiento inestable. Con frecuencia, en sus historias<br />
de vida se encuentran carencias en los cuidados durante<br />
la niñez, por lo que en su vida adulta suelen experimentar una<br />
sensación de vacío, además de momentos en que se sienten<br />
furiosos y con gran necesidad de atención.<br />
En este trabajo se propone un enfoque basado en la mentalización<br />
como técnica terapéutica en pacientes con trastorno<br />
límite de la personalidad, con quienes se tiene que trabajar<br />
su capacidad de mentalizar, a fin de lograr un sentido del yo,<br />
de la identidad, más fuerte y seguro.<br />
Palabras clave: Personalidad límite, diagnóstico, intervención,<br />
tratamiento, mentalización.<br />
Abstract<br />
Borderline personality disorder is defined by the DSM-5 (2013)<br />
Diagnostic Criteria Reference Guide as: “Dominant pattern of<br />
instability of interpersonal relationships, self-image and affect,<br />
and intense impulsivity.”<br />
Those affected with such a disorder are characterized by having<br />
unstable personal relationships, and the same happens in terms<br />
of their behaviour, unstable. Frequently, in their life histories,<br />
they are lacking in the cares during the childhood, reason<br />
why in their adult life they usually experience a sensation of<br />
emptiness, in addition to moments in which they feel furious<br />
and with great need of attention.<br />
This paper proposes an approach based on mentalization as a<br />
therapeutic technique in patients TLP, with whom they must<br />
work their capacity of mentalizing, to achieve a sense of self,<br />
identity, stronger and safer.<br />
Key words: Personality limit, diagnosis, intervention, treatment,<br />
mentalization.<br />
1<br />
Licenciatura en Derecho y Psicología, Maestría en Procuración y Administración de Justicia, estudiante de la Maestría en Psicoterapia Dinámica, Universidad La Salle<br />
Cuernavaca. 21 años de trayectoria como agente del Ministerio Público en la Fiscalía del Estado de Morelos. Psicóloga en consulta privada. letty05033@gmail.com<br />
2<br />
Académico. Profesor de la Maestría en Psicoterapia Dinámica, Universidad La Salle Cuernavaca. c.sotochico@gmail.com<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
25
Introducción<br />
El trastorno límite de la personalidad afecta la vida del<br />
paciente en su ámbito familiar, laboral y social, específicamente<br />
vulnera su forma de ser y la manera en que<br />
afronta los problemas cotidianos.<br />
Se les identifica por ser inestables en su comportamiento<br />
y en sus relaciones interpersonales. Posturas del corte<br />
psicodinámico, como la de Mann, se pronuncian en el<br />
sentido de que son sujetos que, en muchos de los casos,<br />
les cuesta relacionarse con los otros y no logran mantener<br />
relaciones afectivas significativas.<br />
El enfermo fronterizo es un alienado, dado que sufre<br />
una real incapacidad para relacionarse, como individuo<br />
con una peculiar e insustituible identidad, con otra<br />
persona. Se halla privado, en grados de profundidad<br />
variable y desde un periodo temprano de su vida, de<br />
la capacidad de mantener las relaciones afectivas que<br />
dan a la existencia cierto grado de sentido y de placer<br />
interno, y que reducen al mínimo la tristeza y el sufrimiento<br />
que, dentro de ciertos límites, existen en todas<br />
las personas. (Mann, en Coderch, 2007, p. 316)<br />
Los síntomas y signos asociados a este trastorno son,<br />
entre otros: conductas suicidas, automutilaciones, autolesiones.<br />
Por otra parte, la impulsividad es algo recurrente,<br />
constante, por lo que la promiscuidad y el abuso de<br />
sustancias psicoactivas pueden estar presentes.<br />
Guala señala algunos datos estadísticos:<br />
• A uno de cada 100 pacientes psiquiátricos le corresponde<br />
el diagnóstico fronterizo.<br />
• Tres cuartos de los pacientes diagnosticados con<br />
trastornos borderline de la personalidad son mujeres.<br />
26 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Propuesta de intervención clínica...<br />
• El riesgo de suicido es en ellos 50 veces mayor que en<br />
la población general.<br />
• El abuso de sustancias tóxicas es nueve veces mayor<br />
que en el resto de los sujetos que consultan.<br />
• La coexistencia de trastornos alimenticios o trastornos<br />
del ánimo es mayor que en la población general de<br />
pacientes psiquiátricos. (Guala, en Fossa, 2010, p. 36)<br />
Las personas con una personalidad límite, fronteriza o limítrofe<br />
también se enfrentan con la dificultad de ser diagnosticados<br />
de manera temprana o pronta, así como con el<br />
encuentro y aplicación de un tratamiento multidisciplinario<br />
que les ayude, tanto a él como a su entorno conformado por<br />
sus más allegados a obtener una mejor calidad de vida.<br />
Bateman y Fonagy (Sánchez-Quintero, S. y De la Vega, I.,<br />
2013), fundadores de la psicoterapia basada en la mentalización,<br />
ponen el acento en la capacidad de la mentalización<br />
como variable fundamental a la hora de entender y abordar<br />
la patología borderline.<br />
En este trabajo se abordará cuáles son los criterios para el<br />
diagnóstico del trastorno límite de la personalidad y la propuesta<br />
psicoterapéutica por la mentalización.<br />
Definición de trastorno límite de la personalidad<br />
El término trastorno límite de la personalidad o trastorno<br />
borderline (en inglés) se hizo oficial en la década de los ochenta<br />
del siglo pasado, al ser incluido entre los trastornos del eje<br />
II del DSM-IV (2000). La definición del concepto de trastorno<br />
límite de la personalidad que manejaba dicho Manual era la<br />
de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la imagen<br />
del yo y los afectos, así como una marcada impulsividad.<br />
Se llama “límite” porque desde el punto de vista diagnóstico<br />
nosológico, es un puente de unión entre la psicosis y la neurosis,<br />
hasta entonces entendidas como dos formas que se excluían<br />
entre sí; se pudo observar en estos pacientes síntomas<br />
psicóticos y síntomas neuróticos: puente este que fortificaría<br />
la idea de la nosología como un continuum frente a la idea de<br />
entidades nosológicas fijas y estables.<br />
El principio evolutivo de la continuidad genética en el desarrollo<br />
de la personalidad sería aplicable también a la psicopatología<br />
intercalando esta patología transicional entre la<br />
posición esquizoparanoide, de funcionamiento primitivo y<br />
psicótico, y la posición depresiva, de funcionamiento neurótico,<br />
o sea, más integrado y menos psicótico. (Hernández,<br />
2013, p. 327)<br />
¿Es o no un paciente neurótico?, ¿es o no un paciente psicótico?<br />
Coderch (2007) señala que se trata de un cuadro de difícil<br />
clasificación, que por unos es considerado como una entidad<br />
nosológica, otros como un síndrome, otros más como una<br />
forma mixta de neurosis y psicosis, y finalmente, otros lo señalan<br />
como un cajón de sastre en qué alojar a los enfermos<br />
inetiquetables.<br />
Se puede definir al trastorno límite de la personalidad como<br />
un síndrome caracterizado por la presencia de un nivel constante<br />
de ansiedad que no se alivia con la estructuración de<br />
un sistema defensivo regularmente estable, al contrario de<br />
lo que suele ocurrir en los síndromes psicopatológicos clásicos.<br />
Debido a esta incapacidad para organizar un sistema<br />
defensivo mínimamente estable y satisfactorio, los síntomas<br />
son diversos, variables e irregulares, siendo lo más constante<br />
una cierta organización caracterológica basada en la inestabilidad<br />
y en la que destacan la intensidad de las respuestas<br />
afectivas, desproporcionadas con frecuencia a las situaciones<br />
relacionales que las provocan y teñidas de un fuerte componente<br />
agresivo, así como la tendencia a la búsqueda de descargas<br />
inmediatas de la tensión emocional, que al paciente le<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
27
Propuesta de intervención clínica...<br />
es muy difícil de contener y que se expresa clínicamente en<br />
forma de actuaciones.<br />
La ansiedad distintiva del paciente limítrofe es la ansiedad<br />
de separación:<br />
Las regresiones sintomáticas se producen especialmente en<br />
situaciones de separación y pérdida, que pueden ir desde la<br />
pérdida temporal de vínculos emocionales simbólicamente<br />
significativos para el paciente hasta la pérdida real de<br />
un ser próximo o la separación de un terapeuta que se va<br />
temporalmente de vacaciones, por ejemplo. Las ansiedades<br />
son depresivas y también, alternativa o simultáneamente<br />
esquizoparanoides (persecutorias y hasta puntualmente<br />
catastróficas), en una sorprendente combinación. (Hernández,<br />
2013, p. 330)<br />
Desde el punto de vista psicodinámico, de acuerdo con Hernández<br />
(2013), la intensidad de las reacciones afectivas genera<br />
fácilmente regresiones profundas y transitorias durante las<br />
cuales pueden manifestarse fenómenos de apariencia psicótica<br />
debido a la activación de estructuras psicodinámicas primitivas<br />
o arcaicas, que suponemos fundamentalmente idénticas<br />
a las que se manifiestan en la psicosis pero que son pasajeras<br />
y evanescentes, por lo que no cumplen el criterio de duración<br />
mínima que se exige para el diagnóstico clínico de psicosis.<br />
Coderch (2007), al respecto, señala que los fronterizos constituyen<br />
un grupo homogéneo caracterizado por el desarrollo<br />
en las primeras etapas de la infancia, de una deficiente y<br />
distorsionada relación de objeto. Esto es equivalente a decir<br />
que el término “fronterizo” designa no un diagnóstico sintomático<br />
sino estructural y que, por tanto, este diagnóstico<br />
no puede realizarse por el simple estudio de los síntomas,<br />
sino únicamente mediante la comprensión de las relaciones<br />
transferenciales establecidas en el tratamiento psicoanalítico<br />
o en una psicoterapia analíticamente orientada.<br />
Helen Deutsch (Coderch, 2007) denominó a la personalidad<br />
en estudio como una personalidad “como si”, incluyendo<br />
bajo este término una clase de sujetos que superficialmente<br />
parecen normales, pero que carecen de sentimientos genuinamente<br />
auténticos. Son capaces de establecer relaciones,<br />
sin embargo están basadas más en la identificación que en<br />
el amor, de manera que sus relaciones de objeto muestran<br />
una tonalidad infantil que corresponde a la tendencia a imitar.<br />
Su sentido de identidad es tomado, como de prestado,<br />
de las personas con las que se relacionan, por lo que su vida<br />
emocional carece de autenticidad. Aunque no todos los enfermos<br />
fronterizos pueden catalogarse estrictamente como<br />
personalidades “como si”, la forma de las relaciones de objeto<br />
y los conflictos acerca de la propia identidad constituyen<br />
siempre un rasgo fundamental en todos ellos.<br />
Etiología del trastorno límite de la personalidad<br />
De acuerdo con Caballo, los factores etiológicos de la personalidad<br />
limítrofe se pueden categorizar en dos grupos, basados<br />
en su naturaleza medioambiental o constitucional.<br />
Referente a los posibles factores causantes de índole<br />
medioambiental están:<br />
1. La separación o pérdida parental: que si bien presenta<br />
un índice alto de prevalencia, no es suficiente para<br />
ser una causa determinante por sí misma, “entre un<br />
37% y un 64% de los pacientes límite informan haber<br />
vivido importantes separaciones o pérdidas en la<br />
infancia” (Caballo, 2004, p. 151).<br />
2. Implicación parental alterada: aunque no hay datos<br />
del todo concretos, por la propia naturaleza del trastorno<br />
es algo común tener relaciones turbulentas y<br />
alteradas con uno o con ambos padres por igual.<br />
3. Los abusos en la infancia: para el autor es un factor<br />
común en la historia de muchos pacientes con trastorno<br />
límite de la personalidad la presencia de episo-<br />
28 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Propuesta de intervención clínica...<br />
dios recurrentes de abusos, desde negligencia hasta<br />
el abuso sexual, pasando por el abuso físico verbal o<br />
psicológico (Caballo, 2004).<br />
Por otro lado, entre los factores de constitución se encuentran:<br />
1. Historia familiar de trastornos psiquiátricos: donde<br />
se ve que a partir de las investigaciones realizadas:<br />
“Quizá lo más importante es que se ha hallado que el<br />
trastorno es significativamente más común entre los<br />
familiares de pacientes límite que entre los individuos<br />
control” (Caballo, 2004, p. 152).<br />
2. Aspectos temperamentales: donde se asocian un alto<br />
nivel de neuroticismo, alto nivel de búsqueda de novedad<br />
y alto nivel de evitación del daño.<br />
3. Disfunciones neurobiológicas y/o bioquímicas: en<br />
este punto, los datos se han mostrado incongruentes,<br />
por lo que no se puede destacar una primacía de<br />
algún tipo de disfunción neurológica o desregulación<br />
bioquímica que sea fundante en el trastorno (Caballo,<br />
en Machado, 2015, pp. 19-20).<br />
Diagnóstico del trastorno límite de la personalidad<br />
La Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5<br />
(2013) señala que este tipo de trastorno inicia en las primeras<br />
etapas de la edad adulta y que se caracteriza por cinco (o<br />
más) de los siguientes hechos:<br />
1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real<br />
o imaginado. 3<br />
2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas<br />
que se caracteriza por una alternancia entre los<br />
extremos de idealización y de devaluación.<br />
3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y<br />
persistente de la autoimagen y del sentido del yo.<br />
4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente<br />
autolesivas (por ejemplo: gastos, sexo, drogas,<br />
conducción temeraria, atracones alimentarios). 4<br />
5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de<br />
suicidio, o comportamiento de automutilación.<br />
6. Inestabilidad afectiva debido a una reactividad notable<br />
del estado de ánimo (por ejemplo: episodios<br />
intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente<br />
duran unas horas y, rara vez, más de unos<br />
días).<br />
7. Sensación crónica de vacío.<br />
8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar<br />
la ira (por ejemplo: exhibición frecuente de genio,<br />
enfado constante, peleas físicas recurrentes).<br />
9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés<br />
o síntomas disociativos graves (American Psychiatric<br />
Association, 2013, p. 364).<br />
Definición de la mentalización<br />
Mentalizar tiene que ver con el ubicar los estados mentales<br />
de uno mismo y de los otros, y a partir de ahí explicar la conducta,<br />
teniendo en cuenta los pensamientos, sentimientos,<br />
creencias y deseos, conscientes e inconscientes, que determinan<br />
lo que hacemos.<br />
La mentalización es una actividad mental imaginativa<br />
consciente y preconsciente. Es imaginativa porque tenemos<br />
que imaginar lo que el otro está pensando o sintiendo.<br />
No es homogénea porque la historia de cada persona y su<br />
capacidad para imaginar puede producir diferentes conclusiones<br />
acerca de los estados mentales de otros. (Fonagy,<br />
2015, p. 13)<br />
3<br />
No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el criterio 5.<br />
4<br />
No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el criterio 5.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
29
Propuesta de intervención clínica...<br />
Mentalizar significa que se es capaz de verse a sí mismo desde<br />
afuera, y ver a los otros desde adentro. Tener en mente<br />
la mente de los demás, ser consciente de la mente de los<br />
demás.<br />
La mentalización se define como la capacidad de atribuir<br />
a otros y de reconocer en sí mismo estados mentales en<br />
términos de pensamientos, deseos, intenciones, etcétera, y<br />
de darse cuenta de que no siempre el comportamiento es<br />
equivalente al estado mental (Fonagy, Steele, Leigh, Kennedy,<br />
Mattoon y Target, 1995b). La capacidad de mentalizar<br />
permite reflexionar, predecir y dar sentido a los propios<br />
sentimientos y conductas, lo mismo que a los de los otros, y<br />
se desarrolla básicamente en tres fases: se inicia con el reconocimiento<br />
de las intenciones en términos de la conducta<br />
de manera teleológica, luego hay atribución de emociones<br />
en términos de displacer-placer y, finalmente, integra reflexiones<br />
y atribuciones de estados mentales propios y de<br />
otros, teniendo en cuenta cómo éstos se influyen mutuamente<br />
y afectan la interacción. Esta función reflexiva, o<br />
capacidad mentalizante, es un proceso que puede ser automático<br />
e inconsciente (Fonagy, 1999). (Mesa, A. y Gómez,<br />
A., 2010, p. 842)<br />
El tratamiento del trastorno límite de la personalidad<br />
basado en la mentalización<br />
Como Fonagy (2015) lo indica, en las intervenciones basadas<br />
en la mentalización no se trata de ayudar al paciente a tener<br />
una mejor capacidad de insight, ni se pretende tampoco<br />
recurrir a los recuerdos reprimidos, ni tampoco se pretende<br />
reformar sus cogniciones, su mundo mental. Lo que la mentalización<br />
procura es entender los estados internos de dicho<br />
paciente, a fin de ayudarlo a mentalizar la situación en que<br />
se encuentra.<br />
La terapia basada en la mentalización parte de la idea de que<br />
el trastorno límite de la personalidad se debe a una modificación<br />
en el desarrollo del apego, que origina la incapacidad<br />
de entender los estados mentales propios y el de los demás,<br />
es decir, inhabilita la función de mentalización.<br />
Según lo establece la Guía práctica clínica sobre trastorno<br />
límite de la personalidad:<br />
El objetivo de la intervención es aumentar la<br />
capacidad de autorreflexión del paciente.<br />
En la hospitalización parcial orientada psicoanalíticamente,<br />
el tratamiento tiene lugar<br />
en el contexto de un hospital de día y abarca<br />
muchos componentes: terapia individual semanal,<br />
terapia analítica grupal, tres veces por<br />
semana, terapia expresiva con psicodrama, cada<br />
semana, y una reunión comunitaria semanal, durante<br />
un máximo de 18 meses. El método se ha desarrollado más<br />
recientemente para su uso en entornos ambulatorios. (Grupo<br />
de trabajo de la Guía clínica sobre trastorno límite de la<br />
personalidad, 2011, p. 123)<br />
30 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
Fotografía: Pixabay
Propuesta de intervención clínica...<br />
Por su parte, Fonagy (2015) nos indica que la calidad de la<br />
mentalización cambia en el trastorno límite de la personalidad<br />
en relación con el contexto interpersonal del paciente,<br />
que por consiguiente el terapeuta debe estar revisando varios<br />
parámetros de la calidad de la mentalización, entre ellos:<br />
el nivel de excitación emocional, la intensidad del apego y la<br />
necesidad de evitar la amenaza cuando percibe la hostilidad<br />
del otro.<br />
Las intervenciones serán simples, siempre enfocadas en las<br />
emociones, y al mismo tiempo deberá tratarse de una técnica<br />
previamente organizada.<br />
El tratamiento se estructura en tres grandes fases, cada una<br />
con su propio objetivo y procesos específicos (Bateman y<br />
Fonagy, 2006). En la primera fase (“fase inicial”) se intenta<br />
lograr que el paciente se involucre en el tratamiento. En ella,<br />
se evalúa la capacidad de mentalización del paciente mediante<br />
el análisis conjunto de las relaciones interpersonales<br />
del paciente y explorando atentamente cómo relata los<br />
eventos situacionales pasados y presentes, los sentimientos<br />
y pensamiento que el paciente tuvo, los estados mentales<br />
atribuidos al otro, cómo entiende los propios actos y en el<br />
caso de sospechar que el paciente esté “pseudo-mentalizado”,<br />
se puede recurrir a preguntas que los autores llaman<br />
“contrafactuales” (en las que se le pide que contemple una<br />
idea totalmente opuesta a la que estaba considerando) y<br />
observando la flexibilidad con la que responde a la misma.<br />
Asimismo, se analiza el patrón de relaciones interpersonales<br />
que el paciente suele establecer; concluye con la formulación<br />
del caso. En la fase media tiene lugar el trabajo<br />
más duro para el paciente, pues incluye terapia individual<br />
y grupal encaminada a trabajar la mentalización (mediante<br />
técnicas específicas, de profundidad creciente) mientras el<br />
terapeuta debe luchar por controlar la contratransferencia<br />
y mantener la alianza terapéutica. Durante la fase final (generalmente<br />
tras 12-18 meses) se prepara al paciente para<br />
la finalización del tratamiento intensivo, trabajando los<br />
sentimientos de pérdida y el mantenimiento de los logros.<br />
(Bateman y Fonagy, en Sánchez-Quintero, S. y De la Vega,<br />
I., 2013, p. 28)<br />
En la actualidad, a nivel internacional, es alta la incidencia<br />
de pacientes con el trastorno límite de la personalidad. Presenta<br />
una prevalencia en población general del 1 al 2%, del<br />
11 al 20% en población clínica psiquiátrica, el 20% de hospitalizados;<br />
y en relación con la distribución por sexos, es más<br />
frecuente entre las mujeres (3:1) respecto a los varones. El<br />
diagnóstico suele elaborarse antes de los 40 años (Espinosa,<br />
J., Blum B. y Romero, M. P., 2009, p. 319).<br />
El trastorno límite de personalidad se concibe como un modelo<br />
duradero de la percepción, de la forma de relación y de<br />
la forma del pensamiento, sobre el medio ambiente y sobre sí<br />
mismo, habiendo problemas diversos que tienen que ver con<br />
la autoimagen y la conducta interpersonal:<br />
marcada por inestabilidad en sus relaciones e impulsividad<br />
en sus acciones, que más tarde pueden reconocer como<br />
irracionales. También se destaca la inestabilidad en sus estados<br />
de ánimo, donde los rasgos más predominantes son<br />
la intensidad de las reacciones emocionales, pasando de un<br />
estado depresivo a uno marcado por intensa ira o ansiedad.<br />
(Torres, 2007, p. 312)<br />
Los individuos afectados con el trastorno límite de la personalidad<br />
tienen dificultades para manejar sus emociones e impulsos<br />
en relación con las otras personas. El trastorno puede<br />
ser muy doloroso para la persona afectada, y a menudo para<br />
su familia y amigos.<br />
Para establecer el diagnóstico del trastorno límite de la personalidad,<br />
de acuerdo con la propuesta de Beck y Freeman<br />
(en Torres, 2007, p. 313), deberán incluirse otras caracterís-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
31
Fotografía: Pablo Martínez Lacy<br />
ticas para la identificación de dichos pacientes, aunque no<br />
pretende añadirlas como criterios diagnósticos adicionales.<br />
Dentro de dichas características se encuentra la presentación<br />
de síntomas, las relaciones interpersonales y los patrones de<br />
pensamiento.<br />
De esta forma, el profesional tendría que basarse en los marcadores<br />
del trastorno observados por la Psiquiatría y la Psicología<br />
Clínica, así como en las experiencias declaradas por<br />
el paciente.<br />
Entonces, ¿qué hacer ante esta problemática de salud mental?<br />
Difundir todos los conocimientos que se tienen de este<br />
trastorno. Es fundamental para facilitar un diagnóstico precoz<br />
y no demorar la aplicación de la terapia adecuada. Los<br />
diversos síntomas aparecen a menudo en la infancia, pero es<br />
durante la adolescencia cuando el trastorno se manifiesta en<br />
toda su magnitud. Esto dificulta su diagnóstico, pues muchas<br />
veces el médico achaca los motivos de la consulta a los problemas<br />
propios de la edad. De ahí la necesidad de una mayor<br />
información y capacitación entre los médicos y demás especialistas<br />
involucrados, incluidos los de atención primaria.<br />
Al tratarse de un trastorno que afecta la manera de ser y a<br />
la forma de afrontar los problemas cotidianos, el trastorno<br />
borderline requiere una terapia continuada y multidisciplinar,<br />
con tratamiento farmacológico incluido. El ingreso psiquiátrico<br />
es sólo una medida ante una situación de crisis que soluciona<br />
un problema puntual. Paciente, psicólogo, psiquiatra<br />
y familiares están trabajando de manera multidisciplinaria.<br />
En la terapia basada en la mentalización, la mente del paciente<br />
es el punto rector del tratamiento, y como estrategias<br />
para lograr el objetivo de trabajar con la mente de aquel, se<br />
pueden citar las siguientes:<br />
a. Favorecer la mentalización: para ello, el terapeuta debe<br />
tratar de mantenerse en una posición “mentalizadora”,<br />
reflexionando sobre la relación entre los eventos externos<br />
(lo que el paciente dice o hace) y los estados mentales<br />
internos que pueden inferirse de ellos, así como<br />
sobre sus propios estados internos. En la relación con<br />
el paciente, el terapeuta debe tratar de mantenerse en<br />
el “aquí y ahora” de la relación terapéutica, favoreciendo<br />
que el paciente explore e identifique las emociones<br />
asociadas.<br />
b. Tender puentes entre los vacíos: existe un “vacío” entre<br />
la experiencia afectiva primaria y su representación<br />
en los pacientes con el trastorno límite de personalidad,<br />
que da lugar a su característica impulsividad. Se<br />
trata de favorecer los procesos reflexivos, ayudando al<br />
paciente a que integre las experiencias y les dé un significado,<br />
para que pueda acomodarlas a su narrativa.<br />
No se trata de darle interpretaciones complejas, sino<br />
32 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Propuesta de intervención clínica...<br />
de revelarle cómo el terapeuta cree que el paciente<br />
está viviendo la relación terapéutica. El objetivo es que<br />
el paciente sienta que su mente está siendo explorada<br />
por otra mente, que sienta que el terapeuta tiene “su<br />
mente en mente”. La relación será vista como un “lugar”<br />
en el que se puede “jugar con las ideas”.<br />
c. Trabajar con estados mentales actuales: no centrarse<br />
en el pasado continuamente, sino tratar de dilucidar<br />
cómo los estados mentales actuales pueden estar<br />
siendo influidos por los eventos pretéritos. Hay que reorientar<br />
todas las emociones fuertes relacionadas con<br />
el pasado hacia el presente, para aprender a manejarlas<br />
en el aquí y el ahora.<br />
d. Tener en cuenta los déficits del paciente: en ocasiones,<br />
los pacientes parecen funcionar adecuada y sofisticadamente.<br />
Sin dejar de fijarnos en sus potencialidades,<br />
es importante tener en cuenta sus dificultades para<br />
evitar, por ejemplo, violaciones de los límites o interpretaciones<br />
inadecuadas por parte del paciente (Bateman<br />
y Fonagy, en Sánchez-Quintero, S. y De la Vega,<br />
I., 2013, p. 29).<br />
Así también, la intervención basada en la mentalización ofrece,<br />
como tratamiento, el desarrollo de la autorregulación de<br />
los pacientes mediante terapia de grupo de tipo psicodinámico<br />
y psicoterapia individual en un contexto de comunidad<br />
terapéutica, hospitalización parcial o ambulatoria; y en la que<br />
el enfoque principal sea el de las emociones, la mente del<br />
paciente, no sus acciones.<br />
Por otro lado, la terapia familiar en casos de pacientes limítrofes,<br />
ha adquirido mayor realce en los últimos años. Así, las<br />
intervenciones de dicho corte no tan sólo centran su atención<br />
en la persona afectada, sino también en la trama relacional<br />
en el que éste se implica o involucra.<br />
Dentro de las propuestas de intervención psicoeducativa<br />
dirigidas a familiares de pacientes con TLP, se encuentra el<br />
programa family connections, que se basa en las estrategias<br />
de la TDC adaptadas para su aplicación con las familias.<br />
Esta intervención grupal, definida mediante manual, se estructura<br />
en 12 sesiones en las que se ofrece: (1) información<br />
actual sobre el TLP, (2) habilidades de afrontamientos<br />
personales, (3) habilidades para mejorar las relaciones en la<br />
familia, y (4) oportunidades para construir una red de apoyo<br />
para los familiares. (Grupo de trabajo de la Guía clínica<br />
sobre trastorno límite de la personalidad, 2011, p. 131)<br />
A modo de reflexión, se considera necesario obtener recursos<br />
para la creación de centros de atención, que vayan desde<br />
centros de día, programas de psicoterapia ambulatoria,<br />
centros de ingreso específicos y programas de apoyo a las<br />
familias. Las administraciones públicas deben abordar el<br />
trastorno límite de personalidad como un problema de salud<br />
de considerable importancia.<br />
Si bien el tratamiento no cura la enfermedad, lo cierto es que<br />
mejora sustancialmente la calidad de vida del paciente y de<br />
su entorno, y permite que las recaídas sean menos frecuentes.<br />
Finalmente, como recomendación, el terapeuta deberá crear<br />
una adecuada alianza terapéutica con el paciente, a fin de<br />
obtener información que sirva a la hora de establecer un vínculo<br />
y con el cual se facilite la implicación en el tratamiento.<br />
Es importante también, forjar la autonomía y participación<br />
del paciente en la toma de decisiones y resolución de problemas,<br />
aunada a la colaboración de la familia en el proceso.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
33
Propuesta de intervención clínica...<br />
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<strong>34</strong> Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Nacimiento del vínculo<br />
afectivo temprano<br />
y su relación en el establecimiento de relaciones<br />
objetales en la etapa adulta<br />
Tatiana Cruz Pérez 1 y Carlos F. Soto Chico 2<br />
Fotografía: Pixabay<br />
Resumen<br />
El presente artículo aborda aspectos generales del esbozo<br />
histórico de las aportaciones psicoanalíticas, enfocadas al estudio<br />
del vínculo temprano y su repercusión en las relaciones<br />
objetales en la etapa adulta, en especial a las personalidades<br />
histéricas, las personalidades infantiles y las personalidades<br />
narcisistas. Es importante tomar en cuenta que en el transcurso<br />
del tiempo dichas aportaciones han sido enriquecidas<br />
con nuevos enfoques, derivados del cambio biológico, social,<br />
económico, cultural, en el individuo.<br />
Abstract<br />
This article deals with general aspects of the historical outline,<br />
of the Psychoanalytic contributions focused on the study of<br />
the early bond and its repercussion in the object relations in<br />
the adult stage. It is important to take into account that in the<br />
course of time these contributions have been enriched with<br />
new approaches, derived from biological, social, economic,<br />
and cultural change in the individual.<br />
1<br />
Estudiante de la Maestría en Psicoterapia Dinámica, Universidad La Salle Cuernavaca. Egresada de la Licenciatura en Psicología en Universidad La Salle Cuernavaca.<br />
Labora en el Centro Asistencial del Adulto Mayor del Sistema DIF Morelos, atendiendo a población de alta vulnerabilidad. Psicóloga adscrita, brinda apoyo terapéutico<br />
individual y grupal. Contacto: tatiana.cruz1812@hotmail.com<br />
2<br />
Académico. Profesor de la Maestría en Psicoterapia Dinámica de Universidad La Salle Cuernavaca. c.sotochico@gmail.com<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
35
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
En el proceso de aprendizaje psicoterapéutico, debemos tomar<br />
en cuenta que el ser humano ha evolucionado en conjunto<br />
con su sociedad y que diversas formas de interacción<br />
han cambiado de acuerdo al contexto en el que el individuo<br />
se desenvuelve; es por ello la relevancia de tomar en cuenta<br />
las nuevas aportaciones del psicoanálisis, ya que no sólo<br />
los individuos cambiamos, al mismo tiempo las patologías<br />
conocidas se han ido modificando y es importante conocer<br />
nuevas herramientas que nos ayuden a su abordaje clínico<br />
de forma eficiente. El ser humano sigue siendo el objeto de<br />
estudio central en el ámbito psicoterapéutico, por lo tanto es<br />
necesario tener un panorama más amplio sobre su interacción<br />
con el otro y las repercusiones de éste.<br />
Palabras clave: Vínculo afectivo, vínculo primario, relaciones<br />
objetales, interacción, psicoanálisis, psicoterapéutico.<br />
In the process of psychotherapeutic learning, we must take<br />
into account that the human being has evolved, in conjunction<br />
with their society and that different forms of interaction have<br />
changed according to the context in which the individual<br />
develops, that is why the relevance of taking in account the<br />
new contributions for Psychoanalysis since not only individuals<br />
change, at the same time the known pathologies have been<br />
modified and it is important to know new tools that help us in<br />
their clinical approach in an efficient way.<br />
The human being continues to be the central object of study<br />
in the psychotherapeutic field, for this reason it is necessary to<br />
have a broader picture of their interaction with the other and<br />
the repercussions of it.<br />
Keywords: Affective bonds, primary bond, object relationships,<br />
interaction, psychoanalysis, psychotherapy.<br />
Introducción<br />
Este artículo tiene la intención de describir y profundizar en<br />
la relación que existe entre el establecimiento de los vínculos<br />
primarios y el estilo de relaciones objetales. Se sabe bien,<br />
dentro del ámbito clínico con enfoque psicoanalítico, la relevancia<br />
que tiene la interacción de la madre y el padre con<br />
el hijo en la primera infancia. Estas primeras interacciones<br />
de los padres con el nuevo ser, brindan en este último ciertas<br />
capacidades a desarrollar más adelante y le otorgan las herramientas<br />
necesarias para poder relacionarse con el exterior<br />
durante las diferentes etapas de su vida.<br />
Winnicott (1987) plantea que el desarrollo emocional temprano<br />
del bebé está relacionado con la capacidad de facilitación<br />
de la madre. De acuerdo a las aportaciones de corte<br />
psicoanalítico, como las que se mencionarán más adelante,<br />
refieren que una inadecuada vinculación afectiva puede trascender<br />
en el desarrollo de diversas patologías del individuo<br />
en etapas posteriores. Es por ello que se considera relevante<br />
el esbozo de las diferentes aportaciones teóricas para la<br />
mejor comprensión del adulto actual y la complejidad que<br />
deviene para algunos individuos, el relacionarse de forma socio-afectiva<br />
dentro de nuestro marco cultural y social actual.<br />
• El inicio<br />
Es importante considerar ciertos aspectos que repercuten en<br />
la interacción con el bebé, incluso antes de que éste haya<br />
nacido. De acuerdo a Brazelton (1993), el vínculo con un recién<br />
nacido se construye sobre relaciones previas, con un hijo<br />
imaginario y con el feto en desarrollo, fuerzas biológicas y<br />
ambientales que llevan al hombre y a la mujer al deseo de<br />
36 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
tener hijos y las fantasías que esto suscita, pueden considerarse<br />
como la prehistoria del vínculo.<br />
propia individualidad y experimentar un sentido de identidad<br />
diferenciado de la madre.<br />
Los nueve meses de embarazo brindan a los futuros padres<br />
la oportunidad de prepararse tanto psicológica como físicamente.<br />
Brazelton (1993) menciona que la preparación psicológica,<br />
tanto consciente como inconsciente, está entrelazada<br />
con las etapas físicas del embarazo de cada mujer.<br />
Winnicott (1987) hace hincapié en la importancia de sostener<br />
al bebé y, desde su observación, las madres tienen un<br />
sentido de responsabilidad, y si tienen a un bebé en brazos<br />
están comprometidas de un modo especial; los bebés son<br />
muy sensibles al modo en el que se les sostiene.<br />
En el proceso psicológico del embarazo son frecuentes el retraimiento<br />
emocional o la regresión a una actitud más dependiente<br />
respecto a otras personas de la familia. El futuro<br />
progenitor necesita retraerse o experimentar una regresión<br />
con el fin de reorganizarse para ingresar en su nuevo rol.<br />
De acuerdo a Winnicott (1986), cuando llega el momento<br />
del parto, la madre debe estar lista para crear un nuevo vínculo<br />
en un estado de entusiasmo, en el que las madres se<br />
vuelven capaces de calzarse los zapatos del bebé.<br />
• Primeras interacciones<br />
Brazelton (1990) comenta que la conducta del bebé y<br />
las respuestas propicias instintivas de los progenitores<br />
se combinan en el periodo inmediatamente posterior al<br />
nacimiento para estimular el desarrollo del vínculo entre<br />
ellos. Winnicott (1987) menciona que un bebé no puede<br />
existir solo, ya que es esencialmente parte de una relación.<br />
De acuerdo a esta aportación, se podría decir que un adulto<br />
no puede existir solo, sino que depende de sus relaciones<br />
más tempranas y el desarrollo de éstos, para conformarse en<br />
lo físico, afectivo y mental.<br />
Desde el punto de vista del bebé no existe nada más que él;<br />
al comienzo la madre es parte de él y es donde se produce<br />
lo que se denominaría la identificación primaria (Winnicott,<br />
1987). El apoyo del yo de la madre facilita la organización del<br />
yo del bebé. A la larga, el bebé se vuelve capaz de afirmar su<br />
Para Mahler (1995) es la continua disponibilidad emocional<br />
de la madre, lo que resulta esencial para que el yo autónomo<br />
del niño alcance su capacidad funcional óptima; madre serenamente<br />
disponible con un pronto abastecimiento de libido<br />
objetal. Asimismo, Mahler (1995), siguiendo con la aportación<br />
de Winnicott (1990), refiere pautas de la “conducta de<br />
sostenimiento” de las madres, las cuales menciona como<br />
organizadores simbióticos del nacimiento psicológico. Uno<br />
de los más esenciales es el amamantamiento. Esta actividad<br />
debe disfrutarse por ambas partes, no sólo como una acción<br />
alimentaria física sino también emocional; debe brindarse<br />
sosteniendo al bebé, sonreírle, hablarle, acunarlo.<br />
• Relevancia del vínculo temprano en relaciones<br />
adultas<br />
Doltó (1974) señala que, para el niño, la madre es el primer<br />
objeto de amor efectivo; desea conservar su afecto tierno y<br />
su admiración, tiene que hacer que su madre se sienta orgullosa<br />
de él y también su padre (secundario). De su relación<br />
con ella, depende el tono de sus emociones a través de las<br />
que tomará contacto con los nuevos objetos de amor.<br />
Como retoma Doltó (1974), el principio pulsional que<br />
apunta en la infancia a la excitación de numerosas zonas<br />
erógenas (todo el cuerpo puede llegar a ser sede),<br />
no difiere de aquel que, más tarde, se ligará a la vida sexual<br />
genital del adulto. No hay mejor criterio objetivo del<br />
desarrollo humano que el criterio afectivo, el comporta-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
37
miento del individuo en relación con los<br />
objetos de su amor.<br />
En este sentido, para el bebé el placer de<br />
la succión, independientemente de las<br />
necesidades alimentarias, es un placer<br />
autoerótico. Es el tipo de placer narcisista<br />
primario, autoerotismo original, en que<br />
el sujeto no tiene todavía la noción de un<br />
mundo diferenciado de él. El niño ama, al<br />
igual que a sí mismo, todo lo que se mete<br />
a la boca (pezón, biberón) y por extensión<br />
a la madre o sustituto, ligado al placer de<br />
succionar.<br />
De acuerdo a Mahler (1995), el narcisismo<br />
(primario y secundario), ambivalencia,<br />
sadomasoquismo, carácter oral o anal y<br />
triángulo edípico se relacionan simultáneamente<br />
con problemas de impulso y de<br />
relación objetal, ya que Mahler (1995) refiere<br />
que la relación objetal se desarrolla a<br />
partir del narcisismo simbiótico o primario<br />
del infante y se altera en paralelo con el<br />
logro de la separación y la individuación,<br />
como, a su vez, el funcionamiento del yo<br />
y el narcisismo secundario se desarrolla en<br />
la matriz de la relación narcisista y, más<br />
tarde, objetal con la madre.<br />
El logro cognitivo-afectivo de una consciencia<br />
de la separación es un prerrequisito<br />
de la verdadera relación objetal. La fase<br />
de separación-individuación es crucial respecto<br />
del yo y el desarrollo de las relaciones<br />
objetales; el temor característico de<br />
este periodo es la ansiedad de separación.<br />
38 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
Fotografía: Paulina Campos
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
Para Segal (2003), haciendo referencia a la aportación kleiniana<br />
de que la posición de la mente implica una configuración<br />
específica de las relaciones objetales, ansiedades<br />
y defensas, persistentes a lo largo de la vida, la forma de<br />
integración de las relaciones objetales durante la posición<br />
depresiva queda como base de la estructura de la personalidad.<br />
• Patologías en la etapa adulta<br />
Otto Kernberg (1979) hace una revisión del diagnóstico diferencial<br />
de las personalidades histéricas, las personalidades<br />
infantiles y las personalidades narcisistas, que, en su opinión,<br />
representan una secuencia en la cual la personalidad histérica<br />
es una típica neurosis caracterológica del “nivel superior”;<br />
la personalidad infantil corresponde al “nivel medio”, penetrando<br />
en la típica área fronteriza y la personalidad narcisista<br />
ocupa el “nivel inferior”, si bien suele ascender hasta el nivel<br />
medio de la secuencia. A continuación se describe:<br />
a) Personalidad histérica y personalidad infantil.<br />
Podríamos agrupar las principales constelaciones caracterológicas<br />
de las personalidades histéricas en relación con los<br />
siguientes rubros:<br />
los demás suele impresionar en apariencia como relativamente<br />
adecuado. El aferramiento de tipo infantil y la<br />
necesidad de constante proximidad se manifiestan selectivamente<br />
en ciertas relaciones, sobre todo en las heterosexuales,<br />
en cuyo contexto constituye una defensa<br />
regresiva contra los temores genitales.<br />
3. Combinación de tendencias a la dependencia y al exhibicionismo:<br />
La necesidad de ser amado, de erigirse en<br />
el centro de atención y de atracción, adquiere en las personalidades<br />
histéricas una significación más sexual, ya<br />
que las necesidades de dependencia de tipo oral, están<br />
ligadas con directas tendencias exhibicionistas de carácter<br />
genital. En la personalidad infantil, la necesidad de ser<br />
el centro de interés y atracción está menos sexualizada.<br />
4. Pseudohipersexualidad e inhibición sexual: La combinación<br />
de provocación sexual en un nivel superficial e<br />
inhibición sexual por debajo de ese nivel, tal como se refleja<br />
en la frigidez, es típica de la personalidad histérica.<br />
En la personalidad infantil los atractivos sexuales suelen<br />
ser más directos y menos sutiles; ponen de relieve una<br />
deficiente adaptación social y reflejan tendencias exhibicionistas<br />
y demandas de naturaleza oral, más que un<br />
acercamiento realmente sexualizado al sexo opuesto.<br />
1. Labilidad emocional: En la personalidad histérica, la<br />
pseudohiperemocionalidad es empleada como defensa<br />
destinada a reforzar la represión, se manifiesta con marcada<br />
intensidad en las áreas conflictivas (compromisos<br />
sexuales) y es típica resistencia transferencial. En las<br />
áreas no conflictivas, en cambio, estas personas presentan<br />
una relativa estabilidad emocional y sus reacciones<br />
suelen ser adecuadas. Por ejemplo, una mujer histérica<br />
que pasa de una crisis emocional a otra en sus relaciones<br />
con el marido, puede mostrarse notablemente estable y<br />
bien adaptada en su trabajo.<br />
2. Excesivo compromiso: El exagerado compromiso que<br />
asume la personalidad histérica en sus relaciones con<br />
La promiscuidad sexual es mucho menos frecuente entre las<br />
personalidades histéricas que entre una personalidad infantil.<br />
El carácter histérico muestra fuertes componentes edípicos<br />
en sus vínculos sexuales (por ejemplo, compromisos<br />
crónicos con hombres de edad avanzada o con quienes la<br />
relación no puede llegar a concretarse) y es capaz de mantener<br />
un vínculo estable con la pareja sexual, siempre que<br />
se satisfagan ciertos requisitos de tipo neurótico indispensables<br />
para la relación.<br />
En la personalidad infantil, por el contrario, la promiscuidad<br />
es más errática, y los vínculos objetales mucho menos estables.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
39
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
5. Tendencias competitivas y selectivas con hombres y<br />
mujeres: Las mujeres histéricas que compiten con hombres<br />
(para negar su inferioridad sexual) tienden a desarrollar<br />
a este respecto patrones caracterológicos estables;<br />
en la competencia con otras mujeres, la rivalidad edípica<br />
suele prevalecer sobre los demás orígenes de sus actividades<br />
competitivas. En la personalidad infantil, hay una<br />
rápida alternancia de intensos sentimientos positivos y<br />
negativos, o entre momentos de sometimiento e imitación<br />
infantil de los otros, por una parte, y por la otra, breves<br />
ratos de oposición empedernida.<br />
6. Rasgos masoquistas: La personalidad histérica pone de<br />
manifiesto mayor integración yoica y súperyoica, mayor<br />
extensión de las áreas libres de conflicto en las funciones<br />
y estructuras yoicas y predominio de los conflictos edípicos<br />
sobre los orales, si bien estos últimos también están<br />
presentes, sus conflictos sexuales son de origen genital<br />
más que pregenital.<br />
En contraste, en la personalidad infantil prevalecen los problemas<br />
genitales, sobre todo orales, hay una disminución de<br />
la capacidad de mantener relaciones objetales estables, y el<br />
fracaso de su barrera represiva da lugar a la aparición de primitivas<br />
fantasías sexuales polimorfas. Las personas de personalidad<br />
infantil son realmente incapaces de depender de<br />
los demás, lo cual está ligado con las graves distorsiones que<br />
sufren sus relaciones objetales internalizadas.<br />
b) Personalidad narcisista<br />
Existe un grupo de personas cuyo principal problema parece<br />
residir en su autoapreciación, en conexión con perturbaciones<br />
específicas de sus relaciones objetales. Todas las interacciones<br />
de estas personas con los demás, están referidas a<br />
sí mismos en medida inusual; tienen gran necesidad de ser<br />
amados y admirados, y se detecta en ellos una curiosa contradicción<br />
entre un concepto muy inflado de sí mismos y la<br />
desmedida necesidad de recibir el tributo de los otros.<br />
Su vida emocional carece de profundidad; experimentan escasa<br />
empatía por los sentimientos de las otras personas; en general<br />
sus relaciones con los demás tienen un carácter explotador.<br />
Es como si sintieran tener el derecho de controlar y poseer<br />
a los otros y de explotarlos sin culpa; bajo su aparente simpatía<br />
y encanto, es posible percibir una naturaleza fría y despiadada.<br />
Se considera con frecuencia que estas personas “dependen”<br />
de los demás por su gran necesidad de recibir el tributo y el<br />
amor de otros, pero la desconfianza y el desprecio que sienten<br />
por todos los hacen totalmente incapaces de depender<br />
de alguien. En un plano superficial, llama la atención la aparente<br />
ausencia de relaciones objetales, pero en un plano más<br />
profundo, las interacciones de estas personas revelan relaciones<br />
objetales internalizadas muy intensas y primitivas, de<br />
naturaleza atemorizante y una incapacidad de dependencia<br />
de objetos buenos internalizados. Esto es, su incapacidad<br />
para sintetizar las introyecciones e identificaciones buenas y<br />
malas (Kernberg, 1979).<br />
Los principales factores etiológicos parecen ser el exceso de<br />
la agresión primaria, la agresión secundaria o la frustración,<br />
a los cuales probablemente contribuyen ciertas deficiencias<br />
en el desarrollo de las funciones yoicas primarias y la falta de<br />
tolerancia a la ansiedad (Kernberg, 1979).<br />
• Cualidad de las relaciones objetales<br />
La cualidad de las relaciones actuales de una persona con<br />
otras significativas puede ser detectada en su comportamiento<br />
interpersonal y en sus relaciones internas con objetos<br />
significativos, en contraste con las consecuencias estructurales<br />
de los vínculos objetales internalizados de su pasado.<br />
Estos últimos ejercen efectos fundamentales sobre el desarrollo<br />
de todas las estructuras psíquicas (Kernberg, 1966).<br />
Jacobson (1964) señala que un sí mismo integrado y las correspondientes<br />
concepciones integradas de los demás (re-<br />
40 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
presentaciones objetales integradas), garantizan el sentido<br />
de continuidad a través del tiempo y en circunstancias variables,<br />
también garantizan el sentido de pertenencia a un<br />
conjunto de relaciones humanas que otorgan significado a la<br />
vida, así como la “vivencia de uno mismo”.<br />
Cuando por motivos diversos se perturba la normal relación<br />
entre el sí mismo y el mundo interno de objetos (representaciones<br />
objetales integradas) y se produce lo que se podría<br />
llamar “abandono interno del sí mismo” por parte de los<br />
objetos internos o una pérdida de objetos internos, surgen<br />
experiencias subjetivas patológicas sumamente dolorosas y<br />
perturbadoras. En estas experiencias ocupan un lugar preponderante<br />
la sensación de vacío, el hastío y la pérdida de la<br />
normal capacidad de experimentar la soledad y sobreponerse<br />
a ella (Jacobson, 1964).<br />
• Planteamientos contemporáneos<br />
Las aportaciones de los psicoanalistas reconocidos por sus<br />
intervenciones en el área clínica infantil, como Brazelton<br />
(1993), Dolto (1974), Mahler (1995) y Winnicott (1990), han<br />
sido de los cimientos más importantes para el conocimiento<br />
actual en la descripción de relaciones de objeto; no obstante<br />
tenemos que tomar en cuenta que tanto las sociedades<br />
como las patologías han evolucionado. Hoy en día estamos<br />
inmersos en una cultura que ha ido modificando no sólo los<br />
roles que cada individuo juega dentro de su contexto, sino<br />
que también la forma de relación y vinculación ha cambiado<br />
durante el transcurso del tiempo.<br />
Es de suma importancia tomar en cuenta las nuevas aportaciones<br />
que se han realizado. De acuerdo a Lorenzini y Fonagy<br />
(2011), la teoría del apego es un modelo biopsicosocial para<br />
describir y explicar la forma en que un individuo se relaciona<br />
con otros cercanos: sus padres, hijos y parejas sexuales. Esta<br />
forma de relacionarse es aprendida durante la infancia temprana<br />
y sirve de molde para todas las relaciones íntimas durante<br />
la vida del sujeto. Desde este planteamiento se observan<br />
dos tipos de apego: el seguro y el inseguro (el cual tiene una<br />
subdivisión de tres tipos: ansioso, evitativo y desorganizado).<br />
Un adulto clasificado como seguro integrará coherentemente<br />
sus recuerdos de relaciones de apego tempranas, en una<br />
narrativa significativa y mostrará apreciación por tales relaciones;<br />
confiará en sus figuras de apego y percibirá el ambiente<br />
poco amenazante. Esto resultará en la capacidad de<br />
enfrentar los desafíos de la vida diaria de manera fluida, sin<br />
necesidad de aplicar mecanismos de defensa masivos, por<br />
lo tanto son menos propensos a los trastornos de personalidad.<br />
Estos sujetos continúan buscando relaciones de apego<br />
efectivas durante toda su vida (Fonagy, 2011).<br />
Las narrativas de un adulto evitativo carecerán de coherencia;<br />
será incapaz de evocar memorias específicas para ejemplificar<br />
argumentos generales e idealizará o devaluará sus<br />
relaciones tempranas (Fonagy, 2011).<br />
La hipoactivación del sistema de apego de individuos con un<br />
estilo de apego evitativo explica la asociación con trastornos<br />
de la personalidad esquizoide, narcisista, antisocial y paranoide<br />
de acuerdo a Bakermans-Kranenburg y Van Ljzendoorn<br />
(citados por Fonagy, 2011).<br />
Las narrativas de un adulto ansioso serán poco coherentes y<br />
mostrarán rabia, confusión o miedo en relación con figuras<br />
de apego temprano (Fonagy, 2011). Estos adultos son más<br />
sensibles al rechazo y a la ansiedad y por lo tanto son más<br />
propensos a trastornos de la personalidad: histriónico, límite,<br />
por evitación y por dependencia. Estos sujetos exhiben<br />
búsqueda compulsiva de atención y sobredependencia.<br />
• Conclusiones<br />
El adulto de hoy en día y su forma de relación objetal son el<br />
resultado de sus primeras interacciones (positivas o negati-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
41
Nacimiento del vínculo afectivo temprano...<br />
vas) de la primera infancia. Una vez más se plantea la importancia<br />
del cuidado materno (o sustituto) de forma eficiente,<br />
cálida y disponible afectivamente.<br />
El tema de relaciones objetales es de gran trascendencia y<br />
continúa siendo de gran interés para quienes nos encontramos<br />
en formación psicoterapéutica; por ello se retoma en<br />
trabajos posteriores las diversas manifestaciones que presenta<br />
un adulto al relacionarse, ya que las diversas estructuras<br />
mencionadas con anterioridad, se ven inmersas en diferentes<br />
grupos sociales, en los cuales algunos individuos no logran<br />
una vinculación afectiva, repercutiendo en sus relaciones interpersonales<br />
y, en algunos casos, la adaptación a su medio.<br />
En la actualidad, se puede observar gran cantidad de relaciones<br />
objetales ambivalentes, es decir, adultos que no logran<br />
establecer una relación eficiente emocionalmente, sin embargo<br />
son escasas las personas que buscan apoyo psicoterapéutico<br />
para abordar esta situación. Esta forma de interacción<br />
que se gestó en la primera infancia, continúa siendo una<br />
forma de relación en la etapa adulta y muchas veces repercute<br />
en distintos ámbitos del ser humano como el área laboral,<br />
social, educativa y sentimental.<br />
Considerando que el ser humano se desarrolla a través del<br />
contacto con el otro y la forma de vincularse perdura a lo largo<br />
de la vida, es importante mantener una línea de atención<br />
que ayude a mejorar la calidad de la relación objetal en los<br />
adultos contemporáneos, facilitando así la forma de interacción<br />
de los mismos en los diferentes ámbitos en los que se<br />
desenvuelven. Es por ello que se invita a un autocuestionamiento,<br />
a la reflexión y discernir si los patrones de comportamiento<br />
a lo largo de su desarrollo han sido favorables y<br />
eficaces o no, y de encontrar una respuesta negativa, buscar<br />
un espacio psicoterapéutico que asista en este autoconocimiento,<br />
al entendimiento y a una búsqueda de alternativas<br />
que resulten ser más favorables en su actuar social.<br />
Bibliografía<br />
Brazelton, T. (1993). La relación más temprana. Padres, bebés<br />
y el drama del apego inicial. Buenos Aires: Paidós.<br />
Dolto, F. (1974). Psicoanálisis y pediatría. Francia: Siglo XXI<br />
Editores.<br />
Fonagy, P. y Lorenzi, N. (2011). Apego y trastornos de la personalidad:<br />
breve revisión. Londres: University College London<br />
y Anna Freud Center.<br />
Jacobson, E. (1964). El yo y el mundo de los objetos. Nueva<br />
York: International Universities Press.<br />
Kernberg, O. (1966). Derivados estructurales de las relaciones<br />
de objeto. Buenos Aires: Paidós.<br />
Kernberg, O. (1979). Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico.<br />
Barcelona: Paidós.<br />
Mahler, M. (1995). El nacimiento psicológico del infante humano.<br />
Buenos Aires: Enlace Editorial.<br />
Segal, H. (2003). Introducción a la obra de Melanie Klein.<br />
Buenos Aires: Paidós.<br />
Winnicott, D. (1986). El hogar es desde donde comenzamos.<br />
Nueva York: W.W. Norton & Company, Inc.<br />
Winnicott, D. (1987). Cartas seleccionadas de D. Winnicott.<br />
Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press.<br />
Winnicott, D. (1990). Los bebés y sus madres. Buenos Aires:<br />
Paidós.<br />
42 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica en un<br />
grupo musical de Thrash<br />
metal en Cuernavaca<br />
Laila Espín, Camila Huicochea, Daniela Molinero y Ricardo Reséndiz 1<br />
Imagen de Ryan McGuire en Pixabay<br />
Resumen<br />
La ansiedad escénica representa una respuesta exagerada e<br />
irracional antes o después de que el artista se presenta frente<br />
a un público ante la posible evaluación negativa, la cual<br />
va más allá de los nervios “normales” que toda presentación<br />
podría producir. Ésta puede llegar a afectar el desempeño de<br />
los músicos, quienes constantemente se enfrentan al escru-<br />
Abstract<br />
Performance anxiety represents an exaggerated and irrational<br />
response before or after the artist presents in front of an<br />
audience in the face of a possible negative evaluation, which<br />
goes beyond the “normal” nerves that any presentation could<br />
produce. This can affect the performance of musicians, who<br />
constantly face public scrutiny. Given the scant qualitative<br />
1<br />
Estudiantes de quinto semestre de la Licenciatura en Psicología, Universidad La Salle Cuernavaca.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
43
Ansiedad escénica...<br />
tinio público. Ante la escasa literatura cualitativa respecto<br />
al tema de la ansiedad escénica en grupos musicales, esta<br />
investigación tiene el objetivo de describir las experiencias,<br />
emociones y vivencias de un grupo musical de Thrash metal<br />
en Cuernavaca antes, durante y después de presentarse frente<br />
a un público para detectar indicios de ansiedad escénica.<br />
La investigación se realizó bajo un enfoque cualitativo fenomenológico<br />
y descriptivo, utilizando como técnicas el grupo<br />
focal y la entrevista semiestructurada.<br />
Finalmente se pudieron identificar signos de ansiedad, pero<br />
sin que llegue a ser paralizante. También se identificaron factores<br />
de riesgo y factores protectores frente a la ansiedad.<br />
Palabras clave: Ansiedad escénica, grupo musical, músicos,<br />
público, presentación musical, Thrash metal.<br />
literature on the subject of performance anxiety in musical<br />
groups, this research aims to describe the experiences and<br />
emotions of a music group of Thrash metal in Cuernavaca<br />
before, during and after presenting in front of an audience to<br />
identify signs of performance anxiety.<br />
This was carry out under a phenomenological and descriptive<br />
qualitative approach, using as techniques the focal group and<br />
the semi-structured interview.<br />
Finally, we found signs of anxiety, but it was not paralyzing.<br />
Likewise, some risk factors were also identify as well as Anxietyprotective<br />
factors.<br />
Key words: Performance anxiety, musical group, musicians,<br />
public, musical performance, Thrash metal.<br />
Introducción<br />
Los músicos son personas cuyo trabajo les demanda interactuar<br />
constantemente frente a un público, por lo que la<br />
ansiedad escénica representa un desafío importante al que<br />
se enfrentan, ya sea en solitario o en grupo.<br />
Entendemos a un grupo musical como un conjunto de personas<br />
interrelacionadas por el objetivo de interpretar obras<br />
musicales mediante la voz y/o instrumentos musicales.<br />
Fotografía: Freepik<br />
La ansiedad per se es una respuesta normal frente a situaciones<br />
amenazantes; ésta nos permite anticipar y de esta<br />
manera dar una respuesta de lucha o huida ante el peligro.<br />
Hasta cierto punto, la ansiedad puede agilizar el pensamiento<br />
y mejorar el rendimiento de las personas. Cierto grado de<br />
ansiedad antes y/o durante una presentación musical puede<br />
incluso mejorar la ejecución de la tarea.<br />
44 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica...<br />
Es necesario indicar que la ansiedad de ejecución es muy<br />
común tanto en músicos expertos como no expertos y no<br />
siempre es incapacitante, puesto que se requiere de cierto nivel<br />
de activación fisiológica ante una interpretación musical.<br />
(Biasutti y Concina, 2014, en Herrera, Manjón y Quiles, 2015)<br />
La teoría de la ansiedad de Barlow (2000, en Zarza et al.,<br />
2016) plantea que la ansiedad tiene su origen en tres factores:<br />
la vulnerabilidad biológica, la psicológica y la específica,<br />
la cual se relaciona con situaciones específicas de la vida cotidiana,<br />
como podría ser la exposición frente a un público.<br />
En contraparte, la ansiedad escénica puede llegar a afectar<br />
el desempeño de los músicos. Ésta representa una respuesta<br />
exagerada e irracional antes o después de que el músico se<br />
presenta frente a un público, ante la posible evaluación negativa<br />
del mismo, la cual va más allá de los nervios “normales”<br />
que toda presentación podría producir.<br />
En relación con la ansiedad escénica, Kenny (2009, en Zarza et<br />
al., 2016) explica la ansiedad bajo tres factores, entre los cuales<br />
se encuentran las preocupaciones propias de la actuación.<br />
El modelo de Wilson (2002, en Herrera et al., 2015) plantea<br />
la existencia de tres factores interrelacionados que determinan<br />
el nivel de ansiedad durante una presentación musical: la<br />
ansiedad como rasgo de quien interpreta la pieza musical, el<br />
grado de dominio sobre la obra que se interpreta y el estrés<br />
situacional. Demuestra que quienes padecen ansiedad escénica<br />
también presentan mayores rasgos de ansiedad como<br />
parte de su personalidad. Por otro lado, dominar la pieza musical<br />
que se interpreta puede ser un factor protector, pero a<br />
su vez un factor angustiante (Kenny, Davis y Oates, 2004, en<br />
Herrera et al., 2015). “La autoexigencia por parte del músico<br />
como su comparación con los demás o los pensamientos del<br />
tipo ‘no estar a la altura’ contribuyen negativamente, lo que<br />
aumenta los niveles de ansiedad escénica musical” (Herrera<br />
et al., 2015). La ansiedad empeora cuando se actúa en solitario<br />
frente a un público que cuando se hace una presentación<br />
en grupo (Herrera et al., 2015).<br />
La ansiedad escénica forma parte del Trastorno de Ansiedad<br />
Social, el cual, de acuerdo al DSM-5, consiste en un miedo<br />
o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las<br />
que el individuo está expuesto al posible examen por parte<br />
de otros, como puede ser actuar delante de otras personas.<br />
En el caso de los músicos, la ansiedad ante la interpretación<br />
en público se provocará por la acumulación de situaciones<br />
de estrés anteriores y las que ocurren durante la propia<br />
interpretación. La manera en la que el músico interioriza y<br />
asimila la relación con la audiencia, ante la cual debe actuar,<br />
representa el otro factor esencial. (Arnáiz, 2015)<br />
La ansiedad escénica es un padecimiento que se relaciona<br />
con miedo y evitación; sin embargo, en cada individuo se<br />
puede manifestar de formas particulares, aunque compartan<br />
rasgos en común. Barlow (2002, en Arnáiz, 2015) afirma que<br />
“la manifestación clínica de la ansiedad es una interrupción<br />
conductual o del comportamiento para centrar la atención<br />
en un evento futuro que puede conllevar un posible peligro”.<br />
Por tanto, la ansiedad escénica representa un problema serio<br />
para los músicos, pues están constantemente en interacción<br />
con el público y en cada presentación se ven expuestos al<br />
escrutinio de la audiencia.<br />
Asimismo, la ansiedad escénica representa un importante<br />
problema para los músicos que se preparan en conservatorios,<br />
pues hay estudios cuantitativos que hablan acerca de su<br />
prevalencia en este contexto.<br />
Van Son, Van Kemenade y Van Heesch (en Marinovic, 2006)<br />
la definen como “el miedo o la angustia irracional que apa-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
45
Ansiedad escénica...<br />
rece antes o durante la presentación ante el público” y es<br />
manifestada mediante distintos síntomas, tanto fisiológicos<br />
como emocionales y cognitivos. En 2006, Marinovic llevó a<br />
cabo una investigación con intérpretes musicales chilenos<br />
de diversos tipos, su muestra estaba compuesta por cantantes,<br />
instrumentistas y directores. De los 249 sujetos que<br />
componían el total de su muestra, un 78% admitió presentar<br />
ansiedad escénica, cuya presencia fue más alta en las mujeres,<br />
mientras que por edad fue ligeramente superior en los<br />
participantes mayores de 35 años. La ansiedad escénica persistente<br />
y la esporádica se repartieron en alrededor del 50%<br />
entre el total de músicos.<br />
En la investigación de Herrera Torres, Manjón y Quiles sobre<br />
la ansiedad escénica musical en alumnos de flauta travesera<br />
de conservatorio, estuvo formada por 162 que estudiaban el<br />
grado profesional de Música en cuatro conservatorios de Andalucía<br />
(63 chicos: 38.89% y 99 chicas: 61.11%). Al analizar<br />
los resultados del instrumento que se aplicó para hacer su<br />
estudio, se encontró que las respuestas fisiológicas y cognitivas<br />
presentes en la ansiedad escénica que pueden interferir<br />
en la ejecución musical de los estudiantes, se incrementa<br />
conforme se pasa de una situación de menor presión en la<br />
ejecución musical (ensayo) hacia otra, que es de mayor presión<br />
(interpretación en público en forma grupal), y de forma<br />
más intensa (hacerlo como solista). Además, las respuestas<br />
cognitivas de los estudiantes obtienen puntuaciones mayores<br />
que las respuestas fisiológicas.<br />
En 2016 se realizó un estudio a 66 estudiantes de piano de<br />
centros superiores en diferentes regiones de España. Para ello<br />
se diseñó un cuestionario basado en diferentes instrumentos,<br />
tales como las adaptaciones al castellano del Kenny Music<br />
Performance Anxiety Inventory (KMPAI, 2015) y del Life<br />
Orientation Test (LOT-R, 1998), así como el cuestionario de<br />
autoeficacia de Sanjuán, Pérez y Bermúdez (2000) y el cuestionario<br />
de sensibilidad al premio y al castigo de Torrubia,<br />
Ávila, Moltó y Caseras (2001). Comprobaron que en torno al<br />
50% de la población tiene valores de ansiedad por encima de<br />
la media y que alrededor del 15% de los pianistas del estudio<br />
podrían presentar severos problemas de ansiedad (Zarza et<br />
al., 2016a).<br />
El artículo “Ansiedad escénica y constructos psicológicos<br />
relacionados”, escrito por Zarza et al. (2016b), fue realizado<br />
en cinco conservatorios musicales de España. La muestra de<br />
estudiantes que completaron el cuestionario fue compuesta<br />
por 482 alumnos que se encontraban estudiando para la<br />
obtención del Título Superior de Música, de los cuales 258<br />
(53.5%) fueron hombres, 221 (45.9%) mujeres y tres no<br />
respondieron (0.6%). Los constructos que buscaron medir<br />
en relación con la ansiedad escénica en los músicos de los<br />
cinco conservatorios fueron: ansiedad escénica, autoeficacia,<br />
optimismo, motivación de logro, sensibilidad al premio<br />
y castigo. Los resultados que se obtuvieron respecto a la<br />
ansiedad escénica fueron los siguientes: los estudiantes de<br />
todos los centros presentaron una media mayor de ansiedad<br />
que la media aritmética del instrumento (38.5 puntos). En<br />
la ansiedad escénica existieron diferencias estadísticamente<br />
significativas (p
Ansiedad escénica...<br />
profesionales. La literatura al respecto demuestra que la ansiedad<br />
escénica puede llegar a representar un obstáculo en<br />
la vida de los músicos profesionales. Por tanto, este trabajo<br />
tiene como objetivo describir las experiencias, emociones y<br />
vivencias del grupo musical antes, durante y después de presentarse<br />
frente a un público para detectar indicios de ansiedad<br />
escénica.<br />
Metodología<br />
El diseño de la investigación es cualitativo-descriptivo con<br />
perspectiva fenomenológica. Se indagó acerca de las características<br />
del grupo musical, así como de las experiencias,<br />
emociones y vivencias antes, durante y después de hacer una<br />
presentación frente a un público. A partir de esta información,<br />
se hizo una descripción de las respuestas para detectar<br />
indicios de ansiedad escénica.<br />
El tipo de muestreo fue no probabilístico y por conveniencia;<br />
los criterios de selección fueron que se tratara de un grupo<br />
musical y que radicara en Cuernavaca.<br />
Se utilizaron las técnicas de grupo focal y entrevista semiestructurada.<br />
que el caos y la crítica a la iglesia son algunos de sus temas<br />
musicales. Los cuatro integrantes tienen distintas ocupaciones:<br />
el baterista, S., de 25 años, es recién egresado de la Licenciatura<br />
de Seguridad Ciudadana. Él, junto con R., el guitarrista,<br />
fueron los creadores de este proyecto musical. R. tiene<br />
22 años y cursa el último año de la Licenciatura en Psicología.<br />
El bajista y vocalista E., con 26 años, es el mayor de los integrantes,<br />
quien se incorporó más adelante en la historia del<br />
proyecto y es gerente de un minisúper, además de estar cursando<br />
el segundo semestre de la Licenciatura en Música. Re<br />
es el menor de los integrantes, tiene 19 años y fue el último<br />
en incorporarse a G., cumpliendo la función principal en la<br />
guitarra; recientemente terminó sus estudios de bachillerato,<br />
así que por ahora su única ocupación es la banda.<br />
G. tiene una trayectoria de dos años. En este transcurso ha<br />
participado en eventos musicales locales dentro de Cuernavaca,<br />
así como en otros municipios que conforman el estado<br />
de Morelos, y en los estados de Puebla y Guerrero. Los eventos<br />
en los que participa son conocidos en la jerga del gremio<br />
musical como “toquines”, en los cuales se suele colaborar<br />
con otras bandas en determinados foros, salas de conciertos<br />
o festivales musicales.<br />
Martínez (2011) dice que un grupo focal “es un método de<br />
investigación colectiva, más que individualista, y se centra<br />
en la pluralidad y en la variedad de las actitudes, las experiencias<br />
y las creencias de los participantes, y lo hace en un<br />
espacio de tiempo relativamente corto”.<br />
Muestra<br />
Se trabajó con una banda que tiene por nombre G., la cual<br />
está compuesta por cuatro integrantes cuyas edades van de<br />
los 19 a los 26 años. Se trata de una banda de Thrash metal,<br />
subgénero del metal. El nombre de la banda surgió gracias a<br />
las ideas y/o influencias de otras bandas que proponen una<br />
ideología agnóstica y hasta cierto punto anárquica, por lo<br />
Resultados y discusión<br />
Síntomas físicos<br />
En la entrevista se encontró información acerca de la ejecución<br />
musical en el contexto de conservatorios y en el<br />
contexto de la banda. Se detectaron signos de ansiedad escénica<br />
cuando E. comentó que llegó a padecer ciertos síntomas<br />
antes de una presentación, en la cual se expondría a<br />
la evaluación y escrutinio de sus profesores de música de la<br />
licenciatura, pues estudia canto, además de ser el vocalista<br />
de la banda. El síntoma más perturbador que lo aquejó fue<br />
el dolor en la garganta antes de la presentación frente a sus<br />
maestros. Él lo describe de la siguiente manera: “(la sensación<br />
fue) como si tomara un vaso de agua fría, se me entu-<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
47
Ansiedad escénica...<br />
mió la garganta”. Esta experiencia ejemplifica una situación<br />
en la que se presenta la ansiedad escénica, considerándola<br />
como un tipo de fobia social que aparece cuando una persona<br />
teme ser evaluada por los demás de manera negativa<br />
(Lupiáñez, 2016).<br />
Otros de los síntomas manifestados fueron sudoración en las<br />
manos y tos, los cuales también podrían ser expresiones de la<br />
ansiedad escénica. Recordemos que las manifestaciones de<br />
la ansiedad pueden variar de persona a persona.<br />
Lupiáñez (2016), en su investigación acerca de la ansiedad<br />
social en performance de flamenco, menciona lo siguiente:<br />
Todas aquellas sensaciones físicas, molestas y desagradables<br />
que dan lugar a la ansiedad: dolor de estómago, mareos,<br />
sudoración excesiva o temblores. Sin ser ninguno de<br />
estos síntomas peligroso ni preocupante para la salud, resulta<br />
incapacitante para el músico que precisa de su cuerpo<br />
y del control que ejerce sobre éste para hacer música. (Lupiáñez,<br />
2016)<br />
R. dice: “Empiezo a sudar y empiezo a toser, eso es siempre,<br />
no me siento tan nervioso; es como un sentimiento de adrenalina,<br />
que te permite hacer cosas…pero sí empiezo a toser y<br />
me empiezan a sudar las manos.”<br />
y empiezo con las manos, y con las baquetas le empiezo a<br />
pegar a algo.<br />
S. mencionó que libera esta energía al momento de tocar.<br />
Parece ser consciente de que su energía debe ser canalizada<br />
para no afectar la calidad de la ejecución de las canciones y<br />
por ende el rendimiento en el escenario.<br />
Sánchez (2013) menciona que:<br />
Ante estos síntomas relacionados con el comportamiento<br />
se pueden presentar también un tartamudeo inusual, un<br />
llanto incontrolable o caminar de un lado a otro, sin rumbo<br />
o sin objetivo. Igualmente, algunos excesos como comer,<br />
beber o fumar continuamente están relacionados con los<br />
trastornos de ansiedad.<br />
Relación con el público<br />
Arnáiz (2015) plantea que “la manera en que el músico interioriza<br />
y asimila la relación con la audiencia ante la cual debe<br />
actuar”, constituye un factor importante que puede provocar<br />
una respuesta de ansiedad en los músicos. En el caso de<br />
la banda G., los informantes manifiestan que lo que esperan<br />
del público es “que les guste” (su interpretación musical) y<br />
“acepten”, así como que se manifieste en algunas conductas,<br />
tales como “que se levanten y griten, aplaudan o chiflen”.<br />
En su caso hay signos y síntomas de ansiedad, pero no resulta<br />
paralizante, sino que le da una sensación de bienestar y<br />
mayor agilidad.<br />
Otros signos de ansiedad se observan en conductas motrices.<br />
S. dice al respecto:<br />
En mi caso lo que hago es mover mucho las manos, los pies<br />
y los dedos. Estoy muy ansioso antes de subir, como que<br />
siempre tengo ese síntoma: de que ya sé que voy a tocar<br />
Fotografía: Pixabay<br />
48 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica...<br />
Esto nos llevaría a pensar que cualquier músico espera una<br />
respuesta de aprobación por parte del público frente al que<br />
se presenta, pero que el tipo de público podría jugar un papel<br />
importante en la génesis de la ansiedad escénica, pues la<br />
evaluación y respuesta que se obtiene de los que asisten a<br />
una presentación por ocio y gusto de un determinado género<br />
musical, no es la misma que se recibe de una audiencia en el<br />
contexto de un conservatorio o en un ámbito académico, en<br />
los que los parámetros de aprobación son más complejos y<br />
exigentes. Respecto a esto, E. comenta lo siguiente en relación<br />
con sus expectativas del público:<br />
Género musical<br />
El género musical que el grupo G. toca es el Thrash metal el<br />
cual incluye los siguientes elementos:<br />
Ritmos más acelerados y cortantes como cuchillos, guitarras<br />
de riffs rápidos y solos vertiginosos e imposibles, bajos<br />
de guitarra discretos (con sonadas excepciones), rotundas<br />
baterías que comienzan a introducir el doble bombo al terreno<br />
metalero y voces más extremas y furiosas (algunas<br />
entrando en el terreno de los archiconocidos guturales).<br />
(Hipersónica, 2013)<br />
Sí, que les guste, no sé, es una sensación bien hermosa…<br />
Cuando tocas y se levantan y gritan, aplauden o chiflan, o<br />
lo que quieras, significa que les está gustando y que al final<br />
por eso lo hacemos: para entretener, divertir, pasarla bien.<br />
En contraparte, en relación con su experiencia como estudiante<br />
universitario de canto:<br />
El semestre pasado tuve mi examen de canto, donde nunca<br />
había cantado, y canté para puro maestro y puro cantante<br />
que sabe de técnica, que va a evaluar y te va a criticar, entonces<br />
ahí sí sentí un poco de nerviosismo y sentía como si<br />
me doliera la garganta… Se me entumió la garganta, se me<br />
durmieron las cuerdas y no pude cantar.<br />
Este género musical se caracteriza por la energía en la ejecución,<br />
la cual se transmite al público y permite tanto a sus<br />
espectadores como a sus representantes estar en constante<br />
movimiento. Parece ser que la vertiginosidad de la música da<br />
la oportunidad tanto al público como a los músicos de descargar<br />
energía física y mental, lo cual disminuye la atención<br />
en los pequeños detalles que podrían ser notados con mayor<br />
facilidad en espacios en que se interpretan piezas musicales<br />
cuyas características obligan al músico a prestar mayor atención<br />
a esos detalles, lo cual provoca que la energía, tanto de<br />
los músicos como del público, se centre más en la ejecución<br />
que en la vivencia musical subjetiva per se.<br />
Personalidad de la banda<br />
El nombre de la banda surgió y se eligió porque se relaciona<br />
estrechamente con los temas que son abordados en sus<br />
canciones. Además, se trata de un nombre original, lo cual<br />
refleja la esencia de G. Los integrantes de la banda disfrutan<br />
de la actividad musical, sin importar las condiciones en las<br />
que se desempeñen. Les gusta lo que hacen y lo hacen con<br />
pasión, sobre todo porque es un proyecto suyo, algo que ellos<br />
crearon. Cuando tocan en un lugar nuevo, o que estaba fuera<br />
de lo previsto, así como al tocar una canción nueva de su<br />
autoría, pueden llegar a sentir cierto nerviosismo debido a la<br />
posible reacción que despierte en el público.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
49
Ansiedad escénica...<br />
La banda es una colaboración de los cuatro integrantes. Consideran<br />
que no existe un líder como tal, sino que cada quien<br />
aporta con lo que puede, enriqueciéndose a sí mismos, así<br />
como sus creaciones musicales. Las decisiones que deben<br />
tomar siempre son puestas a votación. Creen que es la esencia<br />
de los cuatro integrantes combinada lo que les da cierta<br />
originalidad. Robins (en Rubio y Castro, 2012) postula que:<br />
El comportamiento grupal comprende la conjunción de las<br />
conductas individuales de cada sujeto, por lo cual la personalidad<br />
es una variable básica para la comprensión de<br />
la dinámica del comportamiento social de los equipos de<br />
trabajo, procesos de identificación de los grupos con necesidades<br />
comunes, lo cual puede conllevar a asumir conductas<br />
modeladas grupalmente que no hubieran surgido en el<br />
plano individual.<br />
Al colaborar con bandas importantes, los integrantes suelen<br />
sentir más entusiasmo que ansiedad, lo que los impulsa a<br />
dar lo mejor de sí mismos. Esto lo han logrado gracias a la<br />
experiencia que tiene cada uno de los miembros y a la confianza<br />
y vínculo de amistad que han formado entre ellos.<br />
Cuando están en el escenario, suelen sentir tanta adrenalina<br />
que ya no les preocupa el nerviosismo. Cuando el público<br />
reacciona efusivamente, los integrantes tienen sentimientos<br />
positivos.<br />
Perspectiva de la música<br />
A los cuatro integrantes les apasiona la música. Iniciaron<br />
desde edad temprana por gusto propio. Integrar una banda<br />
musical es un trabajo en equipo, en el que todos deben participar<br />
y aportar lo que puedan para favorecer el crecimiento<br />
tanto personal como musical de cada uno y de la banda. Para<br />
que las presentaciones salgan bien, es necesario el esfuerzo,<br />
la práctica, el compañerismo, la amistad y la confianza.<br />
“Cada quien se va formando como músico dentro de la banda,<br />
y a partir de ella misma”, afirma uno de los integrantes.<br />
Ramos (2013) señala que: “Experimentar ansiedad al enfrentarse<br />
a un público, ya sea conocido o desconocido, es algo<br />
inherente a la práctica musical.” Y esto es algo que los integrantes<br />
de G. saben; aceptan que la ansiedad escénica es<br />
parte de la vida de un músico, y piensan que con práctica y<br />
apoyo grupal esto se puede ir manejando asertivamente.<br />
Frith (citado en Finnegan, 2003) dice que: “hacer música<br />
implica el cuerpo-en-la-mente”, por lo que se requieren habilidades<br />
cognitivas y corporales para llevar a cabo una presentación<br />
musical. El Thrash metal es muy rítmico y rápido,<br />
características que les ayudan a los integrantes a controlar<br />
su ansiedad escénica, pues favorece la liberación de energía.<br />
Expectativas de la banda<br />
Tener una banda propia hace que los integrantes esperen ser<br />
reconocidos al compartir su proyecto al mundo, recibiendo una<br />
aceptación positiva que sea expresada a través de la manera en<br />
que reacciona la gente a su trabajo. Piensan que dar lo mejor<br />
de sí mismos en cada concierto, incluso cuando tocan con bandas<br />
importantes, les puede acarrear “cosas buenas” a futuro.<br />
Tienen metas a corto y largo plazo como banda: tocar con<br />
grupos importantes de México y el mundo, presentarse en<br />
escenarios importantes, abrirle a bandas reconocidas, etcétera.<br />
Una de sus aspiraciones es tener reconocimiento nacional<br />
y realizar el evento de la salida de su disco de larga duración<br />
(LP). Saben que las metas de la banda son diferentes<br />
de las personales. Lo que más les interesa en cada concierto<br />
es que al público le agrade su trabajo, que logren captar las<br />
emociones que ellos transmiten a través de la música. “El<br />
ambiente, las ‘vibraciones’, dependen tanto de la audiencia<br />
como del intérprete” (Finnegan, 2003).<br />
Factores protectores<br />
El dominio de las canciones, el ambiente de la sala de conciertos<br />
o foro en el que se presentan, el género musical, la<br />
50 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica...<br />
escasa visión del público en el escenario y la experiencia en<br />
la escena musical que han tenido, parecen ser variables que<br />
influyen en que los niveles de ansiedad que los integrantes<br />
de G. podrían experimentar en el escenario, no se vuelvan<br />
paralizantes. Las manifestaciones generalmente se dan antes<br />
de subirse al escenario, pues una vez que empiezan a tocar,<br />
tienen la sensación de que el público desaparece y logran un<br />
nivel de concentración profunda en su propia ejecución musical.<br />
Algunos miembros de la banda presentan nerviosismo antes<br />
de salir y logran controlarlo realizando movimientos repetitivos<br />
en distintas partes del cuerpo, practicando o calentando<br />
ciertas notas musicales. Los integrantes tienen distintos trucos<br />
para evitar equivocarse en el escenario: suelen calentar<br />
antes de salir al escenario para que, cuando toquen, sea sin<br />
tanto esfuerzo y de manera más dinámica; tienen la creencia<br />
de que si no calientan antes de salir a escena, son más<br />
propensos a equivocarse; también suelen hacer un set list,<br />
Mencionaron lo siguiente respecto a este tema en la entrevista:<br />
G.: “Ya cuando estás arriba ya no sientes nada.”<br />
Re.: “Ajá, ya ni si quiera ves a la gente.”<br />
E.: “Creo que nos ayuda que es un género bastante movido;<br />
es una liberación de energía.”<br />
Re.: “Estás pensando en otras cosas.”<br />
E.: “Si tienes miedo o nerviosismo pues ahí sácalo; expláyate,<br />
muévete, brinca, salta todo dentro de lo ya<br />
planeado previamente que decíamos qué vamos a<br />
hacer.”<br />
Re.: “En un punto ya hay tantas cosas en las que estás<br />
pensando que no te preocupas por estar nervioso.”<br />
Autoconocimiento<br />
Otro factor protector es el autoconocimiento. Los miembros<br />
de la banda saben cuáles son sus puntos débiles y fuertes a la<br />
hora de presentarse, antes y después de salir a escena. Según<br />
Ramos (2013), la ansiedad es:<br />
Algo normal e incluso útil –dentro de ciertos límites–, ya<br />
que permite mejorar el rendimiento en aquellas actividades<br />
en las que hay observadores. Sin embargo, la complejidad<br />
de este rasgo de la personalidad hace que sea muy difícil de<br />
controlar por parte del individuo, generando en ocasiones<br />
trastornos serios.<br />
Fotografía: Freepik<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
51
para no equivocarse en el orden de las canciones, el<br />
cual imprimen y pegan en distintos lugares visibles<br />
del escenario para cada uno de los integrantes. Presentan<br />
actitudes de compañerismo que les ayuda a<br />
sentirse seguros. Pasa lo mismo al salir del escenario,<br />
algunos toman ese momento, después de la descarga<br />
de energía, como de relajación; otros, que inmediatamente<br />
piensan en sus errores, se acercan a conocidos<br />
en el público que saben de música, para preguntarles<br />
cómo ha salido, etcétera.<br />
Relaciones con otras bandas<br />
Los miembros de G. no sólo interactúan entre ellos,<br />
también colaboran con otras bandas, lo cual les permite<br />
obtener más experiencia. Y esto a su vez les genera<br />
entusiasmo y un deseo por dar lo mejor de ellos<br />
mismos sobre el escenario. Como lo menciona Sánchez<br />
y García de la Rosa (2017):<br />
La música es una disciplina artística que, generalmente,<br />
destaca por ser extraordinariamente social.<br />
Realmente, en los entornos no profesionales, es<br />
donde más tangible se hace dicho poder de sociabilización,<br />
estimulado, como principal factor, por la<br />
gran diversidad que suele darse entre los miembros<br />
que componen una banda de música, orquesta,<br />
coro o cualquier tipo de agrupación amateur.<br />
Imagen de Benjamin Balazs en Pixabay<br />
Experiencia<br />
Los integrantes de la banda relatan que han tenido<br />
experiencias buenas y malas, y que siempre aprenden<br />
algo de éstas, lo cual les permite mejorar su<br />
siguiente actuación frente al público. Consideran<br />
que el ritmo o la voz que poseen son aspectos que<br />
distingue a su grupo musical de los demás. Gracias<br />
a su trayectoria y desempeño arriba del escenario,<br />
han recibido reconocimientos y elogios por parte<br />
52 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica...<br />
de “bandas veteranas”. Estos factores hacen que la banda<br />
sea original.<br />
Palomares (2004) opina que la cultura crítica e incluso rechaza<br />
lo que considera diferente:<br />
…la cultura “de masas” ha sido sometida a críticas muy<br />
severas; basta recordar las posiciones reflejadas ya por<br />
Ortega (1960), cuando observa cómo “la masa arrolla<br />
todo lo diferente, ilustre, individual, calificado y selecto.<br />
Quien no sea como todo el mundo, quien no piense<br />
como todo el mundo corre el riesgo de ser eliminado”;<br />
o el espíritu de Adorno (1966) en torno a la “barbarie<br />
estética” o a la “barbarie de la industria cultural”. (Palomares,<br />
2004)<br />
Las experiencias en las que la ansiedad escénica ha llegado<br />
a entorpecer la ejecución musical, presentan alguna de las<br />
siguientes características:<br />
Falta de experiencia. La ansiedad era mayor cuando los integrantes<br />
de G. comenzaban sus carreras musicales, por lo<br />
que tenían menos experiencia musical y menor contacto con<br />
el público. También sucede cuando no se percibe tener suficiente<br />
dominio sobre las piezas musicales que se interpretan.<br />
Tipo de público. Cuando el público está compuesto por<br />
maestros o expertos del gremio musical y académico cuyos<br />
parámetros de evaluación son más rigurosos; no así cuando<br />
el público está compuesto por aficionados, pero sin una preparación<br />
formal.<br />
Sin embargo, posiblemente el género musical de la banda<br />
sea un contexto en el que ciertas diferencias pueden ser<br />
vistas en un sentido positivo, no así en un conservatorio<br />
en el que se suele exigir un apego más riguroso a ciertos<br />
parámetros musicales. Este sentido de libertad respecto al<br />
trabajo que se realiza, el cual se ve recompensado positivamente<br />
por otros, es probable que sea un factor protector<br />
que impida que la ansiedad escénica se vuelva paralizante.<br />
Presentación de nuevo material musical. Cuando se presenta<br />
por primera vez material musical inédito, la ansiedad aumenta<br />
al no conocer con certeza la reacción de la audiencia<br />
ante éste.<br />
Personalidad del músico. Los miembros del grupo cuya personalidad<br />
tiende a ser más perfeccionista, suelen sentir mayor<br />
ansiedad antes y después de la presentación.<br />
Conclusión<br />
Retomando el objetivo general de la presente investigación,<br />
los resultados obtenidos muestran que sí hay signos<br />
de ansiedad en los miembros del grupo musical, principalmente<br />
antes de la presentación. Sin embargo, no es paralizante.<br />
Durante la presentación, la ansiedad “desaparece”,<br />
pues se concentran de tal forma en la ejecución musical<br />
que dejan de poner atención en lo que sucede alrededor.<br />
Después, la presencia de ansiedad está más relacionada<br />
con el tipo de personalidad del integrante de la banda, por<br />
lo que parece haber una correlación positiva entre ansiedad<br />
y una personalidad perfeccionista.<br />
Los resultados también nos permiten identificar “factores<br />
protectores”, es decir, elementos o circunstancias que impiden<br />
que la ansiedad inherente a la ejecución musical se vuelva<br />
paralizante y afecte así, de forma negativa, la presentación<br />
de la banda frente a un público. Éstos son:<br />
Dinámica grupal. Los integrantes de G., además de ser compañeros<br />
en la banda, son amigos, lo cual les permite comunicarse<br />
asertivamente e incrementa la cohesión del grupo.<br />
Asimismo, se trata de un proyecto original, pero ninguno de<br />
los miembros depende económicamente, por lo que el futuro<br />
de la banda no es un factor que provoque angustia.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
53
Ansiedad escénica...<br />
Libertad. El género musical de la banda se caracteriza por<br />
ser muy dinámico y rápido, lo cual les permite liberar energía<br />
que si se acumulara podría llegar a ser paralizante. Por<br />
otro lado, hay libertad en la banda para que cada uno de sus<br />
miembros se sienta en la confianza de poder aportar ideas al<br />
proyecto sin temor al rechazo o a la burla.<br />
Experiencia. Aunque la banda tiene apenas dos años de trayectoria,<br />
los miembros han participado con anterioridad en<br />
otras bandas y, sobre todo, han estado en contacto con la<br />
música desde que eran niños o preadolescentes. Esto contribuye<br />
a que la experiencia de estar frente al público se vaya<br />
volviendo cada vez más cotidiana y familiar, y la experiencia<br />
musical aumenta la confianza en su propio trabajo.<br />
Lo que la música significa para ellos. Los miembros de G.<br />
conciben a la música como una fuente de placer y satisfacción.<br />
El simple hecho de subirse a un escenario a compartir<br />
sus creaciones musicales, los hace sentirse plenos, por lo<br />
que se conforman con un gesto modesto de aprobación por<br />
parte del público. Esto generalmente siempre lo han conseguido.<br />
54 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
Ansiedad escénica...<br />
BASES PARA LAS PARTICIPACIONES EN LA <strong>REVISTA</strong><br />
<strong>CONSCIENCIA</strong> Referencias DE LA ESCUELA DE PSICOLOGÍA DE<br />
LA American UNIVERSIDAD Psychiatric LA SALLE Association. CUERNAVACA (2013). Diagnostic<br />
GENERALES. and statistical Para manual las participaciones of mental disorders. en la Revista 5ª edición. ConSciencia<br />
de Washington, la Escuela DC. de Psicología de la ULSAC se deberán observar<br />
los siguientes puntos:<br />
1. Podrán Finnegan, participar R. (2003). con Música ensayos, y participación. artículos o Revista documentos Transcultural<br />
índole de (fotos, Música dibujos) / Transcultural todos aquellos Music Review, psicólogos 7. o estu-<br />
de<br />
otra<br />
diantes de Psicología y aquellos que estén interesados en la<br />
ciencia Herrera, psicológica L., Manjón, y ciencias G. y Quiles, afines. O. (2015). Ansiedad escénica<br />
revista musical comprende alumnos las de siguientes flauta travesera secciones: de conservato-<br />
2. La<br />
1. Editorial rio. Revista Mexicana de Psicología, 32, pp. 169-181.<br />
2. Ensayos críticos<br />
3. Artículos Hipersónica. (2013, 18 de marzo). Guía fácil de Metal: Trash<br />
4. Reseñas Metal (I). Recuperado de hipersonica.com: https://hipersonica.com/2013/03/18/guia-facil-de-metal-thrash-metal-i/<br />
las participaciones artículos y ensayos a 10<br />
3. Limitar<br />
cuartillas, a un espacio, con letra 12, tipo Times New Roman,<br />
incluyendo Sánchez, bibliografía. L. (2013). Síntomas Los cuadros de ansiedad; o figuras reacciones deberán físicas ir numerados,<br />
y emocionales dentro del para texto, identificarla. con cifras Recuperado arábigas. de Los https:// títulos de<br />
los www.diariofemenino.com/articulos/psicologia/ansiedad/<br />
cuadros y pies de figuras deben ser claros, breves y<br />
llevar sintomas-de-la-ansiedad-claves-para-reconocer-laansiedad/<br />
materiales propuestos para su publicación deberán es-<br />
el número correspondiente.<br />
4. Los<br />
tar escritos en español, en forma clara y concisa. Se entregará<br />
en programa Lupiáñez, Castillo, Word. Mariola y Hoces. (2016). Ansiedad escénica<br />
ensayos y flamenco. son Performance reflexiones anxiety críticas and sobre flamenco. determinados Centro<br />
5. Los<br />
temas, de Investigación y en este caso Flamenco se recomienda Telethusa, que pp. contengan 5-9. tres secciones:<br />
1. Introducción (objetivo o propósito del ensayo o, en<br />
su caso, Marinovic, hipótesis M. (2006). de trabajo, La ansiedad etc.), 2. escénica Cuerpo en del intérpretes ensayo, en<br />
el cual musicales el autor chilenos. desarrollará Revista el Musical argumento Chilena, de 60, su pp. trabajo, 5-25. y 3.<br />
Conclusión.<br />
6. Los Pineda, artículos M. J. (2016). básicamente Comprensión son y resultados análisis de o algunas aportes de de<br />
las herramientas para el manejo de la ansiedad en la ejecución<br />
instrumental. Una experiencia personal.<br />
Palomares, M. (2004). Comunicar la música. Liderazgo musical<br />
y competencias emocionales: el rol de director. España.<br />
Ramos, P. (2013). La validez y la eficacia de los ejercicios<br />
respiratorios para reducir la ansiedad escénica en el aula<br />
de música. Revista arbitrada en castellano, publicada por<br />
la Sociedad Internacional para la Educación Musical (ISME),<br />
1, pp. 23-30.<br />
Rubio, J. y Castro, M. (2012). La personalidad: variable individual<br />
y grupal en la gerencia de organizaciones. Centro<br />
de Investigación de Ciencias Administrativas y Gerenciales,<br />
10, pp. 67-74.<br />
Sánchez, E. y García de la Rosa, E. (2017). Inteligencia emocional<br />
y música: las bandas de música y las habilidades sociales<br />
(parte 6/6). MusicThinkShout. Recuperado de https://<br />
musicthinkshout.com/2017/05/17/inteligencia-emocio-<br />
nal-y-musica-las-bandas-de-musica-y-las-habilidades-so-<br />
ciales/<br />
Zarza, F., Casanova, O. y Orejudo, S. (2016a). Ansiedad escénica<br />
en estudiantes de piano. Revista Científica sobre la<br />
Imaginación, 1, art. 5, pp. 28-35.<br />
Zarza, F. J., Orejudo, S. y Casanova, O. (2016b). Ansiedad<br />
escénica y constructos psicológicos relacionados. Estudiantes<br />
de cinco conservatorios superiores de música español.<br />
Revista Científica sobre la Imaginación, 1, pp. 51-63.<br />
Martínez, M. (2011). Ciencia y arte en la metodología cualitativa.<br />
México: Trillas.<br />
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología<br />
55
BASES PARA LAS PARTICIPACIONES EN LA <strong>REVISTA</strong> <strong>CONSCIENCIA</strong> DE LA<br />
ESCUELA DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD LA SALLE CUERNAVACA<br />
GENERALES. Para las participaciones en la Revista ConSciencia de<br />
la Escuela de Psicología de la ULSAC se deberán observar los siguientes<br />
puntos:<br />
1. Podrán participar con ensayos, artículos o documentos de otra<br />
índole (fotos, dibujos) todos aquellos psicólogos o estudiantes de<br />
Psicología y aquellos que estén interesados en la ciencia psicológica<br />
y ciencias afines.<br />
2. La revista comprende las siguientes secciones:<br />
1. Editorial<br />
2. Ensayos críticos<br />
3. Artículos<br />
4. Reseñas<br />
3. Limitar las participaciones de artículos y ensayos a 10 cuartillas,<br />
a un espacio, con letra 12, tipo Times New Roman, incluyendo bibliografía.<br />
Los cuadros o figuras deberán ir numerados, dentro del<br />
texto, con cifras arábigas. Los títulos de los cuadros y los pies de<br />
figuras deben ser claros, breves y llevar el número correspondiente.<br />
4. Los materiales propuestos para su publicación deberán estar escritos<br />
en español, en forma clara y concisa. Se entregará en programa Word.<br />
5. Los ensayos son reflexiones críticas sobre determinados temas, y<br />
en este caso se recomienda que contengan tres secciones: 1. Introducción<br />
(objetivo o propósito del ensayo o, en su caso, hipótesis de<br />
trabajo, etc.), 2. Cuerpo del ensayo, en el cual el autor desarrollará<br />
el argumento de su trabajo, y 3. Conclusión.<br />
6. Los artículos básicamente son resultados o aportes de investigaciones.<br />
Deben contener las siguientes partes: resumen, palabras<br />
clave, introducción, objetivos, metodología, resultados, discusión<br />
teórica y referencias bibliográficas.<br />
7. Para las referencias bibliográficas de ensayos o artículos, el autor<br />
debe apegarse al siguiente formato que, en general, sigue los<br />
lineamentos comúnmente aceptados por APA en su última versión<br />
(2017): las referencias en los textos se anotan con el apellido del<br />
autor y año de publicación entre paréntesis y de ser necesario el<br />
número(s) de página(s). Al final del texto se anota la bibliografía<br />
completa en orden alfabético y de acuerdo con el apellido y nombre<br />
del primer autor, año de publicación, título del libro o referencia<br />
en cursivas, lugar de impresión y editorial.<br />
Si la cita es textual se pondrá entre comillas y entre paréntesis se<br />
apuntará el nombre del autor y el año de la publicación con el o los<br />
números de la(s) página(s).<br />
Al final del texto se anota la bibliografía completa. Si la cita textual<br />
es de más de cinco renglones, se sugiere que se escriba con letra 10,<br />
con renglones de 3 cm a 3 cm y se procederá de la manera señalada<br />
anteriormente. Por ejemplo: “…en la terapia uno tendrá que sacar<br />
ventaja en lo posible de los cambios ambientales (Bellak, 1980)...”<br />
y al final del libro en la sección dedicada a la bibliografía: Bellak,<br />
M. D. Leopold, Small, S. D., Leonard, 1980, Psicoterapia breve y<br />
de emergencia, México: Editorial Pax. O también puede incluirse<br />
al autor sin paréntesis: por ejemplo, en un libro de Otto Klineberg<br />
encontramos el siguiente renglón: “Por una parte, Hartley y Hartley<br />
(1952) hablan de actividades físicas...” y en la sección dedicada<br />
a la bibliografía: E. L. Hartley y R. E. Hartley (1952). Fundamentals<br />
of Social Psychology.<br />
8. Cuando se cita por segunda ocasión a un autor, se anota de nuevo<br />
su apellido y año de publicación o se puede hacer la referencia<br />
con las locuciones latinas utilizadas comúnmente para el caso, ambas<br />
opciones entre paréntesis. Si la cita es de internet se anota el<br />
nombre del autor o de la institución, nombre o título del artículo<br />
o ensayo, la dirección completa de la web y la fecha de extracción<br />
de la información.<br />
9. Si la información proviene de una entrevista o de otra fuente, se<br />
anota el nombre del entrevistado o, en su caso, solamente como<br />
informante y la fecha, y/o como documento mecanografiado y en<br />
el estado en el que se encuentra (en proceso de publicación, etc.).<br />
Si es una fuente documental se anotan los datos disponibles, por<br />
ejemplo autor, nombre de la revista o periódico, fecha.<br />
10. Por cuestión de costos, las gráficas que lleguen a incluirse en los<br />
textos deben ser en blanco y negro. Las fotografías en color, por las<br />
razones mencionadas, serán incluidas en blanco y negro.<br />
11. Los trabajos serán revisados y en su caso aprobados por el Consejo<br />
Editorial en colaboración con el Consejo Científico.<br />
12. Los materiales al momento de ser propuestos para ser publicados<br />
no deberán de estar comprometidos para ser incluidos en otras<br />
publicaciones periódicas o permanentes.<br />
13. Los autores se comprometen a que los trabajos y materiales<br />
que someten al Consejo Editorial de la Revista para ser publicados,<br />
son de su autoría y originales y no cometen plagio. Cualquier controversia<br />
suscitada en este sentido es bajo su única y exclusiva responsabilidad.<br />
14. Cualquier controversia acerca de los contenidos de la revista, no<br />
prevista en las bases, será resuelta por el Consejo Editorial.<br />
Para recibir los trabajos o para más información comunicarse con<br />
Pablo Martínez Lacy, al correo electrónico: revistaconsciencia@lasallecuernavaca.edu.mx,<br />
Teléfono: 311-55-25 ext. 852, Escuela de<br />
Psicología, ULSAC.<br />
56 Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
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