JIMÉNEZ URE ANTE LA CRÍTICA (REVISIÓN 2019) SELECCIÓN DE MOISÉS CÁRDENAS

Críticos venezolanos y extranjeros opinan sobre la obra literaria del escritor Alberto Jiménez Ure. Críticos venezolanos y extranjeros opinan sobre la obra literaria del escritor Alberto Jiménez Ure.

19.04.2019 Views

Se inserta una condena a la palabra: ésta «no nació con nosotros, ella es anterior, nació de Dios y existe para su perverso disfrute»: en otras palabras, el difusor de la palabra de Satán está concluyendo en lo mismo que hemos dicho quienes no somos divulgadores de mensajes de tan sulfurosa procedencia: la palabra es de origen Divino. Una de dos: o ello le confiere un inmenso poder o, por el simple hecho de provenir de un poder destronado por la sublevación de Luzbel, está devaluada. Observo que –incluso- el mensaje del Diablo está formulado en palabras, lo que debe ser, entonces, grato a los oídos de Dios. La apelación de uno de los poemas para que nadie se aferre «al Ser Físico signado por la transitoriedad», puede tener cualquier proveniencia, inclusive una cristiana de la infancia de JIMÉNEZ URE, o puede atribuirse a Satán previo a la gran ruptura. En cualquier caso no se niega nunca la existencia de Dios, puesto que Satán es un alzado contra Él. Se critica, en cambio, a Dios, y se le critica haber creado con arbitrariedad y habernos condenado al sufrimiento. En consecuencia, hay que destruir, mediante una gran alianza con Luzbel, esta condena. No hay posibilidades de salvación por otras vías: lo que está mal hecho debe ser quemado. En consecuencia, podemos hablar de un

pesimismo total, vecino a cierto existencialismo: el hombre no tiene salvación. Revelaciones no está exento de contradicciones que, lejos de anularlo, lo enriquecen, como veremos. En efecto, Satán dice a su «discípulo JIMÉNEZ URE» que deberá ocuparse de los execrados y abandonados de las sociedades, lo que nos conduce a un Demonio que ordena una misión de redención social. Deberá, asimismo, «enseñarles el Mal, para dar paso a la incandescencia, donde nadie sufrirá ni resucitará». En otras palabras, parece asomarse una vía y nos resulta la misma de muchas religiones orientales que no hablan del Mal sino que presentan vías como el Mandala, el Nirvana, la contemplación o cualquier otra, puesto que el objetivo es el mismo: olvidarse de las ataduras carnales, esperar la muerte y luego tratar de evitar –por todos los medios- la reencarnación, porque, en el fondo, el Infierno es dotarse de carne y huesos, vivir aquí, ser humanos. La inmovilidad de Hinduismo, por ejemplo, o del Budismo, pasa por el rechazo al deseo y acceder, aun desde esta misma vida, a los pormenores del «Más Allá», esto es, indica la búsqueda de la luz que está en el centro del Mandala, en un centro que tampoco está allí como en ninguna parte, pero que sigue siendo el centro. Tenemos, entonces, que el «discípulo» a quien Satanás confía sus

Se inserta una condena a la palabra: ésta «no nació<br />

con nosotros, ella es anterior, nació de Dios y<br />

existe para su perverso disfrute»: en otras palabras,<br />

el difusor de la palabra de Satán está concluyendo<br />

en lo mismo que hemos dicho quienes no somos<br />

divulgadores de mensajes de tan sulfurosa<br />

procedencia: la palabra es de origen Divino. Una<br />

de dos: o ello le confiere un inmenso poder o, por<br />

el simple hecho de provenir de un poder<br />

destronado por la sublevación de Luzbel, está<br />

devaluada. Observo que –incluso- el mensaje del<br />

Diablo está formulado en palabras, lo que debe<br />

ser, entonces, grato a los oídos de Dios.<br />

La apelación de uno de los poemas para que nadie<br />

se aferre «al Ser Físico signado por la<br />

transitoriedad», puede tener cualquier<br />

proveniencia, inclusive una cristiana de la infancia<br />

de <strong>JIMÉNEZ</strong> <strong>URE</strong>, o puede atribuirse a Satán<br />

previo a la gran ruptura. En cualquier caso no se<br />

niega nunca la existencia de Dios, puesto que<br />

Satán es un alzado contra Él. Se critica, en<br />

cambio, a Dios, y se le critica haber creado con<br />

arbitrariedad y habernos condenado al<br />

sufrimiento. En consecuencia, hay que destruir,<br />

mediante una gran alianza con Luzbel, esta<br />

condena. No hay posibilidades de salvación por<br />

otras vías: lo que está mal hecho debe ser<br />

quemado. En consecuencia, podemos hablar de un

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