26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En cuanto al soldado, colocado contra la puerta de armas, no osaba respirar, y su<br />

corazón latía tan fuerte que el conde de Artois, arrimándose a la puerta, sentía las<br />

pulsaciones.<br />

—¡Estamos perdidos! —dijo la reina a su cuñado, tomándole la mano.<br />

Este no contestó.<br />

—¿Se sabe que habéis salido? —preguntó él.<br />

—Lo ignoro —dijo la reina.<br />

—Quizá esto no se relacione más que conmigo, hermana; quizá el rey haya dirigido esta<br />

consigna contra mí. El rey sabe que yo salgo de noche y que a veces regreso tarde. La<br />

condesa de Artois habrá sabido algo y se habrá quejado a Su Majestad; de ahí esta orden<br />

tiránica.<br />

—No, no, hermano. Os agradezco la delicadeza que ponéis para tranquilizarme. Pero es<br />

contra mí y no contra vos que se ha tomado esta medida.<br />

—Imposible, hermana.<br />

—Estoy en la puerta y mañana estallará el escándalo, y por una cosa bien inocente. ¡Oh!<br />

Tengo un enemigo cerca del rey; lo sé bien.<br />

—Es posible. Pero tengo una idea.<br />

—¿Una idea? Veamos, rápido.<br />

—Una idea que va a volver a vuestro enemigo más tonto que un asno atado por el<br />

ronzal.<br />

—Por favor, salvadnos del ridículo de esta posición; es todo lo que yo os pido.<br />

—Sí, yo os salvaré. Al menos lo intentaré. No soy más necio que él, aunque él sea más<br />

sabio que yo.<br />

—¿Quién es él?<br />

—¿Quién va a ser? El conde de Provenza.<br />

—¿Reconocéis, pues, como yo, que es mi enemigo?<br />

—¿No es el enemigo de todo lo que es joven, de todo lo que es bello, de todo lo que<br />

puede... en lo que él no puede hacer?<br />

—Hermano, ¿sabéis algo sobre esta consigna?<br />

—Quizá, pero primero de todo no continuemos detrás de esta puerta. Hace un frío atroz.<br />

Venid conmigo, querida hermana.<br />

—¿Dónde?<br />

—Ya lo veréis; a cualquier sitio donde haga calor por lo menos; venid, y en el camino<br />

os diré lo que pienso a propósito de esta cerradura de puerta. ¡Ah, monsieur de<br />

Provenza, mi querido e indigno hermano! Dadme el brazo, hermana mía; tomad mi otro<br />

brazo, mademoiselle de Taverney, y volvámonos hacia la derecha.<br />

Se pusieron en marcha.<br />

—¿Y vos decís que es obra de monsieur de Provenza...?<br />

—Pues, sí. Esta noche, después de la cena del rey, vino al gran gabinete. El rey había<br />

hablado mucho con el conde de Haga, y no os había visto.<br />

—A las diez salí para París.<br />

—Ya lo sabía; el rey, permitidme decíroslo, querida hermana, no pensaba más en vos<br />

que en Harun-al-Raschid y en su gran visir Giaffar, y hablaba de geografía. Yo le<br />

escuchaba bastante impaciente, porque también quería salir. Claro que nosotros no<br />

saldríamos por el mismo motivo, de suerte que me he equivocado...<br />

—Vamos, continuad.<br />

—Volvamos a la izquierda.<br />

—¿Pero dónde me lleváis?<br />

—A veinte pasos. Estad alerta. Hay un trozo nevado. Mademoiselle de Taverney, si<br />

soltáis mi brazo, vais a caer, os lo prevengo. Brevemente, para volver a mi conversación

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!