26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Oliverio la vio pasar. Colocóse junto a los tapices para no rozar siquiera, a su paso, su<br />

vestido. Quedó solo en el salón con Felipe, bajando la cabeza como su cuñado y<br />

esperando el resultado de esta entrevista que la reina iba a tener con Andrea.<br />

Esta halló a María Antonieta en el gran gabinete.<br />

A pesar de la estación, era el mes de junio, había hecho encender fuego; estaba sentada<br />

en su sillón, con la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados y las manos juntas como<br />

una muerta. Estaba tiritando.<br />

La señora de Misery, que había introducido a Andrea, corrió las cortinas, cerró las<br />

puertas y salió de la habitación.<br />

Andrea, de pie, temblando de emoción y de cólera y también de debilidad, esperaba con<br />

la vista baja que llegase una palabra a su corazón. Esperaba la voz de la reina, como el<br />

condenado espera el hacha que tiene que troncharle la vida.<br />

Seguramente que si María Antonieta hubiera abierto la boca en aquel momento, Andrea,<br />

aniquilada como estaba, habría sucumbido antes de comprender o de contestar.<br />

Un minuto, un siglo en este espantoso sufrimiento, transcurrió antes de que la reina<br />

hiciese un gesto. Al fin se levantó apoyando sus brazos en los del sillón, tomó de la<br />

mesa un papel que sus dedos vacilantes dejaron escapar muchas veces.<br />

Después, caminando como una sombra, sin que se oyese otro ruido que el roce de su<br />

vestido con la alfombra, llegó hasta donde estaba Andrea y le entregó el papel sin<br />

pronunciar una palabra.<br />

Entre ambos corazones la palabra era superflua; la reina no tenía necesidad de estimular<br />

la comprensión de Andrea y ésta no podía dudar un momento de la grandeza de alma de<br />

la reina. Cualquiera otra hubiera supuesto que María Antonieta le ofrecía una crecida<br />

pensión, la firma de un acta de propiedad o el título de algún cargo en la corte.<br />

Andrea adivinó que el papel contenía otra cosa. Lo tomó y sin moverse del lugar que<br />

ocupaba, se puso a leerlo.<br />

Los brazos de María Antonieta cayeron a lo largo de su cuerpo. Sus ojos se levantaron<br />

lentamente hasta Andrea.<br />

"Andrea— había escrito la reina—, me habéis salvado. Me devolvisteis el honor: mi<br />

vida es vuestra. En nombre de este honor que os cuesta tan caro, yo os juro que me<br />

podéis llamar hermana. Probadlo, no me veréis ruborizar.<br />

"Pongo este escrito en vuestras manos; es el compromiso de mi agradecimiento; es la<br />

dote que os entrego.<br />

"Vuestro corazón es el más noble de todos los corazones y por lo mismo me sabrá<br />

agradecer el regalo que os ofrezco.<br />

"María Antonieta de Lorena y de Austria."<br />

Andrea, a su vez, miró a la reina. La vio con los ojos inundados de lágrimas, con la<br />

cabeza aturdida, esperando una respuesta.<br />

Atravesó lentamente la habitación en dirección a la chimenea, arrojó el papel al fuego,<br />

saludó profundamente y sin pronunciar una palabra salió del gabinete.<br />

María Antonieta dio un paso para detenerla, para seguirla; pero la inflexible condesa,<br />

dejando la puerta abierta, fue al encuentro de su hermano en el salón vecino.<br />

Felipe llamó a Charny, le tomó la mano que puso en la de Andrea, mientras que en el<br />

umbral del gabinete, tras los tapices, que ella apartaba con la mano, la reina asistía a la<br />

dolorosa escena.<br />

Charny se fue como el prometido de la muerte a quien su lívida novia se lleva; se fue<br />

mirando hacia atrás la pálida cara de María Antonieta que, paso a paso, le vio<br />

desaparecer para siempre.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!