26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—La mejor. Parece que la señora de La Motte había hallado el medio de penetrar en mi<br />

casa para ver a Olive, porque yo mismo la vi el día en que desapareció la joven.<br />

—¿El mismo día?<br />

—Mis criados la vieron como yo.—¿Y qué iba a hacer si Olive había desaparecido?...<br />

—Eso me pregunté yo en seguida, pero no hallé respuesta. Vi a la señora de La Motte<br />

bajar de un carruaje de posta que esperaba en la calle de Roi-Doré. Mis criados habían<br />

observado este carruaje desde un rato antes y confieso que atribuí a la señora de La<br />

Motte el propósito de llevarse a Olive.<br />

—¿La dejasteis obrar?<br />

—¿Por qué no? La señora de La Motte es una dama caritativa, favorecida por la suerte.<br />

Se la recibe en la corte. ¿Por qué tenía que impedirle que me desembarazase de Olive?<br />

Hubiera hecho mal, puesto que otro se la llevó para perderla de nuevo.<br />

—¿Así pues— dijo el señor de Crosne meditando profundamente—, la señorita Olive<br />

estaba alojada en vuestra casa?<br />

—En efecto, caballero.<br />

—¿De manera que la señorita Olive y la señora de La Motte se conocían, veíanse y<br />

salían juntas?<br />

—Ciertamente.<br />

—¿La señora de La Motte fue vista por vos el día que se llevaron a Olive?<br />

—Sí, señor.<br />

—¿Pensasteis que la condesa quería atraerse a la joven?<br />

—¿Cómo podía pensarse otra cosa?<br />

—¿Y qué dijo la señora de La Motte cuando no encontró a Olive en vuestra casa?<br />

—Me pareció muy turbada.<br />

—¿Suponéis que fue Beausire el que la raptó?<br />

—Lo supongo únicamente, ya que vos me decís que la raptaron, porque si no, no<br />

sospecharía tal cosa. Este hombre no conocía la residencia de Olive. ¿Quién pudo<br />

decírsela?<br />

—La propia Olive.<br />

—No lo creo, porque en lugar de hacerse raptar por él de mi casa, habría huido y podéis<br />

creer que él no hubiera entrado si la señora de La Motte no le hubiera facilitado una<br />

llave.<br />

—¿Tenía, pues, una llave?<br />

—Sin duda.<br />

—¿Qué día la raptaron?— preguntó el señor de Crosne, que acababa de ver claro en<br />

aquel momento en virtud de la luz tan hábilmente aportada por Cagliostro.<br />

—Sobre esto no puedo equivocarme; era la víspera de San Luis.<br />

—¡Eso es!— exclamó el jefe de policía—. ¡Eso es! Caballero, acabáis de prestar un<br />

gran servicio al Estado.<br />

—Lo celebro mucho, señor de Crosne.<br />

—Se os agradecerá como es debido.<br />

—En primer lugar, por mi conciencia— dijo el conde.<br />

El señor de Crosne saludó.<br />

—¿Puedo contar con que aportaréis las pruebas de que hablabais?— interrogó.<br />

—En todo estoy a entera disposición de la justicia.<br />

—Bien, caballero, os tomo la palabra; hasta la vista.<br />

Y despidió a Cagliostro, que iba diciéndose cuando salía:<br />

"Ah, condesa. ¡Víbora! Quisiste acusarme; pero me parece que has mordido en la lima.<br />

¡Cuidado con tus dientes!"

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!