26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—La señora de La Motte es de una probidad sobre la que os prohíbo sospechar, bajo<br />

pena de ser apaleados en mi palacio.<br />

—En fin, hay un culpable— dijo Boehmer en un tono lastimero—; estas dos falsedades<br />

han sido cometidas por alguien.<br />

—¿Yo, acaso?— desafió el señor de Rohan con altivez.<br />

—En realidad, monseñor, no queremos decir esto.<br />

—Pues bien, ¿entonces?<br />

—Entonces, monseñor, una explicación, en nombre del cielo.<br />

—Esperad a que pueda darme una a mí mismo.<br />

—Pero, monseñor, ¿qué le diremos a la reina?, porque Su Majestad está indignada<br />

contra nosotros.<br />

—¿Y qué dice ella?<br />

—Dice que vos o la señora de La Motte tenéis que poseer el collar, pero no ella.<br />

—Pues bien— decidió el cardenal pálido de vergüenza y de cólera—, id a decir a la<br />

reina que... ¡No, no le digáis nada! Ya ha habido bastante escándalo. Pero mañana... me<br />

oís, yo oficio en la capilla de Versalles; venid, veréis cómo me acerco a la reina, le<br />

hablo, le pregunto si ella tiene el collar y oiréis lo que ella responde; si frente a mí,<br />

niega... entonces, caballeros, como soy un Rohan ¡pagaré!<br />

Y dichas estas palabras, con un énfasis del que la prosa no puede dar una idea, el<br />

príncipe despidió a los dos asociados.<br />

—Hasta mañana, pues, ¿no es así, monseñor?<br />

—Hasta mañana a las once de la mañana, en la capilla de Versalles— respondió el<br />

cardenal.<br />

CAPITULO LXXV<br />

ESGRIMA Y DIPLOMACIA<br />

A las diez del día siguiente, entraba en Versalles una carroza con las armas del señor de<br />

Breteuil. Aquellos de nuestros lectores que se acuerden de la historia de Bálsamo y de<br />

Gilberto, no habrán olvidado que el señor de Breteuil, rival y enemigo personal del<br />

señor de Rohan, buscaba desde hacía mucho tiempo la ocasión de inferir una herida<br />

mortal a su enemigo.<br />

La diplomacia es a este respecto muy superior a la esgrima, ya que en este último arte,<br />

una respuesta, buena o mala, debe ser dada en un segundo, mientras que los<br />

diplomáticos tienen quince años y más, si es preciso, para dar su golpe y hacerlo mortal.<br />

El señor de Breteuil había hecho pedir, una hora antes, audiencia al rey y halló a Su<br />

Majestad vistiéndose para ir a misa.<br />

—Tiempo soberbio— dijo Luis XVI alegre, cuando el diplomático entró en el<br />

gabinete—; un verdadero tiempo de la Asunción; ved, no hay una sola nube en el cielo.<br />

—Me hallo desolado por tener que traer una nube a vuestra tranquilidad— respondió el<br />

ministro.<br />

—¡Vamos!— exclamó el rey frunciendo el ceño—; ya tenemos un mal principio del día.<br />

¿Qué ocurre?<br />

—Me encuentro en un verdadero apuro para contar esto, sire, más aún porque se trata de<br />

un asunto que no se refiere a mi ministerio. Es algo así como un robo y concierne al jefe<br />

de policía.<br />

—¡Un robo!— murmuró el rey—. Vos sois el guardasellos y los ladrones acaban por<br />

hallar siempre a la justicia. Esto concierne al guardasellos y como lo sois podéis hablar.<br />

—Pues bien, Majestad, he aquí la cuestión. ¿Habéis oído hablar de un collar de<br />

diamantes?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!