26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Es difícil, Majestad. Quizá os baste saber que la enfermedad del conde de Charny es<br />

más bien moral. La herida es la causa de su sufrimiento y del sufrimiento proviene el<br />

delirio.<br />

—¿De Charny sufre un mal moral?<br />

—Moral, madame. No me permitáis decir más a Vuestra Majestad.<br />

—Queréis decir que el conde...<br />

—¿La reina le profesa afecto?<br />

—Naturalmente, porque lo merece.<br />

—Debo deciros que el conde está enamorado. Vuestra Majestad pide una explicación y<br />

yo se la doy.<br />

La reina hizo un leve movimiento de hombros, como si no acabase de comprender.<br />

—¿Creéis que ese mal se cura como una herida? El mal empeora, y del pasajero delirio<br />

De Charny caerá en una gravísima obsesión. Entonces...<br />

—¿Entonces, doctor?<br />

—Vos habréis perdido a ese joven.<br />

—Doctor, me confunde ese lenguaje. ¿Que yo habré perdido a ese joven? ¿Soy yo la<br />

causa de que él esté loco?<br />

—Sin duda.<br />

—¿He de ofenderme, doctor?<br />

—Si vos no sois la causa ahora, lo seréis más tarde.<br />

—Aconsejadme entonces —pidió la reina.<br />

—¿O sea, que yo ordene un tratamiento? Sólo veo éste: que De Charny sea curado por<br />

el bálsamo o por el hierro, que la mujer que él invoca a cada instante le mate o le cure.<br />

—Veo que recurrís a los extremos —interrumpió la reina, reprimiendo su<br />

impaciencia—. Matar..., curar... Solemnes palabras. ¿Se mata a un hombre con la<br />

dureza? ¿Se cura a un loco con la sonrisa?<br />

—Si vos también sois incrédula —dijo el doctor—, sólo puedo presentarle su humilde<br />

respeto a Vuestra Majestad.<br />

—¿Pero es que se trata de mí?<br />

—Yo no sé nada, ni quiero saber nada; repito solamente que monsieur de Charny es un<br />

loco razonable, que la razón puede enloquecerle y matarle, y que la locura puede<br />

devolverle el juicio y curarle. Entonces, si queréis librar este palacio de gritos, de<br />

sueños y de escándalos, tomad partido.<br />

—¿Cuál?<br />

—¿Cuál? Yo no doy más órdenes ni aconsejo. ¿Me he vuelto sordo oyendo lo que he<br />

oído, o ciego habiendo visto lo que he visto?<br />

—Suponed que os comprendo. ¿Qué resultará de todo ello?<br />

—Hay dos perspectivas: una, la mejor para vos y para los demás, es que el enfermo,<br />

herido el corazón por ese puñal que se llama la pasión, pierda la noción del mundo en<br />

que vive. La otra... Madame, no hay más que una para María Antonieta, para la reina de<br />

Francia.<br />

—Habéis hablado con franqueza, doctor. Queréis decir que la mujer, por la cual<br />

monsieur de Charny ha perdido la razón, se la devuelva, sea cruel o benigno el<br />

procedimiento.<br />

—Eso es.<br />

—Debo tener el valor de triturar sus sueños, de extirpar ese sentimiento que le roe el<br />

corazón.<br />

—Sí, Majestad.<br />

—Llamad a mademoiselle de Taverney, pero... es tan expuesto ese paso, del que<br />

depende la vida o la muerte de un hombre.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!