26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—No os voy a pedir que me améis; lo que yo os pido es que recibáis la vida tal como yo<br />

voy a dárosla; es decir, satisfaciendo todas vuestras fantasías, puesto que de vez en<br />

cuando vos apoyaréis las mías, y ahora os expondré una que acaba de asaltarme.<br />

—¿Cuál?<br />

—El dominó negro que veis es un alemán, uno de mis amigos.<br />

—Ah...<br />

—Un malvado que se ha negado a venir al baile pretextando jaqueca.<br />

—Y a quien vos le habéis dicho que no iríais.<br />

—Justo.<br />

—¿Hay una mujer con él?<br />

—Sí.<br />

—¿Quién?<br />

—No la conozco. Pero vamos a acercarnos. Fingiremos que sois alemana y vos no<br />

abriréis la boca por miedo de que vuestro acento descubra que sois una legítima<br />

parisiense.<br />

—Muy bien. ¿Y vos le intrigaréis?<br />

—Seguro. Empezad por señalármelo con vuestro abanico.<br />

—¿Así?<br />

—Muy bien; habladme ahora al oído.<br />

Ella obedeció con una docilidad y una inteligencia que encantaron a su compañero.<br />

El dominó negro, objeto de esta demostración, estaba de espaldas a la sala y charlaba<br />

con la dama que formaba pareja con él, los ojos de la cual brillaban a través de los<br />

agujeros de su máscara.<br />

—Cuidado. Hablad bajo, monseñor; hay dos máscaras que se ocupan de nosotros.<br />

—No temáis nada, condesa; es imposible que seamos reconocidos. Puesto que estamos<br />

en el camino de la perdición, dejadme repetiros que jamás talle alguno fue tan<br />

encantador como el vuestro, ni nunca una mirada fue tan ardiente; permitidme deciros...<br />

—Todo lo que se dice con una máscara puesta.<br />

—No, condesa; todo lo que se dice...<br />

—No acabéis; os perjudicaríais, y corréis un peligro mayor; nuestros dos espías os<br />

oirán.<br />

—¿Dos espías? —exclamó el cardenal emocionado.<br />

—Sí. Mirad, deciden acercarse.<br />

—Fingid bien la voz, condesa, si os veis en la necesidad de hablar.<br />

—Y vos la vuestra, monseñor.<br />

Mademoiselle Olive y su dominó azul se aproximaron, y él, dirigiéndose al cardenal,<br />

dijo:<br />

—Mascarita.<br />

—¿Qué es lo que quiere? —preguntó el cardenal disfrazando su voz.<br />

—Esta dama que me acompaña —repuso el dominó azul— me ruega que os haga unas<br />

preguntas.<br />

—¿Pues a qué esperáis? —dijo De Rohan.<br />

—Y que sean bien indiscretas —agregó con una voz aflautada Juana de la Motte.<br />

—Tan indiscretas —dijo el dominó azul— que tú no las entenderás, curiosa.<br />

Y se inclinó al oído de Olive, que hizo el mismo juego.<br />

Entonces el desconocido, con un ademán irreprochable, le preguntó al cardenal:<br />

—Monseñor, ¿sois el amante de la mujer que os acompaña?<br />

El cardenal se estremeció, preguntándole a su vez:<br />

—¿Me habéis llamado monseñor?<br />

—Sí.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!