Don Quijote Capitulo #22 Recreación

La mala suerte de un doctor con buen
corazón
Por: Sofía Navarro e Ian Davis

Heung-min llegó hace poco a Corea del Norte. Ya había puesto todas las cosas
en su apartamento y estaba listo para comenzar su nuevo trabajo como médico en una
cárcel llamada Yodok. A los 2 años, se mudó de Corea del Norte a China con su
madre, dejando a su padre atrás. 30 años después, recibió una carta de su padre acerca
de la condición terminal que padecía, lo cual lo sorprendió. Es primera vez que pudo
contactar a su padre, dadas a las situaciones politicas del pais y decidio volar a su país
natal para pasar los últimos años con su padre.
Al llegar a la prisión, no pudo evitar notar las terribles condiciones en las que
se mantenía. Había mugre por
todos lados y los guardias
azotando a los prisioneros.
Pensó en lo tan inhumano que
era el estilo de vida en esta
prisión.
Se puso su bata y fue camino a
la enfermería. Vio que habían 5
hombres, cada uno en una
camilla, esperando a ser
tratados. Los hombres se veían
en terrible estado y con una cara miserable. Paso con el primer paciente que tenía una
grave laceración en el pómulo derecho.
-Hola, me llamo Heung-min Son, soy el doctor nuevo en esta ala de
enfermería.- dijo con un tono amigable.
-Hola doctor- responde el primer prisionero, adolorido.
-Veo que tienes una cortada muy grave en la cara, que te paso?
-Me cai .- respondio el recluso.
-Que gran caída te has pegado eh. - replica sarcásticamente el doctor, sabiendo
que probablemente un guardia o otro recluso había causado la herida
Agarró el equipo de suturas y empezó a coserle la herida.
- Te ves como un tipo razonable, cómo llegaste hasta aca?- el curioso doctor
preguntó.
El prisionero respondió que por ser amante de las películas quedó encarcelado.
El doctor pensó que si fue por eso, el ya estuviera en la cárcel hace mucho tiempo.

Después recordó de las rígidas leyes del país. No se podía ver nada más en la
televisión que no fuera propaganda política. El recluso le terminó de contar de que
consiguió una manera de descargarse un par de películas de Hollywood y por eso se
gano 3 años en la cárcel. El doctor le terminó de coser la herida y le dijo que se podía
quedar un rato mientras atendía a los otros.
Paso al siguiente paciente y
noto que tenia la cara de color
verde. Vio en su registro médico
que padece de neumonía. Le tomo
la temperatura y estaba alta.
- Tienes fiebre, dejame
hacerte unos cuantos exámenes.-
dijo el doctor
-Haga lo que tenga que
hacer.-
Le iba a hacer un examen de sangre y mientras agarraba las cosas decidió
hacerle un poco de conversación al paciente.
-Cuénteme su historia.
El paciente no se veía muy simpático y se notaba que no quería contar su
historia. Pero pensó que al final no tenía nada que perder y decidió contarle al doctor
su crimen.
-Yo solo trate de que mi hija tuviese una buena vida y lo unico que consegui
fueron 6 años de cárcel.- dijo con un tono de lamento.
-Como te van a encarcelar por eso?
-Bueno, la verdad es que la historia es un poco más complicada. Por intentar ser
el mejor padre posible y procurar conseguir lo mejor para mi hija de 16 años, la
termine obligando a casarse con un hombre de buena vida. Yo sabía que si mi hija se
casaba con él, iba a vivir una mejor vida de la que yo le podía dar. Pero el problema
fue que él tenía 34 años. Mi esposa nunca estuvo de acuerdo asique decidió venderme
a la policía y bueno, aquí estoy.
El doctor se quedo sin palabras. Termino de sacarle sangre y le dijo que
descansara un rato mientras atendía a los otros pacientes.

El tercer paciente no había hablado
durante todo el tiempo que le doctor
estaba ahí. Veía una mirada de tristeza
en sus ojos. Estaba golpeado en unas
partes pero no lograba saber que tenia
solo con verlo. Reviso el registro
médico y vio que necesitaba antibióticos
para una cortada severa en la lengua. No
pensó que una cortada en la lengua
pudiera ser tan severa.
-Buenas, veo que necesitas antibióticos
para tu herida. Puedo verla para ver si se está curando bien?
El doctor no recibió una respuesta del paciente y quedó confundido.
-Doctor, le aviso que este no puede hablar, ya que le cortaron la lengua.- dijo el
paciente que estaba al lado del recluso sin lengua. El doctor quedó en estado de shock
y queria saber mas sobre lo que le había pasado.
-Que le paso? Como paso eso?- dijo el doctor .
-Por bocon.
-Como asi - replica el doctor
-Estaba hablando mal del gobierno y unos oficiales lo escucharon y le
arrestaron. Tiene que estar 2 años en este calabozo.- respondio el recluso.
El doctor, sin palabras en la boca, le entregó los antibióticos al prisionero y lo
dejó quedarse un rato. Nunca en su vida había visto castigos tan semejantes por cosas
común y corrientes. Le dieron ganas de ir al baño y pensó dos veces si debía dejar a
los prisioneros solos, ya había hablado con ellos y se veían inocentes asi que decidio
ir. Les dijo a los reclusos que no se demoraba. Los prisioneros intercambiaron miradas
y supieron que esta era su oportunidad de hacer algo. El fanático de las películas
agarró un paquete de jeringas mientras que los otros miraban en los cajones para ver
cosas que se pudieran robar.
-Vamos a poder vender estas jeringas a mucho, muchachos. Buen trabajo. - dijo
el supuesto buen padre.
Heung-Min volvió a la enfermería y siguió con el siguiente paciente. Era de
apariencia robusta y se veía mas maleante que los el resto de los pacientes. Miró su

egistro médico y venía a la enfermería por sus medicinas ya que sufría de la segunda
etapa de diabetes.
-Buenos días, ya busco tu medicina.- El doctor buscó en los cajones pero no
encontraba las pastillas. Le dijo que mientras buscaba en todos los cajones, le contara
su historia.
-Doctor no se si usted quiere escuchar mi historia, no lo quiero asustar.- dijo
con un tono retador. Bueno, no importa, se la contaré. La verdad es que yo solo me
estaba defendiendo. Llego un maton del gobierno a mi casa diciendome que si no le
entregaba nueve millones wons, me iba a matar. Agarre la pistola escondida en la
cocina y decidí meterle un tiro al matón ese. Me arrestaron con cargos de homicidio y
estoy aca por 40 años. Fue injusto pero ya lo superé y me di cuenta que esta vida no
importa.
-Siento lo que le paso. - dijo el doctor. Pensó en cuánta más gente había en esa
cárcel que habían sido arrestados por injusticias. Le entregó la pastilla y se aseguro de
que se la tomara, ya que se veía como un tipo picaro. Los otros pacientes que ya había
atendido seguían en sus camas aprovechando el tiempo que tenían antes de que los
devolvieran a sus celdas. Vio al quinto paciente y se le puso la piel de gallina. Estaba
lleno de tatuajes y con una fuerte musculatura. Chequeo su nombre en el registro y se
llamaba Min Yoon. Ya habia escuchado de su encarcelamiento cuando apenas llegó a
Corea del Norte. El era el famoso Min Yoon que mandaba un clan de prostitución.
Nunca había encontrado evidencia contra él y hasta ahora era que encontraron algo
para encarcelar. En el registro, decía que tenía unos dolores graves en el estómago que
no lo dejaban comer ni dormir. El doctor ni se atrevió a hablarle así que fue a buscar
unas pastillas para el dolor que tenía.
- Me imagino que ya sabe por qué estoy aquí, no?-
dijo Min Yoon
- Puede ser. - dijo el doctor, intentando mantener la
calma.
- Pude haber sido libre, si no fuera por ese asistente
idiota que iba dejando rastros de nuestros negocios por
todos lados. Ya que importa, pronto estara muerto. Sabe
algo doc? De mis negocios se hacía buena plata.
El doctor sabía que la prostitución siempre había
sido un problema grave en Corea del Norte. El gobierno

hacia todo lo posible para intentar pararlo. Ni le respondio a Min yoon. Le entregó la
pastilla y ya estaba listo para mandar a los reclusos devuelta a sus celdas. Los guardias
de seguridad se habían ido y se sentía tan mal por los prisioneros que decidió dejarlos
un rato en la enfermería. Empezó a terminar el papeleo de los reclusos mientras que
ellos estaban ahí un rato.
De pronto Min Yoon le hace una señal con la cabeza al recluso cargado con
homicidio. El doctor Heung-Min recibe un golpe en la cabeza y cae desmayado. Los
reclusos aprovechan el tiempo que tiene para intentar agarrar las más cosas posibles
que les iban a servir para drogarse o vender a otros prisioneros. El golpe fue tan fuerte
que el doctor en el piso no se podía parar. No pudo hacer nada sino pensar que
claramente había sido mala idea dejar a cinco reclusos en la enfermería cuando la
seguridad no estaba prestando atención. Los presos agarraron todas las pastillas y
jeringas que podían y salieron del ala de enfermería, dejando al doctor en el piso con
un golpe que le causaría mucho dolor más adelante.