Misterio en el Caribe-Agatha Christie
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
— Victoria parecía estar muy segura de sí misma al formular su<br />
observación — contestó Molly hablando l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te.<br />
— Estimo que lo más pertin<strong>en</strong>te es que yo hable con esa chica —<br />
manifestó <strong>el</strong> doctor Graham.<br />
Victoria se mostró muy satisfecha al serle deparada aqu<strong>el</strong>la<br />
oportunidad de referir lo que había visto. Sin embargo, declaró:<br />
— No quiero que me metan <strong>en</strong> ningún lío, ¿eh? Yo no fui qui<strong>en</strong> puso<br />
<strong>el</strong> frasco <strong>en</strong> <strong>el</strong> estante. Tampoco conozco a la persona que pudo<br />
haberlo hecho.<br />
— Pero usted está conv<strong>en</strong>cida de que algui<strong>en</strong> hizo eso, ¿verdad?<br />
— Es natural, doctor, ¿no compr<strong>en</strong>de? Algui<strong>en</strong> tuvo que colocar <strong>el</strong><br />
frasco <strong>en</strong> <strong>el</strong> sitio indicado si antes no se <strong>en</strong>contraba allí.<br />
— Podía haber sucedido que <strong>el</strong> comandante Palgrave lo hubiese<br />
guardado siempre <strong>en</strong> uno de los cajones de la cómoda, <strong>en</strong> un<br />
maletín... Victoria movió <strong>en</strong>érgicam<strong>en</strong>te la cabeza, d<strong>en</strong>egando.<br />
— Es improbable que procediese así, si tomaba la medicina con<br />
regularidad.<br />
Graham aceptó aqu<strong>el</strong> razonami<strong>en</strong>to de mala gana.<br />
— Esas tabletas su<strong>el</strong><strong>en</strong> tomarlas los que sufr<strong>en</strong> de hipert<strong>en</strong>sión<br />
varias veces al día. ¿Nunca le sorpr<strong>en</strong>dió usted <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to<br />
semejante?<br />
— El frasco de que le he hablado no estuvo nunca <strong>en</strong> <strong>el</strong> estante que<br />
yo limpiaba a diario. Me puse a p<strong>en</strong>sar... Posiblem<strong>en</strong>te esas<br />
tabletas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> alguna r<strong>el</strong>ación con la muerte d<strong>el</strong> comandante.<br />
Quizás estuvieran <strong>en</strong>v<strong>en</strong><strong>en</strong>adas. Un <strong>en</strong>emigo suyo pudo haberlas<br />
puesto a su alcance para deshacerse de él.<br />
El doctor, conv<strong>en</strong>cido, replicó:<br />
— Tonterías, muchacha, tonterías.<br />
Victoria parecía muy afectada.<br />
— Usted ha dicho que esas tabletas eran de un medicam<strong>en</strong>to, que<br />
v<strong>en</strong>ían a ser un remedio... -La muchacha hablaba ahora d<strong>en</strong>otando<br />
ciertas dudas-.<br />
— Y un remedio exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te. Lo que es más importante todavía:<br />
imprescindible — aclaró <strong>el</strong> doctor Graham — . No ti<strong>en</strong>e usted por<br />
qué preocuparse, Victoria. Puedo asegurarle que esa medicina no<br />
cont<strong>en</strong>ía nada nocivo. Era precisam<strong>en</strong>te lo más indicado para un<br />
hombre que sufría de hipert<strong>en</strong>sión.<br />
— Creo que me ha quitado usted un peso de <strong>en</strong>cima — respondió<br />
Victoria, mostrando sus blanquísimos di<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> una atractiva<br />
sonrisa.<br />
En comp<strong>en</strong>sación, <strong>el</strong> doctor Graham había cargado con él. La débil<br />
inquietud que le había atorm<strong>en</strong>tado al principio se hacía ahora casi<br />
tangible.