Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
— ¡ Ah, claro! Usted se interesa por las mariposas de esta región y<br />
también por las flores silvestres. Usted y sus... amigos, ¿no? ¿O<br />
bi<strong>en</strong> son pari<strong>en</strong>tes?<br />
— Amigos, nada más.<br />
— Supongo que habrán viajado juntos <strong>en</strong> muchísimas ocasiones,<br />
debido a la comunidad de intereses...<br />
— En efecto. Andamos unidos desde hace varios años.<br />
— También me figuro que habrán vivido emocionantes av<strong>en</strong>turas.<br />
— No crea — repuso Ev<strong>el</strong>yn, hablando con una <strong>en</strong>tonación especial,<br />
que d<strong>el</strong>ataba un leve fastidio— . Las av<strong>en</strong>turas quedan reservadas a<br />
otros seres. Ev<strong>el</strong>yn bostezó.<br />
— ¿No ha t<strong>en</strong>ido nunca p<strong>el</strong>igrosos <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros con serpi<strong>en</strong>tes<br />
v<strong>en</strong><strong>en</strong>osas y otros animales de la s<strong>el</strong>va? ¿No se las han t<strong>en</strong>ido que<br />
ver jamás con indíg<strong>en</strong>as sublevados?<br />
«En estos mom<strong>en</strong>tos debo parecerle a esta mujer una tonta»,<br />
p<strong>en</strong>só miss Marple.<br />
— Sólo hemos sufrido alguna que otra vez mordeduras de insectos<br />
— afirmó Ev<strong>el</strong>yn.<br />
— ¿Usted sabía que <strong>el</strong> pobre comandante Palgrave fue mordido <strong>en</strong><br />
cierta ocasión por una serpi<strong>en</strong>te? — inquirió miss Marple.<br />
— Desde luego, aqu<strong>el</strong>lo era inv<strong>en</strong>ción suya...<br />
— ¿De veras? ¿No le refirió <strong>el</strong> comandante nunca <strong>el</strong> episodio?<br />
— Puede que sí. No recuerdo.<br />
— Usted le conocía muy bi<strong>en</strong>, ¿no?<br />
— ¿A quién? ¿Al comandante Palgrave? Ap<strong>en</strong>as tuve r<strong>el</strong>ación con<br />
él.<br />
— Siempre dispuso de un exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te repertorio de historias para<br />
contar.<br />
— Era un individuo insoportable — opinó mister Rafi<strong>el</strong>— . No había<br />
qui<strong>en</strong> aguantara a aqu<strong>el</strong> estúpido. De haber cuidado de sí mismo<br />
como era debido no hubiera muerto.<br />
— Vamos, vamos, mister Rafi<strong>el</strong> — medió la señora Walters.<br />
— Sé muy bi<strong>en</strong> lo que me digo. Lo m<strong>en</strong>os que puede hacer uno es<br />
preocuparse por su salud. Fíjese <strong>en</strong> mí. Los médicos me juzgaron<br />
hace años un caso perdido. «Perfectam<strong>en</strong>te», p<strong>en</strong>sé. «Como yo<br />
poseo mis normas particulares para cuidar de un modo conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te<br />
de mi persona, empezaré a at<strong>en</strong>erme estrictam<strong>en</strong>te a <strong>el</strong>las.» Como<br />
consecu<strong>en</strong>cia de esto, aquí me ti<strong>en</strong><strong>en</strong>...<br />
Mister Rafi<strong>el</strong> miró a su alrededor, orgulloso de sí mismo.<br />
Verdaderam<strong>en</strong>te, parecía un milagro que aqu<strong>el</strong> hombre pudiese<br />
seguir vivi<strong>en</strong>do.<br />
— El pobre comandante Palgrave padecía de hipert<strong>en</strong>sión<br />
sanguínea — declaró la señora Walters.