Misterio en el Caribe-Agatha Christie
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
aproximadam<strong>en</strong>te. Tras coger sus agujas y su lana echaría a andar<br />
poco a poco <strong>en</strong> dirección al hot<strong>el</strong>. Allí vería donde quedaba mejor<br />
acomodada. Desde la terraza se divisaba una amplia ext<strong>en</strong>sión de<br />
mar. ¿Optaría por acercarse a la playa para distraerse<br />
contemplando a los bañistas y a los niños, <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> sus<br />
juegos? Se decidiría, seguram<strong>en</strong>te, por esto último. Por la tarde,<br />
tras la siesta, podía dar un paseo <strong>en</strong> coche. En realidad le daba lo<br />
mismo hacer una cosa que otra.<br />
Aquél sería un día como cualquier otro, se dijo.<br />
No iba a ser así, sin embargo.<br />
Miss Marple com<strong>en</strong>zó a llevar a la práctica su programa. Cuando<br />
avanzaba muy despacio por <strong>el</strong> s<strong>en</strong>dero que conducía al hot<strong>el</strong> se<br />
<strong>en</strong>contró con Molly K<strong>en</strong>dal. La jov<strong>en</strong> no sonreía, cosa extraña <strong>en</strong><br />
<strong>el</strong>la. Su aire confuso, era tan evid<strong>en</strong>te que miss Marple se apresuró<br />
a preguntarle:<br />
— ¿Pasa algo, querida?<br />
Molly asintió. Vaciló un poco antes de contestar.<br />
— Bi<strong>en</strong>... Al final acabará <strong>en</strong>terándose, igual que todo <strong>el</strong> mundo. Se<br />
trata d<strong>el</strong> comandante Palgrave. Ha muerto.<br />
— ¿Que ha muerto?<br />
— Sí. Murió esta noche.<br />
— ¡Oh! ¡Cuánto lo si<strong>en</strong>to!<br />
— Que pase esto aquí... ¡Oh! ¡Es horrible! Todos se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />
deprimidos. Desde luego, era ya muy viejo.<br />
— Yo le vi ayer muy animado. Parecía <strong>en</strong>contrarse perfectam<strong>en</strong>te.<br />
Miss Marple lam<strong>en</strong>taba <strong>en</strong>trever <strong>en</strong> su interlocutora la suposición de<br />
siempre: todas las personas de edad avanzada estaban expuestas<br />
a morir de un mom<strong>en</strong>to a otro.<br />
— A juzgar por su aspecto exterior disfrutaba de una salud exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te<br />
-agregó.<br />
— T<strong>en</strong>ía la t<strong>en</strong>sión muy alta — manifestó Molly.<br />
— Bu<strong>en</strong>o, pero hoy <strong>en</strong> día hay preparados para contrarrestar eso:<br />
unas píldoras especiales según creo. La ci<strong>en</strong>cia produce maravillas<br />
actualm<strong>en</strong>te.<br />
— ¡Oh, sí! Es posible, no obstante, que se olvidara de tomarlas o<br />
que ingiriese demasiadas. Es algo semejante, ¿sabe usted?, a lo<br />
que puede ocurrir con la insulina.<br />
Miss Marple no creía que la diabetes y la t<strong>en</strong>sión excesiva tuvieran<br />
tantos puntos de contacto como suponía Molly.<br />
— ¿Qué ha dicho <strong>el</strong> doctor?<br />
— El doctor Graham, prácticam<strong>en</strong>te retirado ya, que vive <strong>en</strong> <strong>el</strong> hot<strong>el</strong>,<br />
echó un vistazo al cadáver. Oportunam<strong>en</strong>te se pres<strong>en</strong>taron aquí las<br />
autoridades de la localidad, habi<strong>en</strong>do sido ext<strong>en</strong>dido <strong>el</strong> certificado