PARTICIPACION EN COMUNIDAD

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La dedicación del padre hacia el niño es llamativa: mantiene al bebé en sus brazos, lo sienta en su regazo, lo eleva. Le habla en voz baja, lo mima, le da besos, le acaricia la espalda y las nalgas. Constantemente lo está acariciando y mimando. El bebé en pleno desarrollo de sus capacidades motrices, ya no aguanta quedarse quieto. Entonces, el padre otra vez atiende a su hijo, lo hace parar sobre sus piernas y lo mece. También lo alza un poco, con sus manos bajo los brazos, para que este pueda mover sus piernitas libremente. O lo hace patalear entre sus piernas. Estas secuencias demuestran cómo el padre crea espacios para que el niño pueda desarrollar sus capacidades motrices y cómo busca constantemente dar respuesta a las necesidades de desarrollo del bebé. Secuencias de interacción entre madre e hijo A continuación, nos referiremos a las interacciones entre madre e hijo, donde se podrá observar también el desarrollo de las capacidades motrices del niño así como los incentivos verbales: La madre preparaba la masa para las tortillas, encontrándose sentada sobre un hule, mientras su bebé permanecía sentado a su lado. De repente, comenzó a gatear de aquí para allá, jugando después con sus deditos en la tierra. Luego, se dirigió hacia su madre, mirándola. Esta comenzó a hablarle un largo rato, en voz baja, mirándole también en los ojos. Los dos permanecieron largamente contemplándose y sumergidos en una íntima relación. Fue un momento de intensa comunicación a través de la voz de la madre y del contacto visual entre ambos. Esta escena la pudimos observar en varias oportunidades, y nos demuestra la importancia de la comunicación constante de los padres y las madres con sus hijos. La madre nunca levanta la voz, sino que, con un tono paciente y suave, conversa con su hijo mirándolo fijamente a los ojos. Luego el bebé tiene sed y pide agua. La madre toma la jarra y ayuda al hijo a agarrarla bien con sus dos manos. El hijo logra tomar el agua sin ayuda. Al terminar, la madre agarra la jarra y la pone fuera del alcance del niño. Ilustración: © MatoomMi / Shutterstock.com 34

Atención del bebé enfermo En una ocasión, el bebé de aproximadamente un año estaba enfermito. Todo su cuerpo estaba cubierto de salpullidos que le causaban molestias y dolores. Constantemente estaba llorando, pero en ningún momento la madre y las otras personas se pusieron impacientes o nerviosas. Al contrario, hicieron todo lo posible para que este se tranquilizara: le hablaban pacientemente, le acariciaban, buscaban distraerlo, siempre tratándolo con mucho cariño. Las siguientes secuencias son tres situaciones que manifiestan el cuidado otorgado al niño por esta familia. El bebé, quien se encontraba durmiendo en la hamaca, se despertó y comenzó a llorar. La madre se acercó enseguida, ofreciendo el pecho a su hijo. Este se tranquilizó por un momento, pero volvió a llorar. La madre, entonces, lo puso sobre sus piernas, panza para abajo, acariciando su espalda y meciéndolo. Se acercó el padre y, después, otra madre con sus hijos en brazos. El grupo se sentó al lado de la hamaca y comenzó a conversar y a tomar tereré [bebida elaborada con yerba mate y agua fría]. La madre, mientras tanto, trataba de tranquilizar a su bebé que seguía llorando, le hablaba, rascándole constantemente la espalda. Repetidas veces lo bañó, mojándole la espalda y el pecho. Ilustración: © Lyudmyla Kharlamova / Shutterstock.com En otro momento, trató de distraer al bebé mostrándole un camioncito y moviéndolo ante sus ojos. Éste agarró el camión y empezó a jugar, olvidándose un poco de sus dolores. A través de estas situaciones se observa cómo las personas, sobre todo la madre, tratan de tranquilizar al niño de diversas maneras: rascándolo, bañándolo, ofreciéndole su alimento y distrayéndolo por medio de diferentes objetos. Los demás familiares acompañan a la madre y al padre. Ningún integrante de la familia estuvo impaciente o molesto con el niño (UNICEF 2003). PRIMERA INFANCIA. EL ADULTO EN LA CRIANZA DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS 35

Atención del bebé enfermo<br />

En una ocasión, el bebé de aproximadamente un año estaba enfermito.<br />

Todo su cuerpo estaba cubierto de salpullidos que le causaban molestias<br />

y dolores. Constantemente estaba llorando, pero en ningún momento<br />

la madre y las otras personas se pusieron impacientes o nerviosas. Al<br />

contrario, hicieron todo lo posible para que este se tranquilizara: le<br />

hablaban pacientemente, le acariciaban, buscaban distraerlo, siempre<br />

tratándolo con mucho cariño.<br />

Las siguientes secuencias son tres situaciones que manifiestan el cuidado<br />

otorgado al niño por esta familia.<br />

El bebé, quien se encontraba durmiendo en la hamaca,<br />

se despertó y comenzó a llorar. La madre se acercó<br />

enseguida, ofreciendo el pecho a su hijo. Este se<br />

tranquilizó por un momento, pero volvió a llorar. La<br />

madre, entonces, lo puso sobre sus piernas, panza para<br />

abajo, acariciando su espalda y meciéndolo.<br />

Se acercó el padre y, después, otra madre con sus hijos en<br />

brazos. El grupo se sentó al lado de la hamaca y comenzó<br />

a conversar y a tomar tereré [bebida elaborada con<br />

yerba mate y agua fría]. La madre, mientras tanto,<br />

trataba de tranquilizar a su bebé que seguía llorando,<br />

le hablaba, rascándole constantemente la espalda. Repetidas veces lo<br />

bañó, mojándole la espalda y el pecho.<br />

Ilustración: © Lyudmyla Kharlamova / Shutterstock.com<br />

En otro momento, trató de distraer al bebé mostrándole un camioncito<br />

y moviéndolo ante sus ojos. Éste agarró el camión y empezó a jugar,<br />

olvidándose un poco de sus dolores.<br />

A través de estas situaciones se observa cómo las personas, sobre todo<br />

la madre, tratan de tranquilizar al niño de diversas maneras: rascándolo,<br />

bañándolo, ofreciéndole su alimento y distrayéndolo por medio de<br />

diferentes objetos. Los demás familiares acompañan a la madre y al padre.<br />

Ningún integrante de la familia estuvo impaciente o molesto con el niño<br />

(UNICEF 2003).<br />

PRIMERA INFANCIA.<br />

EL ADULTO <strong>EN</strong> LA CRIANZA<br />

DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS<br />

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