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Categorí a histo rica en Lupita<br />
El contexto nos puede llevar a comprender mejor no solo la visión de dicha mujer, sino<br />
también la construcción de su visión.<br />
A lo largo de la historia el espacio de la mujer ha sido asignado a lo privado, Santas como<br />
María Guadalupe, entregaron su vida al cuidado de los otros, como un espacio de amor que<br />
se ha designado a las mujeres, ya que son estas las que tienen aún en nuestros días el cuido<br />
de los enfermos, niños y ancianos. Esta designación no solo mantiene a la mujer en ese<br />
espacio privado, sino que además conduce la valoración de las mujeres a la entrega por los<br />
demás y no a su valor como sujetos.<br />
Esa construcción o separación mujer (privado) -hombre (público) se encuentra impregnada<br />
en el imaginario social, destinando a las mujeres al cuido del otro, a su posición de entrega<br />
al más necesitado, a una posición de contacto con el cuerpo muy específico de la<br />
designación religiosa de lo carnal -lo “pecaminoso”- a lo femenino.<br />
Ejemplos como el cuido de los enfermos, realizado por María Guadalupe durante muchos<br />
años, responde inconscientemente a la reproducción del modelo social hegemónico.<br />
Comprender la historicidad de María Guadalupe como una mujer que tuvo su elección por<br />
el monacato y desde el cual ejerció un cierto poder político y cultural, sin dejar de tener<br />
presente que esta historicidad está inmersa en una construcción social que regula no solo las<br />
acciones, sino los sentires de las mujeres y que muchas de estas elecciones que las mujeres<br />
han tenido a lo largo de la historia, también dependen de la situación socioeconómica en la<br />
que se forman.<br />
El sistema en que nos encontramos inmersos, mediante su sistema de poder, controla esa<br />
construcción histórica.<br />
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