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Warhol
Oliveira
“La prensa que va a ser mainstream en el futuro se está
formando ahora en Instagram, Facebook y redes sociales”
Con una carrera marcada por
el emprendimiento, el desenfreno
y el estrellato, el argentino
radicado en Chile construyó su
propia constelación de figuras
con los créditos de su nuevo
disco producido por el hombre
tras las perillas del “Esperando
Nada” de Nicole o el homónimo
de Glup. Tras algunas funciones
de su Fuxking Fiesta, analizamos
su show y pusimos al músico a
un intenso interrogatorio. Más de
alguna respuesta te dejará pensando.
Conversando con espectadores
de tus shows, las opiniones
son bien distantes unas de
otras: de partidarios y detractores.
Ahora con tu música
nueva ¿qué pretensiones y
opiniones deseas generar?
¿A qué va la intro? Partidarios y
detractores me importan un pico.
¿Deberían importarnos las opiniones
de los demás? Yo hago rock
and roll. Yo hago música. Hago
Arte. No me fijo en lo que opinan
los demás. Hago.
Ahora, hablando de pretensiones,
son muy sencillas: hago música
porque quiero que la gente se
vuelva loca. Quiero hacer una
música tan frenética que te den
ganas de moverte y pico con
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lo que pasa por tu cabeza, tus
problemas, esa voz que no para,
entregarte al baile, por eso el rock
and roll. Mi pretensión con mi
música es que la gente se vuelva
loca y baile. Las opiniones no
me importan. Me importa que la
gente baile.
Una vez tocamos en
un lugar que había
15 personas, 20 a
lo más. Todos apáticos,
sentados en las
mesas. Eran jóvenes,
sí, eran artistas o
amigos de artistas,
qué se yo, más
bohemio de gente
joven, era un beneficio
y nos invitaron a
tocar. Fuimos, hicimos
nuestro show
y dejamos la cagá.
Todos los huevones
bailando vuelto
locos. Siempre que
tocamos pasa eso,
es lo único que me
importa. A donde
vamos hacemos lo
nuestro y queremos
dejar la cagá.
Viajando por
Inglaterra, Argentina
y otros países,
¿qué te atrajo de
Chile para construir tu carrera
acá?
Nada me atrajo de Chile para
llegar más que Alejandro Jodorowsky
quien iba a filmar su
película. Fue como una excusa
para salir de Londres donde estaba
viviendo.
Quería cantar y estaba tocando
en una banda la guitarra. Tenía el
disco compuesto donde convertí
en canciones unos poemas de
Jodorowsky y el plan era presentar
ese disco que había grabado
en Londres en Buenos Aires, ir a
ver a la familia, pasar por Chile,
presentar el disco e ir a México
Entrevista a Warhol Oliveirai
a hacer lo mismo… pero nunca
llegué porque me quedé.
Se me ocurrió la posibilidad de
grabar en Chile y busqué en
Google “Mejor productor musical
de Chile” y apareció Barry Sage,
que es un mítico ingeniero inglés
que se radicó acá. Lo de mítico
es porque grabó dos discos de
los Rolling y dos de las canciones
más icónicas de los Stones (‘Miss
you’ y ‘Start me up’. Cuando me
enteré que este tipo vivía acá,
dije “yo tengo que grabar con
este loco”. Y eso fue lo que me
hizo quedarme en Chile.
Luego armé la banda y empecé
a tocar. Después me quedé por
la banda y aquí estoy. Lo de
quedarme se fue dando de una
forma muy natural y la verdad es
que estoy muy, muy contento. Me
recibieron bien, hay buena gente.
Me gusta estar acá.
Siendo Warhol un nombre de
repercusión mundial ¿por qué
te decidiste a usar ese y no
otro?
Es la manera que yo encontré
para, simbólicamente, tener
el arte presente siempre en
mi vida. Warhol Oliveira es mi
nombre. Hay una cuestión muy
fuerte en los nombres porque
hay tribus cuyos miembros
tienen dos, tres, varios nombres
durante su vida, y cada
uno significa algo, que le es
propio a la persona. Me gustó
esa historia. Así que me cambié
el nombre, si a eso es a lo
que te refieres.
Es un proceso que recomiendo
a todos. Imaginate si te llamás
Dolores… ¡Dolores, huevón!
A quién se le ocurre. O toda
esa gente que se llama como
su papá. Mismo nombre. No
da, no corresponde... me fui
en la volá, pero me parece
interesante el tema, lo de los
nombres, finalmente somos
nombre, somos palabra. Hay
un tema de Gabo Ferro, que es
un cantautor argentino que me
marcó mucho durante una época
que tiene un tema que habla sobre
como todo finalmente es una
palabra.
¿Cómo llegó Barry Sage, el
mítico productor de The Rolling
Stones, a trabajar con
Warhol?
Lo encontré por internet, decía
que trabajaba en Estudio Master,
llamé y me reuní con Clara
que es la dueña, una mujer muy
interesante de conocer. Pegamos
buena onda y ella me presentó a
Barry y charlamos, también a Tito
Dávila, que fue el productor de
ese primer disco que contaba que
terminé grabando, se llamó “Atrevido”
y salió en 2016, mi primera
colaboración con Sage.
¿Por qué él y no otro?
Porque soy fan de los Rolling
Stones y ni en pedo dejaba pasar
la oportunidad de trabajar con
Barry, vine de Inglaterra y allá me
estaba yendo bien así que vine
dulce y no lo dudé. Así fue como
me gasté toda la plata en grabar
un disco en Chile (risas).
Si bien eres trasandino, tus
músicos son todos chilenos.
¿Qué decisiones corrieron para
tomarlos a ellos y no a tus coterráneos
residentes en Chile?
Mirá, no me fijo de dónde vienen
las personas... a los chicos los fui
conociendo de manera muy loca
y natural, y quedaron tocando
conmigo porque nos gusta lo que
tenemos.
Carmelo War es el baterista y es
el primero de los músicos que
conocí. Lo vi tocando con OH
(NDR: banda compuesta por ex
miembros de Tío Lucho) y le dije
“loco, me gusta tu onda, tocás
bacán” o algo así y, luego, me lo
encontré de casualidad y parchamos
una fecha. Luego uno trajo al
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