Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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<strong>edUTecNe</strong><br />
COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />
diccionaristas y enciclopedistas <strong>del</strong> idioma. Martín Alonso se remite a César Oudin y a Francisco<br />
Sobrino.<br />
¿Y en el idioma nacional argentino?<br />
Gran cantidad de diccionarios editados dentro y fuera <strong>del</strong> país, particularmente en Europa Latina,<br />
consideran que la palabra es de uso en la Argentina, con la misma significación que en Uruguay.<br />
Debemos decir, más todavía, que con gran diversidad de significados. Algo no tiene gollete cuando<br />
no es explicable, o no es justo o razonable, o no es criterioso. Esto se encuentra avalado por<br />
el profesor Mario E. Teruggi, en su libro ¨Panorama <strong>del</strong> Lunfardo¨ y por quien fuera decano <strong>del</strong><br />
periodismo escrito, el profesor José Barcia, en su ¨Florilegio de la Poesía Lunfarda¨. Barcia presidió<br />
la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />
Antes de esto, que continúa vigente, en la campaña, en los tiempos de José Hernández, circulaba<br />
la palabra con la forma goyete, aludiendo al cuello de la botella o damajuana, a saber, en los<br />
versos de nuestro libro nacional:<br />
¨En cuanto el goyete vía<br />
Sin miedo se le prendía¨.<br />
En este ámbito no había desaparecido todavía una buena parte de la influencia que el español<br />
ejerció en el lenguaje campal argentino. No tiene goyete asumir que el idioma no se transforma,<br />
pues ¨el pueblo agranda el idioma¨.<br />
15.Hombre<br />
Hombre y sinónimos <strong>lunfardo</strong>s<br />
Observando las ricas fuentes <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, vemos una sinonimia enorme de la palabra mina. En el<br />
largo desenvolvimiento de la literatura popular, encontramos gran cantidad de palabras o lunfardismos<br />
para designar a la mujer. Probablemente este fenómeno se deba al hecho de que los autores<br />
han sido, generalmente, hombres, y a que la mujer ha ocupado siempre un lugar importante<br />
en la vida humana, para el hombre, igualdad o desigualdad mediante. Particularmente, ha tenido,<br />
para el argentino, un sitio de singular estimación, pero este aserto tiene exclusivamente relación<br />
con cierto lado de la mujer y no con el aspecto total de la persona humana. Las letras de <strong>tango</strong><br />
informan de la reacción <strong>del</strong> hombre abandonado por la mujer, <strong>del</strong> trato hacia ella, de cierta actitud<br />
piadosa en algunos casos, de la veneración en otros, especialmente cuando se trata de la madre.<br />
Sin embargo, en los registros literarios, lexicográficos, etimológicos y semánticos, también el<br />
hombre mereció nombres o palabras no académicas. Concubino, marido, amigo o desconocido,<br />
hombre es el macho o machimbre, que Carlos de la Púa, en ¨La Canción de la Mugre¨ endilgaba<br />
a un concubino:<br />
¨¡Mejor! De ellos me tira su bolsillo y<br />
de mi macho todo lo que sea¨.<br />
Machimbre es indistintamente bacan o macho, por lo que Mario E. Teruggi, en ¨Panorama <strong>del</strong><br />
Lunfardo¨, explica:<br />
¨... en tanto que macho se alarga en machimbre<br />
cuando se emplea la voz para denotar el amante<br />
de una mujer¨.<br />
Bacanazo y machazo, en forma aumentada, son utilizados cuando se quiere destacar más la condición<br />
de bacán y de macho.<br />
Señó es, podríamos decir, un ultralunfardismo, que Juan Carlos Altavista tanto lo mencionó, y que<br />
en su diccionario, titulado ¨Pá Entenderme Mejor¨, lo omitió, pero en cambio incorporó ñorse y<br />
coso. Cuando Minguito se refiere al ñorse, define:<br />
¨Vesre de señó. Como Ñorsi. Se dice má bien cuando<br />
al coso no se lo considera muy señó¨.<br />
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