Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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<strong>edUTecNe</strong><br />
COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />
onomatopeya, porque imita un sonido, emitido por una bocina o un instrumento musical¨. Así que<br />
aquí también está contenido el antecedente de García Jiménez, en el mismo marco de ni nota<br />
¨Un Misterio <strong>del</strong> Lunfardo¨...<br />
-¿Y entonces?<br />
-Entonces, a pesar <strong>del</strong> dato extraído de García Jiménez sigue siendo un misterio, porque el carancanfunfa<br />
es una onomatopeya más, de las tantas conocidas en la historia <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, generalmente<br />
utilizadas para llamar la atención, o como juego divertido, y en la obra <strong>del</strong> nombrado no se<br />
ha establecido con cierta precisión el origen que, a la larga, como lo recordara el filólogo Potter,<br />
habría que situarlo en los primeros sonidos guturales <strong>del</strong> ser humano.<br />
-¿Habría que ubicar el término como un ingrediente musical?<br />
-No, porque así como el <strong>tango</strong> no tiene fecha de nacimiento, ni es un resultado puro, sino un producto<br />
de los tiempos y las mezclas de las cosas humanas de un pasado lejano, carancanfunfa se<br />
percibe más como curiosidad idiomática que como ingrediente musical.<br />
11.Esplín<br />
Aclarando un enredo<br />
El asunto apareció con una de las preguntas cotidianas de la gente que me obligan a la gimnasia<br />
de las humildes investigaciones lexicográficas.<br />
Se trata de varias palabras registradas en literatura popular argentina y, particularmente, en letras<br />
de <strong>tango</strong>: sprit, pris, splin o esplín.<br />
La primera de las palabras citadas, sprit, fue registrada por José Gobello, en su ¨Diccionario de<br />
Voces Extranjeras Usadas en la Argentina¨ donde la traduce como ingenio, agudeza e inteligencia,<br />
en base a varias fuentes, entre las que menciona dos obras: una es de autoría de Ignacio B.<br />
Anzoátegui, ¨De Tumbo en Tumba¨; y la otra pertenece a Ernesto Sábato, ¨Apologías y Rechazos¨,<br />
y en este caso existe gran propensión a defender el origen de la palabra, al margen de toda<br />
otra cuestión, para mantenerla intacta¨.<br />
¨Así, folklore queda congelada en el marco de la génesis etimológica y se desconoce el tiempo, la<br />
evolución, los cambios, la literatura y la lexicografía. El razonamiento científico no puede imponer<br />
la palabra. Quiero decir mi punto de vista, expuesto ya en muchas ocasiones: el pueblo hace el<br />
idioma¨.<br />
Castellanizar voces<br />
El doctor Giorlandini, que es profesor asociado a cargo de cátedra y <strong>del</strong> Centro de Estudios, en<br />
la Universidad Nacional <strong>del</strong> Sur, y miembro, asimismo, de academias e instituciones dedicadas<br />
al estudio de la lingüística y el idioma nacional, afirma que ¨hasta los académicos de Madrid se<br />
dieron cuenta de que había que abrir la Real Academia, permitiendo el acceso a representantes<br />
de los países de habla hispana, para flexionar un poco el idioma. Así y todo sigue ¨congelado¨.<br />
Abundando sobre el particular, afirma que ¨es relativamente reciente la aceptación de whisky o<br />
güisqui por la Real Academia. Digo más, en la mayoría de los diccionarios que se editaron en España,<br />
hasta hace poco no aparecía esa palabra. ¿Por qué tanto rigor si ella ha aceptado o incorporado<br />
más de quinientas palabras de origen hamponil madrileño?¨.<br />
Un cambio en la Academia<br />
Por último, dice Giorlandini:¨Al fin, esa antigua institución, creada para intentar la dominación de<br />
los pueblos por el idioma (cosa que Echeverría, Gutiérrez y Sarmiento sabían perfectamente) termina<br />
castellanizando muchas voces: verbi gratia, carnet se hace carné y garage se transforma en<br />
garaje. Pero, en realidad, el cambio lo hace el pueblo, no el científico. Amado Nervo recuerda que<br />
antiguamente se decía, correctamente dotor y no doctor. Ahora, para algunos puristas, los que<br />
dicen dotor (sin c) son brutos o ignorantes¨.