Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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<strong>edUTecNe</strong><br />
COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />
En el número 23, de ¨Savia Latinoamericana¨ (página 11), el investigador Julio Rodríguez Ledesma<br />
realiza un muy valioso aporte, que acepto y que no discuto en absoluto, para esclarecer la<br />
verdadera grafía de la palabra, anotando que la verdadera grafía es tampu.<br />
Empero, puede ser que la grafía, con el tiempo, haya cambiado en determinado lugar, y haber<br />
pasado de tampu (o tánpu, como lo anota José Gobello en su ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨) a<br />
tambo, dado que Guillermo Alfredo Terrera, en su ¨Vocabulario Quichua¨, contenido en su libro<br />
¨Sociología y Vocabulario <strong>del</strong> Habla Popular Argentina¨ (páginas 58 y siguientes, bajo el subtítulo<br />
¨Voces <strong>del</strong> Quichua¨) incluye la voz tambo y agrega que proviene de la voz tampu o tampo. Es<br />
decir pertenecen todas al orbe de las voces quichuas y al desarrollar el artículo relacionado con<br />
¨tambo¨ consigna que se usaba antiguamente en las provincias <strong>del</strong> Río de la Plata para designar<br />
una posada, un sitio de venta o simplemente un parador; dice también que el significado fue cambiando.<br />
Así que pudo haber cambiado la grafía, en cierto lugar, y también el significado, hecho común en<br />
materia de lenguaje; igualmente se fueron sumando acepciones. Nótese que en la citada obra,<br />
Gobello, que probablemente sea quien más palabras de origen quichua ha ubicado dentro <strong>del</strong><br />
<strong>lunfardo</strong>, la escribe como lo hice líneas arriba: tánpu, para señalar la etimología de la voz lunfarda<br />
¨tambo¨.<br />
Nótese a tales antecedentes -y confirmando lo que escribe Julio Rodríguez Ledesma- que Martín<br />
Alonso cita antecedentes de tambo a partir <strong>del</strong> siglo XVI y que a lo mejor Terrera está basándose<br />
en un tiempo muy posterior y a un lugar preciso; adviértase además cómo, en las referencias<br />
literarias que Alonso incluye en su ¨Enciclopedia <strong>del</strong> Idioma¨ da distintas interpretaciones según<br />
países, lo cual tiene valor relativo porque el idioma -y muchas cosas más de la cultura- no está<br />
sujeto a la cárcel de los límites político-administrativos.<br />
Respetuosamente, con relación a tan importante observación, aparecida en el citado número de<br />
la revista, consecuentemente con puntos de vista sustentados desde hace más de treinta años,<br />
creo que el idioma se transforma. Como pasa con las revoluciones, si una palabra fracasa es denominada<br />
¨voz deformada¨, pero si triunfa entonces se legitima y se habla de transformación. Yo<br />
siempre hablo de transformación, aunque la palabra tenga poca vida.<br />
Pichicho<br />
En la República Argentina no existe una educación multilingüe que incluya a las lenguas aborígenes,<br />
aunque ya se haya reconocido ese derecho de un modo muy limitado y no con relación a<br />
todas las lenguas. Empero, gracias al espíritu y al lenguaje populares, los indigenismos trascendieron<br />
y se insertaron en aquellos.<br />
Para señalar la importancia <strong>del</strong> idioma basta anotar aquí que en algunas comunidades -como la<br />
de los huaoranis, en Ecuador- los bebés aprenden a hablar y a cantar antes que a caminar.<br />
Luego de esta digresión, continuaré ejemplificando la presencia de los indigenismos en las fuentes<br />
<strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>. Ahora me ocuparé de la palabra pichicho, que José Gobello, en su ¨Nuevo Diccionario<br />
Lunfardo¨, considera voz popular y con el significado de ´perro pequeño´, afirmando además<br />
que corre la aféresis chicho. Quiero agregar que he escuchado igualmente pichi y pichicho<br />
aludiendo a cualquier perro; se trata, en casos, de una actitud afectiva y por eso el perro puede<br />
ser viejo y ser llamado pichicho, porque genera simpatía o afectividad y es manso. En el norte<br />
argentino se denomina picha a la perra.<br />
En numerosas fuentes aparece como americanismo, pero como voz de origen araucano se lo limita<br />
a la Argentina y a Chile. Fernando Hugo Casullo, en ¨Voces Indígenas en el Idioma Español¨,<br />
ratifica que es un nombre cariñoso que suele darse a los perros chicos y mansos, citando como<br />
referencia literaria a Juan Goyanarte, en ¨Lago Argentino¨, donde escribió: ¨Lo obligó a obedecer<br />
como a un pichicho¨.<br />
No es incorrecto considerar a esta palabra lunfardismo, si es que asumimos un concepto amplio