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Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe

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<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

día que llegaron las gramáticas, ignorantes en su mayoría de las verdaderas leyes filológicas: la<br />

evolución continuó porque las leyes <strong>del</strong> lenguaje no obedecen a la férula de los pedagogos (pág.<br />

369).<br />

4) ¨Nuestra enseñanza debe estar organizada de manera que, a su salida de la escuela, los niños<br />

sepan hablar de una manera conveniente la segunda lengua, tener una correspondencia fácil,<br />

leer los periódicos y las obras de escritores populares¨ (págs. 88 y 89).<br />

5) Cualquier nación de la América española tiene derecho a usar sus especiales regionalistas<br />

(págs. 112 y sgtes.).<br />

6) La evolución <strong>del</strong> idioma en América es un hecho, evolución buena o mala, ¨no la discuto¨<br />

(págs.114).<br />

7) El castellano se habla bien y mal en todas partes (págs. 117 y sgtes.).<br />

8) Los idiomas no se reforman por decreto. El solo papel legítimo de las academias o de las<br />

comisiones oficiales consiste en ratificar con prudencia las modificaciones que impone el uso. El<br />

idioma es un organismo viviente. La gente no ha esperado nunca los decretos académicos para<br />

hablar y escribir. ¨Con su sentido profundamente práctico, que es el verdadero creador de idiomas,<br />

la multitud va suprimiendo en éstos lo innecesario, y acaba por imponer al mundo su modo<br />

de expresarse¨ (págs. 246 y sgtes.).<br />

IV<br />

DON GABRIEL Y LA PARLA<br />

No he leído a García Márquez y no tengo vergüenza en confesarlo públicamente porque Borges<br />

y Martínez Estrada, reiteradamente, respondían que no habían leído a tal o cual autor, aunque<br />

fuere de prestigio mundial.<br />

Más todavía, tengo mucho recelo con autores financiados. No digo que García Márquez lo sea.<br />

De no pocos hay ejemplos <strong>del</strong> financiamiento y difusión de obras por transnacionales económicas<br />

o transnacionales religiosas como el islamismo.<br />

Asimismo, existe una franja de escritores, que conscientemente o no, favorecen a los intereses<br />

crematísticos de actualidad, en el mundo. Recelo de Julián Marías, de García Márquez y otros:<br />

tienen prensa porque favorecen, directa o indirectamente, a determinados intereses. Pero todo<br />

esto debería ser motivo de un extenso trabajo. Vale aquí solamente como digresión.<br />

Veamos un poco este asunto <strong>del</strong> lenguaje, de la gramática y la ortografía, que tanto le preocupó a<br />

don Gabriel. Yo creo, yendo un poco más allá de lo que piensa la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo:<br />

que el pueblo hace el idioma. Es decir, el idioma, como la gramática y la ortografía cambian con el<br />

constante fluir de la vida misma y nunca por decisión de los académicos, menos por decreto.<br />

Nótese que ninguna dictadura pudo imponer un idioma. Todo menos el idioma. Existe una historia<br />

larga de censura. España había prohibido el uso de las lenguas aborígenes durante la conquista y<br />

colonización. Después se censuraron diversas manifestaciones <strong>del</strong> espíritu <strong>del</strong> pueblo y, en cuanto<br />

al idioma, entre los años 1916 y 1946 y después, durante los gobiernos militares, hubo intentos<br />

y normas. Tanto Yrigoyen como Perón se opusieron.<br />

Casualmente, Rosas había sido -además de todo lo conocido- autor de un diccionario de la lengua<br />

pampa. Pero hubo tiempos: se prohibieron hasta las letras de <strong>tango</strong>. Y esto es, también, otra<br />

historia.<br />

Planteado el tema <strong>del</strong> uso de extranjerismos llegué a una conclusión: los extranjerismos difundidos<br />

y afincados por obra de los inmigrantes que vinieron a trabajar, que fundaron familia, y que<br />

se identificaron con el país, valen, absolutamente, porque tienen alma, tienen afectividad y sentimentalidad.<br />

Expresan muchas otras cosas y los locales los aceptaron porque formaron parte de<br />

su vida. Hoy circulan más de dos mil italianismos en la Argentina; la literatura popular ha recogido

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