Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />
Gobello. No solamente por la publicación de ¨Lunfardía¨ sino por su obra anterior y posterior,<br />
especialmente esta última, improntada en numerosos libros, monografías, opúsculos, artículos,<br />
recopilaciones, cursos, seminarios, conferencias y, por sobre todo, la creación de una institución,<br />
la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />
Esta Corporación es de carácter científico y además cumple una labor de difusión de nuestro arte<br />
popular, realiza importantes reuniones y publicaciones y está relacionada con centros y estudiosos<br />
de numerosos países, algunos de los que tienen su representación en la Academia Porteña<br />
<strong>del</strong> Lunfardo, que además de haberse fundado por José Gobello, se desarrolló como producto de<br />
su férrea voluntad, su laboriosidad y de la colaboración que supo despertar en escritores, estudiosos,<br />
periodistas, docentes, científicos y apasionados por el <strong>tango</strong>, particu-larmente, y por nuestras<br />
tradiciones, costumbres y cultura nacional, en todas sus manifestaciones.<br />
Creo que ¨Lunfardía¨ fue el comienzo de este fenómeno que expongo aquí. Tengo a la vista<br />
un ejemplar de la primera edición y leo: ¨Este libro se terminó de imprimir el 5 de septiembre<br />
de 1953. Gobello anunciaba, allí: ¨Con esta somera monografía no intento agotar el estudio <strong>del</strong><br />
lenguaje porteño, ni tampoco quiero dogmatizar¨. Y siguió. Y sigue hoy. En esa preciosa obra<br />
consideró las voces germanescas, <strong>del</strong> caló; italianismos y dialectismos; galicismos, brasileñismos<br />
e indigenismos. Impuso, con ¨Lunfardía¨ el mayor rigor científico a este campo de la lexicografía,<br />
tan estimado por los habitantes de nuestro país, en toda la vastedad de su geografía.<br />
La Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo<br />
Los estudios <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> -como fenómeno idiomático- no tuvieron un ámbito institucional sino<br />
hasta el momento de la fundación de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, lo que sucedió el 21 de<br />
diciembre de 1962. pero la actividad individual y personal, al menos con registro hemerográfico o<br />
periodístico, comenzó en la ¨prensa diaria¨, antes de 1878.<br />
En ese año, por primera vez -reitero, conocida- se publica un artículo en el diario ¨La Prensa¨, el<br />
6 de julio. Pero el ¨hecho lingüístico, denominado ¨<strong>lunfardo</strong>¨, existía desde antes todavía, aunque<br />
sin esta denominación. Luego, aproximadamente un año después, aparecen publicados en ¨La<br />
Nación¨ los artículos de Benigno Baldomero Lugones (18 de marzo y 6 de abril de 1979). Más<br />
tarde aparecería el diccionario de Antonio Dellepiane. Tal la situación, en los orígenes de los estudios<br />
<strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>.<br />
No pocas obras se escribieron en el transcurso <strong>del</strong> tiempo, hasta la fundación de la Academia<br />
Porteña <strong>del</strong> Lunfardo y de la obra de su principal fundador y nervio motor, don José Gobello,<br />
acompañado por un grupo de escritores, artistas e investigadores de la temática. Más, la relevancia,<br />
la responsabilidad y riqueza de tareas y obras, ha correspondido al nombrado, que hoy<br />
preside la institución. A él se debe la consideración y el respeto que se reconoce en centros<br />
importantes de investigación, dentro y fuera <strong>del</strong> país; igualmente, en el exterior residen literatos o<br />
científicos que pertenecen a la Academia como miembros correspondientes.<br />
No sólo el <strong>lunfardo</strong> y un farol<br />
El objeto de la Corporación es más amplio que el estudio <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, pues alcanza al arte popular,<br />
a la literatura popular, la gramática, la filología y todas cuantas fuentes se relacionan con<br />
el objeto específico. En efecto, en el acta fundacional de la Academia se puntualiza el ¨propósito<br />
de propender al estudio <strong>del</strong> lenguaje y la literatura populares porteños¨, lo que inevitablemente<br />
habría de extenderse a toda nuestra comunidad nacional, a actividades, obras y artes con las que<br />
se componen nuestras tradiciones y nuestra historia popular argentinas, que también la Academia<br />
se ocupa de difundir, libre de sectarismos y empujada por la afectividad y el sentimiento propios<br />
de una cultura nacional.<br />
Creo que el <strong>lunfardo</strong> no es un idioma culto, como el español, pero es una sublengua culta, propia<br />
de una cultura nacional Pues, como reza en el emblema de la entidad, un farol, ¨El pueblo agran-