Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />
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<strong>edUTecNe</strong><br />
hay dentro <strong>del</strong> país un vocabulario, o dialecto o jerga que se haya desarrollado tanto como esta<br />
masa idiomática denominada <strong>lunfardo</strong>? Evidentemente no. Y valga la aclaración que no existen<br />
dialectos en la Argentina. Puede observarse su extensión no en una sino en varias manifestaciones<br />
de la vida humana y la cultura, de tal modo que hoy ya cabe hablar de transición, con el<br />
mismo sentido <strong>del</strong> paso <strong>del</strong> castellano al español, aunque todavía se discuta la terminología a<br />
utilizar correctamente. Aquí, si nos sacamos la idea con que se limita el <strong>lunfardo</strong> al lenguaje de<br />
chulos y rufianes, al marco de lo procaz y soez, comprenderemos los conceptos expuestos por<br />
Gian Giorgio Trissino, ¨Il Castellano¨: ¨Las lenguas toman su nombre de los lugares donde se<br />
habla naturalmente... Hablar naturalmente no debe entenderse en el sentido de origen, sino en el<br />
de uso corriente y natural. Por ejemplo, el florentino Barchi puntualiza que no dejan de ser naturales<br />
en Florencia las palabras de origen griego, provenzal o hebreo que allí son empleadas por el<br />
pueblo¨.<br />
Con relación a los frutos de la labor investigativa, en los últimos años han aparecido obras de<br />
singular relevancia; se realizaron cursos y seminarios; conferencias y artículos y -he allí lo superlativo-<br />
más de mil trescientos trabajos en la corporación lunfarda ya citada, la APL (Academia<br />
Porteña <strong>del</strong> Lunfardo).<br />
Importa mucho que no se vea en este panorama intención aviesa ni un espíritu aversus o una<br />
vocación maleva. Solamente una actitud científica y, coinciden-temente, un sentido nacional, igual<br />
que el descripto por el doctor Huarte de San Juan, en ¨Examen de Ingenios¨: ¨Y así ninguno de<br />
los graves autores fue a buscar lengua extranjera para dar a entender sus conceptos; antes los<br />
griegos escribieron en griego, los romanos en latín, los hebreos en hebreo, y los moros en arábigo<br />
y así hago yo en mi español, por saber mejor esta lengua que ninguna otra¨.<br />
4.¿Qué es el <strong>lunfardo</strong>?<br />
Invariablemente resguardé el propósito de expresar con objetividad lo que es producto de una<br />
labor investigativa, a la cual no cabe desvincular -en cierta dimensión- los sentimientos y las<br />
valoraciones. Sobre este cimiento, entonces, edifiqué un concepto de <strong>lunfardo</strong> distinto a los ya<br />
conocidas. Digo que es diferente, pero no que es mejor. Con el andar <strong>del</strong> tiempo descubrí que en<br />
cierto modo coincidía con los estudios de otro investigador en el tema. Veamos, por lo tanto, en<br />
qué consiste.<br />
Antiguamente -y hoy, en muchas fuentes- se lo vinculaba al chulo, al rufián, el modo de hablar <strong>del</strong><br />
<strong>del</strong>incuente, al <strong>del</strong>incuente mismo, especializado en algunos tipos de <strong>del</strong>itos, particularmente contra<br />
la propiedad, o al sujeto de mala vida y, en especial, en el ámbito <strong>del</strong> proxenetismo. Algunos<br />
trabajos nos ilustraron sobre la etimología y la semántica, el origen de la voz y sus significados.<br />
Es por ello que además de ser aplicado al ladrón, se lo anejaba al chico ratero.<br />
De tal modo, enclavada la palabra en un ámbito <strong>del</strong>incuencial y también en el orbe carcelario, se<br />
afirmó que se trataba (o se trata) de un lenguaje de ocultación. Durante muchos años se mantuvo<br />
este criterio, hasta que la Real Academia Española, a instancias de Enrique Ricardo Del Valle,<br />
miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo y estudioso de primera línea, modifica su posición<br />
al respecto y admite, en una tercera acepción, que se trata <strong>del</strong> lenguaje de la gente de mal vivir,<br />
propio de Buenos Aires y sus alrededores y que posteriormente se ha extendido entre algunas<br />
gentes <strong>del</strong> pueblo.<br />
En realidad, lenguajes de ocultación fueron el utilizado por los cristianos perseguidos, el de los<br />
presos para que no los escuchen o comprendan los carceleros, ya sea mediante palabras o por<br />
señas. Finalmente, podrían equipararse la nomenclatura utilizada por los alquimistas y por las<br />
escuelas secretas a las que pertenecieron muchos personajes históricos como Pitágoras o Paracelso.<br />
Cualquiera sea la génesis de las formas idiomáticas ocultas, en cualquier de sus vertientes, una<br />
cosa es considerarlas en determinado ámbito personal, temporal o espacial, y otra es estimar-