Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>edUTecNe</strong><br />
PELOTUDO<br />
Papeleta para testimonios orales<br />
COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />
Sentido exacto de la voz: lelo.<br />
Informe: ¨El día que a los pelotudos les corten las bolas habrá en el cielo 20 millones de mariscales¨.<br />
PEPINO<br />
Papeleta para testimonios orales<br />
Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Bahía Blanca. Año: 1964.<br />
Sentido exacto de la voz: nariz grande.<br />
Informe: encontrándose en la ciudad cabecera <strong>del</strong> Partido de Bahía Blanca, un conocido artista<br />
requirió, de un amigo residente en la misma, ser acompañado a conocer el Puerto de Ingeniero<br />
White; el paseo se concretó una mañana de intenso frío. Se produjo entre ambos, con motivo <strong>del</strong><br />
clima, el siguiente diálogo:<br />
-Ahora conoce usted el frío sureño.<br />
-Así es. Y usted puede conocer, ahora, mi pepino colorado. ¿No es cierto? ¡Me imagino cómo se<br />
ha puesto la semejante nariz que tengo!<br />
Es posible escuchar esta palabra con el mencionado sentido. Corroborando ello, el poeta y periodista<br />
rosarino, Carlos A. Costa (¨Crespularidades¨, s.e., 1949, ps. 177/8, consignó en su ¨Epigrama¨:<br />
¨Erase un hombre a una nariz pegado¨.<br />
Dijo Quevedo, y, referirse quiso,<br />
a un apuesto galán que, como hechizo,<br />
ostentaba un pepino sonrosado.<br />
Aquel recio y magnífico aparato,<br />
que, adornado de vellos especiales,<br />
terminaba en dos amplios ventanales;<br />
era todo un poema <strong>del</strong> olfato.<br />
Sus amigos, creyeron muy sensato,<br />
precaviendo cualquier inconveniente,<br />
distinguirlo de modo permanente,<br />
con el nombre simpática de ´el ñato´...<br />
Como el joven galán lo consentía,<br />
sus ´colegas´, frunciendo el entrecejo,<br />
desde atrás <strong>del</strong> tubérculo bermejo<br />
condenaban furiosos la osadía.<br />
...........................................................<br />
Cuando viérais, pasar un rostro ameno,<br />
exornado de tal protuberancia,<br />
no temais; la hiperbólica abundancia<br />
no reviste peligro, ni es obsceno...<br />
Más, tampoco os burléis <strong>del</strong> naso ajeno,<br />
10