Compostela Marista nº 45
Anuario del Curso 2017-2018
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<strong>Compostela</strong> <strong>Marista</strong><br />
SEGOVIA<br />
Son las 20´<strong>45</strong>. Estamos rezando vísperas<br />
en la capilla. En la pausa empiezo<br />
a repasar nuestro día de atrás adelante.<br />
Cuando se pierde un manojo de llaves,<br />
además de la oración a San Antonio se<br />
hace como en el cine, se rebobinan las<br />
actividades. Y me pregunto: ¿Habré perdido<br />
el día?<br />
La tarde es un periodo de tiempo que<br />
ofrece muchas posibilidades. Los hermanos<br />
profesores preparan las lecciones del<br />
día siguiente y corrigen los ejercicios realizados<br />
en clase. Los hermanos directivos<br />
analizan el programa que debe desarrollarse<br />
mañana. Los hermanos liberados<br />
aprovechan, si el tiempo lo permite, para<br />
dar un paseo o apoyar a Caritas, Banco<br />
de alimentos o atender la catequesis en<br />
“La casa de la Piedra”.<br />
Alguno se dedica a sacar fotocopias,<br />
otro al lavavajillas para montar el comedor,<br />
éste a abrir y cerrar las puertas que<br />
dan acceso al colegio, aquél ayuda en<br />
secretaría, en el pabellón deportivo, en la<br />
biblioteca…<br />
Si los movimientos especializados<br />
(Scouts, MarCha) han programado reunión<br />
siempre hay un hermano que les<br />
atiende discretamente. Lo mismo a los<br />
antiguos alumnos que utilizan en las horas<br />
vespertinas el pabellón deportivo. No<br />
debe extrañar que sigamos el doble pensamiento<br />
del P. Champagnat: “Debemos<br />
vivir la presencia de Dios” y además “La<br />
presencia entre los niños es un rasgo de<br />
la pedagogía preventiva”.<br />
Y siguiendo el régimen horario inverso<br />
nos acercamos al comedor para tomar<br />
fuerzas. Porque el almuerzo no sólo<br />
ofrece alimentos variados también intercambio<br />
de criterios, anécdotas de nuestros<br />
pueblos y novedades escolares, deportivas<br />
o políticas. La observación nos<br />
informa de las variadas pastillas que un<br />
correcto “mantenimiento” utiliza el hermano.<br />
El semanero nos recuerda: “¡Gracias<br />
a Dios por los hermanos y por los alimentos!”<br />
La jornada matutina es fuerte, intensa<br />
y larga en el tiempo. Nuestra actividad<br />
educativa ofrece una tal variedad que difícilmente<br />
puede describirse enteramente.<br />
Pero es nuestra tarea específica, nuestra<br />
vocación. Y la presencia entre los niños<br />
y jóvenes responde al carisma marista.<br />
Básicamente ofrecemos lo mejor de cada<br />
uno de nosotros para que los alumnos,<br />
profesores y padres acepten paulatinamente<br />
la versión sencilla y honda del<br />
evangelio. Intentamos proponer y lograr<br />
“buenas personas cristianas”.<br />
El horario escolar está estudiado y se<br />
aplica de acuerdo a la edad y materia del<br />
discente. ¡Da gusto deslizarse por los pasillos<br />
observando la dinámica de los profesores<br />
y la atención de los alumnos! Lo<br />
mismo que en los recreos al mezclarse<br />
con los alumnos en sus juegos, discretamente<br />
visados por un trío de profesores.<br />
Pero el día comienza dos horas antes<br />
que las clases. Satisfecho el descanso<br />
necesario, los hermanos acudimos a<br />
la capilla para agradecer a Dios el nuevo<br />
día. Y nada mejor que dirigirnos gozosamente<br />
a nuestra Buena Madre con<br />
el canto de S. Pedro de Mezonzo (986):<br />
“¡Salve, Regina!”<br />
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