Compostela Marista nº 45
Anuario del Curso 2017-2018
Anuario del Curso 2017-2018
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<strong>Compostela</strong> <strong>Marista</strong><br />
COMAYAGUA<br />
(Honduras)<br />
H. Adolfo Pérez<br />
Es martes. Hace ya algunos minutos<br />
que se viene oyendo el zureo de las palomas<br />
más madrugadoras, cuando el sol<br />
aún no ha desplegado los primeros rayos<br />
sobre los tejados de la Comayagua colonial.<br />
Por las ventanas de las habitaciones<br />
de los hermanos se van filtrando luces tenues,<br />
y unos minutos después -las 5:<strong>45</strong>-<br />
suena en la capilla el canto de la Salve.<br />
Ha comenzado un día de labor bajo los<br />
auspicios del Señor y de la Buena Madre.<br />
Tras un rápido desayuno, los cuatro<br />
componentes de la comunidad inician el<br />
desplazamiento hacia sus respectivos lugares<br />
de trabajo. Goyo deberá estar rápido<br />
en “Horizontes al futuro” para recoger<br />
a los jóvenes estudiantes e ir dejándolos<br />
en los diversos colegios. Los demás<br />
hermanos, según su horario respectivo,<br />
irán acercándose al Instituto <strong>Marista</strong> “La<br />
Inmaculada”, unidos a la corriente de un<br />
río juvenil –camisa blanca y falda o pantalón<br />
pardo franciscano- que, en diversos<br />
ramales, confluye en la Plaza San Francisco.<br />
Algunos han venido desde pueblos<br />
distantes. Al traspasar los portones del<br />
colegio, las voces se van haciendo más<br />
sonoras bajo el techo del polideportivo,<br />
entre saludos y comentarios ocurrentes<br />
que ayudan a despertar del todo antes<br />
que el timbre, a las 6:50, dé la señal para<br />
comenzar, ya en el aula, el “amanecer a<br />
la vida”.<br />
El sol ha ido abriéndose paso en el correr<br />
de las horas y se hace fuego inmisericorde<br />
en su verticalidad cuando, a<br />
las 13:<strong>45</strong>, llega la hora de reunirse<br />
para almorzar. Tal vez a algún<br />
hermano le retenga algún compromiso<br />
(una reunión del equipo directivo<br />
colegial, una gestión en el DINAF<br />
para acoger en el hogar de “Horizontes”<br />
a un nuevo miembro…). La comida es<br />
un lapso lamentablemente breve, para el<br />
encuentro y el reposo, para reponer fuerzas,<br />
compartir experiencias y noticias de<br />
este o aquel lado del océano.<br />
Y la tarde nos regresa al trabajo: hay<br />
gestiones que hacer, ejercicios que corregir,<br />
tareas que programar…Hay visitas<br />
que hacer a familias necesitadas para<br />
conocer su situación y ver formas de aliviar<br />
sus penurias, No es extraño que algún<br />
muchacho de “Horizontes” se haya<br />
fugado y haya que rastrear su paradero.<br />
La tarde puede prolongarse hasta horas<br />
imprevistas.<br />
Son ya las 17:00 y el sol va cediendo<br />
en sus ardores. Pronto se ocultará tras la<br />
cumbre de El Volcán. La cercana Catedral<br />
y la Iglesia de La Merced abren sus<br />
puertas para ofrecer la Eucaristía vespertina<br />
al pueblo fiel, sencillo y rezador, que<br />
busca en Dios consuelo y sentido a su vivir.<br />
A las 19:00, la comunidad vuelve a su<br />
acogedora capilla, esta vez, para tomar el<br />
día en las manos (personas, vivencias en<br />
las que el Señor se nos ha “aparecido”) y<br />
compartirlo fraternalmente, junto a la mirada<br />
amable de María y Marcelino.<br />
Y llega el momento de cenar y reanudar<br />
en serena sobremesa el rosario de<br />
nuestras experiencias compartidas o de<br />
relajarnos ante un programa televisivo<br />
antes de entregarse al sueño reparador.<br />
Mañana será otro día.<br />
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