Compostela Marista nº 45

Editorial
guimiento para menores en riesgo y todo
ello, dentro del gran mar de necesidades
de la infancia sólo será una pequeña gota
en medio del océano. Pero se trata sobre
todo de una gota que nos recordará
un tipo de mirada y atención compasiva
a niños y jóvenes que sí forman parte de
nuestra misión y que no podemos ignorar
o decir que sean otros los que les ayuden.
Una pequeña gota que posibilitará
que alumnos de nuestros cursos de bachillerato
puedan tener experiencias de
voluntariado en otra obra marista y se
sientan más unidos a ella. Ojalá que con
el paso de los años se pueda extender a
otras ciudades.
En el primer trimestre del curso nos
llegaba el mensaje del XXII Capítulo General,
que había convocado a representantes
de todas las Provincia maristas del
mundo. Una de sus llamadas nos invita a
“Ser el rostro y las manos de la Misericordia
de Dios”, pues estamos convencidos
que además de educar con profesionalidad,
lo que ayudemos a despertar en el
alumno dependerá de nuestra actitud hacia
ellos. Que puedan encontrar en nosotros
una mirada que perdona y acoge, tal
como es la mirada de Dios Padre.
Y para desarrollar esta mirada en nosotros
y en los alumnos, nos invita el Capítulo
a crecer en interioridad, para poder
apreciar cómo la vida se va manifestando
en lo ordinario y en la rutina de cada día.
Nuestros planes de interioridad llevan varios
años desarrollándose, pero el mensaje
capitular nos anima a tomarnos cada
día más en serio el poder desarrollar una
espiritualidad del corazón en cada persona.
Un saludo muy cordial y esperanzado
a todos los maristas de Compostela, y a
todos los lectores de esta publicación.
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