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AÑO 24<br />
Agosto 2018<br />
NÚMERO 277<br />
LA MEDITACIÓN<br />
OFRECIÓ SU CALMA<br />
APOYO<br />
EMOCIONAL<br />
SU PODER<br />
CURATIVO<br />
SUPONER<br />
CONDUCE<br />
AL ERROR<br />
LA TRAMPA<br />
DEL AGOBIO<br />
RENCOR O<br />
PERDÓN<br />
PRISIÓN O<br />
LIBERTAD<br />
23 años de edición
Quien teme sufrir ya sufre el temor.<br />
Proverbio chino<br />
en Facebook<br />
<strong>Una</strong> <strong>Apuesta</strong> a <strong>la</strong> <strong>Vida</strong><br />
Solicita amistad en:<br />
Silvia Rodríguez Borges<br />
2<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
E D I T O R I A L AÑO 24 - Número 277<br />
AGOSTO 2018<br />
Silvia Rodríguez<br />
Borges<br />
Directora<br />
SUMARIO<br />
5<br />
REFLEXIÓN DEL MES<br />
LA MEDITACIÓN<br />
OFRECIÓ SU CALMA<br />
7<br />
ANTE LA<br />
ADVERSIDAD<br />
NO SE RINDIÓ<br />
8<br />
UNA ANECDOTA DE M I VIDA<br />
¿SE QUERÍAN…?<br />
¿Reconoces <strong>la</strong>s situaciones<br />
que impiden tu bien-estar?<br />
Existen para “l<strong>la</strong>marnos <strong>la</strong><br />
atención” física, emocional o<br />
mental.<br />
De esta manera, tanto el<br />
dolor o <strong>la</strong> irritación, actúan<br />
como incentivos para realizar<br />
los cambios necesarios y volver<br />
a estar bien.<br />
Corremos un riesgo.<br />
Si no accionamos, nos<br />
“justificamos”.<br />
Ese peligro se l<strong>la</strong>ma<br />
“conformidad”.<br />
Es aceptar lo inaceptable.<br />
Si permanecemos inmóviles,<br />
estaremos retrasando<br />
el crecimiento que requiere<br />
nuestro ser.<br />
¿Elegimos quedar en <strong>la</strong><br />
prisión de <strong>la</strong> infelicidad?<br />
Cuando decidimos afrontar<br />
“esa” situación, reconocer<br />
cuánto nos está afectando,<br />
estaremos dando el primer<br />
paso.<br />
Dependerá de cuánta intención<br />
tengamos, para que<br />
<strong>la</strong> fuerza del Universo despierte<br />
<strong>la</strong>s sincronicidades y<br />
re-encontremos el camino<br />
hacia el bien-estar.<br />
La conformidad<br />
es el carcelero de <strong>la</strong><br />
libertad<br />
y el enemigo del<br />
crecimiento.<br />
John F. Kennedy<br />
11<br />
15<br />
16<br />
19<br />
20<br />
23<br />
26<br />
SUPONER CONDUCE<br />
AL ERROR<br />
CUENTO<br />
LA VALENTÍA<br />
APOYO EMOCIONAL<br />
SU PODER CURATIVO<br />
SABIAS QUE<br />
RENCOR O PERDÓN<br />
PRISIÓN O LIBERTAD<br />
EL ACEITE DE COCO<br />
Y EL ALZHEIMER<br />
SUPLEMENTO PARA LA VIDA<br />
LA TRAMPA<br />
DEL AGOBIO<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 3
4<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Reflexion del mes<br />
LA MEDITACIÓN<br />
OFRECIÓ SU CALMA<br />
Todo lo que sucede tiene sentido.<br />
Puede ser a nivel personal, familiar, mundial…<br />
Si no lo comprendemos, es necesario darle<br />
un valor para que no sea en vano. Especialmente<br />
cuando cierta cantidad de seres han<br />
pasado por una circunstancia difícil.<br />
A los que estuvimos atentos al caso de los<br />
12 niños que quedaron atrapados junto a su<br />
entrenador en <strong>la</strong> cueva Tham Luang, en Tai<strong>la</strong>ndia,<br />
nos envolvieron diferentes emociones.<br />
Desde el dolor por empatizar con ellos, hasta<br />
<strong>la</strong> alegría de verles salir sanos y salvos.<br />
Sabemos que todo inició el 23 de junio<br />
cuando después de su entrenamiento junto a<br />
su profesor, decidieron visitar esa cueva que<br />
es una famosa atracción turística de <strong>la</strong> zona y<br />
<strong>la</strong> cuarta más <strong>la</strong>rga de Tai<strong>la</strong>ndia, con casi diez<br />
kilómetros de túneles.<br />
En esos momentos, “valores” muy humanos<br />
y loables nacieron desde lo más profundo<br />
en muchos seres. Se dejaron guiar por lo que<br />
dictaba el corazón. Los buzos se entregaron<br />
con total heroicidad al rescate. Fue más impactante<br />
cuando se supo que uno de ellos falleció<br />
en este acto de amor.<br />
En esos momentos tan significativos, <strong>la</strong>s<br />
diferencias y distancias entre los seres humanos<br />
desaparecen y sólo se manifiestan <strong>la</strong>zos<br />
de unión para salir ade<strong>la</strong>nte en una situación<br />
tan difícil.<br />
Carolina Morin<br />
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AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 5
Los mi<strong>la</strong>gros ocurren.<br />
Lo que <strong>la</strong> lógica decía que “no era posible”,<br />
¡sí fue posible!!<br />
El tiempo establecido para el rescate se<br />
abrevió significativamente y todos salieron<br />
con vida.<br />
Que el entrenador fuera un monje budista,<br />
considero esto una misericordia de <strong>la</strong> vida.<br />
Así como fue el responsable de <strong>la</strong> experiencia,<br />
tuvo el mérito de sus conocimientos que<br />
acompañaron a estos niños para que el hecho<br />
fuera menos traumatizante y les permitiera<br />
sobrevivir en esas condiciones.<br />
Todos ellos mostraron al Mundo el valor<br />
de <strong>la</strong> Meditación.<br />
La serenidad que <strong>la</strong>s mamás de los chicos<br />
atrapados pudieron apreciar en ellos, les<br />
sorprendió. No hay duda que fue un bálsamo<br />
para resistir este desafío emocional y <strong>la</strong> espera<br />
del rescate.<br />
¿Habrá sido un mensaje para <strong>la</strong> Humanidad?<br />
¿Este hecho estará gritándonos que los<br />
momentos de silencio son necesarios para<br />
encontrarnos con nosotros mismos en medio<br />
de este ritmo tan agitado?<br />
Como Instructora de Meditación de Sonido<br />
Primordial, después de haber iniciado tantas<br />
personas en esta técnica, no me queda ninguna<br />
duda del beneficio que tiene en todo ser<br />
humano.<br />
Recuerdo que cierta vez meditando, llegué<br />
a un nivel tan profundo que pude observarme<br />
con tal consciencia, que ni siquiera necesitaba<br />
respirar.<br />
Me asusté ante una experiencia tan desconocida<br />
y esto hizo que sólo <strong>la</strong> experimentara<br />
por unos instantes.<br />
He podido con el paso del tiempo valorar<br />
los beneficios de esta técnica.<br />
En el caso de los niños de Tai<strong>la</strong>ndia, pudimos<br />
confirmar cómo contribuyó a liberar<br />
el estrés, mantener <strong>la</strong> calma, administrar <strong>la</strong><br />
energía, confiar…<br />
La meditación es una práctica milenaria y<br />
uno de sus propósitos es <strong>la</strong> recuperación de<br />
<strong>la</strong> inteligencia interna del cuerpo. En esta circunstancia<br />
c<strong>la</strong>ramente se mostró, ya que sus<br />
cuerpos pudieron sobrevivir a esta situación.<br />
Pasada esta historia, cada uno tendrá que<br />
encontrarle sentido, de lo contrario habrá<br />
sido en vano.<br />
Silvia Rodríguez Borges<br />
6<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
ANTE LA<br />
ADVERSIDAD<br />
NO SE RINDIÓ<br />
Ante <strong>la</strong> adversidad, frente al drama, el dolor,<br />
el sentimiento de pérdida, <strong>la</strong> confusión son muchos<br />
los que pierden <strong>la</strong>s fuerzas y, en <strong>la</strong> mayoría<br />
de los casos, <strong>la</strong> esperanza.<br />
Pero en ocasiones, <strong>la</strong>s ganas de luchar y el<br />
coraje se entretejen con los firmes hilos de <strong>la</strong><br />
esperanza y se convierte en un impulso mágico.<br />
Cómo podría, si no, entenderse <strong>la</strong> historia de<br />
Nadia Adame, una bai<strong>la</strong>rina madrileña a quien<br />
una grave lesión medu<strong>la</strong>r le inmovilizó <strong>la</strong>s piernas,<br />
y que ha llegado, contra todo pronóstico, a<br />
compartir escenario con Mikhail Baryshnikov<br />
(considerado por muchos como el mejor bai<strong>la</strong>rín<br />
del siglo XX) en el teatro Kennedy de Washington.<br />
Nadia lo consiguió después de haber sido rechazada<br />
en otras compañías de menor prestigio:<br />
“Me dijeron que aunque tenía mucha experiencia<br />
mi minusvalía impedía que me aceptaran<br />
en <strong>la</strong> compañía”, contaba con cierta tristeza<br />
en su voz <strong>la</strong> bai<strong>la</strong>rina.<br />
La decisión de no dejarse vencer ante el primer<br />
intento parece ser <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve del éxito.<br />
La convicción fue determinante para Nadia,<br />
quien manifestó haber tenido desde pequeña<br />
muy c<strong>la</strong>ro su futuro profesional: “Entré en el<br />
conservatorio cuando tenía siete años”. “Siempre<br />
quise ser bai<strong>la</strong>rina”.<br />
A los catorce años, un accidente parecía atropel<strong>la</strong>r<br />
sus sueños: “Lo peor de todo fue cuando,<br />
ya en el hospital, tomé conciencia de que no<br />
contro<strong>la</strong>ba mis piernas”, recordaba Nadia.<br />
Después llegaron dos operaciones de columna.<br />
Fueron cinco duros años: intervenciones,<br />
rehabilitación, fisioterapia… De todo supo extraer<br />
su enseñanza esta muchacha incapaz de<br />
rendirse ante <strong>la</strong> adversidad.<br />
“Esos cinco años tremendos me cambiaron<br />
<strong>la</strong> vida. Aprendí a rep<strong>la</strong>ntearme todo desde el<br />
principio”.<br />
Aunque en el camino no faltaron los fracasos,<br />
<strong>la</strong> bai<strong>la</strong>rina estuvo siempre dispuesta a sobreponerse<br />
a cada uno de ellos:<br />
“Lo importante no es caerse siete veces,<br />
sino permanecer <strong>la</strong> octava de pie”.<br />
Además, vivir intentándolo es una buena forma<br />
de vivir -dijo.<br />
Y fue a partir de esa nueva actitud frente a<br />
su vida <strong>la</strong> que <strong>la</strong> colocó en <strong>la</strong> dirección correcta<br />
hacia sus sueños.<br />
Recientemente, ha sido ga<strong>la</strong>rdonada con el<br />
premio Isadora Duncan de danza.<br />
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AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 7
<strong>Una</strong> anécdota de mi vida<br />
¿SE QUERÍAN…?<br />
Recuerdo que desde mi niñez esperaba<br />
y hasta espiaba a mis padres, para verles<br />
abrazarse.<br />
Pensaba que si lo hacían, eran felices, se<br />
querían, y eso me haría feliz a mí.<br />
Por más intenso que fue este anhelo, nunca<br />
se cumplió.<br />
Rara vez vi que se saludaran con un beso.<br />
¿Por qué siendo tan pequeña tenía ese<br />
deseo tan intenso?<br />
¿A otros niños les pasaría lo mismo?<br />
No lo sé.<br />
Recuerdo que mi madre, <strong>la</strong>s pocas veces<br />
que salía, iba so<strong>la</strong>. Yo no entendía por qué.<br />
Miraba a otras parejas que caminaban del<br />
brazo o abrazados y lo deseaba para ellos…<br />
Cuando mamá se permitía unos días de<br />
descanso, le gustaba visitar a ciertos familiares<br />
que vivían en otras ciudades. Esa era<br />
mi única oportunidad de pasear con el<strong>la</strong>. Sin<br />
estrés por su vida diaria, me hacía los gustos.<br />
Siempre estaba de buen humor.<br />
Un día, después de haber visitado a <strong>la</strong> familia<br />
de uno de sus hermanos, en <strong>la</strong>s afueras<br />
8<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
de Fray Bentos, nos despedimos y fuimos de<br />
noche, caminando hacia <strong>la</strong> ruta que estaba a<br />
unas tres cuadras para tomar el ómnibus.<br />
Recuerdo que contemp<strong>la</strong>ba una fi<strong>la</strong> de árboles<br />
que apenas se dibujaban contra el oscuro<br />
cielo a ambos <strong>la</strong>dos del camino.<br />
Era muy tarde.<br />
Tenía miedo.<br />
No me soltaba de <strong>la</strong> mano de mi mamá.<br />
Cansada de esperar dijo “vamos caminando<br />
despacio”.<br />
De pronto, sin ver ni oír absolutamente<br />
nada, algo nos tiró al suelo y nos pasó por<br />
arriba.<br />
En el silencio y sin entender lo que había<br />
sucedido lloraba “a mares”.<br />
Tendida en el suelo estaba<br />
mi madre. Creí que había<br />
muerto.<br />
Lloraba a gritos,<br />
desesperada, envuelta<br />
en pánico.<br />
Era muy pequeña,<br />
tal vez tenía<br />
cinco años. No sabía<br />
qué hacer.<br />
Esa protección invisible<br />
que siempre he<br />
percibido que está presente<br />
en mi vida, hizo que una señora<br />
a lo lejos sintiera mi l<strong>la</strong>nto.<br />
Era un lugar casi despob<strong>la</strong>do.<br />
Vino a auxiliarnos y coincidió que el ómnibus<br />
también llegó.<br />
Lograron que recobrara <strong>la</strong> conciencia mojándole<br />
el rostro con agua.<br />
Sin ningún otro recaudo, <strong>la</strong> levantaron<br />
y <strong>la</strong> subieron en el ómnibus para llevar<strong>la</strong> al<br />
hospital.<br />
Recuerdo c<strong>la</strong>ramente, cómo todas <strong>la</strong>s personas<br />
iban alcanzándoles sus pañuelos de<br />
te<strong>la</strong> para absorber <strong>la</strong> sangre que drenaba por<br />
su nariz.<br />
Yo estaba <strong>la</strong>stimada pero sólo en <strong>la</strong>s<br />
piernas.<br />
Supe después que varios jóvenes que iban<br />
en bicicleta, en sentido contrario a nosotros,<br />
sin luz, nos habían atropel<strong>la</strong>do. Dispararon.<br />
¿Por qué esta anécdota?<br />
Después que mamá fue atendida, al otro<br />
día le avisaron a mi padre para que nos fuera<br />
a buscar.<br />
Muy pocas veces salíamos<br />
con él.<br />
El<strong>la</strong> siempre se resistía<br />
cuando nos<br />
invitaba a pasear<br />
en el auto. Como<br />
niña no entendía<br />
su negación y me<br />
enojaba.<br />
Con los años<br />
comprendí que <strong>la</strong><br />
invitaba sólo cuando<br />
él estaba alcoholizado, y el<strong>la</strong><br />
temía que nos sucediera algo.<br />
¡Cuando llegó mi padre a buscarnos sentí<br />
tanta algarabía!!<br />
¿Por qué?<br />
Pensé que <strong>la</strong> quería.<br />
¡Qué inocencia <strong>la</strong> de un niño!<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 9
En ese afecto que soñaba ver entre ellos,<br />
vivía esperando algún indicio.<br />
Era un momento de dolor y preocupación,<br />
ya que mi madre sufría por <strong>la</strong> fractura en su<br />
nariz, sin embargo para mí, fue de felicidad.<br />
¡Mi padre <strong>la</strong> había ido a buscar!<br />
¡Íbamos todos juntos en el auto!<br />
¡Veía <strong>la</strong> atención que le prodigaba!<br />
Recuerdo ir sentada atrás sonriendo, feliz,<br />
mirándolos…<br />
Como si en ese momento se me hubiera<br />
cumplido el tan anhe<strong>la</strong>do deseo.<br />
¿Todos los niños prestarán atención a esto?<br />
¿Habría alguna razón desconocida que me<br />
hacía desear tanto <strong>la</strong>s expresiones de afecto<br />
entre ellos?<br />
<strong>Una</strong> so<strong>la</strong> vez salimos juntos al cine y me<br />
hicieron sentar en el medio. Estuve años pidiéndole<br />
a mi padre… pero fue esa vez y nunca<br />
más.<br />
Ya adulta, le pregunté a mi madre por qué<br />
ellos no expresaban afecto como el resto<br />
de <strong>la</strong>s parejas. Me dio su explicación. Sólo<br />
había sucedido durante el primer año de<br />
matrimonio.<br />
Sin embargo el tiempo, en su generosidad,<br />
me dio respuestas en el momento más<br />
inesperado.<br />
Mi madre había enfermado y permaneció<br />
mucho tiempo internada.<br />
Ellos compartían el mismo techo pero estaban<br />
separados.<br />
¡Todas <strong>la</strong>s noches él <strong>la</strong> iba a ver!<br />
Mamá, no sé si por los medicamentos era<br />
como una niña, deseando ser mimada, recibiendo<br />
todas <strong>la</strong>s atenciones que le brindábamos<br />
los que estábamos junto a el<strong>la</strong>.<br />
Extrañamente se mostraba muy amorosa.<br />
Cierta noche, al irse, mi padre se acercó a<br />
tapar<strong>la</strong>.<br />
¡Quedé perpleja!<br />
Y pude ver cómo ante esa actitud de el<strong>la</strong>,<br />
receptiva al afecto, se inclinó para besar<strong>la</strong>.<br />
Creo que de pronto se dio cuenta y reprimió<br />
su impulso.<br />
Después de irse quedé reflexionando sobre<br />
este hecho.<br />
¿Habría sentido “amor”?<br />
Con el tiempo lo entendí con más<br />
profundidad.<br />
El afecto siempre estuvo, tapado por<br />
<strong>la</strong>s personalidades de ambos que los<br />
distanciaban.<br />
En esa situación el “ego” de ambos no estaba<br />
presente, sólo el “ser”, y desde ese lugar<br />
no había dudas de que se querían.<br />
Cuando mi padre estaba por partir, casi inconsciente,<br />
supe que mi madre fue a los pies<br />
de su cama y le habló. Le dijo que lo perdonaba<br />
y que se fuera tranquilo.<br />
Al otro día él dejó este p<strong>la</strong>no de existencia.<br />
Un gran acto de “amor” de mi madre, de<br />
sanación para ambos y de ejemplo para mí.<br />
Silvia Rodríguez Borges<br />
10<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Si buscamos el significado de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />
“suponer”, nos dice que es considerar una<br />
cosa verdadera o<br />
real a partir de ciertos<br />
indicios o señales,<br />
sin tener certeza<br />
completa de el<strong>la</strong>.<br />
Es uno de los principales<br />
errores que<br />
cometemos ya que<br />
sin darnos cuenta<br />
de que estamos<br />
imaginando, sacamos<br />
nuestras propias<br />
conclusiones<br />
asumiendo que tenemos<br />
<strong>la</strong> capacidad<br />
de saber cómo razona,<br />
piensa, actúa<br />
y reacciona otro ser<br />
humano.<br />
SUPONER<br />
CONDUCE<br />
AL ERROR<br />
Nos basamos<br />
en nuestro sentido<br />
común o en <strong>la</strong><br />
experiencia.<br />
Todos lo hacemos,<br />
tendemos a crear<br />
historias con muy pocos elementos conocidos.<br />
Cuando no se accede a toda <strong>la</strong> información<br />
se busca completar<strong>la</strong> con argumentos<br />
que no son reales.<br />
El gran error es interpretar,<br />
imaginar<br />
<strong>la</strong> historia o explicar<br />
alguna conducta sin<br />
tener <strong>la</strong>s pruebas necesarias.<br />
El peligro es<br />
cuando <strong>la</strong>s creemos,<br />
<strong>la</strong>s damos por ciertas,<br />
sintiendo que tenemos<br />
razón.<br />
Muchas veces cuando<br />
he escuchado a alguien<br />
expresar una<br />
suposición, con mucha<br />
delicadeza le he dicho<br />
que está imaginando<br />
pero que quizás no<br />
sea así. Algunas veces<br />
he visto cómo <strong>la</strong> persona<br />
defiende lo que<br />
imaginó sin siquiera<br />
cuestionárselo. En<br />
otras oportunidades,<br />
apenas uno se lo menciona<br />
responden: -tienes razón, puede que no<br />
sea así.<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 11
Se acrecienta el peligro cuando a nuestras<br />
conclusiones <strong>la</strong>s transmitimos a otros, generando<br />
un rumor.<br />
Un rumor que no es verdad ya que cuando<br />
se “supone”, <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s veces nos<br />
equivocamos que <strong>la</strong>s que decimos <strong>la</strong> verdad.<br />
Ese rumor si perjudica a los involucrados<br />
puede dejar serias heridas emocionales y verse<br />
afectados en lo personal y social.<br />
Hay otro perjuicio.<br />
Cuando se da por hecho cómo una persona<br />
va actuar o cuál es su forma de pensar y así<br />
no acontece, hay un desengaño que produce<br />
dolor al que “imaginó”.<br />
Suponer el comportamiento<br />
de los demás<br />
en un alto porcentaje es error.<br />
Podemos hacer suposiciones de hechos<br />
presentes, pasados y también de futuro.<br />
También <strong>la</strong>s hacemos hacia nosotros mismos.<br />
No seremos capaces de algo.<br />
No podré superar determinado obstáculo.<br />
Imaginamos el futuro y si es negativo se<br />
despiertan emociones. Llegado el momento<br />
puede estar muy alejado de <strong>la</strong> realidad.<br />
12<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Un estudiante: -el profesor me va a hacer preguntas<br />
difíciles porque sé que no le simpatizo!!<br />
La mamá: -algo tiene que haberle pasado<br />
porque él siempre envía mensajes y ahora no<br />
lo ha hecho.<br />
El esposo: -que salga el<strong>la</strong> de compras es un<br />
riesgo porque siempre se descontro<strong>la</strong> en los<br />
gastos.<br />
El hijo: -el<strong>la</strong> siempre viene para el día de mi<br />
cumpleaños así que este año igual lo hará.<br />
Un niño: -él me pega porque no me quiere.<br />
Un amiga: no me invitó a salir porque prefiere<br />
a otras amigas.<br />
<strong>Una</strong> vecina: Ponen <strong>la</strong> música fuerte sólo<br />
porque quieren molestarme.<br />
Un vecino: Traen su perro a mi césped para<br />
que no les ensucie su patio.<br />
Un cobrador: Toque timbre una y otra vez y<br />
no salieron, se escondieron, es lo que hicieron.<br />
En una fiesta: mira como me miran, deben<br />
estar hab<strong>la</strong>ndo de mí.<br />
Por <strong>la</strong> calle: viste que no me saludó, debe<br />
estar enojada pero no sé por qué.<br />
Un empleado: No me dieron horas extras<br />
porque deben estar pensando en<br />
suspenderme.<br />
<strong>Una</strong> compañera: Fingió decirme <strong>la</strong> verdad<br />
pero sé que no es así.<br />
La suposición <strong>la</strong> realizamos porque necesitamos<br />
tener respuestas acerca de nosotros y<br />
de nuestro entorno.<br />
A veces podemos simplificar <strong>la</strong>s cosas y en<br />
otras complicar<strong>la</strong>s a esca<strong>la</strong>s dolorosas.<br />
Suponer en general lleva al error.<br />
Lo importante es tomar conciencia de que<br />
estoy imaginando y hacerme responsable<br />
diciendo: “Estoy suponiendo, no quiere decir<br />
que sea así”<br />
Es más positivo si tenemos posibilidad de<br />
evitarlo y preguntar, o pedir ac<strong>la</strong>ración o<br />
contexto sobre <strong>la</strong> situación.<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 13
En lugar de suponer<br />
verifica, pregunta, averigua…<br />
Hay que evitar que se convierta en un<br />
hábito.<br />
Muchas amistades se han perdido, muchas<br />
re<strong>la</strong>ciones se han roto, muchos conflictos<br />
se han generado a partir de una “simple”<br />
suposición. Es sano para todos, es armonioso<br />
buscar <strong>la</strong> información para ac<strong>la</strong>rar una<br />
situación.<br />
Todos somos diferentes, todos pensamos<br />
distinto, por ende no es sano esperar que<br />
alguien actúe de acuerdo a lo que nosotros<br />
pensamos. No somos dueños<br />
de <strong>la</strong> verdad y debemos darles <strong>la</strong><br />
libertad a otros para que actúen<br />
y piensen de acuerdo a<br />
sus propios criterios.<br />
Juzgo, opino sin saber si <strong>la</strong> fuente es<br />
fidedigna?<br />
Evito hab<strong>la</strong>r por otros sin su consentimiento?<br />
Soy consciente del daño que mis pa<strong>la</strong>bras<br />
pueden generar en el/los otros diciendo algo<br />
que no es verdad?<br />
Tienes presente que una so<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />
puede cambiar una vida o destruir<strong>la</strong>?<br />
En su libro “Los cuatro acuerdos”, Don Miguel<br />
Ruiz desde su sabiduría y c<strong>la</strong>ridad nos<br />
dice: “No hagas suposiciones”.<br />
Haz <strong>la</strong>s preguntas que<br />
consideres necesarias para<br />
ac<strong>la</strong>rar tu mente y recuerda<br />
que no es necesario saberlo<br />
todo, no todos los espacios<br />
deben ser llenados, no<br />
siempre tendremos todas<br />
<strong>la</strong>s respuestas, sencil<strong>la</strong>mente<br />
porque no contamos con toda<br />
<strong>la</strong> información, si nos acostumbramos<br />
a este simple hecho, perderemos<br />
el hábito de suponer.<br />
Lo que decimos está basado en hechos,<br />
en datos?<br />
14<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Cuento<br />
LA VALENTÍA<br />
Un rey, famoso por su coraje y ecuanimidad,<br />
perdió casi todo su reino y hasta el<br />
último de sus soldados, como consecuencia<br />
de los violentos ataques y saqueos de <strong>la</strong>s hordas<br />
bárbaras.<br />
No le quedaban más que dos servidores y su<br />
castillo era el último bastión que impedía a los<br />
conquistadores dominar sus territorios y esc<strong>la</strong>vizar<br />
<strong>la</strong>s aldeas diezmadas por el continuo acoso.<br />
Y llegó el día en que se supo que los bárbaros<br />
avanzaban hacia <strong>la</strong>s puertas de <strong>la</strong> ciudad con <strong>la</strong><br />
intención de poner cerco al pa<strong>la</strong>cio.<br />
Se cuenta que esa noche, cuando llegaron <strong>la</strong>s<br />
noticias del avance enemigo se vio el rostro del monarca<br />
marcado por el temor y <strong>la</strong> responsabilidad,<br />
pero en ningún momento abatido por el miedo.<br />
Al amanecer el rey ordenó a sus servidores que<br />
abrieran todas <strong>la</strong>s puertas y ventanas, y acto seguido<br />
se instaló en una de <strong>la</strong>s almenas a fin de<br />
observar <strong>la</strong> llegada de los invasores. Inmutable,<br />
les vio avanzar hasta <strong>la</strong> escalinata de pa<strong>la</strong>cio.<br />
Pero su serenidad perturbó hondamente a los<br />
bárbaros. Éstos supusieron que les esperaba una<br />
trampa en su interior. En vez de poner cerco a aquel<br />
lugar, el jefe reunió a sus hombres y tocó a retirada.<br />
El rey dijo entonces a sus servidores: -Ved, y<br />
no olvidéis nunca que, una misma emoción, el<br />
miedo, a ellos les ha impulsado a huir atemorizados<br />
y a nosotros nos ha motivado a permanecer<br />
en nuestro puesto, encontrando una respuesta<br />
creativa a tan atemorizante situación.<br />
(Adaptación libre de un re<strong>la</strong>to anónimo de <strong>la</strong><br />
tradición china)<br />
Reflexión: ¿Recuerdas algún momento de tu vida en que un miedo se adueñó de ti? ¿Qué precio<br />
pagaste por eso? ¿Recuerdas cuando fuiste capaz de adueñarte de una situación aun sintiendo<br />
miedo? ¿Cuál fue tu recompensa?<br />
Tenemos miedo cuando creemos que existe <strong>la</strong> posibilidad de que suceda, o de que haya sucedido,<br />
algo malo, perder algo que valoramos, o no conseguir un resultado deseado. El miedo es una<br />
emoción que se presenta, nos avisa de un peligro, e invita a <strong>la</strong> acción, <strong>la</strong> preparación y el uso de<br />
energía para proteger aquello que apreciamos. También anima a investigar lo desconocido y a tomar<br />
<strong>la</strong>s medidas de precaución que resulten más convenientes para protegernos de una amenaza.<br />
El valor o <strong>la</strong> valentía no son ausencia de miedo, sino <strong>la</strong> capacidad de ir hacia de<strong>la</strong>nte y actuar<br />
más allá de él. La valentía nos impulsa a aceptar los miedos, a superar los desafíos.<br />
No dejes que se<br />
muera el sol,<br />
sin que hayan<br />
muerto<br />
tus rencores.<br />
Mahatma Gandhi<br />
ESPACIO DE APOYO<br />
ANÓNIMO<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 15
APOYO EMOCIONAL<br />
SU PODER<br />
CURATIVO<br />
Ser escuchado cuando uno tiene algún conflicto,<br />
preocupación, enfermedad o cualquier<br />
otra situación de malestar, es sumamente<br />
liberador.<br />
Está demostrado que recibir apoyo emocional<br />
tiene capacidad curativa.<br />
El sólo hecho de hab<strong>la</strong>rlo va otorgando alivio<br />
al corazón.<br />
El Dr. David Spiegel dirigió un estudio con<br />
dos grupos de mujeres que padecían cáncer<br />
de mama avanzado.<br />
Un grupo asistía a reuniones semanales con<br />
otras pacientes sobrevivientes. El otro, eran<br />
mujeres que padecían <strong>la</strong> misma enfermedad<br />
y que <strong>la</strong>s enfrentaban so<strong>la</strong>s.<br />
Todas recibieron cuidados médicos.<br />
La diferencia fue que algunas pudieron<br />
desahogarse asistiendo a reuniones donde<br />
encontraban personas dispuestas a escuchar<br />
sus temores, su dolor, su ira.<br />
Generalmente el entorno teme hab<strong>la</strong>r de este<br />
tema, huye del mismo. Le es difícil afrontarlo.<br />
Se pudo comprobar que <strong>la</strong>s que asistían,<br />
que comunicaban sus emociones, vivieron<br />
mucho más que <strong>la</strong>s otras.<br />
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16<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Muchos médicos de oncología conocen,<br />
aceptan y sugieren el beneficio que produce<br />
en sus pacientes asistir a reuniones o contar<br />
con alguna persona que dé ese apoyo emocional<br />
necesario.<br />
En <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> “Las locas aventuras de Robin<br />
Hood”, Robin le aconseja a un joven seguidor:<br />
“Cuéntanos tus problemas y hab<strong>la</strong> con<br />
libertad. Un torrente de pa<strong>la</strong>bras siempre<br />
alivia <strong>la</strong>s penas del corazón; es como<br />
abrir <strong>la</strong>s compuertas cuando el molino está<br />
rebosante”.<br />
Es una muestra de sabiduría popu<strong>la</strong>r que<br />
significa que aliviar un corazón atribu<strong>la</strong>do,<br />
parece ser un gran remedio.<br />
No hay dudas que todos hemos tenido <strong>la</strong><br />
sensación de alivio, después de contar nuestras<br />
“penas” a alguien.<br />
En este lugar también daban ese sostenimiento<br />
despertando recursos interiores del<br />
paciente.<br />
En el desarrollo de su Programa Avanzado<br />
de Recuperación y Apoyo (P.A.R.A.) uno de los<br />
puntos centrales es revalorizar el rol de <strong>la</strong> familia,<br />
instrumentándo<strong>la</strong> como equipo de apoyo<br />
que potencie <strong>la</strong>s capacidades del paciente.<br />
James Pennebaker, profesor en el departamento<br />
de psicología de <strong>la</strong> Universidad de<br />
Texas, e investigador, en sus primeros años<br />
estaba interesado en cómo <strong>la</strong>s personas que<br />
tienen poderosos secretos son más propensas<br />
a sufrir problemas de salud. Así, centró<br />
sus estudios en encontrar una manera para<br />
que <strong>la</strong> gente compartiera esos secretos. “<br />
Recuerdo cuando asistí a <strong>la</strong> Fundación Salud<br />
dirigida por Stel<strong>la</strong> Maris Marusso, lugar<br />
donde no sólo concurríamos terapeutas sino<br />
también personas con problemas físicos,<br />
emocionales y con <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas “enfermedades<br />
terminales”.<br />
Se daba mucha importancia a que <strong>la</strong> familia<br />
supiera dar apoyo y cómo hacerlo.<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 17
Es importante reconocer los beneficios que<br />
nos otorga hab<strong>la</strong>r, cuando estamos viviendo<br />
alguna situación que genera emociones de<br />
mal-estar.<br />
Recurrir a alguien que nos escuche, que podamos<br />
expresarnos sin temor, es contribuir a<br />
nuestra propia sanación o también nos puede<br />
abrir caminos de solución..<br />
En una serie de experimentos comprobó<br />
que hacer que <strong>la</strong> gente hable de los pensamientos<br />
que más le afligen tiene un beneficioso<br />
efecto médico. Su método es notablemente<br />
sencillo: le pide a <strong>la</strong> gente que escriba<br />
entre quince a veinte minutos al día, durante<br />
aproximadamente cinco días sobre alguna<br />
preocupación dominante en ese momento.<br />
Se puede conservar en secreto lo que escribe,<br />
si así lo prefiere.<br />
Se han apreciado los resultados de esto tan<br />
simple: mejora en <strong>la</strong> función inmunológica y<br />
también disminuyen <strong>la</strong>s consultas médicas, el<br />
ausentismo <strong>la</strong>boral, mejora <strong>la</strong> función enzimática<br />
del hígado.<br />
Además de escribir para liberar <strong>la</strong>s emociones<br />
en una etapa posterior se busca el significado<br />
de ese tormento, conflicto…<br />
Es importante saber dar “apoyo emocional”.<br />
Es tener <strong>la</strong> capacidad de respetar y escuchar<br />
a <strong>la</strong> persona en todo lo que siente sin<br />
cuestionarle. Hacerle sentir que está en un<br />
ambiente de seguridad.<br />
Apoyarlo, es también sugerirle posibles caminos<br />
para salir de esa circunstancia que le<br />
preocupa sin imposición, sino con afecto y<br />
comprensión.<br />
Es hacerle sentir <strong>la</strong> libertad de elegir.<br />
Dar apoyo emocional<br />
es un acto de “amor”.<br />
Tras muchos años de investigación concluyó<br />
que <strong>la</strong> confrontación de hechos traumáticos,<br />
mediante expresión tanto verbal como<br />
escrita, tiene efectos positivos sustanciales.<br />
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18<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
SABIAS<br />
QUE<br />
La oruga del pino<br />
La oruga del pino tiene <strong>la</strong> costumbre<br />
de avanzar en <strong>la</strong>rgas fi<strong>la</strong>s.<br />
La curiosa forma en que los miembros<br />
de esta especie se desp<strong>la</strong>zan, uno seguido<br />
de otro con <strong>la</strong> cabeza tocando <strong>la</strong> parte<br />
posterior del de<strong>la</strong>ntero -en una procesión-,<br />
forma parte de una hábil estrategia<br />
para asustar al posible enemigo, que ve<br />
ante sus ojos un interminable cuerpo a<strong>la</strong>rgado<br />
con un aspecto bastante inquietante.<br />
La oruga sigue a <strong>la</strong> que va de<strong>la</strong>nte. Si hiciéramos<br />
un círculo con el<strong>la</strong>s y en el centro<br />
pusiéramos alimento, morirían de inanición.<br />
El hombre cuenta con posibilidades de dirigir<br />
su propia vida y está dotado de lo que<br />
requiere para ello.<br />
Puede elegir no seguir a <strong>la</strong> mayoría como<br />
<strong>la</strong> oruga de pino, sino hacer su propio camino<br />
según lo que le dicta el corazón.<br />
Revivir los buenos momentos<br />
Un grupo de psicólogos de <strong>la</strong> Universidad de<br />
Rutgers se ha preguntado qué ocurre en el cerebro<br />
cuando nos entra <strong>la</strong> nostalgia de los buenos<br />
momentos pasados y por qué tiene efectos<br />
tan positivos en nuestro estado de ánimo. Para<br />
averiguarlo sometieron a un grupo de voluntarios<br />
a resonancia magnética para poder ver<br />
cómo y qué partes de su cerebro se activaban<br />
con esos agradables recuerdos. Y lo que han<br />
visto es que revivir mentalmente los buenos<br />
momentos nos inunda de <strong>la</strong>s emociones que<br />
entonces sentimos casi con <strong>la</strong> misma intensidad.<br />
Esas emociones son percibidas como una<br />
gratificación y ponen en marcha el sistema de<br />
recompensa del cerebro, de forma muy simi<strong>la</strong>r<br />
a cuando <strong>la</strong>s experimentamos en <strong>la</strong> situación<br />
real. Con ello se libera dopamina, un neurotransmisor<br />
que nos proporciona una sensación<br />
de euforia, pero que también contribuye a aumentar<br />
<strong>la</strong> motivación. A <strong>la</strong>s personas con depresión<br />
les cuesta más evocar <strong>la</strong>s emociones<br />
positivas asociadas a <strong>la</strong>s experiencias agradables<br />
pasadas, y cuando lo logran, fal<strong>la</strong>n a <strong>la</strong><br />
hora de mantener <strong>la</strong> sensación de bienestar<br />
que proporcionan.<br />
Evocar recuerdos agradables es lograr<br />
una mayor dosis de dopamina que nos motivará<br />
a seguir ade<strong>la</strong>nte.<br />
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AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 19
RENCOR O PERDÓN<br />
PRISIÓN O LIBERTAD<br />
“Perdonar”, significa dejar de sentir resentimiento<br />
contra, disculpar, liberar de <strong>la</strong>s consecuencias<br />
de un acto…<br />
¿Cómo dejar de sentir resentimiento?<br />
¿Acaso basta con que nos digan –“perdóname”?<br />
No hay dudas de que <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra “perdón”<br />
es muy tenida en cuenta por todos, y hasta<br />
por <strong>la</strong>s distintas religiones o pensamientos<br />
espirituales.<br />
Desde algún lugar con más o menos consciencia,<br />
sabemos que liberar los rencores,<br />
resentimientos, enojos, que están anidados,<br />
encapsu<strong>la</strong>dos, aprisionados en nuestro cuerpo,<br />
significa mucho para nuestro bienestar.<br />
Somos libres de decidir.<br />
¿Sostendremos el rencor, quedaremos<br />
aprisionados viviendo sus consecuencias o<br />
perdonaremos para liberarnos?<br />
Escuchar esta pa<strong>la</strong>bra pronunciada desde<br />
el corazón, puede borrar el dolor cuando un<br />
hecho casi no nos hirió.<br />
Si generó en nosotros profundas emociones,<br />
no bastará.<br />
Será necesario que hagamos un proceso<br />
para liberar<strong>la</strong>s y realmente sanarnos.<br />
Pero le pedí perdón, -he escuchado decir.<br />
La persona cree que eso basta para volver a<br />
tener bienestar. La sanación es muy personal<br />
y no se sabe qué tiempo lleva…<br />
Si algo nos dolió no conviene dejarlo en el<br />
olvido. Sería una manera de evadirnos, de<br />
auto-engañarnos.<br />
Perdonar es un acto de amor hacia nosotros<br />
mismos.<br />
Es hacernos responsables de “sanar” <strong>la</strong>s<br />
emociones recordándo<strong>la</strong>s, reviviéndo<strong>la</strong>s y<br />
permitiendo que circulen por nuestro cuerpo<br />
hasta que se desvanezcan.<br />
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20<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
No es así, están escondidas.<br />
Ocupan un lugar en nuestro corazón.<br />
Podemos comprobarlo al traer a nuestra<br />
mente el recuerdo de una circunstancia dolorosa<br />
con otra persona. Comienzan a asomar<br />
tímidamente algunas emociones que se intensifican<br />
poco a poco.<br />
Lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s situaciones agradables.<br />
Basta traer esa escena a nuestra<br />
mente, para que nos llenemos de agradables<br />
sensaciones.<br />
Todo está habitando nuestro presente.<br />
Todo está guardado en nuestro cuerpo.<br />
Es salir de <strong>la</strong> propia prisión que creamos<br />
cuando no <strong>la</strong>s afrontamos.<br />
El<strong>la</strong>s están en nuestro presente. Nos mentimos<br />
diciendo “ya pasó”.<br />
El daño es conservar<strong>la</strong>s, reprimir<strong>la</strong>s,<br />
negar<strong>la</strong>s…<br />
El<strong>la</strong>s buscarán de alguna manera manifestarse<br />
cumpliendo con <strong>la</strong> ley “lo semejante<br />
atrae lo semejante”.<br />
“Al salir por <strong>la</strong> puerta<br />
hacia mi libertad supe que,<br />
si no dejaba atrás toda <strong>la</strong> ira,<br />
el odio y el resentimiento,<br />
seguiría siendo prisionero”.<br />
Nelson Mande<strong>la</strong><br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 21
¿Elegiremos vivenciar más de lo mismo, en<br />
otras circunstancias, con otras personas?<br />
Sólo <strong>la</strong> inconsciencia podría conducirnos a<br />
esta elección.<br />
Las situaciones dolorosas deben ser<br />
finalizadas.<br />
Bastan breves minutos de recordar<strong>la</strong>s, hacer<br />
consciente lo que sentimos en nuestro interior<br />
y dejar que circulen en nuestro cuerpo<br />
hasta desvanecerse.<br />
A este acto tan significativo para nosotros,<br />
lo podemos acompañar con el poder que tiene<br />
<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, diciendo:<br />
“Doy por sanada, concluida y trascendida<br />
esta situación”<br />
¡Cuán liberador es este acto de sanación<br />
que l<strong>la</strong>mamos “perdonar”!<br />
En casos de personas ya inconscientes que<br />
estaban por partir, bastó que escucharan <strong>la</strong><br />
expresión “te perdono, te libero”, para que<br />
soltaran <strong>la</strong>s ataduras de este nivel de existencia<br />
y pudieran seguir su camino!<br />
Perdonar es sanar.<br />
Es tener <strong>la</strong> capacidad de liberarse de dolores,<br />
sufrimientos, de <strong>la</strong> culpa hacia otros o<br />
hacia sí mismo.<br />
Es liberación, es soltar <strong>la</strong>s ataduras.<br />
Es salir de nuestra propia prisión.<br />
Es comprender que por alguna razón atrajimos<br />
esa situación.<br />
Es recordar sin dolor.<br />
Es cerrar heridas.<br />
Es ser responsable de nosotros mismos<br />
atravesando los añejos o nuevos rencores y<br />
dar espacio a nuevas emociones que nos motiven,<br />
alegren, entusiasmen…<br />
¿Elegiremos el rencor o el perdón?<br />
¿La prisión o <strong>la</strong> libertad?<br />
¿Dejaremos que el dolor se convierta en<br />
nubes grises y que tape el sol interior?<br />
Perdonar es liberar a un prisionero<br />
y descubrir que el prisionero<br />
eras tú mismo.<br />
Lewis B. Smedes.<br />
22<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
El aceite de coco<br />
y el Alzheimer<br />
Muchísimas personas en <strong>la</strong> actualidad sufren<br />
<strong>la</strong> enfermedad de Alzheimer.<br />
Es muy interesante conocer el caso de recuperación<br />
de Steve Newport.<br />
Su esposa Mary Newport, una médica encargada<br />
de <strong>la</strong> unidad de cuidado neonatal en<br />
un hospital de Tampa, Florida, se propuso<br />
ayudar a su marido en el momento en que se<br />
descubrió <strong>la</strong> seriedad del estado de él.<br />
-“Dibujó círculos y algunos números usando<br />
un patrón bastante aleatorio y no se parecía<br />
en nada a un reloj,” dijo el<strong>la</strong>.<br />
“Y el médico me llevó a una sa<strong>la</strong> aparte y<br />
me dijo: - “Sabes, en este momento está en el<br />
límite del Alzheimer severo, ya ha pasado <strong>la</strong><br />
fase moderada. Y eso fueron noticias devastadoras<br />
para nosotros.”<br />
La doctora Newport se puso a aprender<br />
todo lo que pudo acerca de <strong>la</strong> enfermedad de<br />
su marido. “Parece que se trata de un tipo de<br />
diabetes del cerebro y es un proceso que comienza<br />
al menos 10 o 20 años antes de que<br />
aparezcan los primeros síntomas, pareciéndose<br />
mucho a <strong>la</strong> diabetes tipo 1 o tipo 2 en el<br />
sentido en el que se desarrol<strong>la</strong> un problema<br />
con <strong>la</strong> insulina.”<br />
En este caso, el problema con <strong>la</strong> insulina<br />
impide a <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s del cerebro aceptar glucosa,<br />
su principal combustible. Sin el<strong>la</strong>, <strong>la</strong>s<br />
célu<strong>la</strong>s mueren. Pero existe un combustible<br />
alternativo: <strong>la</strong>s cetonas, que <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s aceptan<br />
con facilidad. Las cetonas se metabolizan<br />
en el hígado después de comer triglicéridos<br />
“Importa mucho más<br />
lo que pienses<br />
de ti mismo<br />
que lo que los demás<br />
opinen de ti”.<br />
Séneca<br />
Espacio de apoyo<br />
Anónimo<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 23
de cadena media, como los que se encuentran<br />
en el Aceite de Coco.<br />
De este modo, <strong>la</strong> doctora Newport añadió<br />
Aceite de Coco a <strong>la</strong> dieta de su marido, Steve.<br />
Tan sólo dos semanas más tarde, volvió a realizar<br />
el test del reloj mostrando una mejora<br />
increíble. Newport dijo “En su momento pensé<br />
¿será sólo cuestión de buena suerte? ¿Serán<br />
mis plegarias que han sido escuchadas? ¿Será<br />
el Aceite de Coco? Y pensé, vale, vamos a continuar<br />
con el Aceite de Coco a ver qué pasa.”<br />
Tres semanas después, Steve volvió a realizar<br />
el test del reloj y volvió a mostrar progreso<br />
una vez más. Y no mostró sólo progreso<br />
intelectual, sino que también mostró progreso<br />
físico y emocional. “No podía correr; y<br />
volvía a poder correr,” recuerda el<strong>la</strong>. “Hacía<br />
más de un año y medio que no podía leer y, en<br />
tan sólo tres o cuatro meses, estaba leyendo<br />
nuevamente. En lugar de estar cansado y<br />
apagado por <strong>la</strong>s mañanas, se mostraba enérgico,<br />
hab<strong>la</strong>dor y bromista, y podía encontrar<br />
él sólo sus utensilios y el agua.”<br />
Esta enfermedad retrocedió en él considerablemente.<br />
Algunos de sus síntomas<br />
incluso desaparecieron gracias al inusual<br />
tratamiento.<br />
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24<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Fue tan importante esta experiencia exitosa<br />
que se documentó en un libro.<br />
La doctora Beverly Teter, una bioquímica<br />
investigadora de <strong>la</strong> Universidad de Mary<strong>la</strong>nd<br />
que se especializa en el área de <strong>la</strong>s grasas alimenticias,<br />
dice que el Aceite de Coco fue criticado<br />
hace años por subir el colesterol. Pero<br />
desde entonces, los científicos han descubierto<br />
que hay dos tipos de colesterol, el LDL,<br />
que es malo, y el HDL, que es muy bueno para<br />
el organismo y es el tipo que aumenta el Aceite<br />
de Coco.<br />
“De modo que dieron el mensaje de que<br />
aumentaba el colesterol total,” explica <strong>la</strong><br />
doctora Teter, “pero <strong>la</strong> realidad es que estaba<br />
ayudando a equilibrarlo. Esto nunca lo han<br />
reparado en <strong>la</strong> prensa de manera pública y<br />
creo que por eso <strong>la</strong> gente tiene un mal concepto<br />
sobre el Aceite de Coco.”<br />
La doctora Teter dice que del mismo modo<br />
que ayuda en el cerebro de algunos pacientes<br />
con Alzheimer, los beneficios pueden extenderse<br />
a pacientes con Parkinson, ALS (Enfermedad<br />
de Lou Gehrig), epilepsia, demencia<br />
senil, esquizofrenia, autismo.<br />
Desde que el periódico St. Petesburg Times<br />
publicó el artículo de <strong>la</strong> doctora Newport “Y<br />
si hubiese una cura para el Alzheimer y no lo<br />
supiéramos?” el 29 de Octubre de 2008, el<strong>la</strong><br />
ha recibido innumerables informes acerca<br />
de pacientes por <strong>la</strong>s personas que los cuidan<br />
y además ha leído en diferentes foros y<br />
sistemas de mensajería acerca de personas<br />
que han experimentado mejorías dramáticas<br />
como <strong>la</strong> de Steve.<br />
Estas mejorías incluyen: mejor interacción<br />
social, mayor reconocimiento de los seres<br />
queridos, mejoras en <strong>la</strong> conversación, vuelta<br />
a <strong>la</strong>s actividades, mejor apetito, mejor sueño,<br />
más energía y más hab<strong>la</strong>.<br />
Otros han experimentado mejorías menos<br />
espectacu<strong>la</strong>res o incluso una mejoría gradual<br />
continuada que acaba siendo muy significativa<br />
con el paso de los meses.<br />
Otros no han notado mejoría, pero al menos<br />
se han estabilizado y no han empeorado.<br />
Algunas personas han enviado un correo<br />
electrónico a <strong>la</strong> doctora Newport diciéndole<br />
que, hasta que no han dejado de tomar Aceite<br />
de Coco, no han sido conscientes de los beneficios<br />
que recibían de su ingesta.<br />
En estos tiempos se están rompiendo ciertas<br />
creencias sobre el aceite de coco y conociéndose<br />
los múltiples beneficios que tiene<br />
para cualquier persona. Muchos médicos lo<br />
están divulgando.<br />
Variado material se encuentra en internet<br />
para conocer en profundidad lo beneficioso<br />
que puede ser tan solo una o dos cucharadas<br />
diarias de aceite de coco.<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277 25
SUPLEMENTO EDUCATIVO PARA LA VIDA<br />
LA TRAMPA DEL<br />
AGOBIO<br />
Buscad lo suficiente,<br />
buscad lo que basta,<br />
y no queráis más.<br />
Lo que pase de ahí es agobio<br />
y no alivio.<br />
San Agustín<br />
El agobio es un estado emocional.<br />
Es muy común en los seres humanos<br />
cuando estamos viviendo una circunstancia<br />
que nos presiona.<br />
Se experimenta cuando deseamos que<br />
algo ocurra y al mismo tiempo pensamos en<br />
<strong>la</strong>s dificultades que hay para lograrlo.<br />
Puede volverse por momentos inmanejable<br />
y esto nos produce cansancio.<br />
Lleva a pensar y pensar cada vez más cosas<br />
negativas y desagradables de lo que nos<br />
está ocurriendo.<br />
Todos en muchas oportunidades lo hemos<br />
experimentado.<br />
Se acompaña de ansiedad, miedo, preocupación,<br />
estrés…<br />
Va también de <strong>la</strong> mano de <strong>la</strong> impotencia.<br />
A veces resulta paralizante.<br />
Cuando más necesario es actuar, el propio<br />
ahogo emocional dificulta el hacer.<br />
Ejemplos de ello puede ser <strong>la</strong> quiebra de<br />
una empresa, <strong>la</strong> pérdida de un trabajo y tener<br />
que afrontar el sustento diario, <strong>la</strong> muerte<br />
de un familiar, <strong>la</strong> consecuencia de ciertas<br />
situaciones que hay que solucionar y no se<br />
sabe cómo hacerlo…<br />
Masajes con<br />
piedras calientes<br />
*Mejora <strong>la</strong>s funciones orgánicas *Elimina el stress<br />
*Armoniza <strong>la</strong> mente, el cuerpo y el espíritu<br />
*Equilibra el sistema nervioso *Regu<strong>la</strong> <strong>la</strong> presión<br />
Masajes integrado a Terapias Holísticas<br />
(Reiki, Terapia de Po<strong>la</strong>ridad, Diksha)<br />
PSYCH-K - UCDM<br />
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SOLICITA TURNOS<br />
26<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Un abogado está preparando por escrito<br />
una defensa y siente que el tiempo que tiene<br />
no le alcanza.<br />
Un trabajo que hay que entregar en una<br />
determinada fecha y se van presentando dificultades<br />
que van alejando <strong>la</strong> posibilidad de<br />
cumplir con lo establecido.<br />
Un gran agobio por el problema físico que<br />
se tiene y <strong>la</strong> medicina no encuentra <strong>la</strong> solución<br />
y no se sabe a qué recurrir.<br />
<strong>Una</strong> persona se p<strong>la</strong>ntea dejar su trabajo<br />
actual y le aterra dar el paso por <strong>la</strong> incertidumbre<br />
que viene después.<br />
La propietaria de un negocio viendo que<br />
no ingresa lo suficiente.<br />
Este estado repercute en distintos aspectos<br />
de nuestra vida.<br />
En <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> familia, en el trabajo,<br />
con el entorno, en el estado de ánimo, nuestro<br />
rendimiento en general…<br />
Hasta que no lo resolvemos se vuelve muy<br />
recurrente este sentir y hasta puede llevarnos<br />
a una devastadora sensación de cansancio.<br />
Puede ser una situación pasajera o permanecer<br />
por un tiempo considerable por no<br />
encontrar cómo resolver<strong>la</strong>.<br />
Es notable cómo cuando se encuentra <strong>la</strong><br />
solución, recorre nuevamente una energía y<br />
fuerza vital por el cuerpo.<br />
Si se permanece por mucho tiempo con<br />
esta sensación es necesario recibir atención<br />
médica ya que <strong>la</strong> parte física puede manifestar<br />
sus consecuencias. A veces <strong>la</strong> persona<br />
desea permanecer recostada, casi inmóvil y<br />
sin realizar esfuerzo de ninguna índole.<br />
También otros síntomas son: ausencia de<br />
apetito, de ir a trabajar, o realizar cualquier<br />
otra actividad.<br />
En estos tiempos actuales el agobio es vivido<br />
más frecuentemente por <strong>la</strong> forma de<br />
vida que llevamos.<br />
La doctora Susan Koven, experta en medicina<br />
interna en el Hospital General de<br />
Massachusetts escribía en una columna del<br />
Boston Globe:<br />
“En los últimos años, he observado una<br />
especie de epidemia: todos mis pacientes<br />
sufren el mismo trastorno. Los síntomas<br />
incluyen fatiga, irritabilidad, insomnio, ansiedad,<br />
dolores de cabeza, ardor de estómago,<br />
problemas de colon, dolor de espalda<br />
y sobrepeso. No hay ningún análisis de<br />
sangre ni radiografía capaz de diagnosticar<br />
esta enfermedad, y aún así es fácilmente<br />
reconocible: se l<strong>la</strong>ma exceso de agobio”.<br />
Prisas y preocupaciones<br />
Algunas veces el agobio es auto-creado<br />
por nuestros pensamientos, exigencias,<br />
perfeccionismo.<br />
Nos presionamos con prisas o preocupaciones<br />
que no son tan importantes.<br />
Hay casos en que lo que p<strong>la</strong>nificamos y el<br />
horario que nos exigimos, nos afecta siendo<br />
responsables nosotros mismos.<br />
“A menudo... <strong>la</strong> cárcel<br />
en <strong>la</strong> que creemos estar<br />
encerrados no lo es.<br />
Su puerta no tiene cerrojo”<br />
Catherine Rambert<br />
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Hay una creciente cantidad de exigencias,<br />
tareas y prisas, con márgenes cada vez más<br />
estrechos de tiempo.<br />
Se reduce lo disponible para <strong>la</strong> familia, reuniones<br />
sociales, el ocio y para nosotros mismos.<br />
Recuerdo durante mi etapa de estudio haber<br />
escuchado diariamente: -¡dale que vas a<br />
llegar tarde! No te va a alcanzar el tiempo.<br />
¡No pierdas tiempo en eso!<br />
Y esa repetición se convierte en predicciones<br />
que se auto-cumplen.<br />
Nos convertimos en esc<strong>la</strong>vos del tiempo,<br />
en lugar de ser dueños de él.<br />
“Nos ha tocado vivir en una época maravillosa.<br />
Nunca ha habido más posibilidades y<br />
oportunidades para que saque el máximo partido<br />
de sus objetivos. Como quizás nunca antes<br />
en <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> humanidad en <strong>la</strong> actualidad<br />
<strong>la</strong>s opciones nos desbordan. […]<br />
Si usted es como <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s personas,<br />
está abrumado con demasiadas cosas por hacer<br />
y muy poco tiempo disponible. Mientras lucha<br />
por ponerse al día, no dejan de surgir, como<br />
o<strong>la</strong>s, nuevas tareas y responsabilidades. Debido<br />
a esto, nunca podrá hacer todo lo que tiene<br />
que hacer. Nunca se pondrá al día. Siempre estará<br />
atrasado en alguna de sus tareas y responsabilidades<br />
y probablemente varias.<br />
Por esta razón, y quizá más que nunca, su capacidad<br />
para seleccionar <strong>la</strong> tarea más importante<br />
en cada momento y después su capacidad<br />
para empezar esa tarea y terminar<strong>la</strong> pronto y<br />
bien, tendrán probablemente mayor impacto<br />
en su éxito que cualquier otra habilidad que<br />
pueda desarrol<strong>la</strong>r. “<br />
Del libro ¡Tráguese ese sapo!<br />
Brian Tracy<br />
Sería hasta aquí<br />
La desesperación<br />
Cuando sentimos miedo aparecen en <strong>la</strong><br />
mente un bombardeo de pensamientos con<br />
respuestas desastrosas y catastróficas para<br />
nosotros con respecto a <strong>la</strong> situación que vivimos.<br />
Ese constante acoso de preguntasrespuestas,<br />
termina generando un agobio en<br />
todo el cuerpo.<br />
El conjunto de sensaciones, con los pensamientos<br />
negativos y no ver <strong>la</strong> solución<br />
crea desesperación e impotencia.<br />
Asoman preguntas como: ¿Por qué a mí?<br />
Cuando comienza a habitar esta sensación<br />
en forma generalizada porque hagamos lo<br />
que hagamos continúa todo igual, no logramos<br />
remediar <strong>la</strong> situación, hay que recurrir<br />
al apoyo de alguna persona que nos pueda<br />
guiar o algún profesional.<br />
Esto sostenido en el tiempo va generando<br />
más y más angustia, tristeza y puede llevar<br />
a una depresión.<br />
28<br />
AGOSTO 2018 - AÑO 24 - Nº 277
Hay diversas técnicas en <strong>la</strong> actualidad<br />
para gestionar estos acontecimientos, para<br />
acortar su duración, para aliviar el dolor<br />
y el sufrimiento, y para reducir el estrés al<br />
mínimo.<br />
La culpa y el agobio<br />
Estamos inmersos en una sociedad en <strong>la</strong><br />
cual pareciera que <strong>la</strong> perfección es posible.<br />
Este paradigma que tenemos acerca de<br />
cómo debería ser nuestra vida, se encuentra<br />
muy lejos de aquello con lo que nos encontramos<br />
día a día, en todos los ámbitos en los<br />
que nos desarrol<strong>la</strong>mos (<strong>la</strong>boral, afectivo,<br />
familiar, estético, social, académico, económico,<br />
etc.).<br />
El mandato social y cultural suele tener<br />
tanto peso, que en lugar de reflexionar sobre<br />
<strong>la</strong> coherencia entre lo esperable y lo que<br />
realmente podemos hacer, este análisis se<br />
nos pasa por alto y lo primero que surge en<br />
nuestra cabeza es <strong>la</strong> culpa y el malestar.<br />
La culpa nos estanca, nos martiriza, nos<br />
tortura, no nos permite pensar con c<strong>la</strong>ridad<br />
y perdemos <strong>la</strong> objetividad necesaria<br />
para poder distinguir hasta dónde podemos<br />
y hasta dónde no.<br />
Esa sensación de agotamiento extremo,<br />
falta de energía, de no resolución posible, de<br />
“nunca acabar”, en muchas ocasiones, termina<br />
causando culpa.<br />
Nos impide aceptar nuestras limitaciones<br />
sin que eso implique sentirnos “menos” y<br />
dejar de querernos.<br />
La vida se trata justamente de una cantidad<br />
de sucesos imperfectos, vividos por<br />
seres humanos imperfectos, con errores y<br />
aciertos, que intentamos hacer <strong>la</strong>s cosas de<br />
<strong>la</strong> manera que nos parece mejor pero que<br />
eso no siempre es garantía de que <strong>la</strong>s cosas<br />
salgan bien.<br />
La culpa aparece cuando nos sentimos<br />
en falta, en deuda, es decir, cuando creemos<br />
que no estamos haciendo todo lo que<br />
tendríamos que hacer, cumplir con todo lo<br />
que nos habíamos propuesto y llegar a los<br />
niveles de excelencia que nos p<strong>la</strong>nteamos<br />
desde un principio.<br />
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Conocernos en profundidad nos permitirá<br />
saber qué somos capaces de hacer y qué no,<br />
o en qué momentos podemos hacer algo y<br />
en qué momento nos conviene posponerlo.<br />
Ese es nuestro trabajo y ahí está nuestra<br />
responsabilidad, lejos de <strong>la</strong> culpa, del malestar<br />
contante y del agobio que nos impiden<br />
evolucionar y ser lo que genuinamente<br />
deseamos SER.<br />
Acontecimientos<br />
impactantes<br />
El 15 de abril de 2016, muchas personas en<br />
mi ciudad sufrieron de este estado emocional.<br />
Ver sus casas derrumbadas, sin muebles,<br />
sin lo necesario para vivir ya que el viento<br />
arrasó con todo lo que tuvo a su paso, hizo<br />
que en <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s personas afectadas<br />
además de muchas otras emociones, estuviera<br />
presente el agobio.<br />
Había que levantarse, rehacerse, y fue tan<br />
inesperado que esta sensación cubrió a casi<br />
todos.<br />
Para una mayoría el objetivo inmediato<br />
fue volver a tener <strong>la</strong> casa.<br />
Muchos no contaban con recursos.<br />
Es en estos casos cuando se genera el<br />
conflicto entre lo que se quiere y <strong>la</strong>s dificultades<br />
que se tienen.<br />
El agobio permaneció para muchos que se<br />
siguieron sintiendo sin recursos.<br />
Distintas manifestaciones físicas pude<br />
observar: problemas al corazón, afecciones<br />
en el sistema nervioso, pánico, angustia permanente,<br />
una gran tristeza y otras afecciones<br />
de distintas índoles tanto físicas como<br />
mentales y emocionales.<br />
En el momento de una experiencia catastrófica<br />
aguda, <strong>la</strong> vida se convierte abruptamente<br />
en una pesadil<strong>la</strong> y uno de repente<br />
se siente abrumado por una tormenta<br />
emocional.<br />
Todas estas experiencias importantes de<br />
<strong>la</strong> vida tienen algo en común, ya que representan<br />
una grave pérdida catastrófica para<br />
<strong>la</strong> mente y una amenaza para <strong>la</strong> supervivencia.<br />
Tienen en común el sentimiento de<br />
impotencia debido a su firmeza y permanencia.<br />
La mente percibe que está parada<br />
y no puede hacer nada al respecto. Es este<br />
fenómeno de <strong>la</strong> permanencia, de estar detenido,<br />
que uno es impotente y no puede<br />
cambiar el suceso, lo que contribuye a <strong>la</strong><br />
intensidad del agobio.<br />
Se desatan una tormenta de sentimientos<br />
negativos, tales como el shock, <strong>la</strong> incredulidad,<br />
<strong>la</strong> negación, <strong>la</strong> ira, <strong>la</strong> tensión, el sentimiento<br />
de culpa, el resentimiento, el estar<br />
deshecho o abandonado, <strong>la</strong> rabia contra<br />
Dios y uno mismo, <strong>la</strong> auto-compasión, <strong>la</strong> rabia<br />
contra el mundo, y <strong>la</strong> rabia en <strong>la</strong> familia.<br />
Todas estas emociones negativas salen a <strong>la</strong><br />
superficie. Pero en general, se da un agobio<br />
masivo de <strong>la</strong>s emociones negativas de <strong>la</strong> separación,<br />
<strong>la</strong> pérdida, y <strong>la</strong> intensidad de toda<br />
<strong>la</strong> experiencia en general.<br />
El dolor por <strong>la</strong> pérdida luego parece traer<br />
<strong>la</strong> culpa con él, junto con <strong>la</strong> sensación de<br />
desesperanza, miedo al futuro, deseo de<br />
cambiar todo el suceso e ira. Todo el campo<br />
de energía negativa se desata en una gigantesca<br />
emergencia. El problema es realmente<br />
el de estar desorganizado por el desencadenamiento<br />
masivo de energías.<br />
30<br />
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La mente trata de usar <strong>la</strong> razón para manejar<br />
estas energías. Trata de pensar en <strong>la</strong><br />
manera de salir del dilema y busca explicaciones<br />
y razones.<br />
La mente no puede tener éxito en esto<br />
porque el campo de energía agobiante es tan<br />
masivo, que los pensamientos se convierten<br />
realmente en un reflejo de <strong>la</strong> negatividad del<br />
campo, por lo que los propios pensamientos<br />
se vuelven negativos.<br />
La muerte de un cónyuge, un hijo o un familiar,<br />
junto con el divorcio, se encuentran entre<br />
<strong>la</strong>s primeras causas junto a <strong>la</strong>s catástrofes climáticas<br />
o de otras causas. Son todas el<strong>la</strong>s <strong>la</strong>s<br />
máximas pruebas que podemos enfrentar en<br />
nuestra experiencia de vida en general.<br />
Sugerencias<br />
La vida está llena de motivos de estrés,<br />
tensión y agobio.<br />
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¿Cómo podemos sobrevivir con tanto<br />
estrés diario?<br />
¿Cómo podemos sacarnos <strong>la</strong> tensión<br />
diaria?<br />
Ante los problemas no intentemos resolverlo<br />
todo de golpe, es imposible, estresa<br />
y agota.<br />
Lo mejor es comenzar por sentarse, detenerse,<br />
y meditar tranqui<strong>la</strong>mente.<br />
Busquemos prioridades y demos solución<br />
individualmente a cada problema uno por uno<br />
Los problemas abruman y con ello, <strong>la</strong><br />
mente se cierra.<br />
Si no consigues centrarte, los pensamientos<br />
se nub<strong>la</strong>n y ofuscan, haciendo que te enredes<br />
aún más.<br />
Por eso también es conveniente realizar<br />
ciertas actividades que otorguen calma.<br />
Ejercicio de re<strong>la</strong>jación.<br />
Caminar o cualquier actividad re<strong>la</strong>jante.<br />
Contacto con <strong>la</strong> naturaleza.<br />
Hab<strong>la</strong>rse mentalmente sin juicio evitando<br />
expresiones como “no puedo”, “soy torpe”<br />
“no sé qué hacer”. Ser compasivo con<br />
uno mismo.<br />
Evitar suposiciones negativas.<br />
Aceptar <strong>la</strong> incertidumbre y los cambios.<br />
No pre-ocuparse. Sí, ocuparse.<br />
Buscar cuáles son <strong>la</strong>s prioridades para<br />
darles solución.<br />
P<strong>la</strong>nificar lo que se elige hacer.<br />
Como una prenda holgada<br />
Susan Jeffers en su libro “Gozar de <strong>la</strong> vida<br />
en tiempos de crisis” comparte…<br />
Cuando se preguntó a una anciana por<br />
qué siempre estaba alegre, respondió: “La<br />
verdad es que llevo este mundo como si<br />
fuera una prenda holgada”.<br />
Anónimo<br />
Y nos dice:<br />
“En efecto, ésa es <strong>la</strong> forma en que todos<br />
deseamos llevar <strong>la</strong> vida.<br />
32<br />
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En cambio, <strong>la</strong> mayoría <strong>la</strong> llevamos como<br />
si fuera un corsé: estrecho, duro, rígido, incómodo<br />
y que constriñe. ¡Cuánto anhe<strong>la</strong>mos<br />
deshacernos del corsé y respirar profundamente,<br />
en plena libertad! ¡Cuánto<br />
ansiamos desembarazarnos de todo lo que<br />
nos sumerge en <strong>la</strong> lucha, impidiéndonos<br />
vo<strong>la</strong>r por encima de <strong>la</strong>s nubes!<br />
El hecho de llevar el mundo como una<br />
prenda holgada significa…<br />
Soltarnos y cortar <strong>la</strong> cuerda que nos<br />
mantiene presos.<br />
No agarrarse con tanta fuerza a <strong>la</strong> forma<br />
que se “espera de nosotros”<br />
Confiar en que todo funciona, en que <strong>la</strong><br />
vida sigue un curso perfecto.<br />
Contemp<strong>la</strong>r <strong>la</strong> posibilidad de que existe<br />
el amor y el perfeccionamiento en todas <strong>la</strong>s<br />
experiencias ya sean buenas o ma<strong>la</strong>s.<br />
Reconocer el flujo y el reflujo de <strong>la</strong> vida.<br />
Afrontarse desde una perspectiva de armonía<br />
y no de lucha.<br />
<strong>Una</strong> perspectiva diferente<br />
La c<strong>la</strong>ve, detectar y disminuir el efecto del<br />
agobio. Ser observadores de <strong>la</strong>s situaciones<br />
para encontrar <strong>la</strong>s opciones posibles que<br />
hagan volver al bienestar.<br />
Jorge Bucay invita a reflexionar: “Contéstese<br />
a <strong>la</strong> pregunta de para qué vive y el día<br />
que se conteste, juéguese <strong>la</strong> vida por ese<br />
sentido de vida que decida”.<br />
Nunca antes hubo tanta tecnología disponible<br />
para facilitar <strong>la</strong> existencia y nunca<br />
se vio una sociedad tan agobiada, irritable y<br />
presionada.<br />
El reto es encontrar el verdadero sentido<br />
de <strong>la</strong> vida y recuperar el control de <strong>la</strong> misma.<br />
Esto nos puede llevar a una nueva forma de<br />
vivir.<br />
Desde <strong>la</strong> conciencia, elegir lo que realmente<br />
deseamos hacer.<br />
Laura Esquivel, <strong>la</strong> escritora, sugiere volver<br />
a hacer sagrados nuestros hogares, recuperar<br />
esos espacios compartidos con <strong>la</strong><br />
familia, tiempo para conversar, retomar <strong>la</strong><br />
alquimia de <strong>la</strong> cocina con amor, espacios en<br />
que <strong>la</strong>s necesidades emocionales sean atendidas<br />
y romper con los patrones de agobio y<br />
desconexión de <strong>la</strong> vida.<br />
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Estimados lectores:<br />
Hay pa<strong>la</strong>bras que pasan casi sin ser<br />
escuchadas.<br />
Tal vez en otros momentos de <strong>la</strong><br />
vida, <strong>la</strong>s mismas llegan a lo más<br />
profundo dejándonos en un<br />
estado de reflexión.<br />
Me impactó escuchar<br />
de Nicolás Pauccar el<br />
vocablo “re-decidir”.<br />
Nos sugería estar<br />
atentos a lo que vivimos<br />
que no deseamos<br />
para nuestra vida.<br />
Destacaba que esas<br />
circunstancias desde algún<br />
lugar fueron creadas en<br />
el pasado.<br />
Lo más difícil es <strong>la</strong><br />
decisión de actuar,<br />
el resto no es más que<br />
tenacidad.<br />
Los miedos son tigres de papel.<br />
Puedes hacer cualquier cosa<br />
que decidas.<br />
Puedes actuar para cambiar<br />
y contro<strong>la</strong>r tu vida;<br />
y el procedimiento, el proceso<br />
es su propia recompensa.<br />
Amelia Earhart<br />
Entonces, no hay por qué seguir<strong>la</strong>s<br />
viviendo.<br />
Por lo tanto, hoy, es una oportunidad<br />
para empoderarse “re-decidiendo”.<br />
Repetir con consciencia <strong>la</strong> expresión<br />
“yo decido” cada vez<br />
que voy a hacer algo, (comer,<br />
caminar, hacer compras,<br />
visitar un amigo…), es dar<br />
<strong>la</strong> orden al subconsciente<br />
de que “Yo estoy eligiendo”.<br />
Es empoderarse.<br />
De esta manera vamos<br />
por <strong>la</strong> vida ejerciendo<br />
nuestro poder de “decidir”.<br />
Hasta <strong>la</strong> próxima edición.<br />
Silvia Rodríguez Borges<br />
Muchas de <strong>la</strong>s ilustraciones de esta revista proceden del buscador de imágenes en Google. Si el autor de alguna de el<strong>la</strong>s desea<br />
que se cambie, puede ponerse en contacto e inmediatamente se suspenderá del medio digital que esté reproducida.<br />
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