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Muchas personas descubren su vocación literaria después de<br />

ejercer alguna otra profesión, Gloria V. Casañas, en cambio,<br />

escribe desde los 8 años sin pausa, y su trabajo docente en la<br />

Facultad de Derecho de la UBA ha sido para ella un accesorio.<br />

“Lo principal era lo otro”, asegura. Y vaya si fue verdad…<br />

Hasta el momento, ha publicado una decena de novelas<br />

exitosas, entre las que se destacan Noche de luna larga y Luna<br />

quebrada, los dos primeros volúmenes de la trilogía Tres lunas<br />

de Navidad (Plaza & Janés).<br />

–Al principio escondía lo que escribía… Sí, esa es una<br />

cosa que yo misma me pregunto por qué habrá sido así,<br />

creo que no me gustaba mostrarlo por pudor. Cuando uno<br />

escribe, un poco se desnuda. No lo mostraba ni a mis padres.<br />

Empecé escribiendo versitos, cosas sueltas en el cuaderno,<br />

en momentos de juego que interrumpía y para escribir. Eran<br />

versos muy sencillos referidos a cosas que a mí me gustaban:<br />

los perros, la bicicleta, cosas por el estilo. Después pasé a los<br />

cuentos, que fueron un largo período en mi vida porque me<br />

gustan mucho, pero mi gran meta siempre fue la novela. Yo<br />

leía mucha novela, amaba la novela, era un universo aparte.<br />

Siempre quise escribir una, pero llegaba hasta cierto punto<br />

y la dejaba, porque al leer otras cosas me inspiraba en otros<br />

temas y saltaba a una historia nueva, así que estaba llena de<br />

novelas empezadas y nunca terminadas. Pero finalmente,<br />

aunque tardé, me di el gusto.<br />

–¿Qué descubrió de la escritura cuando empezó a publicar?<br />

Lo que descubrí, impresionante para mí, fue la mirada<br />

del otro. Yo no la tenía. Escribía lo que me gustaba, lo releía, lo<br />

cambiaba, pero no tenía esa devolución, esa impresión que uno<br />

causa en el otro, qué le provoca al otro leer lo que uno escribió<br />

y qué le puede decir sobre eso, porque muchas veces los lectores<br />

me dicen cosas que me sorprenden, o sienten cosas que<br />

a una la sorprenden. Y eso yo no lo tenía, me lo había perdido.<br />

Entonces ahora lo valoro muchísimo.<br />

–¿Qué le aporta el derecho a su trabajo de escritora?<br />

El derecho me dio un modo de razonar. El derecho tiene un<br />

basamento filosófico muy grande, que te va llevando a una<br />

manera de pensar que a mí me resultó muy útil también para<br />

escribir, para investigar, para aclarar las ideas. Yo le debo<br />

mucho al derecho, estoy muy contenta de haberlo estudiado.<br />

–Su obra tiene muchas características distintivas. Una es<br />

que a lo largo de sus diversas novelas, y al contrario de<br />

muchos autores, usted no abandona a sus personajes. Sí,<br />

eso es algo que fue dándose naturalmente, y terminó siendo<br />

como un gran círculo de amigos que van y vienen. Yo siempre<br />

digo que no se preocupen tanto por leer mis novelas en orden<br />

porque, si bien es lindo ir viendo de principio a fin toda la evolución,<br />

cada novela tiene su propio final, y todos los personajes<br />

van y vienen.<br />

–¿Cómo nace la idea para la trilogía Tres lunas de Navidad?<br />

Nació de un deseo mío de escribir una historia navideña,<br />

porque siempre me gustó el tema, los preparativos previos a la<br />

Nochebuena, las películas y las novelas al respecto. Por ejem-<br />

plo, Canción de Navidad, de Dickens, yo la leía siempre, me<br />

la sabía de memoria, pero era una forma de recuperar ese espíritu<br />

navideño. Entonces le dije a mi editora que tenía ganas de<br />

escribir una historia de Navidad y a ella le gustó mucho la idea.<br />

Después a mí se me ocurrió que podían ser tres, porque tres es<br />

un número simbólico. Yo la llamo “La tríada navideña” porque<br />

cada novela tiene su propio final y todas tienen en común<br />

la Navidad. Los personajes están en una y en otra, pero las<br />

historias son independientes. Se me ocurrió recrear esto y traje<br />

de nuevo a un personaje que ya creció, la hija de La maestra<br />

de la laguna, Juliana Balcarce, que ya es una jovencita. Y me<br />

gustó llevarla al hemisferio norte, porque ahí vive su abuela,<br />

que también es conocida, es un personaje que aparece en la<br />

serie histórica. Entonces, la primera novela de Navidad, que<br />

es Noche de luna larga, transcurre en América del Norte, y es<br />

una Navidad blanca, que nosotros no tenemos pero en la que<br />

nos gusta pensar. Y esta, Luna quebrada, es bien autóctona,<br />

transcurre en las sierras de Córdoba.<br />

–Juliana Balcarce tiene muchos matices y es muy<br />

interesante… Es un personaje que me sirvió no solamente<br />

para demostrar lo que era la vida de ella siendo más grande,<br />

sino también para introducirla en el mundo de las ciencias<br />

en Luna quebrada. Porque, por su temperamento, heredado<br />

en parte de la madre que era pionera y tenía mucho tesón y<br />

otro poco del padre que es hijo de un cacique del desierto,<br />

me sirvió para construir el mundo de las ciencias, que estaba<br />

vedado para las mujeres. En esta novela introduje a Cecilia<br />

Grierson, que fue la primera médica argentina, y que como<br />

personaje es una especie de mentora de Juliana. El mundo de<br />

las ciencias no se consideraba un mundo femenino, de hecho,<br />

tanto a Grierson como a algunas que vinieron después, no se<br />

les permitía ejercer como los hombres, se las reducía a tareas<br />

de enfermería, obstetricia, un poco al acompañamiento de enfermos.<br />

Como si la mujer no pudiera desarrollar la medicina<br />

en un ámbito complejo. Y eso me interesó mucho como tema.<br />

Porque justamente el libro transcurre durante finales del siglo<br />

XIX, que es un momento bisagra en el ámbito científico. Hay<br />

toda una renovación del pensamiento médico, aparecen los<br />

higienistas. Y esta novela transcurre en las sierras de Córdoba<br />

porque ahí funcionaba un hospital para enfermos de los pulmones.<br />

Yo lo tomé como modelo y le puse otro nombre, pero<br />

es ese mismo hospital. Era el recurso que había para la cura<br />

de la tuberculosis. Todo ese mundo científico a mí me interesa<br />

mucho, por eso quise poner a Juliana en ese ambiente. Y, por<br />

supuesto, le creé una encrucijada en su vida personal, para<br />

que no todo fuera el trabajo y el estudio.<br />

–Todo el tiempo está presente esa tensión entre la<br />

fortaleza que ella debía tener para meterse en un<br />

universo tan masculino, y la debilidad que siempre<br />

genera el amor. Sí, esto lo decía Cecilia Grierson. Ella<br />

además era maestra normal, y decía que las mujeres estaban<br />

más capacitadas para cuidar a los enfermos porque tenían ese<br />

costado maternal. Ella prestaba mucha atención a que el entorno<br />

fuera apacible. Cuando uno está enfermo, internado, se<br />

Esta entrevista fue filmada.<br />

Pueden verse algunos<br />

fragmentos destacados<br />

en nuestras redes<br />

yenny.elateneo<br />

yenny_elateneo<br />

siente como un objeto de estudio para los médicos, y ella lo<br />

sabía, entonces quería que el enfermo se sintiera como en su<br />

casa. Es decir que la mujer, en lugar de restarle a la medicina<br />

algo importante, lo agregaba, tenía un plus. Y eso es algo que<br />

Juliana aprende de ella.<br />

–¿Cómo consiguió ese equilibrio entre la tristeza y la<br />

felicidad, latente siempre en Luna quebrada? Bueno, el<br />

nombre Luna quebrada se debe a eso. Se debe a que es un<br />

ámbito en el que se sufre. Ella tiene un doble sufrimiento,<br />

el del corazón, el personal, pero también está rodeada de<br />

sufrimiento, o por lo menos de tristeza. El que está internado<br />

sabe que está internado por algo que por el momento no<br />

tiene cura, salvo que se vuelva crónico, que es lo mejor que<br />

puede pasar, y hay gente que padece mucho. Tanto es así<br />

que los que iban a Córdoba a curarse o a restablecerse no<br />

decían que tenían tuberculosis, se usaban eufemismos, había<br />

una expresión que era “hacer clima”, “me voy a las sierras a<br />

hacer clima”. De hecho, algunas personas no iban al hospital,<br />

porque así se disimulaba más que estaban enfermos, iban a<br />

chalecitos que estaban distribuidos por la sierra donde se les<br />

brindaba atención, y si querían consultar al médico podían<br />

hacerlo porque estaban en un lugar curativo por excelencia.<br />

–Las maestras también son características en su obra.<br />

Son personajes que aparecen muy a menudo. Me<br />

descubriste. Siempre quise ser maestra, maestra de grado. Yo<br />

jugaba a la maestra más que a la mamá con mis muñecos. Los<br />

ponía en fila, les gritaba, escribía en el pizarrón. Después no<br />

seguí magisterio, seguí otra cosa, pero lo que tenés adentro<br />

Trilogía Tres lunas de Navidad<br />

te tira. Terminé en el aula, como docente universitaria, pero<br />

enseñando y usando el pizarrón. Así que me gusta mucho<br />

el tema de las maestras. Cuando escribí La maestra de la<br />

laguna puse un personaje que es quien yo hubiese querido<br />

ser, una maestra de vocación, que se iba al interior del país y<br />

luchaba con los problemas que traía aparejada la docencia en<br />

esas condiciones. Era una época hostil, y esas maestras que<br />

Sarmiento trajo a la Argentina no sé cómo se atrevieron. Las<br />

vidas de esas maestras son novelas en sí mismas.<br />

–Las fronteras constituyen un espacio muy frecuente en<br />

sus libros, ¿cómo se construyen? Es un espacio que tiene<br />

su propia ley. A mí me interesó siempre el tema del choque o<br />

el contacto entre los pueblos nativos y los colonizadores, porque<br />

ahí se dan vínculos diferentes y se van creando sociedades<br />

distintas. Toda Hispanoamérica es una sociedad mestiza, y ese<br />

mestizaje surge de todos esos vínculos. Entonces la frontera<br />

para mí es un lugar creativo, donde aparecen cosas inéditas.<br />

–A finales de este año sale la tercera y última “Luna”,<br />

¿está trabajando en otro proyecto del que nos pueda<br />

adelantar algo? Estoy con un proyecto casi terminado del<br />

que no puedo adelantar nada porque quiero mantenerlo<br />

en secreto, pero estoy muy ilusionada, porque se trata de<br />

una novela que estuvo postergada mucho tiempo. Era una<br />

historia que yo venía escribiendo desde hacía años y tenía<br />

que dejarla a un lado en aras de otras historias que iban apareciendo.<br />

A mí me pasa eso a veces, estoy escribiendo algo,<br />

y cuando de pronto me viene una idea arrolladora sobre un<br />

tema, la tengo que seguir<br />

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