Revista Sala de Espera RD. Nro 53. julio 2018

Portada
grafías del columpio infinito de Montaña
Redonda, al mismo tiempo en este
viaje obtuvimos nuestro primer logro:
el periódico New York Times publicó
un artículo de la Montaña Redonda y
le mostró al mundo entero un turismo
alternativo en República Dominicana.
–¿Cómo seleccionas tus rutas?
–Suelo explorar mucho por cuenta
propia ya sea por placer o por carácter
científico o de protección al
medioambiente.
Cuento con un equipo en el que cada
uno tiene una función: Fotógrafos, animadoras,
expertos en el área de biodiversidad
y un servidor que al día de hoy
es quien produce y edita la mayoría del
contenido que creamos.
Entre todos combinamos destinos
para ofrecer excursiones que puedan
convertirse en experiencias de vida:
hoteles ecológicos, balnearios, cascadas,
playas vírgenes y un poco de cultura y
tacto con la gente siempre serán ingredientes
principales
–Te hemos escuchado decir que no
eres turista, ¡eres viajero! ¿Cuál es la
diferencia entre ser turista o viajero?
Siempre digo que el viajero es la persona
que gusta de vivir experiencias diferentes
al viajar. Esto lo logra al tener
claro que el propósito principal del viaje
es mezclarse con la gente y la cultura
y sobre todo fluir al natural, con poca
planificación. Es posible que el turista
busque destinos o experiencias más
puntuales, en algunos casos más ligeros,
pero cabe destacar que todo es un
asunto de percepción y gustos adquiridos.
No hay que subestimar ni a uno ni
al otro, es simplemente un tema de preferencia
(risas).
–¿Cuál es tu destino preferido
de República Dominicana?
–Es una pregunta difícil, porque
habría que clasificar en si queremos irnos
a la playa o a la montaña. Pienso que de
los lugares más completos de mi isla no
podríamos dejar de mencionar la Provincia
de Samaná. Allí tenemos playas
vírgenes, buena comida, vida nocturna
(Terrenas), hermosas cascadas y mucha
esencia con su gente además de toda la
calidez que ofrecen.
–¿Crees que la vida te cambia
cuando viajas? ¿Por qué?
–Totalmente. Pienso que lo primero
que hace es volvernos “más humanos”.
El hecho de ver mundo, palpar otras
culturas, religiones, ideologías, la parte
espiritual de cada país nos hace darnos
cuenta que el mundo es una aldea global
y que la burbuja donde vivimos no es
la realidad absoluta; existen otros puntos
de vista para contemplar, analizar e
interiorizar.
Uno se vuelve más tolerante, más
agradecido, nos sirve para entender que
no necesitamos tanto para ser felices.
Que la vida hay que vivirla minuto a
minuto y que los buenos recuerdos siempre
van a perdurar en nuestra mente y
nuestro corazón.
República Dominicana
y el turismo
–¿Por qué crees que los
dominicanos realizan más
turismo externo que interno?
–Por el desconocimiento que existe
sobre los bellos lugares que tenemos.
Cada día está creciendo la conciencia por
hacer mejor turismo, cuidar de tu país y
entiendo que las redes sociales han jugado
un papel determinante.
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