Revista "Una Apuesta a la Vida" Número 276

$80
AÑO 24 - Julio 2018
NÚMERO 276
LA SEROTONINA
HORMONA
DEL PLACER
LA CULPA
ES DEL OTRO?
CON LA VERDAD
HABLO O HIERO?
RECHAZAR…
SUS CONSECUENCIAS
LO MEJOR DE TI
EN CADA ENCUENTRO
23 años de edición

La sonrisa es el sol que ahuyenta
el invierno del rostro humano.
Victor Hugo
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Una Apuesta a la Vida
Solicita amistad en:
Silvia Rodríguez Borges
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JULIO 2018 - AÑO 24 - Nº 276

E D I T O R I A L AÑO 24 - Número 276
JULIO 2018
Silvia Rodríguez
Borges
Directora
SUMARIO
Pasa el día…
Transcurre silenciosamente el mes…
El año se desliza casi imperceptiblemente…
¿Saboreamos cada instante?
¿En qué usamos nuestro tiempo?
¿Aporta valor?
O lo vivimos de tal manera que el presente se esfuma de
nuestra consciencia?
Elegimos qué hacer o somos elegidos?
Permites que se escurra el tiempo entre los dedos como los
granos de arena?
Christian Wiman expresa, “vivimos en un mundo que parece
casi diseñado para erradicar la vida interior”.
Recuperemos el poder para elegir dónde dirigir nuestra
atención en cada instante, y así ser “dueños de nuestro
tiempo”.
“¿Amas la vida?
Pues no pierdas el tiempo,
porque de eso está hecha la vida”
Benjamín Franklin
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REFLEXIÓN DEL MES
CON LA VERDAD
HABLO O HIERO…?
LA CULPA ES
DEL OTRO?
CUENTO
EL ATARDECER
DE LA VIDA
UNA ANÉCDOTA DE MI VIDA
RECHAZAR
SUS CONSECUENCIAS
SABÍAS QUÉ
LA IMPORTANCIA DE
VALIDAR LAS EMOCIO-
NES Y SENTIMIENTOS
(FRAGMENTO)
LO MEJOR DE TI
EN CADA ENCUENTRO
POEMA
SUPLEMENTO PARA LA VIDA
LA SEROTONINA
HORMONA
DEL PLACER
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Reflexión del mes
CON LA VERDAD
HABLO O
HIERO…?
Muchas personas destacan como cualidad
positiva la sinceridad.
Con énfasis afirman que dicen la verdad
“de frente”.
No hay dudas de que es un valor.
Hay que observar si con las palabras que se
dicen se está comunicando algo, o detrás se
esconde el deseo de herir.
Cada uno lo sabe.
Sin embargo, cuando se escucha decir
“esa verdad” y se perciben sentimientos
escondidos de ataque, provocan una herida
en el otro.
Estas actitudes se diferencian en dos palabras:
sinceridad y sincericidio.
Sinceridad es hablar con la verdad.
Sincericidio es usar la verdad para provocar
daño a otros, o a sí mismo.
Generalmente la verdad “duele”.
Casi nadie quiere escucharla.
El que sufre es el ego, que no puede aceptar
esa verdad que muestra una imperfección.
La humildad de aceptarla, disminuye las
heridas.
“La gente no puede
descubrir nuevas tierras,
hasta que tenga el valor
de perder de vista la orilla”.
André Gide
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Si reconocemos lo que nos dicen y lo escuchamos
sin orgullo, tenemos la oportunidad
de crecer, desarrollarnos, evolucionar…
Si con afecto, y buenas intenciones le hacemos
ver al otro lo que afecta su impuntualidad,
tal vez sienta una cierta molestia, pero
más tarde la reconocerá y le motivará a hacer
un cambio.
comentario sobre mí. Sentí un dolor que parecía
rasgarme el corazón.
Hoy analizándolo, interpreto que otras
emociones se escondieron en ella para decirlo
así. Sentí un contenido emocional de desprecio
que caló muy hondo por muchísimos años.
Largo tiempo recordé con absoluta claridad
esa escena y sus palabras quedaron grabadas
en mí.
¿Qué sentido tiene decir la verdad sin medir
las consecuencias?
Si hay inutilidad en lo que se dice y si
se sabe que provocará daño, ¿cuál es la
intención…?
Sin duda alguna, la verdad es mejor que la
mentira, pero no siempre aquella aporta valor.
Preguntarse si “suma o resta”, nos conduce
a la decisión de decir o callar.
Recuerdo que algunas veces mi madre me
preguntaba si había estado en determinada
casa. Elegía decirle “No”, pues sabía que le
haría sufrir más de lo que estaba sufriendo
con cierta situación…
Tal vez no fue correcto?
Sin embargo, si volviera a vivirlo otra vez,
actuaría igual.
Siempre llegué a la misma conclusión.
Cierta vez, siendo niña, llorando frente al
espejo (mamá almidonaba mucho mis delantales
y no me gustaba) una persona hizo un
Recuerdo cierta vez que en una reunión
se le destacó a alguien un defecto físico
irreversible.
“Esa verdad” no sólo le hirió, sino cuánta
angustia provocó en los que estábamos allí.
¡Qué importante es la empatía al momento
de expresar la verdad! Nos permite evaluar
antes de hablar.
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¿Es necesaria esa información?
¿Es el momento oportuno?
El sincericidio tiene dos posibles orígenes:
el egoísmo que impide ponerse en los zapatos
del otro
o hacer daño.
Para ello se “esconde” en la verdad.
El sincericida se escuda diciendo “soy una
persona directa”, “no ando con rodeos”, “hay
que decir las cosas como son”, o “ya no podía
ocultar más la verdad”.
Se equivoca al no ser prudente y no entiende
que al no cuidar al otro se le daña…
Son como lanzas disparadas hacia los
sentimientos.
Comunicar algo con sinceridad y honestidad,
es decir lo necesario en el momento
adecuado.
Cuando alguien nos ha dicho una verdad y
sentimos que no es mentira, que no nos ha
insultado ni dañado, que no tenemos nada
para contestarle, es realmente un acto de
sinceridad.
Detrás de la sinceridad
hay prudencia
y una buena intención.
Detrás del sincericidio
se esconde el egoísmo
y la intención de dañar.
Silvia Rodríguez Borges
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LA CULPA ES
DEL OTRO?
Hay seres que siempre piensan que son los
culpables.
Otros, culpan a las circunstancias, o a otras
personas…
Cualquiera de estos casos son dos extremos
que no benefician.
Cuando una persona siempre busca afuera
la culpa, esconde la no aceptación del error.
No quiere responsabilizarse.
Si buscamos la raíz de esa conducta, nos
encontraremos con un niño miedoso, que sufrió
por sus equivocaciones, que temió no ser
aceptado, que fue juzgado y criticado.
Hay quienes son muy vulnerables y cualquier
cosa les afecta con una intensidad poco común.
Se resguardan poniendo la responsabilidad
fuera, por miedo a sufrir.
Es un mecanismo de protección.
En lugar de decir “sí me equivoqué”, las
contestaciones son variadas.
Pasaste muy cerca de mí por eso
tropezaste.
Se me resbaló el vaso porque no lo lavaste
bien y tendría jabón.
Llegué tarde porque la ruta estaba muy
transitada sin aceptar que salió sobre la
hora.
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Es momentáneamente liberador, en ciertas
situaciones, o en momentos de desesperación
decir “me arruinaste la vida” “me lastimaste”
“eres el culpable de esta situación”. Es sólo
un recurso. Lleva a sentirse víctima de la vida.
Debemos dejar de lado el orgullo cuando se
nos indica un error (y es así). Aceptarlo y convertirlo
en una oportunidad de crecimiento,
es tener las riendas de la propia vida.
Cuando nos relacionamos con personas que
acostumbran a “culpar”, nos debilita si tenemos
baja la autoestima. Sin embargo permanecer
estable emocionalmente ante la acusación,
que consideramos no verdadera, fortalecerá
nuestro valor.
Cuando el otro sienta que no se juega al acusador
y acusado, lentamente dejará de hacerlo.
Para esto, se necesitan dos.
Si no reconocemos los errores, desperdiciamos
la oportunidad de crecimiento, de encontrarnos
con la verdad de frente. Desde allí
es que suceden los cambios que transforman.
“Dejar de culpar a los demás
es el primer paso para ser adulto”.
Renny Yagosesky
Rompí el jarrón porque lo dejaste muy
cerca de la orilla de la mesa.
Te fui infiel porque tú no me dabas atención.
Soy así por lo que sufrí en la infancia.
Si no fuera por ti, todo andaría bien.
“Si cerráis la puerta a todos
los errores,
también la verdad se quedará fuera.”
-Rabindranath Tagore-
Cuando comprendemos que todo es nuestra
proyección (tema del espejo, o de la sombra)
no ponemos la responsabilidad fuera,
sino que viajamos hacia nuestro interior para
saber desde dónde nace esa situación.
Y si decidimos ser protagonistas
en lugar de víctimas…
dejaríamos de perder el tiempo
culpando a los demás,
y tendríamos energía para diseñar
la vida que queremos vivir!
Cuáles fueron los pensamientos, las palabras,
las acciones que lo crearon?
Nos hacemos la pregunta ¿Por qué? ¿Para qué?
Cuando lo entendemos no culpamos al otro.
Podremos decirle lo que sentimos pero
asumiremos nuestra responsabilidad.
“Antes de intentar
encontrar un culpable,
pregúntate sobre
tu responsabilidad
en lo que te sucede”.
Asumir los errores es aprender de ellos y
crecer como persona.
Enfrentarlos es la posibilidad a superarlos.
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C u e n t o
El atardecer
de la vida
El sol se despedía del Imperio Tré. El vasallo
caminaba junto a la anciana del molino
amarillo. Iban conversando sobre la vida.
- ¿Qué cosa es lo que más te gusta de la vida,
anciana?
La viejecilla del molino amarillo se entretenía
en lanzar los ojos hacia el ocaso.
- Los atardeceres -respondió.
El vasallo preguntó, confundido:
- ¿No te gustan más los amaneceres? Mira que
no he visto cosa más hermosa que el nacimiento
del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré.
Y reafirmándose, exclamó:
- ¿Sabes? Yo prefiero los amaneceres.
La anciana dejó sobre el piso la canastilla
de espigas que sus arrugadas manos llevaban.
Dirigiéndose hacia el vasallo, con tono de voz
dulce y conciliador, dijo:
- Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas
de sol me dicen más. Son momentos en los
que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son
momentos que me dicen cosas de mí misma.
- ¿Cosas? ¿De ti misma...? - inquirió el vasallo.
No sabía a qué se refería la viejecilla con
aquella frase.
Antes de cerrar la puerta del molino amarillo,
la anciana añadió:
- Claro. La vida es como un amanecer para los
jóvenes como tú. Para los ancianos, como yo,
es un bello atardecer.
Lo que al inicio es precioso, al final llega a
ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los
atardeceres... - ¡mira!
La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte.
El sol se ocultó y un cálido color rosado
se extendió por todo el cielo del Imperio Tré.
El vasallo guardó silencio. Quedó absorto
ante tanta belleza.
La vida es un instante que pasa y no vuelve.
Comienza con un fresco amanecer; y como un
atardecer sereno se nos va. De nosotros depende
que el sol de nuestra vida, cuando se despida
del cielo llamado “historia”, coloreé con hermosos
colores su despedida. Colores que sean
los recuerdos bonitos que guarden de nosotros
las personas que vivieron a nuestro lado.
Autor Anónimo
Carolina Morin
TERAPEUTA HOLISTICA
Masajes, Biomagnetismo,
Auriculoterapia.
Test Kinesiológico, Terapeuta
Floral, Aromaterapeuta,
Reiki, Gemoterapia,
Iridología, Técnica de
Emociones Atrapadas…
Atención: La Floresta
Cel: 099 819 131
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Una anécdota de mi vida
RECHAZAR
sus consecuencias
Cuántas veces hemos vivido circunstancias
a las que le temíamos y nos han sucedido…?
No queríamos encontrarnos con alguien y
“casualmente”, nos cruzamos en el camino.
Deseábamos que no nos preguntaran sobre un
tema en el examen… y era el que salía sorteado.
Veíamos un perro, le temíamos, y venía a
nosotros aunque hubiera otras personas.
Hace unos años, con unas amigas teníamos
unas colmenas. ¡Cuánto disfrutábamos! Un
día, “el ahumador”, no funcionó y nos quitó la
protección. Lo despreciamos, irritadas, porque
no nos había servido.
Después de haber soportado el dolor de las
picaduras, y terminada la tarea, regresamos.
Al arrancar el auto sentí en marcha atrás, un
ruido estrepitoso… ¿Qué fue?
El ahumador.
Había quedado escondido entre las hierbas.
Ahora, inservible, totalmente aplastado.
Pasa hasta en las cosas más insignificantes.
Hasta con un adorno de la casa.
De pronto siento que no deseo tenerlo y en
el correr de los días, se rompe.
Mis pensamientos se hicieron realidad.
Rechazar algo, tiene sus consecuencias.
Si nos descuidamos podemos atraer lo que
no deseamos.
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Cierta vez miré una planta del patio y me
dije “ya no me gusta en ese lugar. A los dos
días, ¡se había secado totalmente! Qué dolor
recorrió mi cuerpo al verla!
“Todo” tiene energía. Cada objeto, animal,
persona, vibra en una determinada frecuencia.
Nuestros pensamientos tienen su propia
vibración e interaccionan con todo el entorno.
Esto nos llama a ser más responsables de lo
que pensamos, sentimos y decimos.
Mi hijo había encontrado un gatito recién
nacido. Lo habían abandonado y su gemir
permanente hizo que lo trajera a casa.
Con mucho amor lo crié.
Se estableció una relación muy especial.
Me sentaba en un sillón, él se subía y se
acostaba en mi cuello. Interpretaba que me
estaba equilibrando energéticamente por la
misión que los gatos cumplen con el hombre.
Cuando viajaba, que era muy frecuente,
para que no le comieran su alimento otros
gatos, se lo dejaba en una habitación cerrada.
Él se ingeniaba y entraba por una abertura.
Cierto día, me di cuenta que ya estaba
grande y casi no pasaba.
¿Qué hago?
Si dejo la comida en el patio…
Me abrumó esta situación. No sabía
resolverla.
Pasaron solamente dos días y desapareció.
No lo volví a ver.
Creí que había muerto. Sentí su ausencia en
mi corazón.
El tiempo fue generoso, y me contaron,
después, que alguien se lo había llevado a su
casa.
Estaba vivo…
Muchas situaciones me han hecho aumentar
la conciencia sobre lo que se piensa y dice.
Hay quienes sienten rechazo por su empleo.
Por lo tanto, piensan que no quieren trabajar
más allí. ¿Pero el ingreso?
Cuántas personas que fueron despedidas
se dan cuenta de pronto que su deseo se les
realizó…
El mayor error que
una persona
puede cometer es
tener miedo
de cometer un error.
Elbert Hubbard
Espacio de Apoyo
Anónimo
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Si esa energía de negación se relaciona a una
circunstancia, seguirá estando hasta que encontremos
qué sentido tiene en nuestra vida.
Lo mismo si es una relación. Puede ser la
pareja, compañeros de trabajo, jefe, vecino.
Podemos rechazar emociones que habitan
en nuestro interior, cualidades tanto propias
como ajenas.
¿Qué hacer?
Primero, es auto-observarse para identificar
qué cosas de nuestra vida no nos gustan y
qué rechazamos…
Pueden ser emociones, formas de ser, cualidades
tanto propias como ajenas, objetos,
plantas, actividades, compañías…
Cuando las identificamos, seremos conscientes
de las emociones que nos provocan.
Es necesario bucear en nuestro interior
para encontrar la causa.
Será tiempo de abandonar la actitud de
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echazo y poder valorar el beneficio que me
ha ofrecido en el tiempo.
Es amigarnos con lo que rechazamos y desde
ese lugar elegir qué hacer.
Si rechazo un objeto después de sentir gratitud
por el tiempo que lo disfruté, podré venderlo
o regalarlo.
Si rechazo a una persona tendré que ver qué
cualidades son las que me irritan, molestan. Y
esas cualidades las tendré que buscar en mí o
si se repiten situaciones de mi infancia.
Si fui muy controlada en mi niñez y esto provocó
sufrimiento, de adulto rechazaré toda forma
de control confundiéndome, pensando que
a quien no quiero es a la persona.
Sin embargo es la cualidad que detona los
recuerdos de un pasado.
Hay formas de ser de nosotros mismos que
no nos agradan Bill Spinoza nos dice:
“Con lo que no puedes estar, no te permitirá
ser”.
Debemos aprender cómo darle a todo lo
que somos permiso para existir.
Resistirnos es aprisionar esa parte nuestra.
Si queremos ser libres, debemos ser capaces
“de ser”. Esto significa dejar de juzgarnos,
perdonarnos por ser humanos, imperfectos.
Si la responsabilidad es reconocer de esa
cualidad lo que nos beneficia y lo que nos
perjudica, debemos equilibrarla.
Si somos egoístas querremos ser generosos.
Sin embargo ambas cualidades tienen su
aspecto positivo y negativo.
La falta de egoísmo hace que la persona se
descuide a sí misma.
Lo negativo de la generosidad es igual. No
se tiene en cuenta.
Hay circunstancias en las que tendremos
que ser egoístas o generosos sin descuidarnos.
El camino es desenmascarar lo que rechazamos,
ahondar en su raíz, aceptarlo, ver su
valor y luego decidir qué hacer para que no
vuelva a nuestras vidas de otras maneras.
Aceptando la lección está aprendida.
De alguna manera este relato diferenciarlo
de lo demás o con distinta letra o algo que
marque la diferencia.
Un día, dos hermanos mellizos salieron con su
abuelo a pasear.
Caminaron a través del bosque hasta que llegaron
a un viejo granero. Cuando los niños y el
abuelo ingresaron a explorar el mismo, uno de
los niños comenzó a quejarse inmediatamente:
“Abuelo, vámonos de aquí. Este viejo granero
apesta a bosta de caballo”.
El niño se quedó parado cerca de la puerta,
enojado porque ahora tenía bosta en sus zapatos
nuevos. Antes de que el anciano pudiera
responderle, vio a su otro nieto corriendo
alegremente a través de los muchos establos.
“¿Qué estás buscando?, le preguntó al segundo
niño. “¿Por qué estás tan contento?”
El niño miró hacia arriba y dijo: “Si hay tanta
bosta de caballo aquí, debe haber algún poni en
algún lado”.
A todo podemos encontrarle un valor.
Simplemente cambiando la percepción se
transforman las emociones y nos liberamos.
Ya no hay resistencia, sólo aceptación.
No luchamos contra la corriente, simplemente
elegimos qué hacer.
Silvia Rodríguez Borges
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La miel es el único alimento
que no se estropea.
Se ha encontrado
miel en las tumbas de los
faraones egipcios que tras
ser saboreada por los arqueólogos,
fue declarada comestible.
SABIAS
QUE
Millones de árboles son plantados accidentalmente
por ardillas que entierran sus
nueces y no recuerdan dónde las escondieron.
Una jirafa se puede limpiar sus propias
orejas con la lengua.
Los búhos son las únicas aves capaces
de ver el color azul.
Las uñas de las manos crecen aproximadamente
cuatro veces más que las del pie.
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LA IMPORTANCIA DE
VALIDAR LAS EMOCIONES
Y SENTIMIENTOS
(Fragmento)
¿Qué entendemos por validar a alguien o
sus sentimientos?
Validar es aceptar y dar por válido aquello
que otra persona (adulto o niño) está
sintiendo tanto si estamos de acuerdo
o no con su punto
de vista o sus
sentimientos.
Validar es el arte
de poder empatizar
y comprender lo que
otra persona siente.
Solemos juzgar, criticar
e incluso no dar
importancia a lo que
otras personas piensan
o sienten si estamos
en desacuerdo con lo
que hacen, expresan o sienten. Algunas personas
podemos incluso no expresar nuestro
desacuerdo ni dar nuestro punto de vista por
miedo a no ser aceptados.
«
Cuando un niño llora, siempre es por un
motivo válido desde su punto de vista, desde
su vivencia interior.
Sepamos o no dicho motivo, lo comprendamos
o no, lo aceptemos o no… Desde la
mirada adulta podemos
pensar que
“eso” no es importante
o que quizás
Cuando empezamos a ser más
conscientes de aquello que nos
pasa a nosotros, nos es más fácil
entender y conectar con el otro…
Cuando comprendemos más al otro…
también le podemos amar más…
»
Yvonne Laborda
el niño reacciona
desproporcionadamente.
Ese es
nuestro juicio. Pero
lo que yo quiero
hacer aquí es precisamente
darle
voz al niño y no al
adulto que mira
al niño.
¿Cómo podemos saber si “eso” es realmente
importante o no?
Si a nuestros hijos les importa, entonces sí
es importante.
Validar es acompañar y estar presente.
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Cuando un niño se siente acompañado,
también se siente querido, aceptado, respetado,
tenido en cuenta, importante, y lo más
esencial de todo, se siente seguro.
Sin seguridad, sin autoestima, sin aceptación,
sin amor… ningún ser humano, y aún
menos si se trata de un niño, puede ser feliz,
ni sentirse pleno, ni vivir en paz.
Que un niño tenga la seguridad de que va
a ser querido y aceptado sienta lo que sienta
y exprese lo que exprese, es fundamental.
Todas las emociones y todos los sentimientos
son legítimos y tener que reprimirlos por
miedo a ser juzgados o rechazados sólo trae
más emociones y sentimientos no deseados,
por lo tanto este círculo nunca se acabaría.
No confundamos el sentir con el hacer. Podemos
sentirlo todo y es más, las emociones
y sentimientos están y existen para ser sentidos
no para ser reprimidos.
No obstante, las reacciones emocionales,
nuestros actos (esos automáticos que nos
suelen salir), sí debemos controlarlos y/o
gestionarlos siempre y cuando haya otras
personas en juego.
Si necesitamos descargarnos físicamente,
podríamos salir al campo y gritar, coger un
cojín y golpearlo, respirar muy profundamente
(tres respiraciones profundas mandan oxígeno
renovado y limpio al cerebro y ese oxígeno
crea un cambio organísmico en el cuerpo,
y ese cambio nos permite ver y percibir las
cosas de otra manera), salir en bici o correr o
simplemente pasear tranquilamente…
Cuando un niño puede expresar la rabia,
la frustración, el enfado… estando con un
adulto que sabe y quiere validarle, le estamos
dando esa seguridad tan necesaria e imprescindible
que todo ser humano necesita.
Si nosotros hubiésemos recibido esa seguridad
y validación de niños, no tendríamos
que estar intentando, ahora, controlar
y gestionar todos esos “automáticos” que
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nos salen inconscientemente cada vez que
conectamos con algo viejo. Podemos explicarle
que tiene derecho a sentirse herido por
lo que su hermano le ha dicho o hecho pero
no puede pegarle ni hacerle daño.
También podemos darle las herramientas
para empoderarlo lo suficiente como para que
vea el motivo que hay detrás de la actitud del
otro niño. Podemos acompañarle y permitirle
expresar ese enfado o rabia. Podemos darle
un cojín y decirle: “enséñame cómo te sientes”
o darle un papel y lápices y sugerirle si quiere
dibujar lo que siente y lo mismo con plastilina
o alguna masa modelable, también podemos
simplemente preguntarle: “¿qué puedo hacer
para que te sientas mejor?”, “¿hay algo que le
quieras decir o pedir a tu hermano?” y un largo
etcétera. De este modo le estamos diciendo
que él tiene derecho a sentirse así, pero no
tiene derecho a reaccionar emocionalmente
sobre otra persona.
¿Qué siente y aprende un niño cuando le
decimos…?: “No pasa nada, sólo es un rasguño”
o “no llores por eso que ya eres mayor” o
“ya sabes que es tarde y hay que irse” o “te he
dicho que no te lo voy a comprar, no insistas”
o “cuántas veces te he dicho que en el coche
hay que ponerse el cinturón, no empieces otra
vez” y un largo etc.
Lo que un niño/a suele sentir es frustración,
decepción e inseguridad ya que lo que él
o ella está sintiendo no es válido ni aceptado
desde la lente del padre o la madre.
Cuando la madre le dice que sólo es un rasguño
es cómo si negara lo que el niño siente.
El hecho de negar lo que el niño siente no
hace que “eso” que SÍ siente desaparezca,
más bien al contrario. Cuando un adulto le
quiere quitar importancia a la vivencia de
un niño lo que precisamente consigue es el
efecto contrario. El niño llora más, se enfada
más, se frustra más, se decepciona más…
Cuando no nos sentimos aceptados nos sentimos
inseguros y esa inseguridad duele. Y si
viene de mamá o papá puede dejar huella.
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El niño siente un ligero dolor y si se le niega
la herida y la mamá dice que él no está sintiendo
lo que realmente siente, le puede crear
mucha confusión. Él puede pensar: “me duele
y me pica pero no me debería doler ni picar”
o peor aún “yo no debería estar sintiendo lo
que siento”.
Validar, en estos ejemplos, sería algo así: “¿te
duele, te pica, puedo hacer algo para calmarte?”,
“estas triste porque tenemos que irnos y te
gustaría quedarte más, a mí también me gustaría
pero es muy tarde y papá estará esperando o
es muy tarde pero mañana u otro día podemos
volver…” Algo que a muchos niños les gusta y
les mantiene conectados a los lugares y personas
que les gustan mucho (parques, familiares,
casas de amigos…) es poder llevarse algo consigo
mismo del lugar como por ejemplo: una piedrecita,
unas hojas, un objeto…
Hay muchas formas de validar lo que un
niño siente. Lo importante es entender que
aquello que siente es legítimo y tiene todo
el derecho a sentirlo. Es su vivencia y no la
nuestra. Él es el único dueño de sus emociones
y sentimientos.
No obstante, eso no significa que pueda
ir en el coche sin atar o que tengamos que
comprarles todo lo que nos pidan. Yo siempre
digo que cuando no podemos satisfacer una
necesidad o darles lo que quieren siempre
podemos validarles. “Te gustaría ir sin atar, te
molesta el cinturón…” “A mí también me gustaría
no tener que llevar el cinturón pero por
seguridad y por ley tenemos que llevarlo”.
Cuando un niño siente y ve que su madre
le entiende, le comprende, lo acepta… le es
más fácil cooperar en las situaciones límites
o cuando no hay elección posible ya que
hay una conexión emocional entre ambos.
Cuanta más conexión hay entre padres e hijos
más cooperación recibimos de nuestros
hijos por efecto secundario.
Si queremos negar aquello que sienten o
no les dejamos sentirlo, es cuando se rebelan
más. Las emociones negadas se intensifican.
Y pueden llegar a somatizarse en el
cuerpo de diferentes formas: fiebres, erupciones,
problemas en la piel… Y todo aquello
que no pudimos sentir ni expresar de niños
se convierte en reacciones emocionales automáticas
cuando somos adultos.
No os habéis fijado que a la mayoría de nosotros
nos fue “robada” esa seguridad, por
tanto nuestra autoestima quedó lastimada
de por vida. La autoestima es fundamental
para la buena toma de decisiones.
FOTOGRAFÍA Y
VIDEO DIGITAL
CARLOS
GEYMONAT
TEL 45342790
ccgeymonat@gmail.com
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Sin autoestima nos sentimos inseguros y
estando en esas condiciones no podemos tomar
las decisiones que quizás nos irían mejor
ya que decidimos desde el miedo, la carencia,
la necesidad de aprobación…
[…]Todo ser humano nace con seguridad
absoluta de que va a ser querido y de que sus
necesidades tanto primarias, básicas, físicas,
emocionales… van a ser satisfechas, pero luego
aprende que no siempre es así. Esas cualidades
son arrebatadas a los niños a consecuencia
de cómo les tratamos y nosotros les seguimos
tratando así por cómo fuimos nosotros tratados…
Una vez que son adultos se pasan la vida
intentando recuperarlas tal y como estamos
haciendo aun nosotros, sus padres. Ahora es el
momento de romper con esta cadena y esa decisión
está en nuestras manos aquí y ahora.
Cuando un adulto nos cuestiona, nos juzga,
nos pregunta… también es por un motivo
válido aunque nos sintamos mal con su actitud.
Cuando alguien juzga o cuestiona algo
de alguien, la mayoría de veces, es por falta
de información o por inseguridad propia o por
miedo a poner en juego sus creencias. Quien
necesita justificarse y explicarse también lo
hace por los mismos motivos. Todo este proceso
suele ser a un nivel inconsciente. Sería
como un mecanismo de defensa.
Para sentirnos “importantes”, aceptados
y queridos los demás tienen que darnos
la razón, o por lo menos aceptar nuestro
punto de vista. Y si no es así, empezamos a
sentirnos mal. Y cuando nos sentimos mal,
por norma general, actuamos mal. ¿Por qué?
¿Con qué sensación, ya familiar y conocida,
conectamos en ese momento?
Validar lo que ese adulto siente también nos
libera a nosotros de su carga emocional sobre
nuestra persona. Decir: “veo que no pensamos
lo mismo”, “entiendo y acepto que no estés de
acuerdo conmigo/nosotros, no obstante quiero
hacer…, voy a decir…, necesito ir a…” “es muy
difícil ponerse de acuerdo cuando dos personas
piensan de forma tan distinta, ¿verdad? Quizás
mejor dejarlo tal y como está…” “Entiendo que
para ti tiene que ser difícil aceptar que yo quiera…”
Podríamos decir muchas cosas. Depende
de cada momento y de cada persona.
Lo que intento expresar es que cuando no
juzgamos ni criticamos al otro, aun cuando
el otro sí lo hace, ni queremos tener la razón
sino que simplemente validamos y aceptamos
lo que la otra persona piensa y siente
y somos nosotros, también honestos con lo
que pensamos y sentimos, la energía entre
ambas personas cambia y ese cambio hace
que la otra persona se afloje y deja de tener
la necesidad de ponerse tanto a la defensiva,
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de Marcelo Fregosi B. & Valentina Iiribon A.
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20
JULIO 2018 - AÑO 24 - Nº 276

su enfado se diluye y todo su cuerpo empieza
a sentirse diferente: mejor.
Cuando nos sentimos mejor (bien) actuamos,
también, de mejor forma. ¿Por qué? Porque
ya no sentimos miedo ni nos sentimos
atacados, ni juzgados… nos sentimos seguros
de poder ser nosotros mismos aun estando
con alguien que no piensa igual a nosotros.
Nos sentimos aceptados y seguros. Nuestro
“niño interior herido” ya no desconfía de esa
persona por tanto se relaja.
aceptas mi punto de vista o mis decisiones me
siento muy triste porque no me siento tenida
en cuenta ni querida”.
Quizás al principio nos cueste hacerlo por
falta de modelos en nuestra infancia (y en la
sociedad en general) pero con el tiempo seguro
podremos mejorar las relaciones con nuestros
seres queridos y ellos nos lo agradecerán y de
esta forma también podremos darles a nuestros
hijos el modelo que ellos necesitan para
romper con esta cadena de una vez por todas.
Lo que más “roba” la autoestima y seguridad
de las personas es el hecho de no poder ser
ellas mismas por miedo a ser rechazados o no
aceptadas ni queridas. Y esto nos suele suceder
durante nuestra infancia. ¿Dónde aprendimos
eso y de quién? ¿Quién no nos aceptaba tal y
como éramos? ¿Quién nos avergonzaba?
Dependiendo de cómo nosotros tratamos
a los demás, podemos sacar lo mejor que hay
en ellos o lo peor. Tenemos que responsabilizarnos
de nuestra parte y no siempre culpar
a los demás de nuestros estados de ánimo.
Sabiendo lo que ahora sabemos podemos intentar
verlo de este otro modo y poco a poco
seguro seremos capaces de relacionarnos de
diferente modo.
Ellos pueden despertar algo en nosotros
pero nosotros podemos elegir qué hacemos
con eso que estamos sintiendo. En vez de reaccionar
emocionalmente podemos ponerle
palabras a aquello que estamos sintiendo y
compartirlo con la otra persona: “Cuando no
Todos, absolutamente TODOS, necesitamos
sentirnos queridos, aceptados y tenidos
en cuenta y casi siempre actuamos desde esa
necesidad y carencia. Intentemos estar bien
empoderados para poder recordar esto precisamente
cuando alguien nos esté haciendo
sentir “mal” y preguntémonos: “¿Qué hay detrás
de su necesidad de tratarnos así?” A veces
hay un gran desespero de amor. Una gran
necesidad de sentirse queridos y esa carencia
daña a quien se relaciona con esa persona. Es
una llamada de auxilio, en verdad.
Por Yvonne Laborda.
Autora del libro: DAR VOZ AL NIÑO.
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LO MEJOR
DE TI
EN CADA
ENCUENTRO
El encuentro con los otros es una oportunidad
que se nos presenta frecuentemente.
¿Qué entregamos?
¿Qué impacto tienen mis palabras al llegar
a sus oídos?
¿Qué huella dejan en su corazón?
¿Entregamos lo mejor de nosotros?
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“¡Qué alegre, qué ágil marcha el que va
apartando de los caminos y las veredas
todo lo que es impedimento y obstáculo
para la marcha de los otros!
Cantando va el peregrino.
Sin sentir recorre las rutas, y al atardecer
se da cuenta, con jubilosa sorpresa, de
que al apartar y remover los obstáculos que
entorpecían los caminos de los otros, él despejó
maravillosamente su propio camino”.
Así lo expresa Amado Nervo. Cuando damos
a otros en ese encuentro furtivo o prolongado,
nos lo estamos dando a nosotros
mismos. Siempre hay una energía que fluye
entre ambas partes.
Y como dice un texto religioso:
¿Somos fuentes o pozo?
Somos como fuentes que dejan surgir de su
centro el agua cristalina y la ofrecen?
Irradiamos con nuestra presencia, con
nuestra mirada?
O somos como un pozo que con sus brazos
invisibles arrastramos al fondo?
Ofrecer lo mejor en cada encuentro va dejando
una tenue estela de bienestar en el corazón
de ambos.
No salves a nadie, sólo hazle ver que él
mismo tiene sus alas para volar.
Que dentro de sí está el secreto a las
soluciones.
Dale confianza para que siga caminando y
apartando los obstáculos.
Entonces no será efímero lo que ofrezcas.
Permanecerá en el tiempo el valor que le
motivas a descubrir en sí mismo.
“La gente olvidará lo que dijiste,
la gente olvidará lo que hiciste,
pero la gente nunca olvidará
lo que les hiciste sentir”.
-Maya Angelou-
“Importa mucho más
lo que pienses
de ti mismo
que lo que los demás
opinen de ti”.
Séneca
Espacio de apoyo
Anónimo
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Poema
No quise dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir
cada día.
No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de
soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.
No quise vivir cansado:
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más
tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.
No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.
No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
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JULIO 2018 - AÑO 24 - Nº 276

llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.
No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.
Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, cómo vivirla.
Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.
No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.
Rudyard Kipling
Escribió novelas, poemas y relatos ambientados
principalmente en la india. En 1907 obtuvo
el premio nobel de literatura, convirtiéndose
en el primer autor inglés merecedor de este
galardón.
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SUPLEMENTO EDUCATIVO PARA LA VIDA
LA SEROTONINA
HORMONA
DEL PLACER
El sólo dibujo de sonrisa
en nuestro rostro
nos inunda de serotonina.
La serotonina es una hormona que en equilibrio
tiene muchos beneficios para nuestro
cuerpo y para nuestra forma de vivir.
También llamada hormona del placer, de
la felicidad, del humor.
Ésta es una sustancia química que produce
el estímulo de ciertas terminaciones nerviosas
generando una sensación de bienestar
tan grande y estable que nos hace sonreír,
muy parecido a lo que definimos como alegría
extrema, o más precisamente felicidad.
Con gran sencillez lo explica Steven L.
Burns en su libro “Cómo sobrevivir a un estrés
insoportable”
“Existen tres mensajeros alegres: SERO-
TONINA, NORADRENALINA Y DOPAMINA.
Estos son los químicos cerebrales que comienzan
a fallar cuando los niveles de estrés
son mayores a los niveles que la persona
puede manejar.
Los emocionantes descubrimientos comenzaron
en la primavera de 1977. Se habían
descubierto ciertas herramientas. Herramientas
que permitieron a los científicos
Masajes con
piedras calientes
*Mejora las funciones orgánicas *Elimina el stress
*Armoniza la mente, el cuerpo y el espíritu
*Equilibra el sistema nervioso *Regula la presión
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JULIO 2018 - AÑO 24 - Nº 276

ROS TRISTES”. La mayor parte de los centros
nerviosos reciben ambos tipos de mensajes.
Mientras esta transmisión esté en balance
todo funciona con normalidad.
penetrar dentro de las células nerviosas del
cerebro. Descubrimientos importantes se hacían
a diario sobre el funcionamiento interno
del cerebro. Ahora sabemos que existen ciertos
químicos vitales que llevan los mensajes
entre las células cerebrales. En esencia, estos
químicos permiten que las células nerviosas
cerebrales “platiquen” entre sí.
En un día típico dentro del cerebro, trillones
de mensajes se mandan y se reciben. Los
mensajes que son “felices” o positivos, son
llevados por los “MENSAJEROS ALEGRES”
(técnicamente se conoce como: sistema biogenético
de amino/endorfina).
El estrés causa problemas con los mensajeros
alegres. Cuando la vida es tranquila y sin
sobresaltos, los mensajeros pueden cumplir
con su cuota. Cuando existe demasiado estrés
en el cerebro, los mensajeros alegres comienzan
a atrasarse en sus entregas. En la medida
que continúa el estrés, los mensajeros alegres
comienzan a fallar. Esto causa que centros importantes
del cerebro reciban tan solo mensajes
“tristes” y esto a su vez causa que todo el
cerebro se angustie. La persona ha entrado en
un estado de desbalanciamiento químico cerebral
conocido como “SOBRE ESTRES”.
El sobre-estrés causa que la persona se
sienta terriblemente mal. Cuando los mensa-
Otros mensajes son sombríos y depresores.
Estos son llevados por los “MENSAJE-
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27

Por esto la hormona de la felicidad, con
nombre propio “serotonina”, es uno de los
mensajeros alegres imprescindibles para
nuestro bienestar.
Interesante investigación
jes tristes sofocan a los mensajes alegres la
persona se siente “sofocada” por la vida. Las
personas se quejan de cansancio y de insomnio.
Tienen múltiples dolores y falta de energía.
Se sienten deprimidos, angustiados o simplemente
sienten que no pueden con la vida”.
El Gerontólogo argentino
Dr. Juan Hitzig hizo una interesante
investigación.
Estudió las características
de algunos longevos saludables
y más allá de las carac-
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terísticas biológicas, encontró un denominador
común: todos ellos tenían conductas
y actitudes positivas.
Destaca que “Cada pensamiento genera una
emoción y cada emoción moviliza un circuito
hormonal que tendrá impacto en las 5 trillones
de células que forman un organismo”.
Pensar es un evento energético, explica,
que rápidamente se transforma en emoción
(del griego emotion, movimiento), un movimiento
de neuroquímica y hormonas que
cuando es negativo hace colapsar a nuestro
organismo físico en forma de malestar, enfermedades
e incluso de muerte.
Es por esto que se le da tanta importancia
a la incidencia que tienen los pensamientos
en nuestra calidad de vida.
Se generan espontáneamente.
Nuestra posibilidad es darnos cuenta de
qué habita nuestra mente y decidir cambiarlos
cuando somos conscientes.
Pensar es química para nuestro cuerpo.
Entenderlo puede motivarnos a estar más
atento a ellos.
Este médico es autor del libro, “Cincuenta
y tantos” Cuerpo y mente en forma aunque
el tiempo siga pasando.
Las ideas centrales de este libro se basan
en investigaciones que demuestran que alrededor
de los cincuenta años se encuentra un
Punto de Inflexión Biológica que define en
qué forma viviremos las siguientes edades.
Si no hay duda de que el ser humano cada
vez vive más ¿cómo hacer para que esta longevidad
no sea vivida como una acumulación
de dolencias y enfermedades, sino que sea una
etapa vivida con optimismo y plena de experiencias
y desarrollo personal?
Con los años desarrolló un alfabeto emocional
el Dr. Hitzig.
Nos sería beneficioso tenerlo presente en
nuestra vida cotidiana.
Las conductas con R:
– Resentimiento
– Rabia
– Reproche
– Rencor
– Rechazo
– Resistencia
– Represión…
Son generadoras de cortisol, una potente
hormona del estrés, cuya presencia prolongada
en sangre es letal para las células arteriales
ya que aumenta el riesgo de adquirir
enfermedades cardio-cerebro-vasculares.
Las conductas R generan actitudes D:
– Depresión
– Desánimo
– Desesperación
– Desolación
En cambio, las conductas con S:
– Serenidad
– Silencio
– Sabiduría
– Sabor
– Sexo
– Sueño
– Sonrisa
– Sociabilidad
– Seducción…
Son motorizadoras de Serotonina, una hormona
generadora de tranquilidad que mejora
la calidad de vida, aleja la enfermedad y retarda
la velocidad del envejecimiento celular.
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Las conductas S generan actitudes A:
– Ánimo
– Aprecio
– Amor
– Amistad
– Acercamiento
“El cerebro es un “músculo” fácil de
engañar;
si sonríes cree que estás contento y te
hace sentir mejor”.
“Hacerse mala sangre” no es más que un
exceso de cortisol y una falta de serotonina
en la sangre.
Una reflexión de este médico nos dice:
Presta atención a tus PENSAMIENTOS pues
se harán PALABRAS.
Presta atención a tus PALABRAS pues se
harán ACTITUDES.
Presta atención a tus ACTITUDES porque
se harán CONDUCTAS.
Presta atención a tus CONDUCTAS porque
se harán CARÁCTER.
Presta atención a tu CARÁCTER porque se
hará BIOLOGÍA.
Indudablemente que elegir los pensamientos
es elegir las emociones, y su consecuencia
es cuidar nuestro cuerpo y tener
calidad de vida.
Todo está interrelacionado.
Esto nos posibilita a practicar con frecuencia
la sonrisa cuando nos miramos al espejo aunque
no tengamos motivos. Igual generamos esta
hormona que tantos beneficios nos otorga.
Esto ha sido la base de la terapia de la risa,
generar la serotonina, hormona que nos lleva
a tener un buen estado de ánimo.
El Dr. Hitzig comprobó con sus investigaciones
que quienes vivían mejor su última
etapa de vida eran las personas activas, sociables
y sonrientes.
“Si tiene remedio, ¿de qué te quejas?
Y si no tiene remedio, ¿de qué te
quejas?”.
Rabindranath Tagore.
Ver el lado positivo de las situaciones,
hace que vayamos dejando atrás emociones,
pensamientos, actitudes que nos perjudican.
Las personas rezongonas, críticas, malhumoradas…
se inundan de cortisol cuando
mantienen estas actitudes.
El sólo dibujo de sonrisa en nuestro rostro
nos inunda de serotonina, la hormona de la
felicidad.
Nos ayuda a vivir mucho mejor.
¿En nuestra vida qué prevalece? ¿La serotonina,
generando buen ánimo, o el cortisol
generado por el estrés?
Cuando en nuestro entorno nos sentimos
en paz, tranquilidad, relax estamos generando
mucha serotonina y poca adrenalina.
Cuando las relaciones son de rechazo,
amenaza, alarma, estrés… el cortisol está
presente y casi en ausencia la serotonina.
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Hay muchas frases que nos lo han dicho:
“No te hagas mala sangre”
“No te enfades que te vas a envenenar la
sangre”
En Italia se dice: “No te hagas el hígado
negro”
Y esas son realmente algunas consecuencias.
Cuando nuestro organismo segrega cortisol
es porque entiende que se trata de una
situación de alerta y tiene que prevenir a
todo nuestro cuerpo para que libre bien la
batalla. Cuando esta situación de alarma es
constante se produce un acostumbramiento
a ese ritmo frenético que hace que el cortisol
permanezca en un nivel que no es armonioso
para el cuerpo ya que disminuyen las
conexiones cerebrales y debilita el sistema
inmunitario, deteriora también las capacidades
cognitivas.
Algunos beneficios de la
serotonina
Importantes concentraciones de serotonina
están en el cerebro y también en el tracto
gastrointestinal. Es aquí donde cumple la función
de regular la digestión. Niveles altos de
serotonina están ligados a la aparición de diarreas,
mientras que un déficit excesivo puede
ocasionar estreñimiento. También influye en
la aparición o ausencia del apetito.
Equilibra nuestra manera de sentir y comportarnos.
Se encuentra en grandes cantidades
por muchas partes del cuerpo, por lo tanto
un desajuste general de la producción de
esta sustancia puede tener efectos drásticos
afectando nuestra manera de comportarnos
y sentir. Es la responsable del bienestar, nos
brinda sensaciones gratificantes, genera optimismo,
buen humor y sociabilidad. Por eso a su
falta durante muchos años se la ha asociado a
los síntomas de depresión.
Regula la temperatura corporal. Cada 24
horas nuestro cuerpo tiene ciclos de temperaturas
hasta de un grado. Cuando es hora de
despertar la temperatura de nuestro cuerpo
aumenta. Cuando es hora de dormir nuestra
temperatura disminuye. Esta es la causa cuando
en una noche calurosa nos es difícil dormir.
Y en contraste cuando es fresca o hasta fría es
agradable dormir.
Tiene correlación el nivel de serotonina
con la libido sexual.
Incide en la capacidad de los humanos de
sentir amor por otra persona y enamorarnos.
Estabiliza el estado emocional del ser humano
ante situaciones de tensión. De esta
manera inhibe la agresividad y las conductas
violentas que pueden derivarse de ella.
Las personas violentas o más impulsivas
tienden a tener menos niveles de serotonina
comparadas con personas más pacíficas.
También le llaman la molécula de la confianza.
Ya que el vínculo entre un mayor nivel
de serotonina y la falta de sensibilidad al rechazo
permite que las personas se expongan
a situaciones que permitan reforzar la autoestima,
aumentar los sentimientos de dignidad y
crear un sentido de pertenencia.
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A lo largo del día, los niveles de serotonina
suben y bajan describiendo las curvas que
marca el ritmo circadiano, que es el horario
que sigue nuestro cuerpo para saber cuándo
toca dormir y cuándo no. Por lo tanto regula
nuestro sueño y nuestra vigilia. Llega al
máximo nivel en los momentos más soleados
del día, mientras que durante el sueño
profundo bajan al mínimo.
Por lo tanto regula nuestra capacidad
para dormir favoreciendo un descanso reparador
al dormir, ya que es generadora de
la melatonina, sustancia involucrada en la
conciliación del sueño. Ocurre algo parecido
con otra sustancia que es la melatonina.
Posee propiedades que actúan como un
analgésico natural que aleja de nosotros el
dolor y la sensación de decaimiento.
Si su nivel en sangre es alto, otorga placer
y sensación de bienestar, disminuyendo el
deseo de comer harinas y dulces.
El amor
Cuando la cascada química desciende, hay
muchas personas que lo interpretan como una
pérdida de amor (MacDonald & MacDonald,
2010). Lo que realmente sucede es que los receptores
neuronales ya se han acostumbrado
a ese exceso de flujo químico y el enamorado
necesita aumentar la dosis para seguir sintiendo
lo mismo. Eso puede convertir una fluctuación
natural en una crisis, y puede llegar la bonita
frase: “Ya no siento lo mismo”. Pero dejar
una relación no siempre es tan simple.
Es por eso que algunas personas siempre
hacen más demandas a sus seres queridos,
y otras, constantemente buscan parejas o
amantes de mayor estatus. La autoestima juega
un papel importante en este aspecto y para
no caer en el error, ayuda entender mejor los
orígenes de nuestros impulsos neuroquímicos.
El cerebro necesita un proceso de recuperación
para volver a los niveles normales
de flujo químico y hace falta dejar pasar el
tiempo para recuperar la estabilidad.
Exceso de serotonina
La serotonina se encuentra en todos los
seres humanos sanos, pero su exceso puede
desencadenar problemas. ¿Qué ocurre
cuando nuestro cuerpo genera demasiada
serotonina?
El excesivo consumo de fármacos para la
depresión (los llamados “antidepresivos” o
“droga para la felicidad”), que básicamente
se encargan de estimular la producción de la
hormona serotonina para corregir el déficit
El amor libera dopamina, serotonina, oxitocina,
por eso cuando nos enamoramos
nos sentimos excitados, llenos de energía y
nuestra percepción de la vida es magnífica.
Pero los neuroquímicos del enamoramiento
vienen a chorros y al cabo del tiempo, al
igual que pasa cuando alguien consume drogas
durante un período largo de un dilatado
período, llega la tolerancia o lo que comúnmente
se conoce como habituación.
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neuroquímico, puede tener un efecto negativo
en nuestro organismo.
En esta era digital donde estamos tan retirados
de nuestra biología natural, somos
más propensos a sufrir de depresión y ansiedad.
Los doctores y farmacéuticos se enfocan
en ayudarte con medicamentos pero si pones
cuidado, hay muchas formas naturales que
puedes ayudar a balancear estas hormonas.
Las experiencias positivas constantes y
los pensamientos positivos, también aumentan
los niveles de serotonina. En cambio
los pensamientos desagradables, las malas
noticias, hablar de cosas tristes y preocupantes
o enfadarse, inhiben completamente
la activación de la serotonina.
¿Cómo generar la hormona de
la felicidad?
gestos afectuosos, actividades de servicio,
reuniones sociales placenteras, tareas que
se hagan con pasión, reírse, disfrutar de películas
cómicas, pasar tiempo con los seres
queridos, escuchar música, masajes...
Como podemos ver, la importancia de la
producción de serotonina es decisiva en nuestro
bienestar, por eso es fundamental aplicar
los recursos para elevar su producción y así poder
citar la frase de Will Smith en su película…
“esta parte de mi vida se llama… felicidad”.
Nosotros podemos contribuir a partir de
la alimentación al incremento de su producción.
Para ello lo que debemos hacer es incrementar
el consumo de algunos alimentos ricos
en un aminoácido llamado triptófano, como
por ejemplo banana, leche, legumbres, nueces,
pescado, chocolate, entre otros.
“Se pueden encender miles de velas
a partir de una sola vela
y la vida de la vela no se acortará.
La felicidad nunca disminuye por
compartirse”
Buda
Esto se debe a que el triptófano es precursor
de esta hormona, es decir que a partir de
él se genera la serotonina en el organismo.
Tomar abundante agua. Ensaladas verdes.
Otra manera de ayudar a su producción es
realizar actividades al aire libre, pasar tiempo
en la naturaleza, caminar libremente,
permanecer en calma, ejercicios de relajación
y meditación, yoga, tomar sol, descansar
bien, generar pensamientos positivos,
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Estimados lectores:
Cada día tiene sus propias sorpresas.
Vamos viviendo tantas experiencias…
Algunas nos alegran, nos entusiasman y nos
asombran.
Otras nos dan miedo, enojo, incertidumbre,
dolor…
¿Qué hacemos con estas últimas?
Es en estos momentos que marcamos la diferencia
según nuestra actitud.
Permitimos que la herida quede sangrando…?
Dejamos que este suceso envuelva nuestra
mente una y otra vez repitiendo pensamientos?
¿Quedamos aprisionados en el dolor, en el
resentimiento, en el enojo, en el temor…?
O…, nos permitimos sentir toda las emociones
que cubrieron nuestro corazón para sanar?
Y luego, en el tiempo, volvemos la mirada
hacia el pasado para encontrar su riqueza?
“Sólo una cosa es más dolorosa
que aprender de la experiencia,
y es, no aprender de la experiencia.
Laurence J. Peter
Hasta la próxima edición
Silvia Rodríguez Borges
Muchas de las ilustraciones de esta revista proceden del buscador de imágenes en Google. Si el autor de alguna de ellas desea
que se cambie, puede ponerse en contacto e inmediatamente se suspenderá del medio digital que esté reproducida.
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Tarde
DeTé
Dialogando con Silvia Rodríguez Borges
“EL VALOR EN TI, EN MI…”
Organiza:
Sábado 14
de julio
Hora: de
Valor $380
Por reservas:
Teléfonos: 4542 2591
099 710 223
CARMELO
17:00 a 19:00 Roosevelt S/N (Club Uruguay)
Participa:
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María Inés Daudet
“Cuidemos la piel”
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ENERGÉTICO
Forma, proporciones, símbolos y cuarzos trabajan en la
creación de un sistema coherente de ondas de forma.
Este flujo toroidal autosostenido crea a su vez un campo
armónico.
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agua y actúan en los cuerpos energético, emocional, mental y
físico para armonizarlos y revitalizarlos.
Ofrece las funcionalidades y usos del Emo® Esencial en un
formato más transportable y compacto.
¿Cómo usarlo?
Mantener el agua, los líquidos o alimentos dentro del flujo
regenerador que produce el Emo® Quantum durante un período
aproximado de treinta minutos.
Su radio de acción es de un metro.
Para alinear los chakras se coloca en contacto con el cuerpo.
Cuando es colocado en algún lugar o habitación, se potencian
frecuencias de equilibrio.
Si es de tu interés resérvalo
Comunicarse al 099 437 687
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