REVISTA JUNIO 2018

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02.07.2018 Views

Mundo Plural Rusia: el mundial, la seguridad y el poder El campeonato mundial de fútbol que se inicia mañana ha colocado al país anfitrión, Rusia, en el centro de la atención e interés del globo. Es natural que ello sea así: el fútbol es el deporte que más convoca, entusiasma y entretiene en todos los continentes. El hecho de que el gran evento deportivo sea en Rusia suma algunas particularidades. Es la primera vez en la historia de los mundiales que la competición se celebrará en Rusia, el país-continente más vasto de la tierra. También es la primera vez que el mundial será disputado en lo que alguna vez fue el bloque del este, es decir, la esfera política-ideológica-militar con centro en Moscú. Entonces, era casi imposible que un certamen así tuviera lugar en algún centro del este, donde había países con gran nivel de fútbol, por caso, Hungría. Aparte, a diferencia del ajedrez, dominado hasta 1972 por los grandes maestros soviéticos, el fútbol no era el deporte primario en la URSS ni tampoco en el otro polo estratégico y predominante del planeta, Estados Unidos. Por tanto, el hecho de que hoy el mundial se celebre allí nos corrobora el carácter de esfera completa, abierta, global e interconectada que es hoy el mundo. Que el campeonato mundial se celebre en Rusia es también una evidencia de que no existe una “nueva Guerra Fría”. Como bien sostiene el experto Stephen Welt en un reciente trabajo publicado en “Foreign Policy”, “La actual situación entre Occidente y Rusia no es buena. Pero llamarlo una ‘nueva Guerra Fría’ es engañoso más que esclarecedor. Si uno compara las dos situaciones con cuidado, lo que está sucediendo hoy es una mera sombra de la rivalidad anterior. Ver los problemas de hoy como una nueva Guerra Fría minimiza el papel que han tenido las malas decisiones para llevar a Estados Unidos y Rusia al estancamiento actual, nos distrae de desafíos más importantes y nos desanima a pensar creativamente sobre cómo ir más allá del actual nivel de rencor”.

Geopolítica La cuestión relativa con la seguridad será sin duda uno de los distintivos de este mundial. Por un lado, el control del Estado en relación con posibles disturbios internos relacionados con el entusiasmo propio del evento: sin duda, será el primer campeonato del mundo con “tolerancia cero”. Sabemos que en Rusia no se transige con las afrentas, los desmanes, las reuniones grupales, etc. Y no habrá excepciones en este mundial. En relación con el otro nivel de seguridad, esto es, posibles atentados perpetrados por “lobos solitarios” o grupos de raíz confesional extremista, el control sobre personas y grupos será integral e incluso invasivo; si bien frente a esta amenaza de carácter “evanescente” y “gaseoso” no es posible lograr la seguridad absoluta. En su concisa obra “La Yihad en Rusia”, Adrián Tarín Sanz nos proporciona algunos interesantes datos que, en parte, explican las razones por las que en Rusia el nivel de atentados fue relativamente bajo en los últimos años, hecho sin duda considerable, sobre todo si tenemos en cuenta que la intervención militar de Rusia en Siria desde 2015 fue determinante para que el ISIS sufriera bajas, fuertes pérdidas territoriales y el régimen de Damasco recuperara la iniciativa. Para este experto, el buen olfato del presidente ruso para perseguir a los guerrilleros que operan en la zona del Cáucaso fue determinante para “reducirlos”. Rusia no tuvo contemplaciones frente a las células terroristas en Rusia y en Siria, sobre todo tras el estallido en vuelo sobre el Sinaí, en octubre de 2015, del Airbus perteneciente a una compañía rusa que cubría la ruta Egipto-San Petersburgo. Ese mismo año (e incluso desde antes de los Juegos Olímpicos de Sochi en 2014) Putin repitió el esquema aplicado en 1999 en Chechenia: “encontrar y aniquilar a los terroristas”.

Mundo Plural<br />

Rusia: el mundial, la seguridad y el poder<br />

El campeonato mundial de fútbol que se inicia mañana ha colocado al país anfitrión,<br />

Rusia, en el centro de la atención e interés del globo. Es natural que ello sea así: el<br />

fútbol es el deporte que más convoca, entusiasma y entretiene en todos los continentes.<br />

El hecho de que el gran evento deportivo sea en Rusia suma algunas particularidades.<br />

Es la primera vez en la historia de los mundiales que la competición se celebrará<br />

en Rusia, el país-continente más vasto de la tierra. También es la primera vez que<br />

el mundial será disputado en lo que alguna vez fue el bloque del este, es decir, la<br />

esfera política-ideológica-militar con centro en Moscú.<br />

Entonces, era casi imposible que un certamen así tuviera lugar en algún centro del<br />

este, donde había países con gran nivel de fútbol, por caso, Hungría. Aparte, a diferencia<br />

del ajedrez, dominado hasta 1972 por los grandes maestros soviéticos, el<br />

fútbol no era el deporte primario en la URSS ni tampoco en el otro polo estratégico<br />

y predominante del planeta, Estados Unidos. Por tanto, el hecho de que hoy el<br />

mundial se celebre allí nos corrobora el carácter de esfera completa, abierta, global<br />

e interconectada que es hoy el mundo.<br />

Que el campeonato mundial se celebre en Rusia es también una evidencia de que<br />

no existe una “nueva Guerra Fría”. Como bien sostiene el experto Stephen Welt en<br />

un reciente trabajo publicado en “Foreign Policy”, “La actual situación entre Occidente<br />

y Rusia no es buena. Pero llamarlo una ‘nueva Guerra Fría’ es engañoso más<br />

que esclarecedor. Si uno compara las dos situaciones con cuidado, lo que está sucediendo<br />

hoy es una mera sombra de la rivalidad anterior. Ver los problemas de hoy<br />

como una nueva Guerra Fría minimiza el papel que han tenido las malas decisiones<br />

para llevar a Estados Unidos y Rusia al estancamiento actual, nos distrae de desafíos<br />

más importantes y nos desanima a pensar creativamente sobre cómo ir más allá del<br />

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