Richard Cohen - Comprender y sanar la homosexualidad

PietroRivadeneira
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CAPÍTULO 12 EL MENTOR: LA RESTAURACIÓN DEL AMOR “Un niño no puede convertirse en un hombre sin la intervención activa de los hombres mayores 142 ”. Ritos de virilidad 1. ¿POR QUÉ EL MENTOR? TODO EL QUE NO EXPERIMENTA SATISFACTORIAMENTE UNA VINCULACIÓN, UN AFECTO Y UNA INTIMIDAD SEA CON SU PADRE O CON SU MADRE, BUSCA CURAR ESAS NECESIDADES CON OTRAS RELACIONES O ACTIVIDADES. La relación con un mentor es un medio por el que una persona puede RESTAURAR LA RELACIÓN PADRE-HIJO, pero también puede emplearse para curar otras relaciones (p. e., con los hermanos, con parientes o con amigos). “Muchos de los conflictos que la gente tiene en el presente con sus cónyuges, amantes, jefes, compañeros o hijos en parte son MANIFESTACIONES EMOCIONALES DE SENTIMIENTOS SUPRIMIDOS y que están guardados en el interior desde incidentes ocurridos mientras eran niños. LOS MISMOS CONFLICTOS SIN RESOLVER QUE TUVIERON CON SUS PADRES REAPARECEN MISTERIOSAMENTE EN SUS RELACIONES ADULTAS 143 ”. LA INTIMIDAD PERTENECE A LA ENTRAÑA MISMA DE NUESTRO SER. El principio básico y central del universo es la RELACIÓN PADRES-HIJOS y el ámbito en el que aprendemos a tener INTIMIDAD con otros y con los demás es la FAMILIA. A menos que uno experimente ese amor radical entre sus padres y él o ella, las etapas del desarrollo se atascarán y se detendrá el crecimiento. ES ESENCIAL PARA UN ADECUADO CRECIMIENTO Y UNA MADURACIÓN EN EL AMOR LA RESTAURACIÓN DE LA RELACIÓN PADRES-HIJO/A. El mentor supone un modelo de vinculación por el que dos personas participan en una relación que refleja el paradigma padres-hijo. Uno actúa como padre (a éste lo llamamos mentor) y el otro actúa como el hijo (lo llamamos adulto-niño). LOS PADRES REPRESENTAN A DIOS ANTE SUS HIJOS. El padre es como “el señor Dios” y la madre es como “la señora Dios”. Debido a que los padres antes sus hijos son como “dioses”, los niños siempre se auto culparán, incluso cuando los padres comentan faltas. Si un padre se emborracha y grita al niño, si una madre muere, si los padres se divorcian, si uno de los padres descuida sus obligaciones y no pasa el suficiente tiempo con el niño o es demasiado crítico y lo maltrata verbalmente, EL NIÑO SE CULPARÁ A SÍ MISMO POR ESTOS HECHOS. En su interior se dirá: “Si hubiera sido un mejor hijo esto no hubiera sucedido. Es por mi culpa”. Por supuesto, el niño entierra este mensaje en lo más hondo de su inconsciente porque debe adoptar una amplia gama de mecanismos defensivos que le permitan sobrevivir y superar el dolor. Para que se restañen las heridas del pasado, la curación debe tener lugar entre el adulto-niño y el padre “interiorizado”. Para que este modelo sea efectivo, EN PRIMER LUGAR EL ADULTO-NIÑO DEBE TOMAR CONCIENCIA DE SU NIÑO INTERIOR. Debe iniciar un programa de “autopaternidad”. De otro modo el adulto-niño se volverá excesivamente dependiente o co-dependiente del mentor. Es un peligro, puesto que el mentor nunca será capaz de satisfacer todas las necesidades del adulto-niño. Antes de establecer esta relación con el mentor, hay que asegurarse e que el adulto-niño ha avanzado en el PROCESO DE AUTOPATERNIDAD DE SU PROPIO NIÑO INTERIOR. Más aún: recomiendo que el adulto- 142 G. HERDT (ed.) Rituals of Mahood: Male iniciation in Papua New Guinea (Berkeley, CA, University of California Press, 1982), p. 121. 143 H. BLOOMFIELD, Making peace with your parents (Nueva York, Ballantine Books, 1983), p. 9. 123

niño tenga, al menos, tres mentores. Si el adulto-niño está trabajando en la curación de la herida con su padre, debería haber al menos tres varones en la posición del padre. Si sólo tiene un mentor, éste pronto se agotará. Además, cuando uno de los mentores no esté disponible para satisfacer las necesidades del adultoniño, será más fácil recurrir a uno de los otros dos. Yo pediría a sacerdotes, pastores, rabinos u otros clérigos que por favor consigan de entre su feligresía a tres familias que puedan proveer de mentores a cada persona que lo necesite. Otra precaución: estad bien seguros de que los cónyuges o parejas de todos los participantes (adultos-niños y menores) son totalmente conscientes de esta situación. No debéis participar en este tipo de relación de mentor sin el apoyo y la comprensión de los cónyuges. Es muy importante que todos los participantes implicados sean responsables de sus actos. Si el adulto-niño está en terapia es importante que mantenga informado a su terapeuta de todas sus actividades relacionadas con la curación. Si el adulto-niño no está en terapia, debe existir algún sistema por el que se rindan cuentas: sea ante su confesor, su párroco, su pastor, rabino o director espiritual. NO INTENTÉIS MANEJAR ESTA SITUACIÓN SOLOS. No se puede evitar que a lo largo del camino surjan muchas dudas. BUSCA AYUDA Y APOYO. EL AISLAMIENTO ES IGUAL A LA MUERTE. Si el adulto-niño sufrió abusos sexuales o participó en relaciones sexuales con personas del mismo o del otro sexo, puede que experimente deseos y sentimientos hacia el mentor. La restauración funciona a través del modo en que originalmente se produjeron las heridas. Por tanto, para llegar a alcanzar los sentimientos más hondos de ira, de dolor, de traición, de frustración o de sufrimiento, puede que el adultoniño experimente primero deseos sexuales hacia el mentor. En algunos casos, el adulto-niño puede incluso intentar seducir al mentor. No hay que alarmarse. ¡Es una buena señal! El niño interior está tan sólo poniendo a prueba al mentor, diciendo de manera inconsciente: “¿Puedo fiarme de que no vas a aprovecharte de mí o me usarás como los demás hombres/mujeres?”. Por lo tanto, ES BÁSICO QUE EL MENTOR ESTÉ PERFECTAMENTE ARRAIGADO EN SU SEXUALIDAD Y EN SU IDENTIDAD DE GÉNERO. Puede que el mentor tenga que asegurar al adulto-niño que nunca va verlo como objeto sexual, que su amor es puro y que sólo pretende que el adulto-niño se cure y sienta el auténtico amor. Así, el adulto-niño se sentirá finalmente libre para mostrar los sentimientos que había enterrado vivos. Sólo mediante un nuevo amor, aprendiendo a confiar en los demás, llorando las propias heridas y haciendo elecciones diferentes, la persona logrará restaurar su corazón y al niño herido que está en él. En mi trayectoria con mentores he puesto a prueba todos los hombres que han sido mis mentores. MI NIÑO INTERIOR PENSABA QUE, como había sufrido un abuso sexual siendo tan niño y había mantenido relaciones homosexuales, TENÍA QUE OFRECER SEXO PARA RECIBIR AFECTO. Así que conforme me iba aproximando mis mentores, los sentimientos sexuales emergían e intentaba seducirlos a todos ellos. Les preguntaba si querían servirse de mí. Mi niño interior quería saber si eran seguros o no. Si hubiera recibido una respuesta positiva de alguno de ellos, todo hubiera terminado allí. Pero, lo cual les honra a todos, todos y cada uno de ellos me confirmó que sólo deseaban verme curar y proporcionar el puro amor de Dios. ¡Qué alivio fue poder escuchar aquellas palabras! Cada vez que las escuchaba se me abría el corazón un poco más. Para poder establecer la confianza en una relación necesitamos COMPARTIR NUESTRA “VERDAD” CON LA OTRA PERSONA sin que se nos juzgue por ello. Dentro de esta atmósfera, algún día podremos experimentar el amor que tan desesperadamente necesitamos sentir. Este modo de “tutoría” es muy útil para CURAR TANTO LAS HERIDAS HOMO EMOCIONALES COMO LAS HETERO EMOCIONALES. Los hombres pueden ser mentores de varones y de mujeres, y las mujeres pueden serlo de mujeres y de varones. Insisto en que LOS MEJORES MENTORES SON LOS PADRES DEL ADULTO-NIÑO. Si la madre y el padre están dispuestos a pasar por todo este entrenamiento con su hijo o su hija, su colaboración ahorrará mucho tiempo. Si los padres no están dispuestos, no se sienten capaces o se oponen, es muy importante que se mantengan al margen de este proceso, ya que no harían otra cosa que profundizar la herida del adultoniño. 124

CAPÍTULO 12<br />

EL MENTOR:<br />

LA RESTAURACIÓN DEL AMOR<br />

“Un niño no puede convertirse en un hombre sin <strong>la</strong> intervención activa de los<br />

hombres mayores 142 ”.<br />

Ritos de virilidad<br />

1. ¿POR QUÉ EL MENTOR?<br />

TODO EL QUE NO EXPERIMENTA SATISFACTORIAMENTE UNA VINCULACIÓN, UN AFECTO Y UNA<br />

INTIMIDAD SEA CON SU PADRE O CON SU MADRE, BUSCA CURAR ESAS NECESIDADES CON OTRAS<br />

RELACIONES O ACTIVIDADES. La re<strong>la</strong>ción con un mentor es un medio por el que una persona puede<br />

RESTAURAR LA RELACIÓN PADRE-HIJO, pero también puede emplearse para curar otras re<strong>la</strong>ciones (p. e.,<br />

con los hermanos, con parientes o con amigos).<br />

“Muchos de los conflictos que <strong>la</strong> gente tiene en el presente con sus cónyuges, amantes, jefes,<br />

compañeros o hijos en parte son MANIFESTACIONES EMOCIONALES DE SENTIMIENTOS SUPRIMIDOS y que<br />

están guardados en el interior desde incidentes ocurridos mientras eran niños. LOS MISMOS CONFLICTOS<br />

SIN RESOLVER QUE TUVIERON CON SUS PADRES REAPARECEN MISTERIOSAMENTE EN SUS<br />

RELACIONES ADULTAS 143 ”.<br />

LA INTIMIDAD PERTENECE A LA ENTRAÑA MISMA DE NUESTRO SER. El principio básico y central<br />

del universo es <strong>la</strong> RELACIÓN PADRES-HIJOS y el ámbito en el que aprendemos a tener INTIMIDAD con otros<br />

y con los demás es <strong>la</strong> FAMILIA. A menos que uno experimente ese amor radical entre sus padres y él o el<strong>la</strong>,<br />

<strong>la</strong>s etapas del desarrollo se atascarán y se detendrá el crecimiento. ES ESENCIAL PARA UN ADECUADO<br />

CRECIMIENTO Y UNA MADURACIÓN EN EL AMOR LA RESTAURACIÓN DE LA RELACIÓN PADRES-HIJO/A.<br />

El mentor supone un modelo de vincu<strong>la</strong>ción por el que dos personas participan en una re<strong>la</strong>ción que<br />

refleja el paradigma padres-hijo. Uno actúa como padre (a éste lo l<strong>la</strong>mamos mentor) y el otro actúa como el<br />

hijo (lo l<strong>la</strong>mamos adulto-niño). LOS PADRES REPRESENTAN A DIOS ANTE SUS HIJOS. El padre es como “el<br />

señor Dios” y <strong>la</strong> madre es como “<strong>la</strong> señora Dios”. Debido a que los padres antes sus hijos son como<br />

“dioses”, los niños siempre se auto culparán, incluso cuando los padres comentan faltas. Si un padre se<br />

emborracha y grita al niño, si una madre muere, si los padres se divorcian, si uno de los padres descuida sus<br />

obligaciones y no pasa el suficiente tiempo con el niño o es demasiado crítico y lo maltrata verbalmente, EL<br />

NIÑO SE CULPARÁ A SÍ MISMO POR ESTOS HECHOS. En su interior se dirá: “Si hubiera sido un mejor hijo<br />

esto no hubiera sucedido. Es por mi culpa”. Por supuesto, el niño entierra este mensaje en lo más hondo de<br />

su inconsciente porque debe adoptar una amplia gama de mecanismos defensivos que le permitan sobrevivir<br />

y superar el dolor.<br />

Para que se restañen <strong>la</strong>s heridas del pasado, <strong>la</strong> curación debe tener lugar entre el adulto-niño y el<br />

padre “interiorizado”. Para que este modelo sea efectivo, EN PRIMER LUGAR EL ADULTO-NIÑO DEBE<br />

TOMAR CONCIENCIA DE SU NIÑO INTERIOR. Debe iniciar un programa de “autopaternidad”. De otro modo el<br />

adulto-niño se volverá excesivamente dependiente o co-dependiente del mentor. Es un peligro, puesto que el<br />

mentor nunca será capaz de satisfacer todas <strong>la</strong>s necesidades del adulto-niño.<br />

Antes de establecer esta re<strong>la</strong>ción con el mentor, hay que asegurarse e que el adulto-niño ha avanzado<br />

en el PROCESO DE AUTOPATERNIDAD DE SU PROPIO NIÑO INTERIOR. Más aún: recomiendo que el adulto-<br />

142 G. HERDT (ed.) Rituals of Mahood: Male iniciation in Papua New Guinea (Berkeley, CA, University of California Press, 1982), p. 121.<br />

143 H. BLOOMFIELD, Making peace with your parents (Nueva York, Bal<strong>la</strong>ntine Books, 1983), p. 9.<br />

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