23.05.2018 Views

Richard Cohen - Comprender y sanar la homosexualidad

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Compartí mi historia con un grupito de mujeres en <strong>la</strong>s que confiaba. Seguí reuniéndome con el<br />

responsable de mi iglesia y recibiendo el apoyo de mi marido. Me incorporé a un grupo de “supervivientes”<br />

de abusos infantiles, lo que contribuyó a aumentar mi autoestima. Me resultó de gran ayuda el saber que<br />

había otras personas que comprendían mis emociones. El testimonio de una ex lesbiana me liberó mucho, y<br />

me dio esperanza. Tristemente, en <strong>la</strong> zona donde yo vivía no había ningún grupo de apoyo que enfocara el<br />

problema de <strong>la</strong> <strong>homosexualidad</strong> desde <strong>la</strong> perspectiva del CAMBIO.<br />

YO QUERÍA SATISFACER UNA NECESIDAD LEGÍTIMA DE SER CUIDADA POR OTRAS MUJERES, y<br />

eso no era pecaminoso. Dispuesta a aceptar mi fragilidad humana, comprendí que mi propia autoimagen<br />

estaba basada en mentiras y ma<strong>la</strong>s interpretaciones. Le pedí a Dios que hiciera nacer en mí el deseo de<br />

acabar con mis deseos de tener re<strong>la</strong>ciones homosexuales y también le pedí que reemp<strong>la</strong>zara esos deseos<br />

con un auténtico anhelo de amarle a Él y de depender de Él para llenar mi corazón.<br />

DIOS NO ME CONDENABA POR TENER UNOS SENTIMIENTOS QUE YO NO HABÍA ELEGIDO. Me pedía<br />

obediencia par no actuar conforme a ellos mientras buscaba modos saludables de cubrir mis necesidades.<br />

ÉL QUERÍA QUE YO CONFIARA EN ÉL. Examiné mi pasado y me puse en su presencia. Durante todo mi<br />

proceso de recuperación rezaba, leía <strong>la</strong> Biblia, acudía a <strong>la</strong> oración en común, y sin cesar buscaba cumplir <strong>la</strong><br />

voluntad de Dios. Empecé a aceptarme como una hija de Dios. Pero todavía no podía mostrarme afectuosa<br />

con <strong>la</strong>s mujeres. Todavía me sentía mal e inhibida en mis re<strong>la</strong>ciones con el<strong>la</strong>s. Sencil<strong>la</strong>mente llegué a aceptar<br />

que nunca podría acercarme demasiado. Cuando quería ayudar a mis amigas y les daba un abrazo cariñoso,<br />

siempre lo hacía con cierta frialdad. También seguía teniendo el deseo de una madre maternal que me cuidara<br />

de verdad, pero me resigné ante el hecho de que nunca podría encontrar<strong>la</strong>. Una re<strong>la</strong>ción de ese tipo<br />

presentaba demasiados sentimientos contradictorios y problemáticos.<br />

En el verano de 1998 empecé a compartir mis sentimientos con una mujer cuyo hijo era<br />

homosexual. Me escuchó hab<strong>la</strong>r de mis sentimientos de pérdida y de mis necesidades. Me abrió su corazón y<br />

me dijo que si yo quería, el<strong>la</strong> me ayudaría a <strong>sanar</strong>. Comprendió mi NECESIDAD DE UN AMOR NO ERÓTICO,<br />

de un AFECTO PROFUNDO. Aquello me parecía demasiado bueno para ser cierto. Fue muy doloroso<br />

compartir mi historia con el<strong>la</strong>. Me di cuenta de que debía exponer mis sentimientos sexuales ante el<strong>la</strong>, incluso<br />

si esos pensamientos trataban sobre el<strong>la</strong>. Por vergonzoso que eso sea, HAY QUE SACAR A LA LUZ ESOS<br />

PENSAMIENTOS PARA PODER LIBERARSE DE ELLOS. Dejar que entrara en los lugares sombríos y<br />

profundos de mi alma fue algo atroz. Cuando el<strong>la</strong> me abraza siento como si Dios nos abrazara a <strong>la</strong>s dos.<br />

Rezamos juntas y mantenemos una re<strong>la</strong>ción abierta, honesta y libre de toda manipu<strong>la</strong>ción.<br />

Cuando me pregunta siquiera que me abrace, tengo cuatro opciones: huir atemorizada, dejarme<br />

llevar por fantasías sexuales, decirle que no quiero que me abrace (lo que probablemente sería una mentira) o<br />

aceptar el amor genuino y no sexual que me ofrece. Me cuesta mucho responder de <strong>la</strong> forma más saludable.<br />

LA RELACIÓN CON UNA MENTORA HA SIDO UNA PARTE CRUCIAL DE MI ITINERARIO. Llegó al<br />

final de todo el proceso. Me está permitiendo amar a los demás, ser afectuosa con <strong>la</strong>s mujeres, cuidar de<br />

el<strong>la</strong>s abrazándo<strong>la</strong>s sin miedo, sin reservas. Mi fe está madurando y mi corazón está más abierto a Dios. Mi<br />

matrimonio ha mejorado. No le pido a mi marido que me dé lo que no está en su mano y me he vuelto más<br />

abierta y receptiva con él. Me siento más a gusto con mi identidad. Todavía me queda mucho camino por<br />

recorrer, pero EN MÍ HAY ESPERANZA. Dios me recrea a su imagen.<br />

COMENTARIO<br />

Antes de contactar conmigo, Bonnie había recibido ayuda de otros terapeutas. Asistió a una<br />

conferencia que di acerca de <strong>la</strong> curación de <strong>la</strong> <strong>homosexualidad</strong>, en <strong>la</strong> que hablé del modelo de re<strong>la</strong>ción con<br />

un mentor para restaurar el amor. Desde entonces, he supervisado su re<strong>la</strong>ción con una persona que es su<br />

mentora.<br />

122

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!