After - Anna Todd

22.05.2018 Views

conocimos, aunque me dé vergüenza admitirlo. No obstante, no llegó a nada; fuimos amigos con derecho a roce durante una semana más o menos. —Lo dice como si no fuera nada del otro mundo, pero no puedo evitar sentir celos. —Vaya, ¿derecho a roce? —pregunto. Se me seca la boca, y de repente me sorprendo a mí misma cabreada con Steph. —Sí, nada importante. Nos enrollamos y nos toqueteamos un poco. Nada serio — explica, y siento como si me clavara un puñal en el pecho. La verdad es que no me sorprende, pero desearía no haberle preguntado. —¿Tiene Hardin muchas amigas con derecho a roce? —No quiero oír la respuesta, pero no puedo evitar preguntar. Steph suelta una risotada y se sienta en su cama delante de mí. —Sí, las tiene. A ver, no tiene cientos, pero es un chico atractivo… y activo. Es evidente que se ha dado cuenta de mi reacción y está intentando endulzarlo. Por enésima vez, tomo mentalmente la decisión de alejarme de él. No quiero ser la amiga con derecho a roce de nadie. Nunca. —No lo hace por ser cruel ni para utilizar a las chicas; prácticamente se lanzan a sus brazos, y él les deja claro desde el principio que no busca una relación —añade, y recuerdo que ya me lo contó. Sin embargo, a mí él no me ha dicho eso cuando… —¿Por qué no quiere tener una relación? —«¿Por qué no puedo parar de preguntar estas cosas?» —Pues la verdad es que no lo sé… Escucha —dice bastante preocupada—, creo que podrías pasártelo muy bien con Hardin, pero también creo que él podría hacerte daño. A menos que sepas que serás capaz de no sentir nada por él, yo que tú me mantendría alejada. He visto a muchas chicas que se han colgado de él, y no es agradable. —No, créeme, no siento nada por él. No sé en qué estaba pensando. —Me echo a reír y espero que al menos la risa parezca sincera. Steph asiente. —Bien. Bueno, y ¿qué tal con tu madre y con Noah? Le cuento lo de la charla de mi madre, excepto la parte en que me hizo prometerle que dejaría de ser amiga suya. Nos pasamos el resto de la noche hablando de las clases, de Tristan, y de cualquier otra cosa que no sea Hardin. www.lectulandia.com - Página 76

CAPÍTULO 23 Al día siguiente, Landon y yo quedamos en la cafetería antes de la clase para comparar nuestros apuntes de sociología. Me lleva casi una hora ordenar todos los míos después de la irritante escenita de ayer de Hardin. Quiero hablarle a Landon de ello, pero no me gustaría que pensara mal de mí, y menos ahora que sé lo de su padre y la madre de Hardin. Landon debe de saber mucho sobre él, y debo obligarme constantemente a no preguntarle nada. Además, en realidad me da igual lo que Hardin haga o deje de hacer con su vida. El día pasa deprisa, y por fin llega la hora de la clase de literatura. Como de costumbre, Hardin se sienta a mi lado, pero hoy no parece dispuesto a mirar en mi dirección. —Hoy será el último día que hablaremos sobre Orgullo y prejuicio —nos informa el profesor—. Espero que hayan disfrutado y, puesto que todos han leído el final, creo conveniente dedicar el debate de hoy al uso de la anticipación de Austen. Díganme, como lectores, ¿esperaban que Darcy y ella acabasen siendo pareja al final? Varias personas murmuran, y se ponen a rebuscar en sus libros como si éstos fuesen a proporcionarles una respuesta inmediata, pero sólo Landon y yo levantamos la mano, como siempre. —Señorita Young —me da la palabra. —Bueno, la primera vez que leí la novela, estaba en ascuas todo el tiempo, sin saber si acabarían juntos o no. Incluso ahora que la he leído al menos diez veces, sigo sintiendo cierta ansiedad al principio de su relación. El señor Darcy es tan cruel y dice cosas tan terribles sobre Elizabeth y su familia que al leerlas nunca sé si ella será capaz de perdonarlo, y mucho menos de amarlo. Landon asiente ante mi respuesta, y yo sonrío. —Qué chorrada —dice entonces una voz interrumpiendo el silencio. Es Hardin. —¿Señor Scott? ¿Le gustaría añadir algo? —pregunta el profesor, claramente sorprendido ante su participación. —Claro, he dicho que eso es una chorrada. Las mujeres desean lo que no pueden tener. La actitud grosera del señor Darcy es lo que hace que Elizabeth se sienta atraída hacia él, de modo que era evidente que acabarían juntos —dice Hardin, y empieza a limpiarse las uñas como si este debate no le interesara lo más mínimo. —No es cierto que las mujeres deseen lo que no pueden tener. El señor Darcy www.lectulandia.com - Página 77

conocimos, aunque me dé vergüenza admitirlo. No obstante, no llegó a nada; fuimos<br />

amigos con derecho a roce durante una semana más o menos. —Lo dice como si no<br />

fuera nada del otro mundo, pero no puedo evitar sentir celos.<br />

—Vaya, ¿derecho a roce? —pregunto.<br />

Se me seca la boca, y de repente me sorprendo a mí misma cabreada con Steph.<br />

—Sí, nada importante. Nos enrollamos y nos toqueteamos un poco. Nada serio —<br />

explica, y siento como si me clavara un puñal en el pecho.<br />

La verdad es que no me sorprende, pero desearía no haberle preguntado.<br />

—¿Tiene Hardin muchas amigas con derecho a roce? —No quiero oír la<br />

respuesta, pero no puedo evitar preguntar.<br />

Steph suelta una risotada y se sienta en su cama delante de mí.<br />

—Sí, las tiene. A ver, no tiene cientos, pero es un chico atractivo… y activo.<br />

Es evidente que se ha dado cuenta de mi reacción y está intentando endulzarlo.<br />

Por enésima vez, tomo mentalmente la decisión de alejarme de él. No quiero ser la<br />

amiga con derecho a roce de nadie. Nunca.<br />

—No lo hace por ser cruel ni para utilizar a las chicas; prácticamente se lanzan a<br />

sus brazos, y él les deja claro desde el principio que no busca una relación —añade, y<br />

recuerdo que ya me lo contó. Sin embargo, a mí él no me ha dicho eso cuando…<br />

—¿Por qué no quiere tener una relación? —«¿Por qué no puedo parar de<br />

preguntar estas cosas?»<br />

—Pues la verdad es que no lo sé… Escucha —dice bastante preocupada—, creo<br />

que podrías pasártelo muy bien con Hardin, pero también creo que él podría hacerte<br />

daño. A menos que sepas que serás capaz de no sentir nada por él, yo que tú me<br />

mantendría alejada. He visto a muchas chicas que se han colgado de él, y no es<br />

agradable.<br />

—No, créeme, no siento nada por él. No sé en qué estaba pensando. —Me echo a<br />

reír y espero que al menos la risa parezca sincera.<br />

Steph asiente.<br />

—Bien. Bueno, y ¿qué tal con tu madre y con Noah?<br />

Le cuento lo de la charla de mi madre, excepto la parte en que me hizo prometerle<br />

que dejaría de ser amiga suya. Nos pasamos el resto de la noche hablando de las<br />

clases, de Tristan, y de cualquier otra cosa que no sea Hardin.<br />

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