After - Anna Todd

22.05.2018 Views

hasta le sonríe un poco, y Ken le devuelve la sonrisa. No cabe en sí de gozo. Landon está de pie al lado de Ken, en la tarima, pero a Hardin no parece importarle. Jamás habría accedido a subirse ahí arriba. Cuando Karen entra, todos los presentes suspiran. No hay palabras para describir lo bonita que está mientras camina hacia el altar. La expresión de su rostro al ver al novio hace que me apoye en el hombro de Hardin. Irradia felicidad y su sonrisa ilumina la carpa. Lleva un vestido largo y tiene las mejillas resplandecientes. Es perfecto. La ceremonia es preciosa, y cuando a Ken se le quiebra la voz y deja escapar un pequeño sollozo mientras recita sus votos se me llenan los ojos de lágrimas. Hardin me mira y sonríe, me suelta la mano y me seca las mejillas. Karen es una novia preciosa, y su primer beso como marido y mujer hace que los asistentes aplaudan y los vitoreen. —Cursilona —me dice Hardin cuando apoyo de nuevo la cabeza en su hombro mientras la gente empieza a salir. Poco después acompañamos a su abuela a la otra carpa. Estaba en lo cierto: es aún más bonita que la primera. Cerca de las paredes hay mesas vestidas con manteles blancos y servilletas negras. Los centros de mesa son flores blancas y negras. El techo está cubierto de farolillos como los del jardín, que proporcionan una iluminación cálida y muy agradable que se refleja en la cristalería nueva y en los relucientes platos blancos. El centro de la carpa está despejado. El suelo es de azulejos blancos y negros, y creo que será la pista de baile. Los camareros están en posición, esperando que todo el mundo tome asiento. —No desaparezcas. Quiero volver a verte esta noche —dice la abuela de Hardin antes de dejarnos. —Es la boda más lujosa a la que he ido —comenta él, y mira la tela blanca que adorna el techo. —Yo no he estado en una boda desde que era pequeña —replico, y sonríe. —Eso me gusta —dice y me besa en la mejilla. No estoy acostumbrada a que me demuestre afecto en público, pero podría acostumbrarme rápidamente. —¿El qué? —pregunto cuando se sienta a una de las mesas. —Que no hayas estado en ninguna boda con Noah —responde, y me echo a reír para no tener que mirarlo mal. —A mí también —le aseguro. La comida está exquisita. Yo pido el pollo y Hardin el filete. Lo sirven todo en una especie de bufet para que parezca informal, pero esta comida de informal no tiene nada. Rebaño la salsa cremosa con un trozo de pollo y me llevo el tenedor a la boca, pero Hardin me lo roba y se lo come. Se atraganta un poco porque le cuesta reír y www.lectulandia.com - Página 424

tragar a la vez. —Eso te pasa por quitarme la comida —lo regaño, y me llevo otro trozo a la boca antes de que me lo robe de nuevo. Se ríe y apoya la frente en mi hombro. Enfrente de nosotros hay una mujer mirándonos. No parece que le haga gracia ver a Hardin besarme en el hombro. Le devuelvo una mirada igual de borde que la suya y aparta la vista. —¿Te traigo otro plato? —le pregunto a Hardin lo bastante alto como para que la mujer me oiga. Ella mira al hombre que tiene al lado y enarca una ceja. Él no parece prestarle la menor atención y eso la cabrea aún más. Sonrío y cojo la mano de Hardin. Al igual que el hombre de enfrente, no se ha enterado de nada. Mejor. —Sí, por favor —dice—. Y gracias. Le doy un beso en la mejilla y me voy a la cola de la comida. —¿Tessa? —dice una voz familiar. Levanto la vista y veo a Christian Vance y a Trevor a unos pocos metros de distancia. —Hola. —Sonrío. —Estás espectacular —dice Trevor, y le agradezco el cumplido en voz baja. —¿Qué tal va el fin de semana? —me pregunta el señor Vance. —Fabuloso. Aunque los días laborales tampoco desmerecen —le aseguro. —Ya, ya… —Se echa a reír y coge un plato. —¡Nada de carne roja! —le dice Kimberly por detrás. Él hace un gesto de pegarse un tiro en la sien y le lanza un beso. ¿Estos dos salen juntos? Quién lo habría imaginado. El lunes le pediré detalles a Kimberly. —Mujeres —dice Vance, y llena un plato mientras yo preparo otro para Hardin —. Nos vemos luego. Sonríe y se va con su cita. Kimberly me saluda con la mano y consigue que el niño que tiene sentado en brazos haga lo mismo. Les devuelvo el saludo y me pregunto si será hijo suyo. Trevor se acerca y me resuelve la duda. —Es el hijo del señor Vance. —Ah —digo apartando la vista de Kimberly. Trevor sigue mirando a mi jefe. —Su mujer falleció hace cinco años, justo después de que naciera el niño. No había vuelto a salir con nadie hasta que conoció a Kim. Sólo llevan unos meses juntos, pero está coladito por ella. —Se vuelve hacia mí y me sonríe. —Ahora ya sé a quién recurrir para estar al tanto de los cotilleos de la oficina — bromeo, y los dos nos reímos. —Nena… —dice Hardin rodeándome por la cintura con los brazos, marcando territorio. —Me alegro de verte. Hardin, ¿no es así? —pregunta Trevor. www.lectulandia.com - Página 425

tragar a la vez.<br />

—Eso te pasa por quitarme la comida —lo regaño, y me llevo otro trozo a la boca<br />

antes de que me lo robe de nuevo.<br />

Se ríe y apoya la frente en mi hombro. Enfrente de nosotros hay una mujer<br />

mirándonos. No parece que le haga gracia ver a Hardin besarme en el hombro. Le<br />

devuelvo una mirada igual de borde que la suya y aparta la vista.<br />

—¿Te traigo otro plato? —le pregunto a Hardin lo bastante alto como para que la<br />

mujer me oiga.<br />

Ella mira al hombre que tiene al lado y enarca una ceja. Él no parece prestarle la<br />

menor atención y eso la cabrea aún más. Sonrío y cojo la mano de Hardin. Al igual<br />

que el hombre de enfrente, no se ha enterado de nada. Mejor.<br />

—Sí, por favor —dice—. Y gracias.<br />

Le doy un beso en la mejilla y me voy a la cola de la comida.<br />

—¿Tessa? —dice una voz familiar.<br />

Levanto la vista y veo a Christian Vance y a Trevor a unos pocos metros de<br />

distancia.<br />

—Hola. —Sonrío.<br />

—Estás espectacular —dice Trevor, y le agradezco el cumplido en voz baja.<br />

—¿Qué tal va el fin de semana? —me pregunta el señor Vance.<br />

—Fabuloso. Aunque los días laborales tampoco desmerecen —le aseguro.<br />

—Ya, ya… —Se echa a reír y coge un plato.<br />

—¡Nada de carne roja! —le dice Kimberly por detrás.<br />

Él hace un gesto de pegarse un tiro en la sien y le lanza un beso. ¿Estos dos salen<br />

juntos? Quién lo habría imaginado. El lunes le pediré detalles a Kimberly.<br />

—Mujeres —dice Vance, y llena un plato mientras yo preparo otro para Hardin<br />

—. Nos vemos luego.<br />

Sonríe y se va con su cita. Kimberly me saluda con la mano y consigue que el<br />

niño que tiene sentado en brazos haga lo mismo. Les devuelvo el saludo y me<br />

pregunto si será hijo suyo.<br />

Trevor se acerca y me resuelve la duda.<br />

—Es el hijo del señor Vance.<br />

—Ah —digo apartando la vista de Kimberly.<br />

Trevor sigue mirando a mi jefe.<br />

—Su mujer falleció hace cinco años, justo después de que naciera el niño. No<br />

había vuelto a salir con nadie hasta que conoció a Kim. Sólo llevan unos meses<br />

juntos, pero está coladito por ella. —Se vuelve hacia mí y me sonríe.<br />

—Ahora ya sé a quién recurrir para estar al tanto de los cotilleos de la oficina —<br />

bromeo, y los dos nos reímos.<br />

—Nena… —dice Hardin rodeándome por la cintura con los brazos, marcando<br />

territorio.<br />

—Me alegro de verte. Hardin, ¿no es así? —pregunta Trevor.<br />

www.lectulandia.com - Página 425

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!