22.05.2018 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

conozco, siento que soy yo la que tiene la sartén por el mango.<br />

—No, si tiene muy buen aspecto —repongo—. Sólo es que me ha sorprendido.<br />

Pruebo un bocado. Sabe mucho mejor de lo que parece.<br />

—Me gusta tu pelo —dice.<br />

Me acuerdo de la última vez que me corté el pelo y Hardin fue la única persona<br />

que lo notó.<br />

—Necesito respuestas —le recuerdo.<br />

Respira hondo.<br />

—Lo sé, y te las voy a dar.<br />

Pruebo otro bocado para ocultar lo satisfecha que estoy conmigo misma por no<br />

haber cedido esta vez.<br />

—Primero, quiero que sepas que nadie, y quiero decir nadie salvo mi madre y mi<br />

padre, lo saben —dice rascándose las costras de los nudillos.<br />

Asiento y me llevo otro bocado a la boca.<br />

—Vale… Allá va —dice nervioso antes de continuar—. Una noche, cuando yo<br />

tenía unos siete años, mi padre estaba en el bar que había enfrente de casa. Iba allí<br />

casi todas las noches y todo el mundo lo conocía, por eso era muy mala idea cabrear a<br />

los parroquianos. Aquella noche fue precisamente eso lo que hizo. Empezó una pelea<br />

con unos soldados que iban tan borrachos como él y acabó rompiendo un botellín de<br />

cerveza en la cabeza de uno de ellos.<br />

No tengo ni idea de adónde quiere ir a parar con esto, pero sé que acabará mal.<br />

—Sigue comiendo, por favor… —me suplica, y asiento e intento no mirarlo<br />

fijamente mientras habla.<br />

—Mi padre se fue del bar y los soldados cruzaron la calle y vinieron a casa para<br />

darle su merecido por haberle destrozado la cara al tipo, imagino. El problema es que<br />

mi padre no había vuelto a casa, como ellos creían, y mi madre estaba durmiendo en<br />

el sofá, esperando a mi padre. —Sus ojos verdes encuentran los míos—. Más o<br />

menos igual que tú anoche.<br />

—Hardin… —suspiro, y le cojo la mano.<br />

—Cuando encontraron a mi madre… —Se para y se queda mirando la pared<br />

durante lo que se me antoja una eternidad—. Bajé la escalera al oírla chillar e intenté<br />

quitárselos de encima. Tenía el camisón roto y no paraba de gritarme que me<br />

marchara… Estaba intentando protegerme para que no viera lo que le estaban<br />

haciendo, pero yo no podía marcharme, ¿sabes?<br />

Parpadea para contener una lágrima y se me parte el corazón de pensar en el niño<br />

de siete años que tuvo que presenciar cómo le ocurría algo tan espantoso a su madre.<br />

Me siento en su regazo y escondo la cara en su cuello.<br />

—Resumiendo, intenté defenderla pero no sirvió de nada. Para cuando mi padre<br />

entró tambaleándose por la puerta, yo le había repartido una caja entera de tiritas por<br />

todo el cuerpo, tratando de…, qué sé yo…, curarla o algo así. Qué tonto, ¿verdad? —<br />

pregunta con la boca hundida en mi pelo.<br />

www.lectulandia.com - Página 406

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!